martes, 20 de noviembre de 2012

CANALEJAS, CIEN AÑOS DESPUÉS.... ¡Ánimo, España!


1-. Antes de comenzar:

JUNTO ESTAS LINEAS:
Foto mía tocando ante público en Maebashi (Japón) en diciembre de 2011. Tan solo habían pasado unos meses desde el terremoto que asoló el Norte de este país; pese a ello la nación ya había logrado recuperarse, tanto que hoy en día aquel terrible suceso ya comienza a pertenecer al pasado. Iniciamos así la entrada de hoy, deseando expresar que todos los males -antes o después- se superan, más aún los económicos. Hoy España atraviesa una terrible época de penurias y problemas, pero hay que tener bien claro que ello será pronto un "mal recuerdo". El Hombre y el Mundo, ha hecho frente a todo tipo de calamidades, de las que finalmente ha salido y en muchos casos muy fortalecido. Aprovechamos para reflexionar sobre ello en estos días en que se conmemora el centenario de la muerte de Canalejas; uno de los más insignes liberales que tuvo nuestro país. Genio de la política y de las humanidades, que ayudó al milagro de convertir un país derruido en una de las primeras economías europeas. Hablaremos de ello en nuestra entrada, recordando como una España totalmente arruinada en 1898, se rehizo tan solo en doce años logrando ser una de las más importantes naciones europeas en los dias ya en que su Presidente del Consejo fue asesinado (un 12 de noviembre de 1912).

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Año y medio atrás, escribíamos una entrada que intitulé "ÁNIMO JAPÓN", que redacté en un momento terrible, cuando tras el terremoto del 11 de marzo del 2011 no se sabía qué iba a suceder en Fukushima. Ante todo comentar que el lugar en el que nosotros estamos asentados en aquel país y donde vive nuestra familia, se halla a tan solo unos ciento treinta kilómetros de esa central nuclear. Por lo que la angustia durante esos días fue terrible, y aunque no tuvimos que vivir el terremoto, no fue menos desagradable lo que después se sucedió. Nos referimos a la amenaza de catástrofe nuclear que las gentes por las calles pregonizaban, en Europa -fundamentalmente-, donde miles de personas salían protestando, dado "el aviso" de que nuestra tierra y nuestras latitudes se iban a convertir en un nuevo Chernobil. El aviso de alerta en una situación tan triste y dura, hizo que los billetes de avión para salir del país multiplicaran por diez su precio; mientras se anularon una gran parte de las patrullas de rescate centroeuropeas, que iban a dirigirse a la zona afectada por el terremoto (porque Fukushima iba a saltar por los aires).
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Pese a todo, muchos paises como España, Inglaterra, Estados Unidos -o la misma China- no anularon sus envíos de patrullas de rescate, ni los vuelos y ni siquiera evacuaron sus embajadas... . Por su parte, las autoridades japonesas afirmaban que todo se trataba de una voz de alarma sin grandes motivos y que en principio no había riesgo de desastre nuclear. Pero resultaba difícil creerles ya que muchos aprovecharon aquella terrible desgracia, asegurando que era inminente el estallido de la central. Algo que nunca sucedió, porque el tiempo pasó y no hubo catástrofe nuclear; tanto que apenas año y medio después, prácticamente el problema ha sido olvidado... . Fukushima es ya un tema casi superado y del terremoto tan solo queda la pesadilla de sus imágenes. Ninguno de los pronósticos terribles se cumplieron y ni la central estalló, ni menos aquel país quedó asolado por radiación. Todo lo que hoy digo con motivo de dar ánimos a los españoles y para animarles a no creer en los augurios sobre nuestra economía y nuestro país. Deseando escribir de nuevo hoy "ÁNIMO ESPAÑA" (como antaño hice con Japón), con el fin de que dentro de uno o dos años veamos que todo cuanto se temía, al final se logró superar... .

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CANALEJAS, CIEN AÑOS DESPUÉS.
SOBRE LO QUE ESCUCHE DE NIÑO ACERCA DE LO SUCEDIDO CIEN AÑOS HA: 

AL LADO:
José Canalejas Méndez, en el tiempo que fuera ministro y Presidente del Consejo de Estado -con el partido Liberal Demócrata (progresista)-. Hombre de Estado que vivió y se formó en la Restauración, lideró el pensamiento Regeneracionista en su vertiente política. Pretendiendo hacer de España una verdadera democracia, con voto libre y pluralidad partidista. Aunque tristemente sus intentos por convertir a nuestro país en un sistema muy similar al inglés, basado en una monarquía parlamentaria, democrática y bipartidista, quedaron truncados trás su asesinato -hace ahora cien años-..

ABAJO: El cuerpo sin vida de José Canalejas, en fotografía que se supone recoge el cadáver verdadero del estadista trás el atentado -pese a lo que creemos se trata de una reconstrucción posterior-. Fue asesinado frente a la librería San Martín, que se hallaba en la Puerta del Sol y a la que iba diariamente paseando sin escolta, desde su casa palacio -sita en la calle Huertas 18-, antes de asistir ir al Congreso o al Palacio de Bailén. Lugar donde le esperaba un 12 de noviembre de 1912 el asesino Pardiñas, quien mientras José Canalejas miraba las publicaciones del escaparate, le asestó dos tiros en la cabeza produciéndole la muerte. Tras ello, el magnicida intentó huir, pero fue seguido por un valiente policía que porra en mano le persigió. En la perseguían, disparó el sicario contra aquel indefenso agente (que se apellidaba Borrego), errando por fortuna el tiro. Finalmente, al sentirse el asesino sin escapartoria y viéndose rodeado por un tumulto de gente, se suicidó con la pistola que había cometido el atentado -hemos de suponer que el policía que vemos en la fotografía al fondo pudiera ser el mencionado Borrego, que intentó atrapar valerosamente al asesino de Canalejas-.

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2-. Cién años después del asesinato de José Canalejas, y lo que "de primera mano" me narraron:
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La historia que hoy voy a relatar, me fue transmitida directamente, contada por mi madre y por la persona que la crió (Gregoria Zamarra);
siendo aquella la que actuó como una segunda progenitora para con ella y sus hermanos -quienes perdieron a sus padres en la Guerra Civil Española-. Así, cuando mi abuelo Angel Santafé fue fusilado en Sagunto en agosto de 1936, bajo la acusación de "monárquico" -por ser director de los Altos Hornos-; Gregoria Zamarra se encargó de traer a los hijos junto a su abuela a Madrid. Ciudad donde también su madre -la esposa del muerto en Sagunto- caería enferma y poco después moriría. De ello, al quedar huérfanos la generación truncó parte de su contacto, aunque a través de la abuela materna, de uno de sus tíos (Martín que actuó de tutor) y de la referida Gregoria, pudo conservarse la historia del pasado. Un pasado muy relacionado con el milagro del Regeneracionismo y con lo sucedido entre el final del siglo XIX y principios del XX. Todo lo que hoy deseo recoger para que aquello que me fue contado de primera mano, no se pierda. Comenzaremos así por lo que me dijeron acerca del advenimiento de Canalejas y del desarrollo de su ideología y su política. Sobre lo que me narraban desde muy niño que en todo ello tuvieron mucho que ver los dos abuelos de mi madre: El paterno, que se llamaba Nicolás Santafé Arellano y el materno, de nombre Manuel Cobo Canalejas.
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Iniciaré mi historia hablando sobre el primero (Nicolás Santafé), que nacería hacia 1845 en un pueblo de Navarra llamado Caparroso, donde sus padres habían huido tras poducirse una epidemia de cólera la ciudad donde vivían y de donde eran originarios (Tudela). Allí se crió, aunque por el carácter liberal y no carlista de la familia, sobre 1860 Nicolás hubo de marchar a Francia, donde estudió matemáticas y música. Tras hacerse un gran flautista y corredor de bolsa, trabajaría en París para el Crédit Lyonnais, entrando en contacto con cuantos exiliados hispanos vivían en "la ciudad de la libertad". Posteriormente, hacia 1885 ya estaba establecido en Madrid, fundando y dirigiendo el Banco Hipotecario que se creó principalmente por los franceses para evitar los abusos de los prestamistas de entonces -que actuaban con verdadera usura-.
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El fundamento de aquel primer banco español que nació para conceder hipotecas (que tristemente hoy están produciendo tantos males...); era precisamente lograr que la clase media tuviera casa propia. Generando un sistema de crédito proporcionado, intentando acabar con la usura y permitiendo el florecimiento de un "cuarto estamento" nacido en la industrialización: La pequeña burguesía comercial y ciudadana, en la que se pretendía convertir a gran parte del Pueblo. Una ideología que procedía de filosofías basadas principalmente del Krausismo, que fueron impulsadas desde Europa central y protegidas por personalidades tales como la Emperatriz Eugenia de Montijo. Teorías de cambio y fraternidad, con las que se pretendía "curar" socialmente al Viejo Continente, para que la riqueza se repartiera con equidad y los Derechos de los ciudadanos fueran igualitarios, tanto como basados en el humanismo.
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El otro abuelo de mi madre también relacionado con estas ideas -por entonces muy progresistas-, dije que se llamaba Manuel Cobo Canalejas. Era de origen conquense, aunque se establece muy joven -hacia 1870- en Madrid para trabajar en un juzgado como letrado y secretario (junto a su hermano Julían, que era notario). En la capital se casó con la hija de uno de los constructores que por entonces levantaban los barrios de la zona centro -los actuales de Malasaña a Barquillo-. Así parece ser que fue como en la década de los ochenta Manuel Cobo entró en contacto con Nicolás Santafé, para solicitar al Banco Hipotecario los créditos con el fin de levantar aquellas casas que por entonces edificaban. Trato del que al parecer nació una gran amistad entre ambos, surgida posiblemente del hecho de que ambos seguían ideologías muy cercanas y próximas al Krausismo. Teorías progresistas que conformaban parte de lo que se denomina El Regeneracionismo, que habían introducido décadas antes en España: Joaquín Costa, Giner de los Rios o Sanz del Rio (entre otros).


AL LADO:
Foto tomada hacia 1915 de Nicolás Santafé Arellano, cofundador del Banco Hipotecario a fines del siglo XIX y del que fué gobernador hasta el su muerte (sucedida en 1931). Esta entidad bancaria se creó bajo el auspicio del Crédit Lyonnais con el fin de acabar con los abusos de préstamos inmobiliarios. Un sistema de usura que por entonces provocaba que en España apenas un mínimo porcentaje de población pudiera tener vivienda propia. Las ideologías liberales anglo-francesas y centroeuropeas obligaron a crear una banca sin deseos de especulación, que propiciara la construcción de pisos y su financiación sin grandes beneficios para el prestamista. De ello y conforme a teorías económicas de índole krausista, nacería el Banco Hipotecario, que se regentó por individuos de ideología liberal y regeneracionista.

ABAJO:
Foto tomada en primavera de 1920 en la casa de Nicolas Santafé, al que vemos entre María Mesía (a nuestra izquierda) y Mme. Atainville (a la derecha). Bajo estos, la Emperatriz Eugenia de Montijo en la última imagen que se conserva de ella. Como decimos, la condesa de Montijo fue una de las grandes liberales y progresistas que tuvo el siglo XIX. Amiga de los más izquierdistas desde joven, llegó a Francia de la mano de Napoleón III que la hizo emperatriz de los galos y donde no dudaría en contactar con los grupos más atrevidos (ideológicamente hablando). En aquellos años, Nicolás Santafé que vivía en Paris, conocería a la emperatriz tanto como a muchos de los exiliados españoles. Gentes que como él tienen que abandonar su patria por las Guerras Carlistas y más tarde durante la Primera República. Españoles "neo-afrancesados" que en el país vecino compartieron aquellos años, quedando unidos por lazos de ideología y de vivencias. Finalmente, tras el derrocamiento de la emperatriz Eugenia, esa valiente mujer fue a vivir a Inglaterra, donde continuó apoyando el liberalismo, intentando de generar una nueva España a la altura de lo que había visto y conocido en Europa. De tal manera y bajo la dirección de Inglaterra y Centroeuropa, al sucederse La Restauración de la monarquía con Alfonso XII; una rama de aristócratas y burqueses españoles apoyaron el progresismo regeneracionista, con el fin de crear un sistema bipartidista de tipo inglés (lo que -como veremos- quedó truncado tras la muerte de Canalejas). 

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Como dije, en aquellas ideologías muy progresistas y de "regeneración" militaban ambos abuelos de mi madre, entre los que uno de ellos decide saltar al ruedo político junto a su primo y socio. Me refiero Manuel Cobo, que compartía bufete y casi todo con José Canalejas Méndez. Así se presentaba mi bisabuelo a las elecciones por el Ayuntamiento de Madrid mientras Canalejas lo hacía al Parlamento; llegando este último muy pronto a ser ministro de Sagasta. Poco después y en pleno éxito profesional (siendo ya un hombre de Estado), sufrió José Canalejas un duro golpe, cuando en 1897 quedó viudo. Estado de soledad e incertidumbre que le llevó a tomar decisiones muy severas, pero que curioamente le encumbraron definitivamente (politicamente hablando). De tal manera, al verse en falta de su mujer -no tenía hijos de su primer matrimonio- decidió irse del país durante un tiempo. Aprovechando ese viaje se dirigió al otro lado del Atlántico con el fin de estudiar la situación en Cuba y la crisis de colonias. Marchando hasta la isla caribeña, pero pasando primero por Estados Unidos, donde intentó explicar la postura y necesidades de España, para que nuestra nación y la Norteamericana no entrasen en conflicto.
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Pretendió lograrlo hablando con el presidente McKinley en la Casa Blanca, donde expuso todos los pormenores de la situación hispana y de su entonces provincia. Tras ello, se encaminó José Canalejas hacia la Habana donde se vistió de rayadillo y se alistó como soldado, para pasar en El Frente las Navidades de 1897 a 1898 (acuartelado y luchando como uno más). Hecho por el que le concedieron la medalla al mérito militar y a través del que consiguió saber cual era la verdadera situación que se vivía en aquella isla y la de los militares nacionales que "pretendían defenderla". Fue entonces cuando lograron izar la bandera de una Cuba federal, que prometía dejar de luchar contra su "madre patria"; regresando en enero a la Metrópoli, donde esperaba poder explicar todo lo vivido en el Caribe. Así informó a su partido -especialmente a quien lo presidía- de la situación real antillana, aunque Práxedes Mateo Sagasta apenas le hizo caso alguno y siguió en su linea de pensamiento (cercana a la de los conservadores).
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Los penosos sucesos del Maine oscurecieron toda aquella operación política en la que Canalejas había tratado perimero con el presidente de Estados Unidos y posteriormente con los secesionistas de Cuba. Pretendiendo con su mediación e informe evitar entrar en confrontación y que la isla se separase de España. Pese a lo que tristemente Sagasta y el resto de los políticos españoles no quisieron oir los consejos del que había llegado a alistarse como soldado de Ultramar. Tras lo que  decimos, se produjeron los "extraños hechos" del Maine. Todo lo que llevó a un enfrentamiento en el que nuestra armada con barcos de madera, debíó medirse con los acorazados de acero americanos. Guerra que José Canalejas y quienes le seguían se negaron a apoyar, por estar perdida de antemano. Pero que la gran mayoría de los políticos hispános desearon iniciar para "luchar" contra Estados Unidos, probando así la valentía ibérica (sacrificando a los pobres jóvenes soldados destinados en el Caribe). Actitud bélica cuyo resultado todos sabemos como terminó y cuya denominación marcó una época conocida como "El Desastre" (del 98).


AL LADO:
Foto del féretro de José Canalejas durante su velatorio en una capilla ardiente que habilitaron en el Congreso de Diputados. Al parecer, fue Manuel Cobo Canalejas (junto a J.Francos Rodríguez) uno de los pocos que no se separó de él hasta que el estadista fue enterrado.

ABAJO:
Preciosa imagen del acorazado Maine entrando en la bahía de La Habana en enero de 1898, días antes de que este barco saltara por los aires. En esas semanas abandonaba la capital cubana José Canalejas, camino de España y con toda la documentación sobre el estado de aquella provincia. Informes que obtuvo llegando a vestirse de soldado y luchando como uno más en El Frente; tras lo que pudo comunicar a Sagasta (jefe de su partido) que la situación en el Caribe era insalvable. Pese a ello, nadie hizo caso al político que había vivido la realidad de Cuba, llegándose así al "Desastre del 98". (AGRADECEMOS A WIKIPEDIA y su archivo fotográfico, nos facilite divulgar la imagen abajo publicada, que procede de su página: "Guerra Hispano-Americana". Ver: http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_hispano-estadounidense ).

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La fuerza que ganó por entonces Canalejas fue mucha, pues ya había advertido del seguro "desastroso final" si no se llegaba a un acuerdo en Cuba y si España se enfrentába la vecina potencia militar que pretendía "proteger" la isla. Por ello se retiró en esos días de la política, habida cuenta que -como dijimos- prÁcticamente todos los líderes hispanos (progresistas o conservadores) se aunaron en la idea de mantener Cuba como fuera, aún declarando la guerra a Estados Unidos -en una lucha final que no tuvo siquiera una verdadera batalla equilibrada-. Una situación ya prevista por algunas personas (como Canalejas), que llevó al mayor estado de humillación y deterioro de nuestra nación. Pero que debido a la magnitud de su "Desastre" y a su significado como final de un Imperio, hizo reflexionar a todos los españoles con un verdadero espíritu de autocrítica. Lo que daría como fruto "la mejor cosecha" de pensadores, políticos, artistas y creadores que España conoció desde el Siglo de Oro.
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Por todo lo relatado, en esos días y entre los hombres de Estado -o de la cultura- se fraguó definitivamente el deseo y la idea de que España había de regenerarse. Un "renacimiento" que había realizarse conforme a las teorías promulgadas por filósofos y pensadores como Sanz del Rio, Joaquín Costa o Giner de los Rios. Basadas en alfabetizar a la población, alimentándola bien, sacándola de la miseria y olvidándose de las gestas y glorias pasadas. De ello sus dos proclamas que decían "Escuela y despensa" y "cerrar con doble llave el sepulcro del Cid"; a la vez que se promulgaban una regeneración que eliminase los peores males de nuestra tierra y que se consideraban: "La falta de verdadero patriotismo; el desprecio de lo propio; la ausencia de interés común; la falta de concepto de independencia y el menosprecio de la tradición" -frases estas últimas que podrán resultarnos muy conservadoras pero que nacen del ideario de Joaquín Costa-.
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AL LADO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Portada y fotos del ejemplar de Mundo Gráfico en el que se recogían las últimas imágenes de Canalejas; número de la revista dedicado enteramente al desaparecido Presidente del Consejo y a su asesinato. Podemos verla actualmente en una Web a la que agadecemos facilite este importante documento visitable en: http://lacorrientedelgolfo.wordpress.com/2012/09/20/el-asesinato-de-canalejas-1912/ . Portal en el que se hallan importantes fotografías sobre la vida y muerte de José Canalejas Méndez.

ARRIBA:
Foto-litorafía que recoge un momento de la misa por el asesinado Presidente del Consejo; funeral de cuerpo presente celebrado en San Francisco el Grande. Abajo, la portada de Mundo Gráfico. Estas y otras imágenes de gran interés se presentan en una Web del Ayuntamiento de Madrid, que ofrece el ejemplar que la publicación Nuevo Mundo dedicó a la muerte del estadista (Ver: http://www.memoriademadrid.es/fondos/NOTICIAS/HEM_NuevoMundo_Suplemento984_19121114.pdf ).
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Con el asesinato de Canalejas puede decirse que el Regeneracionismo como ideal e ideario político muere. Habida cuenta que otros quienes dicen seguir esta linea de pensamiento, no pueden ser considerados verdaderos regeneracionistas, por su talante conservador o por su falta de principios sociales. Por su parte, al faltar un lider que aglutinase el progresismo sobre el centro, la Izquierda se encaminó hacia marxismo. Lo que se acrecienta cuando el Partido Liberal Progresista (llamado Demócrata y que lideraba Canalejas), queda finalmente en manos del conde de Romanones -uno de los hombres más ricos de España, demasiado cercano a la Corona y que no podía considerarse precisamente un ejemplo de liberalismo progresista...-.



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Veníamos diciendo que antes de producirse El Desastre y por negarse a la política de conservar Cuba por todos los medios, Canalejas abandona durante un tiempo el poder y los cargos, retirándose a su bufete (que compartía con Manuel Cobo Canalejas). Así al parecer, repartían ambos socios el trabajo de abogados; y cada vez que un primo era nombrado para un cargo, regresaba el otro a llevar el despacho. De lo que Manuel dirigía el bufete abandonando sus deberes en el juzgado, cuando el estadista era ministro o Presidente del Consejo; mientras que al cesar en su mandato José Canalejas, era Manuel Cobo el que volvía a su juzgado -dejando la dirección de la oficina al famoso político (famoso también por las minutas y los casos que defendía...)-. Ello sucedió especialmente durante el tiempo en que José Canalejas se aparta de Sagasta y se marcha del "ruedo parlamentario"; periodo que comprende entre los años de 1895 y el 1902. Anque este último año finalmente se decide a fundar su propio partido: El Liberal Demócrata que se escinde del Progresista y que defiende ideas más izquierdistas. Logrando en esa corriente aunar las diversas facciones liberales de la época y consiguiendo triunfar, llegando a Primer Ministro (Presidente del Consejo) en 1910.
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En el corto mandato que duro apenas dos años y fue truncado por su asesinato, se propuso entre otras cosas: Hacer de España una verdadera democracia, anulando la posibilidad de compra de votos (como por entonces sucedía con el caciquismo implantado a nivel nacional). Establecer el servicio militar obligatorio para todos, sin posibilidad de que otra persona cumpliera con esta obligación a cambio de recibir un pago (tal como hasta este momento se acostumbraba a realizar, hasta el punto de que había profesionales que llegaban a jubilarse tras más decenas de milis en sustitución). Tanto como limitar el poder de la Iglesia, mejorar la cuestión catalana y fortalecer el comercio suprimiendo impuestos. Propuestas que en su mayoría no pudo lograr del todo, habida cuenta de su muerte en 1912. No llegando a conseguir suprimir el fraude electoral que entonces existía en la totalidad del territorio hispano, donde la compra del voto era un uso tan común como normalizado.
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AL LADO:
Fotografía tomada el 12 de Noviembre de 1912, tras el atentado contra Canalejas, y en la que el hijo del propietario de la Librería San Martín muestra los impactos de bala en el escaparate de la tienda. Tiros con los que el asesino Manuel Pardiñas cometió el magnicidio, mientras el estadista leía las novedades y las portadas de libros que se allí se exhibían.


ABAJO: Fotografía tomada en el mismo lugar que la anterior, justamente cien años despúes. Se trata del homenaje llevado a cabo el pasado 12 de Noviembre de 2012 con motivo del centenario del magnicidio, organizado entre otros por Club Liberal, diversas asociaciones y fundaciones (como la Francos Rodríguez), admiradores y familiares del político. Donde rindieron memoria al estadista asesinado junto a los descendientes de José Canalejas, llevando flores al sitio en que fue asesinado. En la imagen vemos el ramo de flores situado en el punto de la Puerta del Sol en que cayó el cuerpo sin vida de José Canalejas, guirnalda allí depositada cién años más tarde por sus descendientes: La duquesa Vda. de Canalejas (Excma. Sra. Ma. del Carmen Huertas y Arguiñano), junto a su hijo Jose Manuel de Canalejas y Huertas (duque de Canalejas) y su hija, Ma. del Carmen de Canalejas y Huertas (marquesa de Otero de Herreros). 
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Pero dejemos a un lado lo que es pura Historia y sigamos con la historia; es decir con los acontecimientos que se sucedieron tal y como me los narraron desde niño. Entre ellos recuerdo que se comentaba en mi casa que uno de los motivos por los que posiblemente asesinaron a Canalejas fue por querer suprimir la compra-venta de votos, intentando convertir España en una verdadera Democracia. Algo que en un "sistema de caciques" como el que se había institucionalizado, sería visto como un pecado imperdonable. Pues las votaciones estaban "tuteladas" por los señoritos de pueblo o de ciudad, quienes debían vigilar a sus aparceros, asalariados o trabajadores, para que estos eligieran la opción que debía vencer en cada zona. Todo organizado previmente en un sistema que permitía comprar las elecciones, en el que las gentes iban con la papeleta en la mano y abierta hasta la urna -donde la doblaban e introducían votando opción que el cacique había recomendado (normalmente previo pago de un importe)-. No debiendo cerrarla hasta que un vigilante junto a la mesa electoral -correspondiente a la facción que la había comprado- asentía con la cabeza; tras lo que ya podía depositarse el voto en lo que normalmente eran simples ollas de cocina.
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Pese a todo, de no haber suficientes papeletas a favor del que "debía" ganar en una zona o pueblo, incluso se sacaban pucheros llenos de ellas preparadas previamente para este fin estabilizador y democrático (lo que se denominaba como su propio nombre indica: "Pucherazo"). Por su parte, en todo ello había genios de la compraventa electoral, entre los que se dice destacaba Romanones -al menos así me lo contaron-. Cuyos encargados de "márketing y campaña" llegaban hasta las zonas en que se podía mercadear libremente con las votaciones y tras llevarse de juerga a los supervisores contrarios, preguntaban a los de que esperaban fuera y en la cola electoral a cuanto habían pagado el voto los Conservadores. Como normalmente se daba unas tres pesetas por cada papeleta, se les decía: -"¿Solo tres pesetas te han dado por un voto?... Esos conservadores son unos tacaños, trae las tres pesetas y toma un duro y la papelenta nuestra. Pero vete pronto a echarla sin que te vean; antes de que vuelvan los agarrados esos..."-. Un método con el que al parecer se ganaron muchas elecciones y decenas de escaños por todo el país... .


AL LADO:
Manuel Cobo Canalejas, junto al cadáver de su amigo y admirado José Canalejas Méndez (del que parece no se separó hasta que fue llevado al Panteón).
ABAJO: El cadáver del estadista llega al Congreso de Diputados; la imagen está tomada en los momentos previos a preparar la Capilla Ardiente. Entre los fotografiados volvemos a ver a Manuel Cobo Canalejas (tercero comenzando por la derecha). Se dice que el asesinato de este gran estadista pudo deberse -entre otros motivos- a su intención de acabar con el sistema de caciquismo y con la compraventa de las elecciones (pretendiendo hacer de España una verdadera Democracia). Algo que de seguro tuvo que ver con quienes desearon acabar con él, ya que era práctica habitual y de todos los partidos comprar y vender los votos que se llevaban abiertos en papeletas hasta la urna (introduciéndolos de ese modo y a la vista del que lo había pagado).
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Pero dejando al margen las anécdotas y los asuntos casi cómicos que rodeaban a las "elecciones" de entonces (entrecomillo elecciones, puesto que eran más bien unas "compracciones"). El periodo que comprendió desde el fin del siglo XIX hasta la muerte de Canalejas, dió como fruto muy unas corrientes de pensamiento que jamás conoció España -de carácter político, económico, social y cultural-. Fueron esos los días de la "Generación del 98" y del Regeneracionismo Literario, que con gran romanticismo, creatividad y una calidad humanística y artística sin igual, escribieron los más sublimes libros que nuestro país había conocido desde la época de Quevedo. Igualmente nacería un Regeneracionismo artístico encabezado por los Zuloaga y hasta uno "museístico", liderado por figuras como José Lázaro Galdiano. Otro jurídico con personajes como Concepción Arenal o Silvela; y principalmente el filosófico, encabezado por Joaquín Costa y Giner de los Rios, potenciado por Unamuno y seguido por Ortega. Junto al famoso Regeneracionismo pedagógico con el que la Institución Libre de Enseñanza -fundada entre otros por Sanz del Rio-
consiguió importar corrientes estéticas y filosóficas europeas, rompiendo así la con la tradición religiosa española educativa. Por lo que aquel movimiento que desde la decadente España deseaba regenerarla, fue una cumbre de cultura y pensamiento sin igual -y casi sin parangón en Europa-. Tanto que realmente hizo surgir los diversos movimientos posteriores hispanos, como fueron los Novecentistas -e incluso la "Generación del 27"-; que nacieron de aquellos posos literarios sembrados por sus antecesores.
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En lo que se refiere al Regeneracionismo económico, poco o muy poco se ha escrito; pese a que aquella tendencia también tuvo una gran importancia. Sobre el tema destaca un estudio de Jose Luis Malo Guillén titulado "El krausismo económico español" publicado en el 2005 y que contiene once textos escritos entre 1868 y 1906 por cinco autores destacados sobre la materia: José Manuel Piernas Hurtado, Gumersindo de Azcárate, Adolfo Álvarez Buylla, Francisco Giner de los Ríos y Leopoldo Alas Ureña. Pese a lo que tal como escribe el profesor Malo Guillén acerca de estos tratadistas: "ni todos ellos defendieron un mismo enfoque económico, ni puede afirmarse que en el seno de la escuela krausista existiera un ideario económico común y diferenciado, por lo menos con anterioridad a la Revolución de 1868". Explicando la teoría de aquellos Regeneracionistas, basada en el deseo de crear un "cuarto estamento", que es lo que hoy denominamos "Clase Media". Sobre lo que expresa Malo Guillén (en la pag. 125 de la obra antes citada):
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"Los desvelos krausistas se encontraban dirigidos a lograr la armonía social mediante la integración del cuarto estado en el sistema. Para ello hacía falta, por un lado, reconducir el movimiento obrero hacia su reformismo, obviando las tesis revolucionarias, y por otro, democratizar efectivamente el régimen de la Restauración para posibilitar la participación real de las masas. A pesar de algunos hitos destacables, en ninguna de estas vertientes se consiguió el menos avance permanente. Es cierto, sin embargo, que durante un corto periodo de tiempo se logró la colaboración del socialismo con el Instituto, pero las limitaciones instrumentales y los avatares políticos acabaron por poner término a los sueños de armonía, cada vez más alejados de la realidad". Quizás olvidando concluir el prof. Malo Guillén que el sueño acabado se convirtió en pesadilla tras el asesinato de Canalejas, momento en el que se terminaron las esperanzas de poder crear el proyecto de una España similar a Inglaterra. Y pese a que entonces todos los politicos se convirtieron en Regereracionistas de palabra, casi ninguno lo era de obra o pensamiento. Tanto que se dejó en manos de los más ricos del país el partido Liberal Demócrata (Progresista); lo que derivó hacia el final descrédito de todos sus componentes y la fractura de estos con la verdadera izquierda y el pensamiento social -que comenzaría a ser desde el asesinato de Canalejas, a ser puramente marxista-.
 


AL LADO:
Llegada del cuerpo de Canalejas amortajado. Junto a él de nuevo podemos ver a Manuel Cobo (en primer término, en el centro).

ABAJO:
El féretro en el armón y camino del panteón. Igualmente se observan las mismas personas antes fotografiadas, que le acompañan junto a Dato y otros en el cortejo fúnebre.

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Como decimos, el Regeneracinismo acabó realmente con Canalejas -al menos el político y el económico, quien junto a los suyos deseaba la creación de una verdadera "clase media" (cuarto estamento), e imponer en España un sistema basado en el bipartidismo -muy cercano al americano o al inglés-. Los apoyos para lograrlo vinieron desde el Mundo Anglosajón y no tanto de Francia (como se piensa). Debido en mi opinión, a que la reina Maria Victoria Eugenia era inglesa, tanto como al hecho de que a Estados Unidos y al Reino Unido les interesaba estabilizar nuestro país en una forma muy similar a la suya, para poder influir sobre él ("colonizarlo" en cierto modo, civicamente). Pese a todo, mayores intereses parece que había en el interior hispano para que "la cosa" no cambiara y que los caciques continuaran ejerciendo su poder; de igual forma a como lo llevaban haciendo durante todo el siglo XIX. Algo que finalmente convertiría a España en un polvorín, que saltó con un Golpe de Estado dado pocos años después de la muerte de Canalejas. Lo que definitivamente llevó al descrédito de la monarquía y desembocó en la Segunda República (sistema que tampoco pudo estabilizarse por iguales motivos a los siempre referidos).
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Pero centrándonos en lo sucedido en tiempos de Canalejas, diremos lo que me contaron; entre lo que más recuerdo el sistema que decían en el que se organizaban esos grupos krausistas. Narrando mis antecesores que -al parecer- se reunían en las tahonas del centro de Madrid, para explicar sus proyectos, generar adeptos y tomar fuerza en la calle. De tal manera y como ya dije que Manuel Cobo Canalejas se casó con la hija de un famoso constructor (Concepción D´Arrriba y D´Orrego) asociándose con su suegro y procer político. Pues al parecer levantar aquellos grandes edificios no tenía solo un fin económico, sino también uno político -ya que servían para conservar "bases operativas"-. Así cuando construían manzanas en el barrio de Malasaña o de Barquillo, cuentan que era obligado al grupo quedarse con algunos locales en los bajos. Establecimientos en los que se situaban panaderías o tiendas de alimentos, en las que se hacían los famosos "mitings" -para extender el pensamiento de Krause y las consignas de su partido-.
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De igual manera me dijeron que por medio de aquellas tahonas se controlaba en gran parte el precio del pan, que se podía regalar incluso a las gentes de Madrid -en caso de necesidad o hambruna-; todo lo que servía como forma de propaganda. Así, con esa herramienta basada en el "control del pan", parece ser que se ejercía cierta fuerza moral sobre las personas más necesitadas y un gran poder sobre los totalmente desfavorecidos. Todo lo que repercutía en los favorecidos; ricos que al ver que se llegaba a repartir pan gratis al pueblo, o a imponer precios muy bajos en este alimento básico (convenidos por varias tahonas), sabían que de seguro habría enormes simpatizantes de aquellos que allí se reunían con fines políticos o sociales. De este modo me narraron de niño que se ganaban escaños y concejalías en el Ayuntamiento de Madrid y hasta diputados en el Parlamento; todo lo que no puedo asegurar que fuera un medio usado por Canalejas, aunque sí comentaban que lo era por el grupo del mencionado Manuel Cobo (mi bisabuelo).
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Desconozco si hay pruebas històricas de cuanto hoy narro y que desde muy pequeño oí en mi casa, pero puedo asegurar que este sistema de organización social (y de enseñanza de la filosofía krausista) era el que decían se llevaba a cabo, para influir sobre el pueblo. Considerando quienes lo hacían, que era mucho más honrado regalar pan y organizar reuniones en las tahonas, que comprar votos (como fue común entre los políticos por entonces). Por todo lo que tenían como costumbre potenciar la creación de edificios nuevos y conservar en ellos algunos locales, para dedicarlos a la fabricación de alimentos básicos, con los que se podía dar de comer a los más necesitados, a la vez que de algún modo se les adoctrinaba -establecimientos en los que también se reunían los partidarios de la idelogía "canalejista"-. Evidentemente hoy en día pudiera parecer inmoral lo que cuento, pese a que no es lo mismo intentar influir en la voluntad popular por medio de facilitar comida, que realizarlo tal como estos acostumbraban a hacerlo: Pagando cada papeleta, que había de llevarse abierta en las mano hasta depositarla en la urna... .

AL LADO:
A nuestra Izquierda, Nicolas Santafé Arellano, al lado sus hijas (Maria y Teresa) y detrás su hijo Angel -mi abuelo-. A la derecha, Manuel Cobo Canalejas, socio y amigo de Nicolas Santafé, con el que veraneaba y hacía vida familiar. Esta foto es de 1914, dos años después de la muerte de Canalejas y cinco años antes de que los primogénitos de los ambos (Angel y Conchita -mis abuelos maternos-) se casaran. Pese a ello es ya una de las últimas imágenes de Manuel Cobo Canalejas, quien tras la muerte de su primo José, cae enfermo y se retira de la política, para terminar muriendo en 1916.

ABAJO: Nicolas Santafe y Manuel Cobo
de veraneo juntos como era común (se les ve en la parte trasera del coche). Delante, algunos de sus hijos. Foto tomada poco tiempo despúes del asesinato de Canalejas, donde podemos ver el tremendo envejecimiento sufrido en este tiempo por Manuel Cobo, quien ya no levantó cabeza tras haber visto a su lider, amigo y socio, asesinado.
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Sobre todo cuanto narro, personalmente tengo una teoría acerca de quienes influyeron -directa o indirectamente- para intentar cambiar este sistema que permitía la compraventa electoral, por uno verdaderamente democrático. Compraventa de elecciones tan flagrante que llegaba a valorar el precio máximo a pagarse por cada voto; anulando procesos en los que se había rebasado el valor estipulado por "todos" -e intentando que cuando se había vendido a tres pesetas una papeleta, no llegara el contrincante ofreciendo un duro por el voto, a cambio de que le dieran las tres pesetas...-. Elecciones tan corruptas como absurdas, que en mi opinión deseaban fundamentalmente cambiar los británicos y los norteamericanos; por mano de la entonces reina de España (la inglesa Maria Victoria Eugenia). Consecuentemente no es extraño que Canalejas fundase un nuevo partido Liberal de corte britano-americano; ya que él se había opuesto a entrar en guerra con Estados Unidos, hasta el punto de retirarse de la política por este motivo.
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Todo ello concuerda con su actitud y política anterior a 1898, cuando ya auguró "El Desastre" de seguir intentando mantener Cuba del modo en que deseaban los españoles (más si se enfrentaban a la potencia vecina). Informando de la mala situación de colonias antillanas; trás lo que para no perjudicar a su partido y al no estar de acuerdo con ellos, se fue durante medio lustro del ruedo parlamentario. Pero hacia 1902 el grupo progresista y el mismo Sagasta estaban hundidos, de lo que hubieron de buscar nuevos líderes, siendo el único que había sobrevivido al desastre del Desastre, José Canalejas Méndez. Que permanecía impóluto, tras haber aconsejado a todos no entrar en guerra contra Estados Unidos y dar libertad federalista a Cuba, finalizando de otro modo "el problema antillano" (marchándose de la política al verse negado por la mayoría de los compañeros -como expusimos antes-).
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Como digo, en mi opinión la que más pudo influir o apoyar a Canalejas en su nuevo proyecto posiblemente fue la reina (Victoria Eugenia) y las gentes del mundo anglosajón; tanto que el nuevo partido que él crea en 1902 tiene un nombre casi igual al de los progresistas de Inglaterra o de Estados Unidos: Demócrata Liberal. Mi intuición sobre la ayuda recibida desde la reina, se completa con lo escuchado en casa desde niño y sobre todo con otras noticias que comentaban sobre como la Emperatriz Eugenia jugó igualmente en todo ello un gran papel. Condesa de Montijo que por entonces ya vivía en el exilio en Reino Unido y que convecería a los aristócratas progresistas españoles a seguir igualmente a Canalejas. Todo lo que cuadra con el hecho de que los banqueros cercanos a esas ideologías, tuvieran amplio contacto con Eugenia de Montijo; quienes en estos años aunaron sus esfuerzos para "aupar" al nuevo grupo llamado Demócrata Liberal, que en 1910 consigue triunfar, llegando así Canalejas al poder.
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De cuanto sucedió en esos años ya hablaremos en otra ocasión, aunque antes de acabar me gustaría aclarar algunas cosas que sobre el tema varias personas me preguntan y que prácticamente nadie parecer tener muy claro. Ello es en primer lugar las razones por las qué el asesino Manuel Pardiñas, viniendo desde Estados Unidos -concretamente de Tampa, Florida-, llega a Francia; donde tras residir un tiempo decide pasar la frontera para acabar con la vida de José Canalejas. Hechos que en mi opinión se producen seguramente porque ese anarquista -que deseaba atentar contra "el sistema"- fue a informarse a América sobre los apoyos y la importancia de los grupos existentes en España. Entendiendo que era Canalejas aquel por el que ingleses y americanos apostaban y al que consideraban la cabeza de un nuevo mundo liberal que entonces emergía en nuestro país, con la intención de dirigirlo hacia un destino similar al británico. Todo de lo que pudo informar a los "contubernios" anarquistas asentados en Francia que frecuentaba, quienes de seguro apoyaron y ayudaron a Pardiñas para que cometiera el magnicidio.
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Por lo demás, el liberalismo de Canalejas pretendía también restar fuerza al marxismo, tanto como controlar a la Iglesia; de lo que enemigos no le faltaban. Debido a ello y a la falta de precauciones que el estadista tomaba en sus paseos a diario (andando como un ciudadano cualquiera por todo Madrid), el atentado era fácil de cometer -a la vez que muchos lo "admitirían como un mal menor"-. De un igual modo, las fuerzas internacionales enemigas o lejanas al mundo anglosajón, también parecieron estar conformes en que desapareciera un político que había hecho posicionarse en un lugar extraño a nuestro país (nación que jamás había frecuentado la órbita británica). Todo lo que era un conglomerado de desafortunadas situaciones, que acabaron por "permitir" que un asesino cruzara los Pirineos y llegara sin control hasta la Puerta del Sol, para perpetrar el magnicidio con el que este loco pretendía atentar y modificar un sistema ya con cierta estabilidad -como la que ya había conseguido Canalejas en España-.


AL LADO:
Mi abuela (Conchita Cobo) el día de su boda en 1918; tres años después de la desaparición de su padre. En este tiempo España había pasado de ser un país arruinado por completo (en 1898) a convertirse en una de las grandes potencias económicas mundiales. Comenzaba la llamada "Belle Epoque", que tristemente se vio truncada en nuestro país por la Guerra Civil (en la que murieron mis abuelos maternos). Pese a ello y aunque quedaron huérfanos mi madre y sus hermanos, salieron adelante y todos tuvieron éxito y felicidad. Por cuanto he deseado escribir este artículo en memoria de Canalejas y los suyos, animando al lector para que crea que vamos a salir de esta terrible crisis que hoy nos ha tocado vivir.
ABAJO: De nuevo en verano de 1915, a la derecha Manuel Cobo y a su lado en la mesa su hija (mi abuela); junto a ella su futuro novio (mi abuelo Ángel) a al lado de este su madre (Carolina de Santafé). Tras ellos, Martín y Teresa Santafé y al fondo Eloy Cobo (hermano de mi abuela). 
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Nuestro país, por aquel entonces (en 1912) en tan solo catorce años trás la ruina y de El Desastre, se rehizo y levantó cabeza, covirtiéndose en una de las economías más importantes europeas. Tanto que para 1920 estaba entre los más fuertes del Mundo, fabricando todo tipo de maquinaria y hasta marcas propias de coches que superaban al Rolls Royce (como era el Hispano Suiza). Milagro que se había conseguido en los años del regeneracionismo, en los que en apenas una década y media se salió de la más absoluta ruina para llegar a ser una de las naciones más potentes. Tristemente, Canalejas no estuvo para seguir llevando el timón cuando se consiguió aquello, posibilitando la conciliación entre el socialismo y los conservadores. Lo que en opinión de muchos fue el motivo de una ruptura y distanciamiento de ideologías (cada vez mayor) que llegó a crear las "dos Españas" machadianas y que tristemente entraron en confrontación. Enfrentamiento que según muchos expertos en el tema, no se hubiera producido de haber seguido José Canalejas al mando de la Nación.
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Pese a todo lo ocurrido, algo que hoy hemos de ver con claridad y como de suma importancia es que en tan solo catorce años, España había pasado de la más absoluta ruina a estar completamente reconstruida. Una lección que nos enseña que de unirnos, creer en nosotros y permanecer firmes en el deseo de salir de la actual crisis, conseguirá hacer de nuestro país nuevamente uno de los más fuertes del Mundo. Por cuanto he titulado este así artículo: "Canalejas cien años después... (¡Ánimo España!)".


AL LADO:
La reina Maria Victoria Eugenia, mujer de Alfonso XIII. En mi opinión fue ella una de las que más apoyaría la creación de un partido liberal de tipo inglés en España, liderado por Canalejas. Su predilección por este poíltico, tanto como el cariño que le guardaba puede constatarse entre otras cosas en el hecho de que al morir asesinado hizo duquesa de Canalejas a su viuda -con la que nunca perdieron contacto-; tanto que varios años más tarde conceden el marquesado de Otero de Herreros a su hijo mayor, para que fuera con ese título a estudiar a Inglaterra.
ABAJO: La tumba de Canalejas en el Panteón de Hombres Ilustres en Madrid (junto a Atocha); grupo escultórico de Mariano Benlluire.



NOTA:
Como decimos, pueden consultarse algunos portales para ver fotos de Canalejas y del magnicidio, que facilita amablemente el Ayuntamiento de Madrid en una web, tanto como la página llamada "la corriente del Golfo".

http://lacorrientedelgolfo.wordpress.com/2012/09/20/el-asesinato-de-canalejas-1912/
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http://www.memoriademadrid.es/fondos/NOTICIAS/HEM_NuevoMundo_Suplemento984_19121114.pdf

martes, 30 de octubre de 2012

APRENDER JAPONÉS EN UN MES SIN ESTRÉS, capítulo cuarto: "Donde fueres, haz lo que vieres".



Al LADO:
Foto mía tomada junto la señora que con un enorme cariño me recibía y que me tenía en su casa los veranos en Alemania. Era una guapísima rusa con una historia curiosísima: Hija de un conde bielo-ruso, que trás la Revolución consiguió "salvar el pellejo" gracias a que se enamoró de él una partisana. Se casó con aquella que le rescató de una muerte segura, consiguiendo trabajo como ferroviario en Moscú. Ambos tuvieron una niñita (hacia 1920) a la que "el pobre aristocrata de los railes", enseñó perfectamente francés y alemán -los idiomas que él hablaba en su casa, con sus padres-. La hija del noble conductor de tranvías, tenía unos veinticinco años en 1945 y aprovechando los días del fin de la guerra, la falta de control de fronteras y la situación que se vivía -por orden y consejo de sus padres- echó a andar hacia Alemania. Consiguió pasar hasta la frontera germana, diciendo que se trataba de una refugiada que debía volver a su hogar en Baviera. Parece ser que dado su perfecto alemán y a la documentación que le habían preparado, nadie sospechó de que en verdad era una moscovita.
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Así llegó hasta Munich, donde fue recogida como refugiada y pronto encontró trabajo de secretaria y traductora en la empresa Bosh. Allí, uno de los directivos se enamoró de ella; otra buenísima persona que también me acogía en Alemania los veranos y con quien se casó hacia 1950 -iniciando una nueva vida en la que tuvo dos hijos y muchos nietos-. Me decía en 1968 (cuando está tomada esta foto), que nunca más había vuelto a saber de sus padres, con los que no se atrevió a contactar -por motivos obvios-. LLoraba mucho al ver fotos y reportajes de Moscú y nunca supe si logró regresar a la ciudad que tanto añoraba ir (al menos, antes de irse de este Mundo). Era una mujer maravillosa, cargada de humanidad y que solo tenía un defecto: Me ponía para desayunar sopa de remolacha (en pleno verano... ¡Toma del frasco!). Yo me siempre le dije que me encantaba... Fue en lo único que le mentí y no me costaba tomarlo, ya que la bebía como si fuera un gazpacho (de algo servía ser un niño español, con capacidad de adaptarse).
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Por lo demás, siempre me animó a seguir con la música, pues me decía que si pasaba "algo" (nunca se sabe en qué situación se va a ver uno en la vida), siempre la guitarra era una valiosa ayuda. Contaba que su padre vió a un intérprete de balalaika al que indultaron cuando examinaban y detenían a la gente que no tenía callos en las manos. Al argumentar aquel músico que llevaba las yemas de los dedos cargadas de ellos (como todos los que tañemos instrumentos de cuerda); consideraron que trabajaba con las manos y le pusieron el libertad. Por ello siempre me animaba a seguir con mi guitarra. En la imagen, me veo a los diez años de edad (más o menos) y junto a ella -observados por la perrita Suzy-. El día de la despedida de Alemania y con mi equipaje; que por entonces constaba de maleta, guitarra y conjunto de flautas. Hoy, cuando hace años que no toco el piano ni la flauta -se me pasó la edad... al menos de lo segundo-; recuerdo aún los consejos de aquella mujer valiente que siempre me dijo: -"Angel, en cualquier país del Mundo, ante quién sea y con tu guitarra, siempre podrás comunicarte y ganarte el corazón de la gente"-.
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ABAJO: Imagen mía tocando la guitarra para amigos y clientes en un Riokan japonés (hace ya algunos años). Como decía, hubo muchas personas que me animaron a seguir en mi vocación. Aunque no todo fue un camino de rosas, puesto que entre mis amigos -fundamentalmente los de colegio e infancia- pensaron que estaba loco, al dejar Derecho para dedicarme a la música y a la cultura. No es fácil ver como la gente te da la espalda, pensando que eres un marciano; ni menos que vengan a contar a tu familia que estás "más colgado que un jamón". Por suerte, en mi casa la cultura era lo primero y mis padres hicieron oidos sordos a tanta necedad; pese a que me podían haber hecho la vida imposible (de haber tenido otra familia).
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Por lo demás, los que mejor me valoraban entre los jóvenes de entonces, me aconsejaban meterme en un grupo de "rock" o de "pop", considerando que eso de la guitarra clásica era una ruina (y la flamenca "cosa inexplicable"). Recuerdo que un día alguien me comentó por qué no hacía algo más moderno y le contesté, simplemente, porque me gustaba lo que tocaba y aquello que componía (clásico-español). Me aconsejaban -por cuanto sabía ya de guitarra-, que debía ofrecerme a algún un grupo de nombre por entonces (en plena movida de los ochenta); incluso me indicaron con muy buena intención a varias personas para contactar. Le contestaba que no sabía hacer eso que me pedían, que no era mi estilo ni mi forma de interpretar... .Tristemente, al oir eso, me tomaban por tonto... .
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Hoy, unos treinta años después, me planteo qué hubiera sido de mí si llego a Japón tocando la guitarra eléctrica... . Evidentemente siempre hubiera tenido un sitio, pero entre los miles que hacen lo mismo -y mucho peor que ellos-. Muy distinto es proceder de un bagaje cultural que te regala tu país (como nos sucede a los españoles) y poder rodearse de personas cultas. Pese a ello, el éxito ya no llega para los que seguimos este camino -"el de siempre"-; aunque sí la felicidad (al menos la de haber cumplido con nuestra obligación). Por lo demás, la persona que más éxito tuvo en la cultura -de cuantas conocí en mi infancia- era quien opinaba que la cultura ni la Historia servían para nada. Que "gente" como Bach o Beethoven habían sido unos "pringaos" y que lo bueno era "montárselo", llegando a la cumbre antes de los treinta ("los otros" eran unos muertos de hambre.) Aunque no lo crean, aquella persona consiguió tener un éxito absoluto, y mucho antes de los treinta -tal como se propuso...- .
 

 
 
1)- ANTES DE COMENZAR: Algo sobre Halloween.
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Terminábamos nuestra anterior entrada hablando de Halloween y de cómo los niños japoneses tenían por costumbre común celebrarlo (muchos de ellos en Tokyo Disney). Algo que ya está extendidísimo, festejándose en casi todo el Mundo esa noche que desciende del festival gaélico irlandés más importante (y no tan celta). El famoso día del "fin de la luz" (Samhein) que tenía lugar la primera luna llena favorable, tras la del Equinocio de otoño. Una celebración que por muy común que sea actualmente, nadie o casi nadie la conocía en España unos treinta o cuarenta años atrás. Fue así, como en esos días (hace casi cuatro décadas) decidimos festejar Halloewen por primera vez. En verdad la idea no era mía, fue de un amigo; gran persona, compañero de colegio y de fatigas; quien había vivido unos ocho años en el extranjero (de los doce que por entonces tenía....). Se llama Ignacio Aguirre -bonachón y aficionado a los toros, como toda su familia-; y fue él quien me contó cuan divertido era aquello de disfrazarse y salir a la calle en la Víspera de Todos los Santos, para recibir caramelos (como había hecho todos los 31 de octubre, en los paises en los que vivió).
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La verdad, es que tal como lo narraba parecía fantástico lo de ponerse caretas y asustar a la gente en sus casas; para que a cambio te regalaran dulces. Así que pensando que aquello era un "planazo", un 31 de octubre de hace unos cuarenta años, me fuí hasta su casa (que estaba apenas a un kilómetro de la mía) llevando unas máscaras verdaderamente buenas. Antes de salir a amedrentar a la gente, nos planteamos el problema de que los españoles no conocían Halloween; algo que resolvimos pronto: Bastaba con meterse en una colonia donde vivieran extranjeros y allí celebrarlo. Con ese fin decidimos ir a las casas de los diplomáticos... . Sin contar con que por mucho que los extranjeros conocieran Halloween, los españoles que trabajaban en sus casas, no tenían ni idea de lo que era esa fiesta.
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En la primera que llamamos, nos abrió "la doméstica" (como ahora se dice) quién se asustó y quiso cerrar; pero antes de que lo hiciera mi amigo Ignacio se puso a gritar lo de "Halloween night...". Aquel niño tenía una voz inconfundible, ronca y cazallera -como si se desayunara diariamente con tres carajillos del brandy más peleón-. Tanto fue así, que la susodicha empleada del vecino, entresacando la cabeza por la puerta, le dijo: -¿Ignacio? ¿Eres tú, "cacho idiota"?-. Nos dió la risa y aquella mujer salió de la casa escoba en mano, obligándonos a correr escalera abajo. Parecía que la noche de brujas era de veras brujeril, con escobas y todo... .
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Tras escondernos y reponernos del susto, riéndonos como dos idiotas, decidimos volver a "la carga" y llamar a otro timbre. En este caso nadie abría y de pronto se oyó que algunas personas se acercaban a la puerta. Parecía que observaban por la mirilla y murmuraban... . De pronto oimos que los de dentro de la casa decían: -"Mira; llama a la policía que hay dos tios muy raros en la puerta"-. Salimos despepitados y esta vez sin reirnos, no paramos de correr hasta ponernos a buen recaudo, donde volvió a darnos otro ataque de juerga por lo imbéciles que éramos. Finalmente, decidimos que España no estaba aún muy preparada para esa fiesta de Halloween y que mejor era no llamar a ninguna puerta más. Tras todo ello, regresé a mi casa andando y con las caretas en la mano. Estaba verdedramente hastiado de no haber logrado asustar a nadie, ni tampoco tener éxito explicando a la gente lo que debían de hacer esa noche de vísperas... .
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Así, caminando iba solo y apareció un perrito de esos sueltos, que simpaticamente me comenzó a seguir. Era ya plena noche y en ello pensé: -¡A este sí que le voy a dar un buen susto!- (por el perro). Dicho y hecho; me coloqué la mascará y le miré gruñendo... . Cual fue mi sorpresa que aquel chucho que hasta ese momento me miraba cariñoso y afable, se me arrancó como si fuera un Mihura y tuve que salir calle arriba para que no me arrancara "algo" de cuajo. En la huida y para escapar del can, le lancé la careta; el perro que estaba más cabreado que un humorista empleado en una funeraria, se tiró a morderla -como si fuera aquello el vivo retrato del demonio-. Allí se quedó, destrozando la máscara y mientras la hacía mil pedazos, yo aprovechaba para llegar a mi casa más veloz que un galgo. Al entrar, me vieron totalmente desencajado, con el susto en el cuerpo y el corazón a mil. Me preguntaron qué me pasaba. Nada -les dije- es que era la noche de los difuntos y por la calle había brujas y lobos. Cuando les conté lo sucedido, no podían dar crédito a lo tonto que yo era. Y es que la verdad, por aquel entonces, una víspera de Todos los Santos ir disfrazado y llamando a las puertas para asustar, solo podía tener como resultado que te partieran la crisma de un paraguazo, o que te mandaran a dormir a comisaría. Por lo demás, a nadie se le ocurre dar un susto a un perro callejero en plena noche... .
 
AL LADO:
En la entrada de hoy vamos a explicar como adaptarse junto a los japoneses, para poder ir a tomar algo con ellos. Al menos, lo suficiente como para entendernos y saber estar, disfrutar de una cena o soltar alguna bobada que les distraiga.. En la foto que vemos (de hace bastantes años) estamos mi mujer y yo en casa de nuestro amigo el Sr. Kobuna. Sobre la mesa puede verse la complejidad de una cena japonesa, en la que se sirven al menos unos diez platos (por persona). Todo ello implica cocinar y preparar decenas de cosas diferentes, tanto que una invitación no puede resolverse con un aperitivillo, un segundo fuerte (carne o pescado ) y un postre que lo trae el que viene a cenar... . La verdad es que una cena japonesa es tan "barroca" como un chiste contado por un sevillano -que nunca se sabe cuando llega al final y siempre puede terminar de forma diferente a como lo oiste la vez anterior-.
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ABAJO: Mi cuñado -el "hermanito nippón" que la vida me dió-, es una de las personas a las que más le gusta la cocina japonesa. De cuantos conocí en este país, yo creo que es el más japonés que he visto en mi vida (vamos, como si fuera un andalúz y de Triana). Podría pasarse la vida comiendo cosas diferentes, pero solo "de allí", y cocinando otras tantas -aunque cuando se mete entre pucheros es temible, porque te obliga a tragar todo lo que se le ocure mezclar en ellos (que en verdad es "más que mucho")-.
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Un día, tras celebrar las honras fúnebres por su madre, decidió que aquel ambiente era muy triste. Para animarlo se propuso emborrachar al "cura" (un sacerdote budista); así y con el fin de animarle a beber comenzó a servir el sake más caro que hay (HakkaiSan -para que lo comprendamos, como si fuera un Vega Sicilia-). Aquel curilla no dejaba de pimplar una y otra copa, al ver tan buen licor y fue tanto lo que bebió que pronto se sintió mal. Cuando quiso levantarse para ir al baño a "mejorarse", ya no pudo... Nos echó "la pota" encima de la mesa. Fue en ese momento cuando entendí que Japón era otra civilización; nadie se inmutó, todos hicieron como si no hubiera pasado nada y mi cuñado dijo a voz en grito: -"Por lo menos, ha sido un funeral alegre, gracias a un cura tan simpático"-. En la foto podemos verle, a la nuestra derecha y reflejado sobre un espejo, mientras sus hijos se prueban kimonos. A la izquierda y de pie, mi mujer; bajo ella su hermana y al lado, sus hijos reflejados en el probador.
 

 
 
2)- LA CIVILIZACIÓN EN LA DERMIS:
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La importancia de lo cultural es algo que nadie conoce hasta que se enfrenta con otra civilización. Sabiendo entonces que el Mundo no es tal como te han enseñado a pensarlo; ni menos como uno desea razonarlo, y siquiera como querríamos imaginarlo. Porque la educación y el modo de ver la vida es algo que se nos añade a nuestra epidermis, haciéndose una indesprendible parte de nuestra piel. Muchos tratados japoneses hablan de "la piel" como un concepto que se nos escapa, ya que para los occidentales solo puede relacionarse con algo animal. Pues la dermis, entre nosotros, es un hecho que se asocia con el pelaje, el abrigo y hasta con una muda (como realizan las sierpes); pero nunca con un sentimiento humano y profundo. Muy por el contrario, en el lugar en que antaño nacía el Sol, la piel está inmersa en el halo de su cultura, ya que la epidermis es parte fundamental de lo que se siente como bello y sublime. Ello, porque en Japón lo limpio, va unido a conceptos como la seda, la perla o la madreperla; al mar, al agua y la pureza. Sin nada sexual; limpieza en el más estricto sentido, habida cuenta que en su idioma "bello" y "limpio" es una misma palabra: Kirie.
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Esta voz que se asocia o se pronuncia igual a "señorío" en griego -"kyriee" ()- es un hecho que para un hispano se hace incomprensible (al menos para mí) y así, en muchas ocasiones les he intentado explicar que lo sucio puede contener belleza. Esta idea, les deja asombrados, preguntándome: -"Una mujer sucia... ¿Cómo puede ser bella?"-. A lo que he de contestarles que "en mi tierra, sí hay belleza entre lo que no es limpio"; tanto que una de las expresiones de lo erótico puede estar en esa "falta de lavado". Se sorprenden, pues para ellos la higiene es sinónimo de lo bonito; tanto como para un occidental pueda serlo de la medicina. No comprendiendo los japoneses una belleza que no sea limpia de rasgos, de formas, de movimientos y veladuras. De la misma forma que a un europeo le sería imposible entender un hospital con desconchones, churretes y manchas por doquier. Y es que es así como entienden lo sublime, unido siempre a la piel... y la piel a la seda, y la seda al agua.... y el agua a la espuma; y la espuma al volcán. Volcán que fue dios, del que nacen las fuentes templadas y medicinales en donde bañan su presente y su pasado.
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Entendiendo ello, comencé a comprender cómo se sienten las diferentes culturas. Patrias, civilizaciones o naciones de las que algunos dicen, se hallan subconscientemente inmersas en los sabores de un lugar. Tanto que hay una teoría que basa el nacionalismo y el patriotismo en esta causa, considerando que aquellos que no son capaces de cruzar las fronteras -o de admitir otras civilizaciones-, es porque no toleran otros sabores, ni otros olores (por cierto; si esto es verdad, para mí que el Sr. Artur Más no ha comido más que butifarras en toda su vida y quizás por ello le cuesta cruzar tanto el Ebro).

Pasando todo ello a un caso que vi de niño y que me sirvió para entender lo que son las distintas culturas; recuerdo aún lo que me sucedió cuando tendría unos diez o doce años (esa edad en la que a uno se le graba todo en la "tábula rasa" -más aún si la que lleva en la cabeza es "tábula conglomerata et rasísima"-). Ocurrió en un mesón que se llamaba La Quinta del Sordo y sito a pocos metros de donde estaba el estudio de mi padre (en la calle de la Villa, junto a la Mayor de Madrid). Allí tenía por costumbre bajar mi progenitor -hacia las doce, con o sin clientes- para tomarse un piscolabis, repostar y luego seguir. Aquel día fui con él yo solo, debía ser una de esas fiestas colegiales y esa mañana me llevó a la Quinta del Sordo a tomar un el apertitivo, donde sucedió algo que nunca se me ha olvidado:
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Nos pusimos en la barra, junto a unos alemanes que habían pedido unas raciónes; entre otras, de cigalas y de langostinos. Con gran sorpresa y sonrisa vimos que aquellos germanos comían el marisco como el resto de las cosas: Partiéndolo con cuchillo y tenedor; masticándolo sin pelarlo -trás cortarlo en piezas semienteras y a bocados-. Nos miramos y el camarero nos sonrió; conocía de sobra a mi padre que por allí iba mucho y con sorna y confianza nos dijo: -"Menudos bestias. ¡Eh!. Se van a quedar si dentadura"-. Fue entonces cuando mi padre (que hablaba perfectamente alemán) les intentó explicar que los langostinos -y sobre todo las cigalas- había que pelarlos antes de comerlos. A ellos (como buenos germanos) no les gustó que les "dieran lecciones", pero tanta fue la insistencia que pelaron un langostino y lo tragaron "como Dios manda" (sin cáscara). Tras ello, afirmaron que el marisco estaba mucho más rico "al natural", y que al quitarle "lo de fuera" perdía mucho sabor.
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Todos nos quedamos sorprendidos; tanto que mi padre pidió una de langostinos para probar si era verdad. Entre risas nos pusieron la ración, dándome a mi uno, tomando él otro y obligando a comerse a menos así uno al que atendía la barra. Habiendo que jamarse el langostino con cabeza y todo, sin pelarlo... . Lo peor -lógicamente- era la parte de los bigotes y de la boca, que nos hacía a poner cara de limones. Cuando estábamos en ello, riendo y comiendo de esa forma el marisco, entró en el local el limpiabotas de la zona... . Nos vió tragando los langostinos enteros (a los alemanes, a nosotros y al camarero) y dió un grito como si hubiera visto al mismo Satán, diciendo: -"¿Pero es que nos hemos vuelto todos locos?. ¡Será posible, comiendo gambas sin pelar!. ¡Vamos; eso no lo he visto yo ni a los perros...!"-.
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Los alemanes, muy asustados, preguntaron por qué gritaba tanto ese hombrecillo de bata que entraba con una caja; a lo que se les dijo que consideraba que eso de ingerir el marisco con cáscara era una salvajada. Contestaron seriamente -algo molestos-, que la burrada y lo exagerado era gritar así, como "el limpia" hacía; por muy divertido que considerase hacernos chistes a voces... . Al fin y al cabo ellos habían pagado la ración y se la comían como les venía en gana. Viendo que estaban incómodos, mi padre intentó explicar a todos lo que pasaba, para que el camarero y el limpiabotas dejaran de hacer chistes y de mostrar su sorna. Tras lo que, al sentirse herido el de los zapatos, entredientes senteció: -"Pues cuando esta noche les dé la peritonitis, se va a acordar... . Ya te lo digo yo, estos como sigan por aquí muchos días se vuelven "pa" Alemania como mis betunes; en una caja de pino."-. Preguntaron los germanos qué había dicho aquel "limpia", que parecía tan divertido; solo pudieron explicarles que la frase "era una expresión intraducible".
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Y ahora pienso yo... Por qué se me habrá ocurrido mencionar esta anécdota... . Recuerdo... . Era tan solo por explicar que una cultura y una civilización es muy dificil de superar y de comprender. Tanto que yo me planteo si no sucederá algo similr con lo que está pasando en España; una cosa parecida a lo que ocurría en esa barra de La Quinta del Sordo. En la que unos alemanes se ponían morados a marisco, que como lo pagaban ellos, podía comerse con cáscara. Claro, que el limpiabotas tenía muchas razones para advertir de que ello llegaba a provocar hasta peritonitis... . Y es que España es un país muy, muy antiguo; lleno de problemas internos, que no ha podido ni tener siquiera una Revolución Industrial, ni un pobre Siglo de las Luces; aunque quizás por eso es la puerta hacia el Mediterráneo Sur y a Iberoamérica (un país, donde muchos nos sentimos muy unidos a las culturas orientales y a las más antiguas). De ello, que el que paga, aunque lo haga de forma espléndida, aún debiera dejarse asesorar -aunque sea por un simple limpiabotas...- . Puesto que "allí donde fueres; haz lo que vieres":

 
AL LADO:
Cuando uno va a Japón debe de hacer lo que vé; de tal modo, en algunos lugares pedir pan o tenedores, es como solicitar en España un poco de Washabi o de Shooga, para añadir en la comida. Lo mejor es adaptarse a lo que salga y si no nos gusta mucho, pensar que es un problema relacionado con nuestra falta de experiencia. Bastará recordar la vez primera que uno probó el queso de cabrales, las ostras o el caviar; para entender que los inicios nunca son "un momento de gloria". Lo mismo nos sucederá con gran parte de la comida japonesa, el problema está en conocer y dominar sus sabores. Es como cuando escuchamos música en una afinación distinta a la nuestra (que nos choca muchísimo). En la foto junto a estas lineas, estoy en los días que conocí Japón (hace ya casi cuarenta años); momento en que recuerdo como la comida me llamó la antención por no conocer ningún sabor, ni poder admitirla bien. Con el tiempo, es ya todo como si fueran fabadas y cocidos; donde a veces hay que separar un poco del "compango" (porque ha salido un poco fuertecilla la morcilla).
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ABAJO:
Junto a mi hermana -Ma.Teresa- en esos dias que fuí por primera vez a Japón; allí, para todos nosotros una de las sensaciones más fuertes fueron los sabores tan diferentes a los europeos. Hablamos de hace casi cuarenta años, cuando en España no había ningún restaurante asiático (lo más raro por aquel entonces yo creo que eran las pizzerias que en ese tiempo comenzaban a ponerse de moda...). Por lo que recién llegados a Tokio, nos fuimos a un restaurante totalmente japonés. Cada uno de nosotros pidió un plato-bandeja del menú y casi entre todos completamos la carta entera. Extrañados los empleados de local al vernos solicitar a unos platos tan diferentes, nos los trajeron y aquello fue un no parar de reir.
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Primero, no sabiendo usar los palillos, lo único que vimos manejable (que se podía pinchar) era una bolita verde, del tamaño de un huevo de paloma y que venía en todas las bandejas. Comenzamos algunos la comida por allí y al meterlas en la boca, resultaron ser las bolas de Washabi, terriblemente picantes -para mezclar un poquito en cada plato-. Tras ingerir y tragarnos una "croqueta" entera del Washabi, algunos comenzamos a llorar de picor y ardor de boca; mientras las camareras lloraban de risa. Pidiendo agua y mil cosas, haciendo gestos para poder quitarnos el dolor de lengua, conseguimos superar ese trance. Después recuerdo que tomé una sopa de la que me preguntaron mis hermanas, qué era. Creí y estaba seguro que estaba hecha con ojos de algo (pescado o de lo que fuera) y por gestos intenté preguntar si se trataba de eso. Los pobres camareros no podían parar de reirse cuando se dieron cuenta que pensábamos que la sopa de algas era un caldo de ojos de pescado y la tomábamos tan tranquilos... . Todo degeneró y terminó preguntando por gestos, si una cosa era de allí o de aquí... (señalándonos a todas las partes del cuerpo). Una juerga general en la que al final salimos a darnos una ducha, pues entre el calor, los picores y lo poco ingerible, no había quien soportara comer allí.
 

 
 
3)- "DONDE FUERES, HAZ LO QUE VIERES":
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Hoy vamos a tratar de adaptarnos y vivir mejor en "los japones"; para ello es fundamental salir a beber y comer. En verdad, el asunto de "tomar algo" allí por fortuna es fácil ya que en la mayoría de los restaurantes "rapidos" nippones tienen en el escaparate reproducido -y en plástico- todo el menú. Una costumbre que yo creí se trataba para extranjeros, pero no es así; puesto que en cuaquier lugar del Japón podemos encontarnos con uno de esos locales donde sirven comidas y en la fachada vemos en moldes de silicona todos sus platos (a veces, hasta con humo simulado). Tanto, que hay una verdadera industria de estas comidas hechas en plástico y que los dueños de los pequeños locales ponen en las entradas del establecimiento. Como digo, en un principio, creí que su función era la de permitirnos a los extraños ir hasta el escaparate y señalar con el dedo el plato que a uno le apatecía comerse... . Pero claro, ello era un argumento pobre y absurdo; entre otras cosas porque cuando los vi por primera vez y cuando estaba más extendida esta costumbre, fue hace veinte años; época en la que apenas había extranjeros. Finalmente deduje que estas copias en silicona de las comidas, solo tienen como función abrir el apetito a quienes pasan por delante... .
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De ello, que sean tan comunes esos estantes plenos de comida en plástico, en zonas como centros comerciales, estaciones o calles de paso. Por cierto; hé aquí quizás una idea para un nuevo empresario en España: Ofrecer a los restaurantes, réplicas en silicona de sus platos; algo que en áreas turísticas y de costa seguro que puede tener éxito y ser de gran utilidad. No solo para abrir el apetito, sino también para los que no sepan como son los platos y puedan verlos o conocerlos de antemano. Pues evidentemente, no es lo mismo una foto de esas que ponen en los menús; que las toquetean todos y que terminan perdiendo el color y poniéndose pegajosas (tanto que hay veces que no se pueden ni separar las hojas de una carta). Que estos moldes limpios en los que es imposible a veces distinguir si realmente son alimentos, o siliconas. Tanto que yo pienso que esta costumbre japonesa seguro que procede de antaño, cuando en las casas de comida cocinaban y sacaban al exterior lo que había para ofrecer a la clientela. Unos platos de muestra que posiblemente luego quedaban para los dioses (o para los muertos -quizás para el mendigo-) tal como el sintoismo manda hacer a diario.
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AL LADO:
Como decimos, en Japón es común que una gran mayoría de los restaurantes tengan en sus escaparates el muestrario de sus menús. He aquí una buena idea para montar una empresa en España; donde en las zonas de costa o de turismo, puede ser utilísimo que los extranjeros puedan ver los platos tal como son (y pedirlos simplemente señalándolos).
ABAJO: Una de las cosas más incómodas o difíciles para un occidental es comer en el suelo; a todo se acostumbra uno... . Foto, en casa de mi suegra, disfrutando de un Suki-yaki (cocinado en el centro de la mesa). Efectivamente, a la izquierda -donde no hay nadie- esta mi sitio. Allí puede verse una bebida que a todos recomiendo y es muy divertida; se llama "Chu-Hi", compuesta de "Sochu" y pomelo, naranja u otros (por cierto, el sochu es el aguardiente de arroz, es buenísimo; está mucho mejor que el sake -al menos para mi gusto-)

 
 
Tal como decimos, si hay algo terrible es comer en el tatami (sobre el suelo), es peor que hacerlo con las maletas encima de las piernas, o en un avión y con dos gordos de concurso sentados a los lados. Si no lo creen, pruébenlo un momentito y sientense en la alfombra; luego se sirven una fabada y la degustan allí. Verán como a la tercera cucharada no les entra en el estómago ni el caldo; ahora entenderán por qué son tan delgados los japoneses... . Entre el esfuerzo de levantarse y sentarse en el suelo; el de comer sobre el tatami y el horario de trabajo, toda la grasa se la dejan a los del Sumo. Algo que a mí -personalmente- me resulta más que complicado, pues estar gordo en Japón viene a ser como tener una talla que se corresponde con la de famélico en Asturias (de donde es mi familia paterna y de donde procede la voz "fame"). De ello, hay que plantearse muchas veces para adaptarse a Japón, vivir como en "Liliput" y ser un enorme desproporcionado. Eso sí, si es Ud. hombre y le llaman gordo, debe siempre de contestarles que tiene todo igual de "grande"; ello le reportará mucho "prestigio" e infinidad de amistades (sobre todo femeninas).
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Acerca de estas situaciones, recuerdo un día -recien llegado a Japón, apenas con treinta años, cargado de vergüenzas y complejos- que tuve una comida con la familia de mi mujer. Entre ellos destacaba un "tío chistoso" (de los que siempre hay...) que a mitad de la cena me agarró un michelín (como si fuera un teta de cabra a la que se desea ordeñar) y pellizcando mis carnes -con más fuerza que coge un billete un tacaño-, dijo a voces: -"Oye, esto que te sobra, en tu país puede que sea de rico, pero aquí es de cerdo..."-. Todos rieron y yo no sabía para donde mirar; por aquel entonces no había comprendido que los japoneses en familia o cuando se toman dos copas, tienen menos vergüenza que El Platanito cuando entraba a matar... . Vamos, que a estos tíos que parecen todo protocolo y pleitesía, se les sirve una copa y se ponen como motos; a decir y soltar chorradas, con las patas por lo alto de la mesa y a burrear como niños. Algo que en plena cena o en mitad de una comida a todos nos puede llamar la atención (más si es de negocios); pero como dice el refrán: "A todo, uno se acostumbra". Una advertencia que les hago -muy importante- es que si mientras come agachado en el suelo (como si fuera un portero de Hockey), le tocan la barriguita y le dicen: "pollón, pollón". No debe quedarse asustado ni pensar mal; es que "pollon, pollón" en japonés significa "mullidito" y le están tratando con mucho cariño, comentando que su tripa es como la de un osito ("pollón, pollón"... si es que la propia expresión lo indica...).
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Otra cosa muy importante es no "hacerle ascos" a nada y compartir todo como ellos y con ellos. De lo contrario va a seguir siempre Ud. siendo un marciano. Pero sobre todo, lo que tiene que compartir es el sentido del humor; lo peor en Japón es no reirse, viene a ser como en Andalucía, donde lo que se ve muy mal es ser un "tío sieso" (perdón por la expresión, pero es así como se llama al antipático, pese a que "el sieso" sea parte "menos noble"). De ello, aunque la broma sea muy pesada (como la de tirarle de los michelines, cual si fueran ubres de una vaca suiza), si Ud. lo acepta, e incluso si contesta con humor y con ingenio, va a ser admitido pronto. Así que, cada vez que en plena moña a mí se me cuelga un japonés de las tetillas o de la tripa -cual una chiva hace con su cabra madre- siempre me los quito de encima con una frase y haciendo un chiste. Nunca se enfade de ello, la familiaridad en Japón significa haberle admitido como si fuera uno de los suyos; enfadarse porque pierdan la compostura, es como si nos peleáramos con un andaluz al intentar sacarnos a bailar flamenco.
 
AL LADO:
Una foto mía reciente: Así es como estoy ya, después de tantas comiditas con mi cuñado y compañía. Un detalle a ver, es el estado del pino japonés, pues se puede observar en la corteza que no tienen nada que ver con un árbol de los que conocemos, de la misma especie. Pese a ello, se trata de un pino común y de jardín, aunque el cuidado que llevan aquí los vegetales es minuciosísimo y muy laborioso. Vamos que si los observamos junto a los de los bosques de España, es como comparar a una actriz de Hollywood con un jotero de Cuenca.

ABAJO:
Foto de mi amigo y compañero de empresa el Sr.Hagiwara (junto a un stand vendiendo olivos y aceites españoles). Este hombre, que era ya un moderno en su época y que conducía un Lottus hasta casi los setenta años (mientras canta Country a todas horas), ahora se nos ha hispanizado mucho. Entre otras cosas, cuando tomábamos unas copitas bromeaba con mis chichas y me las pellizcaba diciendo lo de "pollón-pollón". Le comenté que eso era muy feo en España, traduciendo su significado; para que no lo hiciera (al menos conmigo). Ahora es un "sinvivir" y cada vez que anda de copas está todo el día con lo del "pollón-pollón" bromeando a unos y a otros. Y es que a los japoneses "lo verde" les gusta más que a los andaluces. Los temas o chistes "verdes" se llaman "simóneta" (que significa "asunto de bajeras"). Cuando esté con un japonés, no olvide comentarle esa palabra (simóneta) y verá que cara de pillos se les pone.

 
 
Como decíamos, es muy importante incorporarse a su vida y a su forma de ver las cosas; algo que para los españoles no es muy difícil por nuestra proximidad al mundo oriental (desde Fenicia a Tartessos y de "la madre Grecia" a nuestro sentido Andalusí). De ello, lo peor que Ud. puede sentirse en Japón, es extranjero; así que lo mejor es pensar que Ud. está en una zona orientalizante de España -como Almería, Granada o Sevilla-. De ese modo, en dos días conseguirá adaptarse, si simplemente los ve como españoles del Sur. Comprenderá entonces pronto por qué comen de tapas (ellos lo ponen todo en platitos pequeños), por qué les gusta pimplar y contar chistes a todas horas, por qué se ríen hasta de su sombra; por qué les emociona el arte de la música o la danza y hasta por qué allí ser un relimipio es más que necesario. Puesto que son de los que barren las entradas de sus casas, friegan el portal con las aceras y hasta limpian en mando a distancia de la T.V. -cosa que como yo soy bastante cerdo, pues se me hace inexplicable-. Por o demás, su sentido religioso igualmente lo entenderá si piensa Ud. que se halla en Córdoba o en Málaga; donde todavía se va mensualmente a limpiar y arreglar las tumbas de los familiares y donde se tiene en casa su templecillo para rezar. Con lo que le recomiendo pensar cuando llegue a Japón, se habrá Ud. ahorrado muchos quebraderos de cabeza, entendiendo a la primera lo que otros europeos tardan años en comprender.
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Por lo tanto, cuando se siente a comer con ellos no tenga espíritu de extraño y piense que está tapeando en alguna ciudad de España. De hecho, lo que le van a servir en decenas de platitos son "tapas" y el ambiente que desean crear es el mismo que se genera en una "reunioncilla" de amiguetes -de cualquier bar o lugar en nuestro país-. Desde ese momento, verá qué pronto le aceptan y hace relaciones (incluso negocios). Sobre todo si les suelta chistes y hace bromas de "simóneta". Nunca ha plantearese lo que come o lo que le rodea como algo ajeno; piense que para un inglés nada puede ser peor que unas raciones de "callos", "manitas de cerdos", "mollejas", "riñoncitos", "sangre encebollada", "criadillas" etc.etc. -y nosotros nos las comemos como leones-. Así que sin miedo al Japón a hacer negocios (que por nuestras tierras la cosa "está mu mal"). ¡Muchos ánimos y que no decaiga!.
 
AL LADO:
Mis padres comiendo con palillos en Japón, hacia el año 1965 cuando. Estuvieron allí al nombrarle comisionado europeo de la Unión Internacional de Arquitectos. A mi madre le encantaba Japón desde niña; mi abuela y la madre de mi abuela se vestían ya de japonesas con kimonos hace más de cien años (cuando la moda de Madame Butterfly -por cierto, nunca he comprendido por qué en inglés mariposa se dice "mantequilla voladora"...-). Por Japón terminé yo, no sé si por influencia de lo escuchado en mi casa; aunque sobre todo al encontrarme con mi mujer: Lo más excepcional que he visto en mi vida (y mira que he leido, visitado monumentos y visto mil cosas; pero nada es comparable con ella).
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ABAJO: Mis padres en Japón, al representar a un Organismo de Naciones Unidas estaban obligados a hacer vida "oficial". Entre otras cosas ello implicaba aceptar una visita a una casa de Geishas, invitación del colegio de arquitectos nippón. Mi madre se negó y dijo que "ni hablar", que ella era de origen navarro y por mucho menos, allí se le daba al marido una zurra con el rodillo de hacer pan... . Tras mucho "tira y afloja" consiguieron que en la casa de geishas admitieran a cenar a mi madre (algo que consideraban bastante extraño). Contaba ella, que tras entrar allí, la trataron como si fuera la mascota; la pusieron en una mesa aparte -en la zona trasera y muy apartada- mientras a mi padre y a los hombres los llevaron al centro. Allí les daban de comer, les tocaban el samishén (1) y bailaban, haciéndoles monerías.
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Mientras tanto el enfado de mi madre iba subiendo de tono, hasta que trajeron un gran plato de Ymari, lleno de lo que parecían flores como hechas con comida -a imagen de un ramo realizado con vegetales y trozos de shusi-. Cruzaba aquella bandeja de cerámica una rama de pino, que de lado a lado hacía parecer que las flores salían de ella. Pasaron a mi padre el plato y no se le ocurrió otra cosa más que coger la pinocha (al pensar que las flores eran de adorno). Se la metió en la boca y allí estuvo minutos masticándola mientras las geishas y los japoneses no paraban de reirse... Era lo único no comestible y en verdad se trataba de un trozo de pino allí puesto de adorno. Los niponnes no podían dejar de reir y mi padre (con su orgullo asturiano) afirmaba que aquello estaba riquísimo. La cosa no terminó allí, cogió otro trozo del pino y -ale- a comérselo, mientras decía que en su tierra se desayunaban con eso. Mi madre ya enfadada de que hiciera bobadas, le tomó por la mano y dijo aquello, de: "O dejas de hacer el tonto o te quedas aquí". Parece ser que salió como un corderillo... Siempre afirmaba que aquel trozo de pino estaba buenísimo y que le sentó fenomenal. Por su parte, mi madre, pasó unos días rebotada (parece ser que estas son las imágenes de aquellos días en que mi madre andaba "de morros" por Japón -como se puede ver-).
   
 
 
(1)
Por cierto: Para el que haya pensado mal, diremos que el samishén es un instrumento de cuerda (parecido a la guitarra)