lunes, 7 de noviembre de 2011

COMO APRENDER JAPONÉS EN UN MES, SIN ESTRÉS (Parte primera: Sin salir de casa).

BAJO ESTAS LINEAS: Foto de la preciosa villa de Antequera, pueblo que vió nacer al gran guitarrista Francisco Márquez Méndez; quién a la "antigua usanza" entre los clásicos del Flamenco tomó el nombre de Paco de Antequera. En nuestra anterior entrada rendíamos homenaje a este maravilloso guitarrista, bueno entre los mejores como persona, y genial amigo y contertulio (desaparecido tristemente en el año 2000). Con él y junto a sus amiguetes japoneses, tuve el honor y la gran suerte de pasar muchos dias en el País del Sol Naciente -donde daba conciertos de continuo-. Son muchos los recuerdos que de Paco me quedaron, pero entre ellos el que más me hace sonreir aún, es el de su interés porque yo escribiera un libro para conseguir que aprendieran un porquito de japonés, los Flamencos y la gente que estaba de paso por Japón. Paco había vivido en ese país largas temporadas, casado con un bella e inteligentísima japonesa, quien le había indicado los primeros pasos en el idioma y en la forma de vida. No tenía problema alguno para moverse por toda la nación, ni para comunicarse con los japoneses, utilizando divertidísimas reglas nemotécnicas para recordar las palabras, los nombres de las estaciones, los transportes y los lugares donde debía bajar y subir en los trenes. Comenzamos hoy con el recuerdo de este entrañable amigo, del que damos de nuevo unos portales, para quienes deseen escuchar su guitarra, o saber más sobre la vida de este magnífico guitarrista:
http://www.youtube.com/watch?v=HhO2CGoWliU http://www.youtube.com/watch?v=I4Bv-SgHtlg&feature=related http://www.youtube.com/results?search_query=paco+de+antequera&aq=f http://www.youtube.com/results?search_query=paco+de+antequera+francisco+marquez&aq=f
http://www.tristeyazul.com/artistas_flamencos/panteq01.htm

http://www.facebook.com/group.php?gid=140619439309646&v=wall

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La inteligencia natural de Paco de Antequera, era solo comparable a su increíble gracia y sentido del humor andaluz. Con esa sorna sabia, digna del mismo Séneca, el antequerano siempre me decía: -"Angelito, tú lo que tienes que escribir es un libro ´pa` los que vienen aquí de paso; ´pa` que no se pierdan, por ejemplo... Que esto del Japón y el japonés es ´mu duro y mu difisil`. Yo te voy a orientar sobre como tienes que hacerlo, que a ti te va a salir muy bien, porque estás ´mu preparao`... Pero que ´mu preparao`, como mi primo el de la Renault"-.
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Nunca supe si en verdad tenía un primo en la Renault, o si aquello lo decía de chufla, como una gran mayoría de las cosas a las que el genial Paquito se refería. Aunque muy cierto era que aquel gran guitarrista sí que tenía la intención de que yo escribiera un librito, enseñando japonés de la forma más fácil para recordarlo: Con palabras españolas similares. Ella, era una técnica muy común y usual entre los hispanos que hace veinte años vivíamos en Japón, pero el maestro de maestros en reglas nemotécnicas lo fué Paco. No solo porque se acordaba de las más extrañas frases, con sonidos semejantes a otras en castellano; sino porque no se le olvidaba estación o destino alguno, simplemente con oirla una vez. En la entrada anterior hablábamos de como tenía "traducidas" una por una las estaciones de Tokio, de las que ya dijimos como por ejemplo: Ueno, para él era clarísimamente, "Bueno"; tanto como Hamamachuho, significaba: "Ha mama-o chucho"; Yamanote "Ya machote"; Sibuya, "Cebolla"; Meguro, "Mu-negro"; al igual que Ikebukuró clarisimamente podía "traducirse" como "Y qué búcaro". Cosas que hasta se razonaban filosóficamente, puesto que la penúltima estación significa en japonés "ojos negros" (me-guró), y de allí su nombre: "mu negro" -según deducíamos-. Al igual que la última citada, se interpreta al castellano como "vaso del estanque" (Ike-bukuró), que evidentemente dice lo que su nombre indica: ¡Menudo búcaro!. ¡"Y qué búcaro"! .
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Como ya dijimos, Paco conseguía algo que muchas veces no logran hacer ni los japoneses mas listos: Ir de una punta a otra del pais, sin perderse. Además, comúnmente iba escuchando las conversaciones de los de al lado, de las que a veces sacaba conclusiones muy interesantes. Llegando a afirmar (y hasta a demostrar) que el Japón había más leperos que en Lepe; algo de lo que uno se daba rápidamente cuenta, nada más oir "el acento y el habla" de los que nos rodeaban. De todo ello, la conclusión última era la de que había de escribirse un libro para aprender el japonés, desde el "andaluz". Le prometí hacerlo y comencé a preparar datos, aunque tristemente, entre unas ocupaciones y otras dejé aquel interesante proyecto de lado. Tanto, que nunca llegué a enseñar a Paco los primeros capítulos que ya tenía preparados y que seguramente le hubieran encantado.
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SOBRE ESTAS LINEAS: Foto de Paco de Antequera en su juventud, durante el tiempo en que fuera declarado por la crítica musical, como mejor guitarrista Flamenco de los años sesenta. Hasta la llegada a escena de su homónimo (Paco de Lucía), junto a "su compadre" Manolo Sanlucar -quienes renovaron por completo el mundo musical-, el de Antequera había sido la primera figura de la guitarra. Tan solo comparable en su genio con Sabicas, Melchor de Mairena o Carmona (Habichuela); en su genialidad y bondad creemos que fue un hombre incomparable. De un humor incomensurable, era capaz de hacer al mismo tiempo chistes en japonés, español y en "andaluz" (como él decía); provocando la carcajada entre los nippones, quienes le adoraban como guitarrista y como persona.
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Para quienes no conozcan el mundo de Tokio y las dificultades para moverse en los transportes japoneses, les invitamos a visitar esta página de Youtube (que me remite la Sra. Yamashita y que abajo incluimos). En ese video de Youtube, se parodia a un profesor (extranjero) enseñando japonés para orientarse en la ciudad. Precisamente va explicando las estaciones de Tokio, pero su pronunciación, tanto como la de los alumnos, son un verdadero desastre -muestra a veces del "triste habla" que tomamos los occidentales cuando intentamos comunicarnos con estos nippones; quienes tienen uno de los idiomas más difíciles y "enrevesados" del Mundo-. Para quienes tengan tiempo, les ruego que escuchen este video en donde se nombran además las estaciones antes referidas: Ueno, Yamanote, Ikebukuró, Sibuya etc.
LECCIONES PARA TOMAR TRANSPORTES EN TOKIO, VER EN:
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=dfjkbv6wYvQ
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En otras entradas hablaré del librito en cuestión, pero hoy vamos a tratar tan solo de comprender lo que puede suponer vivir, sobrevivir, orientarse o trabajar en Japón (tal como nuestro amigo Paco de Antequera hizo con gran éxito y durante años). Evidentemente, nos puede extrañar por qué hay que tener tanta preparación y precaución para iniciar una "vida cotidiana" en este país, aunque si llegamos a experimentar lo que es habitar en lugar del Sol Naciente, fácilmente comprenderemos los "por qués" y las razones de tanto cuidado. Para entenderlo, vamos a poner unos pequeños ejemplos en imágenes, que podrán darnos una idea de lo que supone habitar en Japón (aunque sea, en casa propia). Para ello, comenzaremos imaginando que estamos en este país y nos despertamos de mañana, donde comenzaremos por dar al interruptor de la luz. Evidentemente, si Ud. tiene la suerte de encontrarse en un cuarto que solo contiene un interruptor (foto 1), debe tener conciencia de que es un privilegiado; así que apriete con prisa, alegría y tranquilidad la llave aunque no entienda ni patata de lo que en ella pone. Si tiene frío o calor, no dude en tomar el mando de la estufa-aire acondicionado (foto 2); aunque tras media hora intentando descubrir cómo funciona y habiendo puesto ya seis veces la calefacción (en verano), o encendido en ocho ocasiones el aire acondicionado (en invierno). Le recomiendo que no use más ese incomprensible mando a distancia, y que tan solo lo utilice para abanicarse (en verano) o darse golpes para calentarse (en invierno), pues no le va a servir de mucho más. Así que, simplemente, deposítelo en la mesilla de noche (si tiene la enorme fortuna de que en su dormitorio haya algún mueble...) y salga pronto de la cama.
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AL LADO (foto 1): El común interruptor de la luz, que no debe nunca precuparle. Apriete el botón siempre y sin preguntarse qué pone en la llave, pues de lo contrario se le amargará el día intentando saber lo que dicen y explican esa multitud de carteles y mensajes japoneses, que le van a rodear durante toda su estancia en aquel país. Si viera que al dar al interruptor se produce algún hecho extraño y ajeno a lo que Ud. pretende encender (puesta en marcha de ventiladores, de extractores, o hasta un apagón general de la zona); no tema. Los japoneses no van a culparle a Ud. nunca, siempre echarán la culpa a alguien de la casa (o del entorno) que les cae mal; comentando de aquel que no se puede dejar al alcance de un extranjero tan difícil interruptor.
ABAJO (foto 2): El típico mando a distancia de aire acondicionado-estufa eléctrica que hay en todas las habitaciones japonesas. No se confunda, lo mejor es no tocarlo si no quiere morir de frio o de calor; bien por haber encendido en el mes de agosto la estufa, o "el aire", en pleno invierno. Le recomendamos para una estancia cómoda en el País del Sol Naciente, no tocar (ni menos experimentar) con estos mandos; que pueden llevarle a tener la habitación a diez bajo cero, o a cincuenta grados de temperatura, en pocos minutos.


AL LADO: También muy común será encontrarse este tipo de interruptores; en el que arriba enciende la luz; aunque pulsando al botón de abajo, se pondrá en marcha un ventilador (extractor de humos y olores de la habitación). No se preocupe por dejar encendido el extractor, el siguiente lo apagará y siempre le echará la culpa al que cae mal a todos (del entorno familiar, o del grupo -y nunca será Ud., ya que es un extranjero-). Del mismo modo, si esa "oveja negra" por todos aborrecida, se encontrara encendido el ventilador, estará seguro de que ha sido él mismo quien lo ha olvidado. Puesto que sabe como todos están hartos y le tienen mucha manía, por los olvidos y bobadas que hace de continuo -así que es hasta bueno que Ud. meta la pata, de vez en cuando para poder culpár de sus errores al bobo del grupo (fundamentalmente de todas las picias que hacemos los extranjeros)-. Si comete un fallo u olvido, ni se preocupe, la "oveja negra" creerá de seguro que ha sido él mismo quien se ha dejado el extractor puesto; pedirá perdón y lo apagará. Vivir en Japón siendo extranjero es maravilloso, pues cuantas equivocaciones tiene uno, siempre terminan siendo muy útiles para culpar de ello a otro japonés: Aquel que cae muy mal en el entorno (siempre hay uno)... .
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ABAJO: Si al levantarse o para llegar a su dormitorio, ve que tiene un interruptor de este tipo (también muy común). Haga lo que quiera y apriete lo que le de la gana. Lo máximo que puede suceder es que se enciendan todas las luces (exteriores e interiores) y se pongan en marcha a la vez los ventiladores y demás aparatos de la casa u oficina. Luego vaya discriminando luces, una por una; bajando y subiendo la intensidad (tienen clavijas como las de volumen). Finalmente, cuando tras media hora apretando botones y válvulas (para acertar con la que desea), se harte ya de tanta maquinaria y tecnología, coja una lamparita de mesa y viva con ella en la casa; enchufándola donde pueda y sin tocar mucho los interruptores... . Así y solo así, será mucho más feliz en Japón -además, dejarán de echarle broncas por su culpa a la "oveja negra" del grupo-.
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Ya hemos visto algunos de los primeros problemas con los que nos podemos encontrar en nuestra vida entre Japoneses, ello nada más despertar. Ahora, si ya hemos conseguido dar al interruptor de la luz y parar la estufa-aire, quizás podamos salir del cuarto; así nos encaminaremos hacia la ducha-baño, que en japonés se dice ofuro. Muchos se lo pronunciarán "Ojuro", puesto que en este idioma no hay diferencia de sonido entre la "L" y la "R", al igual que tampoco existe entre la "J" y la "F". De ello que sea tan común que nos pregunten si una palabra inglesa se escribe con "R" de "Rondres", o bien con "L" de "Loma" (ambas dos, capitales bien conocidas de "Leino Unido" e "Itaria"). Ello, porque les es muy difícil recordar si una voz que significa "color" se escribe: "Coror", o bien "Corol"... . Igual sucede con otras palabras en castellano, como "joya"; que comunmente la pronuncian con "F" al principio; algo que solo es llamativo cuando se les oye durante los primeros años de estancia en Japón. Luego, se acostumbra el oido y se nos hace fácil oir lo de "Las Joyas", dicho con "F" en su primera letra. De tal modo y consecuentemente, indistintamente podemos decirles: -Me voy al "Ofuro", o al "Ojuro"-. Tanto es así, que tuve un amigo muy español y que simplemente les decía "Lo Juro"; con lo que los japoneses ya entendían que aquel se iba para la ducha, o el baño.
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Tal como les decía, si han conseguido de mañana, encender los interruptores de luz y por fin llegar al ofuro, vaya con cuidado porque aquí la bañeras tienen menos privacidad que los bares en España. Cualquiera puede meterse o asomarse al baño o a la ducha, mientras Ud. está dentro (carecen de pestillo), de lo que es siempre importante adoptar una postura elegante y digna -hasta en el baño...- . Otro día explicaremos lo que es el "ofuro" (una gran bañera donde se meten todos los japoneses, por las tardes-noches y tras haberse duchado), pero hoy bastará con avisarles de que sus dispositivos de encendido y apagado no solo tienen mil botones, sinó que además hablan. Como muestra les enseñamos un interruptor de Ofuro-Ducha, que como se lo encuentre Ud. apagado le puedo asegurar que es mejor que se duche con agua fria (sobre todo, antes de intentar manejarlo...) (foto 5). De lo contrario puede montar "una buena", ya que el dispositivo comienza a vaciar y a llenar automáticamente la gran bañera, conforme le venga en gana. Mientras, además, avisa de todo lo que va a hacer, en un japonés que solo es comparable al español hablado en los altavoces de las estaciones de tren (absolutamente incomprensible). De tal modo, si ha dado al botón intentando poner el dispositivo del "ofuro" en marcha y ve que comienza a salirle de todo por la bañera, o a cambiar de temperatura lo que sale por los grifos, no dude en llamar a un japonés. Puede perder media mañana tirando agua caliente, algo que mucho les incomoda a los nippones; sobre todo porque ellos se duchan y bañan por la noche y apenas hay quienes entran en el baño de mañana.
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AL LADO: Mando normal de baño japonés (ofuro). Le recomiendo no tocarlo, o bien de hacerlo, haberse aprendido perfectamente sus funciones. De lo contrario, si se pone Ud. a dar botones al tun-tun (como todos hemos hecho alguna vez) puede montar "una de cuidado". Pues créame que no hay nada más desagradable que encontrarse dentro de la ducha, sin ropa y ver como tras darle al mando, este empieza a hablarle en un japonés incomprensible, contándole todas las funciones que va a realizar y las que va a dejar de hacer. Ello mientras a Ud. (que está intentando lavarse) solo le sale agua fria de la ducha, y para colmo, observa como se vacía y llena automáticamente la bañera varias veces... . Un lío. En caso de haberlo tocado y no saber qué hacer, llame siempre a alguien que lo sepa manejar (aunque se encuentre en una situación y postura poco digna para ser visitado...).

ABAJO: Si tiene la fortuna de que en su ducha hay un mando como este de la foto, no lo tema. Al revés, considere que es Ud. un hombre afortunado y que va a poder controlar su agua caliente (basta con girar la ruedecita). Solo si ve que hace extraños ruidos el aparatito, llame a un japonés . Además, el calentador tiene hasta un aviso en inglés y otro en portugués (advirtiendo de que debe de estar en un ambiente bien ventilado). Como le digo: No tema usarlo ni aumentar la temperatura, aunque a veces por mucho que se gira la rueda, sale el agua igual de fria (o de caliente)... .
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Bueno, pues si ya ha conseguido ducharse, tenga por seguro que ha hecho algo que merece un aplauso. Pese a ello, en el baño y al terminar de asearse siempre tenga cuidado de dos cosas: Primero de no usar los detergentes para limpiar la bañera (ofuro) como jabones o geles. Segundo y muy importante: Cuidar de no poner crema de manos (u otro ungüento extraño) en el cepillo de dientes. Ello, porque en Japón las zonas de aseo son comunes, por lo que nos dejarán siempre las cremas para la piel, el pelo (o hasta las depilatorias), en la misma estantería que la pasta de dientes. Siendo un problema muy común el de confundir el dentífrico con alguno de estos ungüentos, que para las manos -o la piel- se usa en la casa. Ello puede llevarle a tener un terrible disgusto antes de desayunar, sobre todo si lo que pone en el cepillo de dientes es una crema depilatoria, como me sucedió a mí en un despiste.

AL LADO: Limpia-vajillas japoneses. Hay que tener cuidado para separar siempre bien este tipo de detergentes (y los limpiadores de la casa), de los geles de baño. De lo contrario, como no hay quien entienda lo que pone, nos los echaremos al pelo con toda tranquilidad. Pero atención: Lo más difícil es distinguir la pasta de dientes de las cremas de manos, pues vienen en envases casi iguales. Mucho cuidado sobre todo con las cremas depilatorias, que son las peores en caso de intentar lavarse los dientes con ellas... .

ABAJO: Ya ha conseguido salir Ud. de la ducha, limpito y arreglado. Enhorabuena. Ahora acérquese al microondas y calientese la leche o el agua para el café... . Quizás mejor no se preocupe y póngala en un cazo a calentar. Si no sabe como encender la cocina o no la tiene, desayune un yogourt fesquito (por ejemplo). Mientras, puede intentar encontrar un modelo parecido al microondas que en su casa tiene, para ver si existen instrucciones en inglés en internet.




AL LADO: No se le ocurra ni intentar manejar la maquinita esta de hacer arroz. Necesita mil programas y saber a qué hora se va a poner en marcha. Si quiere desayunar con arroz blanco, lo mejor es que lo pida y sobre todo no toque este "instrumento" que puede llevarle horas para programarlo y al final hacerle automaticamente un arroz terrible.
ABAJO: Lo más seguro, como les digo es tener un yogur a mano. Aunque no dude en comprar el que primero ha cogido en el supermercado; pues para leerse las caracteríaticas de cada yogourt, podría pasarse una mañana entera entre las estanterías de la tienda. De ello, primero saber o preguntar lo que es un yogur; tras lo que una vez reconocido su envase, tomaremos el primero que hay en la estantería -que salga del sabor que quiera (como la suerte dictamine)-. Si le sale o sabe malo, sepa que ese es un mal día, y quizás esté de mala suerte (no debiera hacer negocios, ni menos comprar lotería).




¿TÉ O CAFÉ?: La eterna pregunta del desayuno, pero si se encuentra solo, sepa que no le va a quedar más remedio que abrir las bolsas para saber el contenido de lo que quiere tomar. Así podrá elegir entre hacerse un café o tomarse un té por la mañana. En las fotos: Al lado empaquetamiento de café y abajo una caja con bolsas de té. En los comercios japoneses hay mil tipos de tes y cientos de cafés; no se preocupe mucho en elegir, al tun-tun y si le sale malo ya sabe que no está de suerte.



Bueno, pues parece que ya hemos conseguido ducharnos, encender la luz y hasta tomarnos un cafelito y un yogur. Estamos hoy de veras de suerte, sobre todo si en todo "este tramo" aún no hemos sufrido un imprevisto que nos hiciera terminar el baño con agua fría, limpiarnos la cabeza con lava-vajillas, bebernos un café hecho sin calentar el agua, o tomar un yogur que habían olvidado en la nevera desde hacía semanas y que estaba más caducado que la comida de una momia. De todos modos no se preocupe, si llega el caso en el que Ud. se limpia los dientes con crema de manos, o se come un alimento que desde meses atrás, estaba caducado en el frigorífico; no le va a pasar nada... . Bueno, al menos eso le asegurarán todos, entre risas y juergas, cuando les vaya contando sus tristezas y lo que le ha ocurrido esa mañana de infortunios... .
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Después de dar una vuelta a solas por la cocina, observará que lo único de lo que tiene verdaderamente certeza y de las pocas cosas que sabe usar correctamente, serán: El papel de aluminio y el plástico, de envolver. Otros objetos que también le serán familiares y que verá comunes a los de Occidente son: Las bolsas de basura y las de la compra (de plástico). El resto de enseres, comidas, objetos para cocina -y hasta las latas-, le serán tan extraños como a veces malolientes. No se preocuope, a los japoneses también nuestras comidas (quesos, ajos y etc) les huelen a rayos. Con el tiempo le ocurrirá lo mismo que en casa: No podrá vivir sin comer esas cositas que en los primeros dias le dieron tanto asquete (el daicon, el tacoan, el nató, o los riquísimos tskémonos).


AL LADO: El plástico de envolver alimentos y el papel de aluminio, son de las pocas cosas que uno sabe usar correctamente en Japón. Pese a ello, que no nos encarguen ir po ellos al supermercado, pues podemos tardar horas hasta encontrarlos (sobre todo en distinguir cual es cual...).
ABAJO: Si alguien te deja un recadito escrito en la nevera y te levantas estando solo en casa, lo mejor es esperar para después del desayuno por intentar saber qué te dicen... .


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Cuando estás solo y aburrido en casa, lo mejor es ir a ver un poco la tele. Es una suerte, pues muy de mañana ponen las noticias de Occidente, y en versión original. Ello siempre que consigas dar con el canal, ya que el mando de la televisión es un "galimatias" de cuidado. De todos modos, si no sabes muy bien en qué canal emiten las noticias occidentales, siempre se puede abrir un periódico y consultar la "cartelera" de T.V. . Finalmente, para cualquier duda, hoy en día es todo muy fácil de consultar, gracias al ordenador y a través de internet. Ello, siempre que no nos hayan dejado el teclado en idioma japonés, o que no sepamos desbloquearlo.... . Pese a todo, si tienes un pequeño problema siempre se puede telefonear desde un fijo, cuyas teclas son aún en su gran mayoría comprensibles.


Al LADO: Mando a distancia de la televisión, para cuyo uso han de intervenir dos cosas: El "conocimiento del medio" y (sobre todo) la buena suerte.
ABAJO: Un periódico en su cartelera de T.V., en la que podemos ver "facilmente" lo que anuncian y pondrán ese día.




AL LADO: Hoy en día tenemos la ventaja de internet y de poder consultar por ese medio cualquier duda. Ello siempre que el teclado no te lo hayan dejado en japonés bloqueado (como comunmente realizan en las empresas, para evitar extrañas "visitas").
ABAJO: Pese a todo, siempre está el clásico teléfono fijo con el que podemos resolver cualquier duda, llamando a un amigo. Ello, si acertamos en las teclas de descolgar y telefonear...


miércoles, 2 de noviembre de 2011

PACO DE ANTEQUERA: Cuando el Mundo amaba la guitarra (veinte años ha...)

Cuando el Mundo amaba la guitarra -veinte años hace ya de esto-, marché con la mía al Japón; donde trabajé y conocí a uno de los grandes: Paco de Antequera, quien desde el primer dia me trató con el mayor de los cariños. Juntos pasamos grandes momentos y días en el país del Sol Naciente, en los que pudimos tocar, dar recitales a duo, pasear riéndonos y divertirnos comparando las costumbres nuestras con las de los japoneses. En la presente entrada rendimos homenaje a nuestro queridísmo Francisco Márquez (Paco de Antequera): Maravilloso guitarrista, buen contertulio, divertido como ninguno y enorme amigo; quien tristemente falleció unas Navidades -hace ya casi once años-.


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SOBRE ESTAS LINEAS: Imagen de Paco de Antequera, tal como lo recuerdo y como lo conocí, a principios de los años noventa. Tristemente, no sé donde he guardado las muchas fotografias que nos debieron tomar juntos (tocando, en el escenario, o en casa de su amigo Ota). Tampoco recuerdo donde están algunos artículos de periódicos japoneses que tenía y en los que Paco de Antequera salía (a veces juntos). Va a hacer ya veinte años de ello y los recortes de prensa son lo que ya menos importa; pues aún podemos escuchar la guitarra del " Paquito" en internet, o en los muchos discos y grabaciones que durante toda su vida realizó. Tristemente lo que nos falta ya es su voz con sus chistes y chascarrillos, sin los que Japón se ha quedado ciertamente muy triste. Tal como digo, aún se oye su guitarra por doquier, pero nos faltan sus bromas -que eran de no parar de reir- y su cariñosa persona. Con su guitarra hizo bailar, vibrar y llorar a los japoneses, y con sus comentarios e ideas, reir a todo el que le rodeaba. A continuación damos unos "portales" para todo aquel que desee consultarlos (la foto superior ha sido tomada de su página de Facebook:
La guitarra flamenca de Paco de Antequera・ウ・・・ヘFacebook・・・・・p・オ・ト・「・ワ・キ). 1: http://www.youtube.com/watch?v=HhO2CGoWliU 2: http://www.youtube.com/watch?v=I4Bv-SgHtlg&feature=related 3: http://www.youtube.com/results?search_query=paco+de+antequera&aq=f 4: http://www.youtube.com/results?search_query=paco+de+antequera+francisco+marquez&aq=f

http://www.tristeyazul.com/artistas_flamencos/panteq01.htm

http://www.facebook.com/group.php?gid=140619439309646&v=wall

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Como si de ayer mismo se tratara, recuerdo perfectamente el momento en el que conocí a Paco de Antequera. Fué en 1992 y me habían dicho los japoneses que muy cerca de donde yo vivía se encontraba un templo budista, cuyo bonzo principal (dueño) era aficionadísimo al Flamenco. Allí se alojaban los mejores de la guitarra cuando venían por la zona, invitados por aquel sacerdote; así que, sin pensármelo dos veces, tomamos el coche y fuimos a ver qué era aquello. Se trataba del templo de Ogo, pedanía cercana a la capital donde yo vivo y en verdad su bonzo (Mashamichi Ota) se consideraba uno de los mayores amantes de la guitarra, en Japón. Al parecer, allí dormían Paco de Lucía o Manolo San Lucar, cuando por esta parte del Mundo se acercaban a dar conciertos; aunque sobre todo, pasaba allí largas temporadas Paco de Antequera. Entramos en el templo y nos indicaron que Paco estaba en la zona opuesta, en la parte de atrás, donde se encontraba la casa (domicilio) de los Ota. Nos dirigimos hasta allí (mi mujer y yo) y nada más abrir la puerta -en Japón las casas no se cierran y se da un pequeño grito de "gomekudasai" antes de meterse uno en ellas-, vimos a Paco sentado en una silla, de las que se había traido desde España. Estaba fumándose un purito y sin inmutarse, nos dijo a modo de saludo (con su sorna y su acento malagueño):
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-"¿Qué ´paza`, niño?. ¿Por aquí echando un ratito?"-. Le contesté que llevaba ya cuatro meses en Japón y él, dando una calada fuerte al puro, se quedó pensativo; luego me contestó con el ceño fruncido, extrañado, como deduciendo mucho... . Respondiendo con ese habla se Séneca que siempre tenía: -"Pués eso, sí que es... Un ratito ´mu` grande..."-. Evidentemente a mi mujer y a mí nos entró la risa de aquel comentario "tan pensado" y a él una carcajada floja que le hizo atragantarse con el humo propio. Comenzó a toser, llorar y reírse y desde aquel momento, puedo asegurarles que ni un solo minuto paramos todos de hacer lo mismo junto a Antequera: Reirnos hasta llorar y toser, de las cosas que nos contaba (aunque al final, hubimos de terminar tristemente llorando por su enorme pérdida y desaparición).
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Junto a él compartí muchas horas, algunas de trabajo y nunca le vi un solo gesto altivo, ni menos inseguro. Jamás le pude observar enfadado y todo lo tomaba con sorna y risa. Su actitud de compañerismo era de absoluta humildad y por su sencillez llamaba la atención siempre. Al salir a escena junto a él, nadie podría imaginar que estaba tocando con el que fué considerado (por toda la crítica musical) como el mejor guitarrista flamenco de los años sesenta, pues nunca había nada de "divo", ni distante, en su persona. Porque Paco era de una total humanidad y cariño; en su trato y en su forma de ser y trabajar. Tenía por aquel entonces yo solo treinta años y nadie me conocía; él me sacaba a escena o me presentaba a todos como si fuera un compañero suyo (de siempre), animándome y riéndose de nuestras cosas. Cuando me daba "el canguis" (como Paco decía) antes de salir a tocar, me comentaba: -"A ti te voy a ´zacar` yo de la manita; como a mi primo el de la Renault. De la manita te voy a ´zacar`un día al público y verás como se van a reir... Les voy a decir a los japoneses: Este que viene con tanto ´canguelo`, toca ´mu` bien... . Como mi primo el de la Renault"-. Nunca pude conocer a su primo (el de la Renault), ni siquera saber si era verdad que existía. Aunque Paco afirmaba que yo estaba "mu preparao, pero que mu preparao", tanto como aquel primo suyo de Antquera... .
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Hasta la llegada a la guitarra andaluza de Paco de Lucía y de Manolo Sanlúcar -revolucionando en su totalidad el mundo flamenco desde 1972-, había sido este Paco de Antequera "el mejor". Aún en los años noventa se le consideraba el "número uno" del Mundo para acompañar en cante y baile. Pese a ello, era de una humildad enorme; sin problema alguno y con alegría, estaba dispuesto a compartir cartel y escenario con cualquiera (hasta conmigo). Sin poner jamás traba ni problemas, y además gastando bromas hasta el último momento antes de salir al escenario; ofreciendo "la manita ´pa zarcarme`" si me veía en aprietos. Así era Paco, el más humano de cuantos músicos quizás he conocido y alguien al que jamás ví enfadado; aunque antes de una actuación tuviéramos mil cambios (de organización, de atrezzo y hasta de cartel).
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Pasaba comunmente Antequera en Japón largas temporadas, normalmente residiendo en la casa-templo de su amigo que ya hemos comentado: La del bonzo de Ogo, Mashamichi Ota. Aquello era una verdadera juerga y siempre aparecía el andaluz con las más variopintas cosas traidas por él desde España. Cuando no venía con jamones metidos de "estrangis" en la funda de la guitarra, aparecía con faroles de tipo sevillano; pretendiendo luego colocarlos en el templo, para iluminarlo y dejarlo bonito o alegre (mientras el sacerdote japonés intentaba que no lo hiciera, para evitar quitarle seriedad al lugar). De igual modo, era común que cuando preparaban las salas para ceremonias, Paco les preguntara: -"¿Qué hacemos hoy primero...: Misa o Flamenco?"- (refiriéndose a los ritos que el bonzo Ota había de celebrar continuadamente en su templo). A lo que el "cura nippón" solía responder dando una palmada vertical muy seria, juntando las manos sobre la cara (en actitud sacra), y diciendo: -"Primero Misa"-. Tras ello, comenzaba a dar palmas con garbo gitano, cantando con ritmo: -"Primero Misa, y luego Flamenco... Primero misa y luego Flamenco..."-. Siendo la común respuesta de Paquito: -"Eha. ´Pos` vamonos nosotros a dar una vueltecita mientras tanto, que esto de la ´miza` son funerales y tienen mucho ´malage`"-.
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BAJO ESTAS LINEAS: Imagen de Paco de Antequera en catálogos de los múltiples conciertos que daba en Japón durante los años noventa, el artista malagueño. Muchos de ellos organizados por su amigo el bonzo (Mashamichi Ota), eran verdaderas exhibiciones del mayor arte flamenco alcanzado. En algunos actuaba junto a japoneses (como bailarines, o incluso cantaores) y fué este guitarrista antequerano uno de los que más contribuyó a aficionar a los nippones al Flamenco. Su sentido del humor y su paciencia le hizo un personaje muy querido en los ambientes culturales del pais del Sol Naciente, donde aún le homenajean y no le olvidan.



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Muchos son los recuerdos que tengo de mi amigo Paco, pero uno de los más divertidos es que estaba empeñado en que las paellas le salían de maravilla, y sobre todo con ingredientes japoneses. En verdad era lo único que hacía mal. No mal, sino fatal. Pero había que comérselas diciendo que eran maravillosas; pues aquello consistía en lo único por lo que podía irritarse Paquito: Si se le ponía "un pero" a sus arroces. Al menos los que cocinaba en Japón eran de salir corriendo y en ello me recordaba a un conocido que tuvimos del Puerto de Santa María a quien le ocurría lo mismo:
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Se trataba de una buenísima persona y estaba empeñado de que las paellas le salían magníficas. Tanto que domingo tras domingo invitaba a sus más cercanos amigos a su chalet de Zahara, a degustar sus arroces. Allí iban todos por lo "buena gente" que él era, pero salían siempre espantados de las paellitas. Así que no sabiendo como decirle los amigos que les cambiase "el menú", enviaron a un programa de radio esotérico (que se emitía los domingos al medio día), una cinta con parapsicofonías grabadas por todos. En ella habían puesto los amiguetes unas voces irreconocibles, en las que gritaban con tono horrible: -"Manolo, Manolo; no nos hagas más paellas"-. De tal manera y mientras estaban comiendo un día el arroz "del ínclito" que semanalmente les invitaba a tan difícil manjar; aprovecharon para ponerle el programa de radio en el que se analizaban las susodichas parapsicofonías. Cuando aquel hombre las oyó, reconoció pronto que decían lo de "Manolo, no nos hagas más paellas", y mientras el presentador de la radio no podía dar crédito a lo que aquellas cintas con "sonidos paranormales" pronunciaban. Él sí se dió por aludido, así que antes de que en el mismo programa de radio comentaran que muy extrañamente parecía que las psicofonías hablaban de paellas; este tomó la sartén y se lió a paellazos con los presentes, quienes huyendo imitaban aquellas paranormales frases de: -"Manolo, Manolo; por favor, no nos hagas más paella"-
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Algo similar hubimos de haber hecho con Paco de Antequera, cuyo único defecto eran sus arroces preparados con ingredientes japoneses. Le encantaba viajar por todo Japón con la paellera y lo que más le gustaba era llevarla a la peluquería. Ello porque decía que "pelarse" en ese país era una ruina, ya que cobraban cinco mil yens por un "corte", cuando en España costaba casi siete veces menos (unas ochocientas pesetas de entonces). Así que lo mejor para ahorrar y para divertirse, era ir a la peluquería de amigos -con la paellera y el infiernillo- y cambiar un corte de pelo por un buen arroz. de tal modo, en cuanto le crecían las melenas, allí le tenías y le podías encontrar: De cháchara, toda la mañana en una peluquería japonesa, enseñando a unos y a otros a preparar la paella, con los ingredientes que iba encontrando por cada lugar. De paso, cuantos clientes entraban, a cortarse o lavarse "la cabellera", quedaban altamente sorprendidos porque en la tienda no solo les atendieran, sino que además les permitían catar los arroces andaluces, cocinados por mano de tan ilustre guitarrista (ni que decir tiene que a Paco, en ciertas zonas de Japón, le conocían todos).
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Algo increíble es que Paco carecía de problemas para la movilidad y orientación en Japón -algo imposible en un país como el del Sol Naciente, donde se pierden hasta los nativos más inteligentes- . Afirmaba que ello se debía a la perfección con la que estaban hechos los transportes públicos. Tanto que aseguraba que si te quedabas dormido en uno de ellos, te despertabas con toda seguridad en la estación en la que debías bajarte. Pidiendo a todos que hiciéramos la prueba al subirnos en un autobús, en el metro o en el tren; durmiéndonos dentro, para comprobar que estaban tan bien hechos, que te despertabas justo en el lugar que habías de bajarte. Evidentemente, a los occidentales ni se nos ocurre dormirnos en un transporte público japonés, pues se suele viajar "con cien ojos", ya que solo la idea de confundirse o equivocarse de estación puede ser un susto que suponga perderse durante horas... . Pero a Paco eso ni le ocurrió nunca, ni le importaba y viajaba siempre durmiendo en los vagones, como si de un japonés más se tratase.
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Para comprobar lo antes dicho, tanto como otra de sus teorías en la que afirmaba que si cerrabas los ojos en un transporte público japonés, te dabas cuenta de que todos hablaban en "andaluz"; me subió un día a uno de ellos. Allí -tal como en la entrada anterior comentábamos- fuí escuchando sus teorías con detenimiento y me di cuenta de que en verdad parecía que todos aquellos japoneses que nos rodeaban, parecía que hablaban en español (con acento de Málaga). Tanto que (como ya dijimos), había unos delante de nosotros, que "talmente" se diría que venían comentando cosas de Estepa, al igual que otros charlaban al más puro estilo lepero... . Y es que en verdad el acento japonés mucho se parece al de España y sobre todo a los del Sur ibérico, por lo que Paco oía en todos los transportes públicos "de fondo" aquello de: -"Paco tómate ´argo`"-. (aunque lo dicho pudiera ser: "Muko tomáte, aru golf",que viene a significar "que allí hay que ir -a dormir- pues hay golf").
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Era tanto su empeño en demostrar que los japoneses hablaban en andaluz dentro del tren, que me enseñó las estaciones de Tokio, tal como había que entenderlas: En "malagueño". Así hicimos el recorrido y la primera de salida era Ueno, que tras ser dicha por los altavoces del vagón, me explicó que esta era fácil de entender, pues se trataba de una de las principales y como su nombre indica significa, "Bueno". La siguiente parece que era Hamamachucho y ya aquí me aclaró que tenía dudas sobre si la "traducción" de aquella estación era que el "chucho" estaba con la mamá, o bien, "mamao". Seguimos y antes de llegar a Yamanote, ya me andaba explicando que era complejo saber si su significado era "ya mano te"; pues "te" es en verdad como se dice "mano" en japonés; aunque en origen su nombre era español y en verdad se debía decir "ya machote", tal como él lo pronunciaba. Sea como fuere, se sabía la estaciones de este modo y no se perdía ni en el tren ni en el metro (de Tokio, o de cualquier urbe), algo que en Japón era un verdadero milagro, porque allí -como he dicho-, se extravían hasta los nativos mas listos.
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BAJO ESTAS LINEAS: Programa de un concierto dado en 1993 en Iseshaki y ante quinientas personas. En primer lugar y como protagonista actuaba Paco de Antequera, tras él Sekiguchi (un maravilloso guitarrista japonés nacido en Kiriu) y después yo. Recuerdo que cerramos el concierto tocando Paco y yo juntos -entre otras piezas, el Romance Anónimo, que tanto gustaba a los japoneses-. Al terminar los recitales se iba siempre a saludar a "las Marias" (como las llamaba), que eran "sus" japonesas que venían a cientos, para tomarse fotos y pedirle autógrafos. Allí se juntaban a veces decenas de mujeres y Paquito siempre con risas les decia a todas: -"María"-. Lo más divertido es que ellas ya hasta contestaban por ese nombre.

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Había venido Paco a Japón para establecerse grandes temporadas ya a principios de los años setenta, siendo uno de los pioneros en traer el Flamenco a Tokio. Tanto fué por allí, que se terminó enamorando de una preciosa japonesa, con la que se casó finalmente y tuvo dos hijos (Nieves -Yukie- y Victor). Trabajaba a veces durante seis meses dando conciertos en este país y estuvo hasta de guitarrista con Chiquito de la Calzada. Muchas veces me hablaba de esta época en la que su compañero fue durante un tiempo Chiquito, con el que comentaba que se había reido bastante en Tokio (viviendo y trabajando con él). Narrando que en uno de los viajes llegaron con algún otro "cantaor" al que estuvieron advirtiendo durante todo el trayecto (en el avión), que por lo feo que era, de seguro a su regreso, se iba a encontrar a su mujer con un novio.Tras "tomar tierra" y salir del aeropuerto, aquel "cantaor" llamó a su esposa a Sevilla con toda prisa, advirtiéndola del siguiente modo: -"Niña me han dicho que te voy a encontrar con novio cuando vuelva... . Pues ni se te ocurra tener una ´aventurita`, que yo aquí, en Japón, soy el Robert Redford"-.
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Estas, tanto como mil y un anécdotas más, las contaba el bueno de Paco; quien era aún mejor persona que guitarrista. Y ello era bien difícil, pués como digo fue considerado por la crítica el mejor tocador de guitarra de los años sesenta -siendo tenido por todos, como el número uno en acompañar al cante y al baile-. Pero tristemente murió con poco más de sesenta años, unas Navidades hace ya más de una década. Pese a ello, su recuerdo siempre está lleno de alegría, porque era un eterno hombre feliz: Simpático y bueno como pocos, amigo como ninguno y humilde como el que más. Su sencillez y genialidad en la vida y en el arte, le hicieron ser querido por todos cuantos le escucharon y le trataron (en España, en Japón y por todo el Mundo). Sea nuestro recuerdo para uno de los más grandes y de los más humanos que he conocido en mi vida; esperando algún día y en "algún lugar" poder volver a tocar y a reír con él. Con ese genio, genial e ingenioso que se llamó al nacer Francisco Márquez y que Andalucía le nombró como: Paco de Antequera.
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BAJO Y JUNTO ESTAS LINEAS: Publicidad y anuncios míos de hace unos veinte años en Japón, en la época en la que tocaba con Paco de Antequera y frecuentaba la casa de Mashamichi Ota.Cuando recuerdo aquel tiempo (veinte años atrás), me doy cuenta de que quizás por entonces yo no tenía ni un duro y andaba "lampando por Japón", pero la verdad es que me lo pasába estupendamente (con Ota y Paquito). ¡Cuanto nos hemos reido juntos!. Además, en aquellos años -dos décadas atrás- a la gente le encantaba la guitarra, la entendían y había verdadera afición. Fué entonces, cuando el Mundo amaba la guitarra, una época en la que tuve el honor y la alegría de dar conciertos junto a Paco de Antequera.