miércoles, 6 de febrero de 2013

LA CRISIS DE OCCIDENTE II: Sobre la desaparición del "Estamento Intelectual" (o profesional).


EN LA IMAGEN JUNTO ESTE PÁRRAFO:
Taller de un numismático en la Antigüedad, tal como lo reproducía el Museo Arqueológico de Valencia en su exposición sobre la Historia del dinero (institución a la que agradecemos nos permita divulgar la imagen). En la entrada de hoy trataremos sobre la aparición de diversas formas de progreso y los hechos históricos que se suceden a consecuencia de estas nuevas situaciones sociales -generadas por el avance-. Comenzando por analizar las aportaciónes y modificaciones que la moneda originó desde el momento de su aparición en el Mediterráneo.
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BAJO ESTE PÁRRAFO: Semis de Cástulo; ceca ibero-romana de la actual Cazlona (Jaén) que presenta un toro en su anverso. La difusión de sistemas de cambio regular y regulados (como las acuñadas) facilitó la creación de una nueva Sociedad, basada en el comercio y la estabilidad. Promoviéndose así el nacimiento de "castas recientes", quienes para sobrevivir ya no precisaban de una expansión bélica permanente; sino que muy por el contrario se beneficiaban de un estado de paz -en el cual podían intercambiar y vender sus productos-. Ello provocó el nacimiento de una clase social similar al "Cuarto Estamento", entendido en Roma como el de "ciudadanos" y que a fines de la Edad Media quiso renacer como burguesía. Estamento que muy a su pesar no logró volver a regenerarse en Europa hasta bien entrado el siglo XVIII, cuando la Ilustración reconvirtió la Sociedad a sus formas originarias. En la presente entrada analizamos lo sucedido y lo que sucede con los cuatro estamentos, que en nuestros días adolecen de un profundo desequilibrio, ante la casi desaparición de uno de ellos: El intelectual (o profesional).
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A) El nacimiento de la primera "Clase Media":.
Comenzamos el artículo de hoy ilustrándolo con monedas, con el fin de razonar los pormenores y las consecuencias que este "invento griego" tuvo, desde su difusión por los helenos en Lidia, hacia el siglo VII a.C. -poco después de expulsar a su rey Midas de esta tierra que hoy es Turquía central-. No vamos a entrar en disquisiciones acerca de si fueron los lidios los creadores de la numismática; o si más bien los egipcios mil años antes ya cambiaban sus productos valiéndose de un patrón oro -igualmente acuñado (aunque forma de anillos) que los funcionarios del Estado nilota también ponderaban y tasaban-. Ni menos en discutiremos si los lingotes cúpreos con los que comerciaban durante la Edad del Bronce, en el Oriente Mediterráneo, en Mesopotamia o en el Mundo Hitita; eran también otras formas de moneda. Pese a lo que sí hemos de destacar que cada vez que en distintas épocas y en diferentes Sociedades surge un sistema de cambio regulado y aceptado; allí se sucede el progreso. Un avance que a su vez hace nacer unas castas dedicadas al comercio y a la producción. Clases y oficios que terminarán en muchos casos por convertirse en un Cuarto Estamento, que dominará un área social (de poder y de prestigio).
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Así debió suceder ya en el Egipto de los faraones, hace más de cuatro mil quinientos años; donde una parte de sus ciudadanos fueron a vivir a las urbes desarrolladas con el fin de trabajar en la producción y en los "servicios". Convirtiéndose un día aquellos que de este modo se organizaban, en personas libres con gran capacidad económica; tanta que pronto tuvieron cierta autonomía para generar una casta -que aún estando por debajo de la sacerdotal y de la aristocracia-, controlaba una parcela de poder importante. Cuarta "clase social" (al margen de la espiritual, la dominante y la esclava) a través de la que es seguro que Egipto logró una estabilidad suficiente y permanente como para llegar hasta la Edad del Hierro con un cierto proceso de continuidad y sin grandes alteraciónes -al margen de las acontecidas con los sucesos del Tera Santorino, en el siglo XVI a.C.; cuando el mencionado volcán generó el gran cataclismo que hizo entrar en regresión todo el Levante Mediterráneo (incluyendo el Nilo, que cayó en manos de los Hicsos)-.
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Unos dosmil años después de que aquella civilización del desierto crease las pirámides, se originará en el Mediterráneo Norte la Hélade (como tal). Otra cultura que florece curiosamente a la vez que nace la moneda, junto a los sistemas de cambio y producción. Fórmula de comercio (nacida en Lidia según parece) y establecida como es sabido por medio de valores en metales acuñados, que cincelaban a su vez castas de comerciantes y de productores; generando todo ello un tipo de burguesía o de "clase media alta" dominante. Todo lo que narramos conllevará a la proliferación del ciudadano libre y a la consecución de la Ciudad-Estado, que como sistema basado en esos cuatro Estamentos (Aristocracia, Sacerdocio, Pueblo -esclavo- y Ciudadanos) logrará con el florecimiento de los periodos clásicos, el máximo esplendor en la Historia. Sucesos y sistemas de orden que de un modo muy semejante se llevaron a cabo en Roma -siglos más tarde-, generándose allí igualmente una Sociedad basada en patrones semejantes; lo que conllevó a la bonanza de los siglos de "la paz romana" y del Imperio unificado. Hechos estos que además nos pueden explicar por qué a Hermes o Mercurio, se consideraba además del dios del comercio y del transporte, "el mensajero del Olimpo". Puesto que bien era sabido que una Sociedad que produce y que comercia, era próspera; prosperidad que la conduce hasta los mismos dioses. Todo lo que además nos enseña que la mitología no es precisamente un cúmulo de fábulas narrando de manera fantasiosa la historia de un lugar y sus leyendas; sino muy por el contrario, algo que nos transmite la alegoría de unas realidades profundas, verdaderas y experimentadas.
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ARRIBA: Mural egipcio perteneciente al interior de un sepulcro y en el que podemos ver los escribas junto a sus ayudantes, midiendo las tierras y pesando el cereal para recaudar impuestos -Tumba de Menena en Tebas Nº68 (agradecemos a las instituciones conservadoras del Valle de los Reyes, nos permitan divulgar la imagen). Esta es una muestra de la institucionalización del "Cuarto Estamento", que en Egipto ya se había establecido como funcionarial, dependiendo del sacedocio y dominando gran parte del "aparato estatal". Gobierno sobre las instituciones que permitía una estabilidad social, habida cuenta que los funcionarios trabajaban como mantenidos con el fin de regular las conductas entre los particulares y la clase dominante -cuidando aquellos de conformar un tipo justicia social y otorgando un equilibrio entre las castas del Egipto Antiguo-.
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ABAJO: Una de las primeras formas de moneda (si así puede llamarse), tanto como de producción hubo de ser la industria lítica. Fabricación de hachas de piedra tallada que durante centenares de miles de años se llevó a cabo en ciertos lugares muy ricos en silex y en diversos minerales cortantes. "Industria" que incluso llegó a exportar sus piezas a miles de kilómetros de distancia, como se ha descubierto al hallarse en Centro Europa bifaces talladas en tipos de roca que tan solo se dan en ciertas islas del Egeo. De ello, la fabricación de estas hachas tuvo que generar una primera clase social de trabajadores (e incluso de comerciantes), quienes las crearían y distribuirían durante el paleolítico. Todo lo que desapareció ante la llegada de las nuevas formas de tallar la piedra (neolítica) y más aún cuando el calcolítico introdujo el cobre y otros metales en la vida de los hombres. Una "revolución industrial" que terminaría con la Edad de Piedra y pasaría a la Era de los Metales; época esta última que ha tocado a su fin en nuestros días (tras la aparición de materiales como el plástico y del armamento sofisticado de implosión -como lo es, el nuclear-).
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B) Las clases sociales en España, hasta el siglo XIX:
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La anterior disertación la hacíamos con el fin de mostrar que el Cuarto Estamento (la llamada modernamente "clase media") es un invento muy antiguo y cuya creación configuró la estabilidad de civilizaciones tan importantes como la egipcia, la griega o la romana. Desapareciendo realmente en la Edad Media (o en las Sociedades medievales); e intentando reaparecer en nuestro país al comienzo de la Era Moderna, pese a lo que las "antiguas castas" lograron parar a la burguesía con el fin de que esta no resurgiera nuevamente en el siglo XVI (como una verdadera fuerza social). De tal modo, tras el Descubrimiento de América ya estuvo preparada Europa para generar una clase de ciudadanos libres y ricos; lo que sucedió en áreas como Flandes o en la Italia del Renacimiento. Aunque otros paises prefirieron continuar con el sistema "clásico" y constituir su nación en base a los tres Estamentos establecidos: Nobleza (guerrera) unida al alto clero; bajo el que se situaba el sacerdocio y caballeros (hidalgos), que a su vez gobernaban sobre "el pueblo" (servil en su mayoría).
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Habiendo sido este el caso de España, que en lugar de generar una burguesía rica tras la llegada del oro de América; prefirió crear una gran milicia. Seguramente un hecho debido y nacido trás la expulsión de los judíos (pocos años antes de la Conquista), lo que hizo que nuestro país se encontrarse sin banca -ni sistemas monetarios "regulados formalmente", con los cuales evitar la devaluación y poder fomentar las inversiones o la creación de riqueza-. Prefiriendo crear una gran clase militar que mantuviera las colonias bajo la fuerza; a generar un estamento de comerciantes que explotara los recursos del Nuevo Continente. Naciendo así un enorme grupo social formado por caballeros o hidalgos, quienes componían una gran parte de la población hispana, y que al pertenecer a la milicia no tenían otras obligaciones con el fisco (más que el cumplimiento de las funciones de armas).
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Estos y otros motivos hicieron que nuestro país se encontrase en el siglo XVII y XVIII poblado de gentil-hombres, caballeros y "aristócratas"; a cual más aruinado y más ruinoso. Puesto que como el uso de las armas obligaba a no trabajar y a no dar otra utilidad a las manos, aquellos que vestían con sable y lucían su bravura, o se iban a la guerra o de lo contrario se veían abocados a pasar más hambre que el perro del Lazarillo. Llegándose de este modo a una situación en la que una gran parte de la población ni pagaba impuestos, ni trabajaba, ni aportaba nada al fisco (más que gastos). Todo lo que hizo que en pleno siglo XVIII se suprimieran los derechos de los hidalgos obligándoles a pagar impuestos, tanto como anulando otras prevendas que estos tenían. Provocando ello que los millones de caballeros españoles que entonces existían, se dieran de baja en sus órdenes, chancillerías o maestranzas (con el fin de que aquel rango no les supusiera más gasto, sin ningún beneficio). Llegándose así al siglo XIX español, en el que una "des-nobilizada clase hidalga" por primera vez en cientos de años se tuvo que plantear que había de trabajar para sobrevivir (ya que ni tenía puesto en el ejército, ni lugar en las colonias de ultramar -que poco a poco se iban independizando-).
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Pero hasta producirse esta situación hubo algunos factores que marcaron profundamente la Historia de nuestro país; entre los que se halla el Descubrimiento y Conquista de América. Tanto como la expulsión de los árabes en una lucha que perduró unos ochocientos años y que precisamente terminó cuando encontraron el Nuevo Continente. Reconquista que debió conformar la "clase militar" hispana, que durante casi ocho siglos se había formado en la guerra continua y continuada contra el islam. A todo ello ha de sumársele la expulsión y el expolio de los judíos, a quienes se obliga a salir en las mismas fechas con "lo puesto" y abandonando todo cuanto tenían (pues la opción de convertirse quedaba lejana de ser una solución, ya que las familias judeo-cristianas fueron en su mayoría pasadas por el "rulo inquisitorial").
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Sucediendo aquello en el momento en que Europa entraba en la Edad Moderna y quedando precisamente España en cierto modo a la deriva; sin banca y sin posibilidad de crear una "clase intermedia" (o cuarto estamento). Habida cuenta que prefirió mantener un orden social basado en los tres estados medievales (en todas sus reglas y bajo el auspicio de la Iglesia). No siendo precisamente muy cierto aquello que tanto se prodiga afirmando que España fuera el primer Estado Moderno. Sino más en verdad fue la primera nación europea unificada -como tal-; pero con unos costes en esta unión muy importantes, al llevarse a cabo utilizando un método que eliminaba a la burguesía y a los trabajadores del país (clases en su mayoría formadas por moriscos y judíos). Por todo lo demás, el rey Fernando hubo de machacar los fueros de su tierra -Aragón- para lograr unirlo a Castilla; donde igualmente se saltaron todo tipo de formas legales y consuetudinarias, para que ambos reinos formaran juntos el antiguo territorio romano (o visigodo) de Hispania.
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No hablaremos de las tropelías de este rey Fernando que se autonombró V de Castilla -pese a que los consortes carecen de número- y que hizo la vida imposible a cuantos le rodeaban (declarando incapaces a sus hijos y obligándoles a abdicar en favor suyo o de sus vástagos -que apenas conocían y para evitar guerras civiles-). Pero nadie puede negar ya de aquel "Fernando V", que su ambición y afán de protagonismo no conoció fronteras; tanto que muy bien lo describe Maquiavelo como el monarca que se saltó todo uso, fuero o costumbre para lograr sus fines -ya fuera en Aragón, Navarra, Castilla, o entre los vascos-. Unificando la nación de un modo tan ajeno a la ley, que nos dejó en herencia un país que todavía sufre las convulsiones de unas anexiones forzadas y maltrechas.
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Puesto que si algo es verdad, es que España existía mucho antes de los visigodos, e incluso antes de la llegada de los romanos; quienes la llamaron Hispania por ser un territorio ya concebido de manera unida. Una tierra que tras la unión de Fernando, parece que nunca paró en las luchas intestinas; enfrentamientos separatistas que empezaron ya en vida de su padre, prosiguieron durante suya y continuaron desde su muerte -con los Comuneros de Castilla (entre otros)-. Herencia de guerras civiles que igualmente recibió su bisnieto -con revueltas como las de Aragón- al igual que el resto de sus descendientes, quienes hubieron de sofocar levantamientos en Cataluña y hasta en Andalucía (durante todo el siglo XVII). Lo que en verdad creemos se debió a establecer un sistema medieval basado en tres estamentos, sobre una Nación ya plenamente moderna en el siglo XV -como lo fue por entonces España, pero que involucionaron a pasos agigantados tras la expulsión de los judios y con la imposición de la Inquisición-.
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ARRIBA: Portada del libro de Jesús Herrero Marcos, sobre "La iconografía de la lujuria en el románico"; en la foto podemos ver la escultura de dos individuos fornicando, perteneciente a la jamba de entrada en una iglesia. Algo que muestra como la liberalidad y la libertad era mucho mayor en estas épocas del románico que en la "moderna" España de los Reyes Católicos. Quienes establecen un sistema inquisitorial de control sobre el Estado, que llega a anular toda garantía judicial; existiendo la posibilidad de encarcelar y hasta de ejecutar a cualquier ciudadano (por simple denuncia de un tercero y sin posibilidad de recurso ni defensa). Consecuentemente, la Inquisición establecida en época tan tardía como lo era a fines del siglo XV, anuló la remota posibilidad de que en España se formase un Estado Moderno (sin poder lograrse un Estado de Derecho y con "algunas garantías" hasta la desaparición del Santo Oficio con Las Cortes de Cádiz -o tras la muerte de Fernando VII, en 1833-). Ello hizo que probablemente nadie creyese en el sistema estatal hispano, generándose un espíritu anárquico por el cual todos tuvieron alguna certeza de que el pais (o el gobierno central) era tan solo una máquina de extorsionar, nacida para controlar -e incluso destruir- al hombre libre. Un triste destino para una gran Nación como la española, que pudo tenerlo todo y que por carecer de las mínimas garantías judiciales, se vió en la tesitura de que jamás creyeran en su "sistema", ni en sus élites.
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ABAJO: Lámina del Príncipe de Viana, del archivo de la Corona de Aragón en Barcelona (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Sucesos como la "rara" muerte del jóven Príncipe de Viana, primogénito del padre de Fernando el Católico, sembraron la duda acerca de esta familia y sus intenciones. Ya que al morir el hijo mayor del rey Juan, de forma tan extraña y tras haber sido inhabilitado por su padre, dejando libre el trono de Navarra; cayó sobre aquellos la sospecha de su asesinato (por su mano o por la de su mujer, la madre de Fernando, que odiaba a este vástago del primer matrimonio de Juan II). Monarca que llegó a sentarse posteriormente en el trono de Aragón; pero que se proclamó primero rey de Navarra, tras librar una guerra con quienes apoyaban la candidatura de su propio hijo. Pues al enviudar de Blanca de Navarra optó por desheredar a los descendientes de su mujer (a quienes legítimamente les correspondía esa corona). Trás todo lo que este padre de Fernando el Católico contrajo nupcias en esos años con Juana de Trastamara; quien algunos señalan como la envenenadora del famoso Príncipe de Viana, para que su hijo Fernando fuera finalmente rey de Aragón y de Navarra.
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Estos y otros hechos -en mi opinión- crearon un muy mal caldo de cultivo durante la unificación de España realizada por los Reyes Católicos; siendo Hispania un territorio que siempre se había concebido como uno y en lo que parece no hubo diferencias durante la Reconquista -sintiéndose todos de una misma tierra-. Cierta "unidad" de los reinos crsitianos que se ve trastocada con el advenimiento de Juan II (quíen llegó a forzar a los navarros y catalanes bajo su mando) y sobre todo trás la subida al trono de su hijo Fernando de Aragón (hombre ambicioso donde los hubiera). Ejercienzo aquel una fuerza absoluta para reinar sobre todo el territorio, de lo que posiblemente España pudo desde entonces tener verdaderas fracturas o deficiencias insalvables (algunas de las que hemos heredado hasta hoy). Al verse en aquella unión tan solo una intención de medrar y de ganar más poder por parte de los que defendían el gobierno central; en vez de considerar que Hispania siempre era un territorio así concebido, cuya unión hace la fuerza.
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De ello, la infinidad de guerras civiles e intestinas libradas por Isabel y Fernando para dominar todo el territorio bajo su mandato; luchas que no dejaron de sucederse -incluso tras la muerte de aquellos-. Pues siquiera al final de sus días, este rey paraba en sus intrigas y en sus "nuevos planes". Tanto que cuando estuvo casado "El Católico" con Germana de Foix -en segundas nupcias-, deseaba por cualquier medio tener hijos con la jóven franco-navarra, a la que pretendía dejar embarazada alimentándose tan solo con criadillas de toro (muriendo de una indigestión por tan fuerte dieta alimentaria). Suponiéndose que llego a nacer un vástago de ambos y al que al parecer pusieron por nombre Juan de Aragón; niño que desapareció del "ruedo histórico" con el fin de no provocar más guerras civiles en Castilla o en los reinos vecinos.
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C) La España del XIX, sus problemas de identidad y el "renacimiento" de la Clase Media:
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En la situación antes descrita llegamos al siglo XIX español, en el que no había existido un tiempo para "las luces", ni menos una Ilustración y siquiera un triste amago de Revolución Industrial. Todo ello provocó que la Sociedad hispana alcanzara los albores de la Edad Contemporánea conformada aún en tres estamentos, que de algún modo se correspondían con los estados medievales ("el militar, el religioso y el pueblo") y sin apenas una pequeña burguesía que le diera el ánimo de prosperar. Siendo tan solo con la llegada de los franceses invasores, cuando se aviva el sentimiento pátrio; pues hasta entonces el patriotismo fue visto principalmente como la expresión de nuestras obligaciones hacia los dos estamentos superiores. O lo que es lo mismo: Como un modo de lograr ser admitido entre los funcionarios... . Es decir, que mientras en Francia, en Alemania o en Reino Unido, el patriota se tenía por un individiuo intachable y ejemplar, que defendía unos valores de igualdad, de fraternidad, de tradición o del grupo. En España, el que proclamaba su amor por la patria tan solo se le reconocía como alguien que trabajaba para la monarquía o para la Iglesia (sin inculcarse al pueblo este sentimiento de cariño hacia su país). Situación muy triste que ha llevado a confundir al que se declara español y amante de España, como un retrógrado o un reaccionario; mientras que aquellos otros europeos que abiertamente expresan su admiración por el lugar que les dió origen, son tenidos como patriotas al mando y defensa de las causas más nobles.
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Todo cuanto explicamos ha podido motivar el tremendo deterioro que aún no supera España y que a día de hoy fracciona todavía una tierra que ya estaba unida hace más de dos mil años (y bajo el mismo nombre de Hispania). Explicando algunos que esta España en la que vivimos, es simplemente un "invento" de los Reyes Católicos, o fue en su día un medio para que la Iglesia gobernara sobre media faz del Mundo (habida cuenta que casi toda América, e incluso las Filipinas eran hispanas). Algo que para nada es así; pues aunque no queramos verlo, Hispania es y ha sido desde los tiempos más inmemoriales una tierra unida, que compartía ya desde sus albores determinadas civilizaciones o culturas autóctonas y propias. Tanto que todos los iberos escribían con un mismo alfasilabario, "inventado" en el Sur (hacia el siglo VII a.C.) y divulgado por todo el Levante y la Meseta. Sistema de escritura utilizado hasta la romanización plena de la Península, en esta tierra donde convivieron durante siglos diversas culturas como las púnicas, las orientales o los celtas; quienes llegaron o se establecieron en la llamada Iberia, durante la Edad de Hierro. Lugar conocido desde el calcolítico por sus riquezas, en el que prosperaron y se mezclaron durante siglos las diferentes civilizaciones, dando como fruto la posterior Hispania romana.
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De todo ello que exista una cultura ibérica, completamente autóctona y diferenciada en todas sus vertientes al ser completamente distinta de otras civilizaciones mediterráneas. Dividida en diversos tipos de iberismo y que hoy se corresponderían de algún modo con las regiones o las Comunidades Autónomas. Siendo las "célticas" (más o menos puras) aquellas que cubren el flanco Galaico-Cántabro-Asturiano; tanto como las más antiguas y auténticamente iberas, las que se situarían en el Pirineo Navarro y en los valles de las zonas vascas. Mientras los celtíberos se extendían por las varias Castillas, haciendo frontera con la Turdetania (la Tartessos de antaño, hoy Andalucía). Quedando la zona oriental con un área Norte, colonizada principalmente por griegos -en la parte que cubre Cataluña-; mientras en el Sur y bajo Valencia sus conquistadores fueron fundamentalmente púnicos, a los que se deben fundaciones como Akra Leuke o Cartago Nova. Área de Murcia que de nuevo vuelve a hacer frontera con el Tartessos de antaño y que tiene frente a sí archipiélagos como el Balear, islas que igualmente gozaron de colonos y visitantes diferentes a los peninsulares. Todo lo que muestra este crisol formado por las distintas culturas que generaron el mundo ibérico; un mundo ibero que siempre fue concebido como una unidad social y territorial -desde los tiempos más remotos-. Puesto que en su base todos los pueblos que habitaban la península tenían unas costumbres y unos orígenes muy similares.
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BAJO Y SOBRE ESTAS LINEAS
: Escritos por mi mano y para las investigaciones sobre LOS TEXTOS IBÉRICOS; podemos ver los diferentes alfasilabarios que se utilizaron en la Península. Desde el primero o tartessio (que se inicia hacia el siglo VII a.C. en la zona Sur); hasta el celtíbero que se extendía aún en el siglo I d.C. por la Meseta y zona central (principalmente en la ribera del Ebro). Igualmente, bajo estas lineas se observa el denominado alfasilábico Oriental, usado principalmente en las cercanías de la actual Comunidad Valenciana; junto al Meridional, que es el que utilizaban en épocas muy posteriores a Tartessos, en el área de la Andalucía de hoy. Como puede comprobarse en nuestra Península, los iberos escribían antes de la llegada de los romanos, utilizando un alfasilabario particular creado por ellos mismos; lo que obliga a suponer tuvieran un idioma unificado y diferenciado -tal como ocurría por ejemplo, en Etruria-.
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EN LAS IMÁGENES -ARRIBA Y ABAJO-:
Sobre estas lineas fotografía de los famosos toritos de Guisando (en El Tiemblo), junto a San Martín de Valdeiglesias; lugar donde curiosamente juró como futura reina, Isabel de Trastamara, antes de contraer nupcias no autorizadas con su primo Fernando y de proclamarse monarca de Castilla ("sustituyendo" a la legítima heredera). Estas esculturas que se consideran verracos-bóvidos de granito pertenecientes a la cultura vettona, se tenían como mágicas aún en tiempos modernos -tanto que diversas enfermedades endémicas (como las epidemias de peste), se llegaron a atribuir a la veneración de las gentes hacia aquellos "becerros-. Tallados en granito entre los siglos VI al I a.C., han sido halladas por centenares en el área que cubre el territorio Vettón (Cáceres, Salamanca, Ávila, Zamora, Segovia y etc). Zona de España en la que aún abundan las dehesas de cerdo ibérico y de ganado vacuno bravo o de carne y lugares cuya afición a las corridas y al cuidado de estos animales, se mantiene hasta nuestros días.
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Abajo -en la foto- uno de los toros de Costixt (decorado de forma mironiana por mí); fechado hacia el siglo VI a.C. y propiedad del Museo Arqueológico Nacional (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). En esta población Balear se hallaron también santuarios con toros votivos, al igual que otros tantos bóvidos se han encontrado en los diversos yacimientos de estas islas, de época postalayótica. Demostrándose en ello que el culto al toro era también seguido en aquella zona tan alejada de la anterior (en pleno centro de Castilla), pero igualmente poblada por iberos. Siendo innumerables las figuras con exvotos vacunos halladas y las piezas que representan de modo sagrado al astado entre los siglos VI al I a.C., en Baleares o en toda la Península. Donde del mismo tipo e igual época, han sido encontradas esculturas en Levante, en Andalucia, Extremadura, Castilla -e incluso repartidas por el Norte de España-. Pudiendo decirse que la veneración al toro ha sido una constante de nuestros ancestros; costumbre ibérica que llegó hasta nuestros días en la forma de múltiples festejos y fiestas populares dedicadas al astado.
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De tal manera, esta Península de iberos, desde hace algunos siglos parece que desea desintegrarse, descomponerse o desvincularse; pese a que siempre fue concebida como una unión cultural, en la que tan solo se diferenciaban claramente los lusos (entre sus muy diversas tribus). Una inercia y tendencia de separaciones que se incia con virulencia en nuestra tierra principalmente desde el tiempo del rey Fernando y de su esposa - Isabel de Castilla-. Quienes llegaron a aglutinar por la fuerza aquello que naturalmente está y nació unido (cultural, intelectual y geográficamente). Puesto que España -junto a su "madre" Iberia-, eran ya una civilización unificada mucho antes de la aparición del cristianismo.
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Por todo lo expuesto, vemos que ha sido un tremendo error considerar el origen de nuestra nación en la Reconquista y en una sola -o común- religión. Dado que ocho siglos antes a la gesta de Don Pelayo ya denominaban los romanos a nuestra Península, Hispania. Pero es que además no puede concebirse una España sin influjos árabes, venidos directamente de Asia Menor o del Norte de África. Continentes y civilizaciones desde donde nos llegaron algunos de los más importantes avances, tanto como nuestras primeras culturas -y quienes nos aportaron los mayores logros (incluyendo el Cristianismo, que en la Península se internó desde el litoral norteafricano)-. Siendo así que los sirios, los fenicios, los judios y los cartagineses hubieron de ser algunos de nuestros mas eficientes colonizadores; tanto como los griegos, los egeos y los frigios lo fueron. Siendo aquellos quienes importaron todo avance oriental que el Mediterráneo fue regalando desde el calcolítico, por sus riberas.
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Unos y otros llegaron a estas tierras durante siglos, formando un "crisol cultural" en la Penísnula que fundiría y uniría definitivamente las civilizaciones del Egeo, con las del Levante mediterráneo. Aglutinando a su vez al resto de gentes que naturalmente la habitaban, o que alcanzaron a pie este fin de Europa. Llegando muchos hasta Iberia en tiempos de la Edad del Bronce (o en la férrea), buscando sus riquezas de mineral y dando así nombre a lo que debió ser "hesperia" (); que como siempre digo, significó desde sus orígenes "el atardecer" o "el extremo Occidente" -al igual que hubo de significar Hispania (a mi modo de ver sus etimologías)-.
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Formándose con todo ello una cultura compacta y unificada peninsular, nacida de aquellos colonizadores venidos por mar, quienes unidos a los habitantes autóctonos, se mezclarían finalmente con los que posteriormente fueron arribando por tierra -durante las últimas etapas del Hierro-. Siendo los más tardíos en haber aparecido, esos indoeuropeos a los que llamamos celtas; quienes errando durante siglos, toparon definitivamente con el "fin del Mundo al Oeste" -en su milenario caminar desde el Cáucaso hasta el más remoto Occidente-. Todo lo que conformó España; lugar de mil culturas pero de una sola civilización; del mismo modo que Anatolia (hoy Turquía), fue nación de un centenar de pueblos y gentes, que finalmente formaron y conformaron un solo tronco -tan enormemente rico como plural en sus diferentes formas-. Siendo así, que desde los tiempos más remotos Iberia e Hispania fueron palabras casi análogas, tanto que las fronteras de los iberos se pudieron delimitar casi exactamente en los mismos lugares en los que pusieron las de los hispanos.
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Pese a cuanto hemos dicho hasta aquí y a los más de dos mil años de Historia común y unificada, desde el siglo XV la Nación hispana comenzó a sufrir una extraña crisis de identidad, empezándose por entonces a producir el "síndrome" del individualismo (o del separatismo). Sentimiento que hasta ese momento no había aparecido sobre "la piel de toro"; tanto que durante los años de Roma -o en la misma Edad Media-, tan solo se habían marcado fronteras por motivos religiosos, o simplemente económicos. Aunque -como decimos- es a comienzos de la Edad Moderna y tras haber violado los monarcas y sus gobernantes los diferentes fueros y leyes consuetudinarias de cada zona; cuando se llega crear un nacionalismo particular y muy específico en cada área peninsular. Espiritu de independencia y separación muy reaccionario, que personalmente considero procede de una aglutinación realizada por medios bélicos y de poder; juntando forzadamente una España que realmente hubo de unirse a través de simples acuerdos. Pactos de concordancia y estabilidad que en verdad comunmente dieron la posperidad y la fuerza a nuestra Nación; entendida ya desde hace milenios como una cultura en común y sin fisuras.
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A todo ello, hemos de sumar el hecho cierto de que esta unificación culminada por los Reyes Católicos, se basó principalmente en la fuerza que la Corona toma al asumir todo el poder; obligando al país a un solo culto. Control absoluto sobre los estamentos, que se procuró especialmente desde el Santo Oficio y que de forma totalitaria impedía a nadie oponerse a los designios del rey. Siendo tal el poder del monarca en nuestras tierras, que bien puede decirse cómo hasta los Reyes Católicos muchos de los hombres nacían libres; pese a que tras la llegada del Estado Moderno, los venidos al Mundo en España ya nacieron al servicio de su país -más aún con el Estado impuesto por Carlos V-. Siendo así, que desde entonces existe un carácter independentista y separatista, que actúa como revulsivo contra el poder central; conformado en una "especie de animaversión" hacia el "sistema central" y contrrio a todo Gobierno de la Nación. Sentimiento muy negativo hacia su propio Estado, que en diversas ocasiones impide a los españoles autogodirigirse; cayendo históricamente el país en la anarquía, o en el desgobierno. Puesto que debido a tod lo antes expuesto, los españoles tienden a considerar como mejores políticos a los que se enfrentan contra el propio poder, o bien al que no desea cumplir con sus obligaciones nacionales.
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SOBRE ESTAS LINEAS: Un dibujo que no hace mucho hice de la fachada del Monasterio Burgalés de Las Huelgas. En la parte alta me he permitido realizar dos gráficos en los que podemos ver -a la izquierda- cómo se distribuían los Estamentos en la España del tiempo de los Reyes Católicos. Con una gran pirámide social de alto vértice (debido a la gran riqueza de los dirigentes), en la que gobernaba el país una picuda y ordenada "clase dirigente (superior)" -formada por nobles y clero-. Bajo ellos, una segunda clase compuesta por "hidalgos", caballeros, funcionarios y sacerdotes -de menor importancia- eran liderados y mandados por el anterior grupo. En la base de los anteriores "estamentos" y con grandes diferencias sociales, se situaba el "pueblo llano"; en su gran mayoría libre pero con grandes prevendas serviles que les impedían siquiera separarse de las tierras en las que nacían.
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Estas clases sociales se mantuvieron casi del mismo modo en España hasta el siglo XIX, por motivo de la práctica inexistencia de una Ilustración ni de una Revolución Industrial eficiente. Llegándose así hasta los tiempos en que Napoleón ocupa el país, sirviéndose el francéds del paso que concede el rey Carlos IV a las tropas galas para ir contra Portugal (provocando el invasor un sentimiento nacionalista, hasta entonces practicamente desconocido en España). Junto al cuadro de Estamentos que hemos analizado (a su derecha), he pintado un gráfico con la división de clases en las Sociedades Medievales; para comparativamente observar cómo aquel orden del medioevo no es tan diferente al que en España se instituye en la Edad Moderna -que permaneció casi igual y de manera estable, hasta hace unos doscientos años-.
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BAJO ESTAS LINEAS: Aprovechando otro dibujito mío de El Capitolio norteamericano, hemos indicado dos cuadros más sobre tipos de Sociedad y sus Clases (o estamentos). En primer lugar y a nuestra derecha he situado el gráfico de una Sociedad Contemporánea perfecta -o ideal-. Con un estrato dividido en "cuatro clases", entre las que existe una dirigente picuda y superior (en estado piramidal), bajo la que vemos una "Clase Alta" o de profesionales muy cualificados -que arranca en contacto pleno con la anterior (dirigente)-. Estamento alto que en su parte de arriba tiene igualmente forma piramidal, pero que sigue en su zona intermedia en forma igual a la Clase Media, con la que también contiene permeabilidad (estando en pleno contacto). Ya que esa siguiente esfera (media) es la que cubre gran parte del espectro social y desde la que se pasaría a formar parte de las dos primeras clases (de la Dirigente o de la Alta). Por su parte, bajo aquella gran Clase Media, vemos una zona igualmente picuda que de forma inversa disminuye hacia estratos de menor población; estamento que se correspondería con aquellos que viven cercanos a la pobreza -la parte más baja de la pirámide social y que cuadra tan solo con los que desean situarse al margen de ella-.
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Este modelo social que hemos analizado en los párrafos anteriores es sin duda alguna el más beneficioso y el que contiene los "cuatro estamentos" existentes desde la época Contemporánea. Clases divididas en "dirigente", "alta", "media" y "baja", que están equilibradas y bien marcadas en este gráfico (conforme a sus funciones), y que en toda Sociedad avanzada han de tener una plena permeabilidad social -con un altísimo porcentaje de la población correspondiendo a la Clase Media-.
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Muy por el contrario, la Sociedad hoy en día pretende prescindir de un Estamento (tal como veremos a continuación), lo que provoca una situación similar a la que se observa en el otro gráfico de la misma lámina. Dibujo de la izquierda en el que se describe un Estado que ha prescindido o relegado en parte a la "clase alta" (profesional o intelectual), y que por ello contiene una "élite" en parte descabezada. Luciendo un estamento dirigente ampliamente marcado en forma roma, bajo el que hay una "clase alta" también piramidalmente estratificada y muy dependiente de la superior. Mientras, el resto de la población (con grandes diferencias sociales) ha de situarse como "pueblo" o "clase media-baja"; habida cuenta que carece de prerrogativas o de poder para acceder a otros estados superiores.
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En su cúspide curiosamente veremos que no hay guía (o cumbre), faltando en muchos casos el pico de la pirámide social; habida cuenta que se hace imposible llegar a encabezar o dirigir los estamentos. Un hecho que sucede en algunas de estas Sociedades al haber varias facciones de poder que luchan entre sí por el control del grupo. Lo que se produce comunmente cuando las bases (el pueblo) retiran la confianza a las élites -a continuación explicamos por qué y cuando pueden ocurrir estos hechos que devuelven las Sociedades a situaciones como las que manifiesta el mencionado gráfico; en estado de gran crisis o de posible involución-.
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D) El nacimiento de la élite cultural y la creación del Cuarto Estamento:
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Como decimos, hasta bien entrado el siglo XIX no se modifican los Estamentos en España. Siendo hacia 1850 cuando se reconvierten aquellas clases sociales, hasta entonces intermedias y que habían estado formadas por caballeros (hidalgos), por funcionarios y por clérigos de escasa importancia. Estado medio, que hemos visto marcado en el gráfico que definia las clases sociales en el siglo XVI (en el grupo amarillo y descrito como "clase de caballeros o gobernada"). Grupo que se transforma en gran parte, hace unos ciento cincuenta años en una "casta intelectual". Habida cuenta que el sacerdocio comienza a disminuir en su número, mientras los que estudian se forman ya solo en las universidades y con un carácter seglar (ajenos a las doctrinas de la Iglesia). Pasando muchos de estos a pertenecer a un grupo de neo-ilustrados, quienes por su amplia preparación ejercen un gran poder como funcionarios o profesionales libres. Debido a lo que ya tuvieron mayores conocimientos de Estado que los nobles (o los clérigos) desde mediados del XIX, dominando finalmente desde 1880 gran parte del orden social hispano.
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Todo lo que conllevó a que desde fines del siglo XIX, en nuestro país los sacerdotes pasaran a formar un "estamento propio". Mientras esa nueva clase de profesionales (recien nacida en esa época) generó un grupo que desde aquel tiempo empezó a tomar las directrices de la Nación. Conformando aquellos un nuevo "estado" que correspondía a una "clase alta" o intelectual; nacida así por vez primera en la Historia hispana, y ajena al alto clero. Convirtiéndose en un cuerpo de élite, llegando a gozar de un gran poder en el pais y que a principios del siglo XX aporta ya brillantísimos individuos (del mundo del arte, del pensamiento, de la política o de la literatura). Gentes que relevan a las antiguas clases sociales en el mando de la Nación, llevando a cabo el milagro de reconvertir España en un país rico y próspero. Prodigio logrado por ese puñado de intelectuales, empresarios y políticos de élite, que comenzaron su labor de reconstrucción partiendo de aquella arruinada pátria que en 1898 les habían legado -los "últimos y decimonónicos" dirigentes-.
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Muchos se preguntarán cómo y de qué forma lograron estos hombres del siglo XIX rehacer España en tan solo quince años; algo que se contesta con una simple palabra: Regenerándola. Término que definía su ideología y que aglutinaba sus ideas, por las cuales habían de regresar a la verdadera esencia de la Nación, para lograr volver a convertirla en lo que nuestro país debe ser: La cabeza cultural y económica de una gran parte de Occidente. Puesto que sin España, la hispanidad se hunde y ello significa que la unión entre África, Europa, América y Asia Menor, entra en crisis. Habida cuenta que la esencia geográfica y cultural de nuestra tierra es precisamente esa: Poder aunar las civilizaciones de estos cuatro Continentes, hacia un punto de conversión común e intereses paralelos. Puente cultural que siempre lo fue esta Iberia; lugar de paso para las gentes venidas desde Oriente Medio, de África, de Ámerica y -evidentemente- de Europa.
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Siendo así que para lograr el milagro de "la regeneración", tan solo se precisó dejar el país en manos de una élite. Gentes educadas desde mediados del siglo XIX en la forma librepensadora y que creó hombres y nombres tan ilustres como los literatos: Pérez Galdós, los Bécquer, los Machado, Unamuno, Azorín, los Baroja o Valle Inclán. Guiando España a través de ideologías progresistas y patriotas forjadas en pensadores tales como: Angel Ganivet, Joaquín Costa, Giner de los Rios o Sanz del Rio (entre otros). Generando a su vez movimientos artistísticos y de creación, que basaban la obra y vida del sus integrantes en las costumbres y en el progreso de nuestro país. Movimientos que fructificaron en escuelas nacionales, como lo fue la catalana de pintura; con genios de la talla de: Fortuny, Casas, Urgell, Rusiñol, Anglada Camarasa, Meifren y largo etcétera. O la valenciana, con Pinazo y Sorolla (entre otros), quienes se formaron junto a una pléyade de creadores entre los que destacaron vascos y castellanos que amaron su tierra; lográndose así por aquel entonces individuos de la talla de Aureliano Beruete, o de Ignacio Zuloaga. Todo lo que generó una verdadera élite mundial, que identificaba nuestra nación con la cultura más sofisticada y refinada. Un hecho que culmina logrando mandatarios de la talla política de José Canalejas o de Melquiades Álvarez. Todos hombres que lograron aquel milagro de reconstruir España en menos de veinte años.
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Prodigio regeneracionista que en principio se produjo gracias a la "reconversión" de un estamento social medio, logrando dotar a España de una "clase alta" e intelectual (conformada por funcionarios y profesionales enormemente cualificados). Nuevo Estamento social que como venimos repitiendo nació en la España de fines del siglo XIX, sustituyendo el mencionado viejo grupo de los caballeros (el de los apolillados hidalgos y de los deanes). Generando la aparición de esta nueva Clase Alta (o de profesionales), la creación de un Cuarto Estamento venido al Mundo a través de ellos. Cuarto estrato que surge gracias a los nuevos dirigentes españoles de aquellas épocas y que se denominó comunmente "Clase Media".
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Grupo social que pretendía aglutinar gran parte de la población y que de manera idealista -casi soñada por entonces-, se fraguó en estos años por los librepensadores. Tiempos en los que las nuevas filosofías predicaban la necesidad de que así se establecieran las Sociedafdes justas. Prodigando teorías como la krausista, que afirmaba cómo los nuevos Estados debían establecerse en cuatro estamentos: Dirigente (de poder o de nobleza, entonces), Alta (de profesionales altamente cualificados, e intelectuales), Media (que debía ser la más numerosa, formada por trabajadores con pequeños medios) y Baja (cubierta por trabajadores sin recursos propios). Siendo la utopía por aquel entonces de aquellas élites recien nacidas -quienes componían la nueva "clase alta" (intelectual o profesional)-; que la mayoría de la Sociedad perteneciera a ese "cuarto estamento" al que denominaban "Medio".
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ARRIBA y ABAJO, EN LAS IMÁGENES:
Dos ejemplos de estas élites nacidas entre finales y mediados del siglo XIX fueron Aureliano Beruete e Ignacio Zuloaga. Ambos, cercanos a unas mismas filosofías unidas al Regeneracionsimo y a movimientos como la Institución Libre de Enseñanza. Pensamiento liberal, patriota y culto que logró crear en estos años una verdadera pléyade de hombres ilustres en nuestra nación; quienes fueron capaces de encumbrarla de nuevo y de reconducirla hacia la prosperidad en tan solo unos decenios. Tristemente, las armas de alto poder destructivo -inventadas a principios del siglo XX-, los "nuevos tiempos" y las convulsiones de Europa; trajeron e importaron a nuestra tierra ideologías extremistas, que terminaron llevando a España a una horrible confrontación. Guerra que de seguro no se hubiera producido de haber continuado esos hombres regenaracionistas (tan liberales, como cultos y moderados), al mando de un país que desafortunadamente desde los años veinte cayó bajo el yugo de extremistas y de los radicales. -Sobre estas lineas, el pintor Zuloaga en un autorretrato (que agradecemos nos permita divulgar la Fundación Zuloaga). Abajo, Aureliano de Beruete pintado por Sorolla hacia 1902, obra que expone actualmente el Museo del Prado (institución a la que agradecemos nos permita divulgar la imagen)-
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E) ¿Crisis en Europa, o desaparición de los Estamentos necesarios?:
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Fue así, tal como hemos resumido y gracias a estas gentes ilustres, como España consigue pasar prácticamente en una generación, desde una "sociedad medievalizada" hasta una moderna -lo que se logra entre los años 1885 a 1915-. Hazaña que se volvió a repetir en nuestro país entre los decenios de 1950 a 1980; periodo en el que se evoluciona desde una Nación atrasada -casi analfabeta-, hasta conformar un país moderno, en el que una gran parte de ciudadanos ya tuvieron estudios superiores. Logrando durante estos años que hablamos (hacia 1980), que la Sociedad española ya hubiera alcanzado una estructura cercana a la que habíamos dibujado como ideal -o semiperfecta, en nuestro gráfico de estamentos-. Refiriéndonos a aquella que mantenía la forma de una urna con dos "picos" (correspondiendo aquellos márgenes a las élites y a la "clase baja").
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Aunque el diseño de este modelo social ideal mucho ha cambiado en los dos últimos lustros; tanto como para poder considerar que la "clase alta" (la intelectual o profesional), en gran parte ha desaparecido -al menos ha perdido su poder-. Por lo que tan solo quedarían ya en la cumbre del Estado unos estamentos superiores, compuestos por un estrato que dirige y otro que depende en gran parte de aquel más fuerte, para sobrevivir. Clases altas que se situarían sobre una gran masa social, compuesta por la "media y la baja" unidas, pero muy mal diferenciadas y con grandes desniveles económicos y culturales entre ambas. Dirigiéndose quizás actualmente el espectro de estamentos hacia una estructura de clases similar a la de una "cocktelera", que habíamos dibujado en el lado izquierdo del gráfico de El Capitolio. Lo que torna y cambia la imagen ideal del Estado con forma de "urna de votación", por otra muy distinta que se asemeja a una "urna cineraria" (como si aquel diseño fuera el indicador funesto y "curioso" del posible fin de una Sociedad próspera...).
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Pudiéndonos preguntarnos por qué sucede lo antes referido y cuales son los motivos que han podido llevar a la modificación o supresión de una clase alta (profesional o intelectual), arrastrando ello a la "Media" hacia los estamentos más bajos. La respuesta hemos de encontrarla quizás en la misma supresión -o falta de interés generalizado- hacia el trabajo y la labor de aquella Clase Alta; grupo antaño compuesto por funcionarios altamente cualificados, por profesionales de élite y por artistas de gran importancia. Gentes que han sido relevadas de su cumbre por la voluntad popular (no por otro motivo); habiendo sido "cambiados" o sustituidos por un nuevo "estamento de ricos y famosos"; quienes hoy ocupan este espacio social superior -situado bajo la clase más poderosa-. Por lo que ese lugar que antaño ocupaban individuos de élite, como fueron los profesionales mas cualificados del país, los intelectuales y los creadores de primera linea (tanto como los pensadores y los investigadores). Desde hace dos o tres lustros ha sido tomado -al menos en España- por otro tipo de personas, entre los que principalmente existen deportistas, gentes famosas, individuos de dinero y personajes del "papel couché".
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Todo lo que lleva a que en verdad aquella élite, absolutamente necesaria para una Nación y con capacidad de ejercer un control social; ya casi no exista prácticamente -a día de hoy-. Lo que implica que la Sociedad gradualmente se "venga abajo" o se deteriore por falta de "pilares". Generando todo ello una caida de estamentos (o crisis económico-social) que en mi opinión se debe a que la Clase Alta hoy carece de la fuerza y relevancia que ha de tener (al menos en España). No correspondiendo con una élite cualificada aquellos que ocupan un lugar superior y que pueden oriental a los dirigentes, en nuestro país. Quienes simplemente y en su gran mayoría, son hoy un conjunto de famosos, de ricos o de existosos (grupo de gran fuerza y que debe situarse entre los estamentos más altos, pero que no constituye un estrato de profesionales verdaderamente eficientes).
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Todo lo que arrastra en mi opinión a nuestra Nación hacia una permanente duda, sumiéndola en la inseguridad. Dejando a la deriva gran parte del Estado, que habiendo de ser controlado por los profesionales más cualificados, no encuentra patrones. Provocando todo ello que las clases medias -tristemente- se vean obligadas a bajar a estados muy inferiores. Tanto, que si un médico, un ingeniero o un investigador no encuentra ya ni trabajo en una Sociedad como la española; qué puede esperar hallar un individuo con estudios medios (o sin ellos...) .
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De cuanto exponemos, el problema de la crisis económica posiblemente nace de la propia crisis de valores; procediendo de una confusión en la forma de entender la importancia social de los individuos y la de su trabajo. Tanta, que a día de hoy el mejor músico es el que más discos vende, el más grande escritor el que más libros edita, o el pintor más valorado aquel que cobra más por sus obras. Siendo este un confundido "estado de la cuestión"; puesto que basta con recordar casos como los de españoles tales como Bacarisse, Machado o Gutierrez Solana; para comprender que el éxito social y el valor del individuo, muy pocas veces casan o coinciden en vida, durante la Historia. Pese a ello y siendo evidente lo que hemos escrito, actualmente que se ha decidido configurar una Sociedad en la que aquellos que logran el triunfo, se entienden como los mejores. Confundiendo así la capacidad de adaptación al medio, con las capacidades intelectuales o profesionales. Otorgando de este modo el status de élites profesionales -o de clases altas- a quienes sí saben adaptarse, pero no son capaces soportar el peso, ni menos la dirección del país (por el simple hecho de que no están preparados para ello y ni siquiera es ese su deber). Puesto que los deportistas o las gentes del espectáculo tienen un enorme mérito -que nadie niega-; pero ello no significa que su función, ni su trabajo (ni menos su opinión) sea primordial para el control o el gobierno de un Estado.
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SOBRE Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Arriba fotografía de Salvador Bacarisse, uno de los grandes músicos de principios del siglo XX, cuyas melodías aún se escuchan a diario; artista que tristemente las gentes de nuestro país no aciertan a saber quíen es. Bajo estas lineas, el gran Antonio Machado; ejemplo entre muchos de las élites hispanas más refinadas, y quien siempre fue reconocido entre las personas más cultas como un modelo de la "alta clase librepensdadora". Pese a ello, quizás hoy en día hubiera sido tomado como un "simple profesor" muy aficionado a la poesía; habida cuenta que el poeta parece una especie que en extinción en nuestra Sociedad -tan moderna- y a los librepensadores se les envía al psiquiatra... .
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Muy por el contrario, han sido relegados a un segundo plano social los intelectuales, los filósofos, los profesores o los investigadores más importantes; cuyas opiniones, pensamientos y consejos pueden ayudar enormemente a mejorar la Sociedad. De todo cuanto sucede y de seguir situando entre las "clases altas" -o "estamentos profesionales"-, a gentes que viven de la fama o que proceden del mundo de la imagen y del dinero; es muy posible que "la clase intelectual" que ha de controlar el aparato estatal y ha de guiar a la clase dirigente, tenderá a desaparecer. Por todo lo que la "clase media" se vería abocada al submundo; es decir, a desaparecer o a convertirse en "pueblo" de nuevo. Entre otros motivos, porque ese cuarto estamento llamado "medio" y que hoy prefiere elegir como su "élite" a deportistas y famosos; fue precisamente creado por el de los intelectuales (o profesionales).
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Es posible que muchos nieguen cuanto decimos, pero nos bastará recordar cómo hasta hace apenas unos decenios la élite de la música española estaba conformada por gentes muy diferentes a las de hoy. Figuras como Regino Sáinz de la Maza, Andrés Segovia, Narciso Yepes, Segundo Pastor, Moreno Torroba o Joaquín Rodrigo eran los que lideraban el arte temporal en nuestra nación. Mientras, en estos días el espectro musical tan solo se halla poblado por algunas folklóricas, junto a cantantes jóvenes y gentes que pertenecen al espectáculo (ajenas por completo al mundo del intelecto). Ello conlleva que estas "nuevas élites" carezcan de fuerza social para apoyar causas de renovación, e incluso para enfrentarse al poder -si la clase dirigente se confunde en sus decisiones-.
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Por lo demás, el poco interés que despiertan más allá de nuestras fronteras estos cantantes "modernos", hace que hoy en día casi nadie conozca siquiera un creador español vivo; guardando nuestra riquísima nación la apariencia de un país inculto, que rinde tan solo homenaje a artistas de "música ligera". Unos hechos que guardan una especial relevancia desde el punto de vista de la "justicia social"; ya que indican un perfecto desequilibrio, al dejar apartados de las élites a los verdaderos profesionales. Habida cuenta que se aplaude al que busca el triunfo rápido y fácil; mientras las personas que estudian durante años, preparándose concienzudamente -practicando diez horas al día-; son tachados de "aburridos" o de retrógrados, no recibiendo siquiera una pequeña remuneración, ni menos el trabajo que merecerían por su enorme esfuerzo artístico.
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El caso que narramos sobre la música en España es tan solo un ejemplo; pero un ejemplo que bastará para entender qué pasa en Occidente -más aún en nuestro país-. Puesto que si dejamos a las élites relegadas a un segundo plano, el pueblo caerá en picado y pasará a estar compuesto por una gran masa de "clase baja" . Ahora bien, hemos de plantearnos quienes son los que en verdad causan estas situaciónes a través de la que se modifican los estamentos. Hechos que relegaron a las "clases altas" (o los mejores profesionales) para situar en su lugar a gentes "más divertidas" o más atractivas.
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Pudiendo responderse que quizás a los dirigentes, en algún momento les conviene no estar controlados por una "clase alta" profesional (compuesta de profesores, funcionarios cualificados o profesionales de primer órden que pueden restarle gran parte de su poder). Pero en verdad, los que nos dirigen si se ven sin aquellos funcionarios y asesores, rapidamente observarán una falta de seguridad, sientiéndose frente a la "espada de Damokles". Siendo muy por el contrario -tristemente- la Clase Media, la que ha decidido por sí misma, libremente y en su mayor parte; que el mundo intelectual es un aburrimiento, que la Música Culta carece de importancia, o que la Historia, las humanidades y los textos clásicos, no sirven para nada... . Realizando su propia revolución del siglo XXI, en la que un deportista vale más que cien filósofos; y un bailarín, un cantante o un actor de cine, más que cualquier pensador.
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De ese modo y de esta forma tan simple, un médico, un ingeniero o un arquitecto -por muy destacados que fueren- ya no son élite y el Estado ha quedado en parte a la deriva (sin cabeza cierta y caminando hacia esa triste forma de "cocktelera" que habíamos dibujado -diseño que esperemos nunca alcance nuestra Sociedad-). Por todo lo que afirmamos que quienes debemos de ayudar a este estamento de altos profesionales (o de intelectuales), para que pronto logren recuperar el sitio que merecen, somos la Clase Media. Un estrato cuya "vida" y desarrollo depende directamente de esos que son altos funcionarios, empresarios relevantes, pensadores, investigadores y -en definitiva- los profesionales más cualificados. Gentes como los médicos, los jueces, los abogados del Estado, los economistas de gran éxito o los creadores de negocios; que si no se ven apoyados por un pueblo que les otorgue su confianza, les es imposible poder dirigirlo y asesorarlo.
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Por cuanto hemos de plantearnos seriamente si el primer paso para resolver "la crisis de Occidente" no es aquel de recuperar a los profesionales como Clase Alta. Situando a los más cualificados en el lugar que merecen -dejando así a los mejores funcionarios y técnicos que cumplan con sus obligaciones-. Llevando de este modo a buen fin el Estado, que ciertamente tiene sus recursos para regenerarse (siempre y cuando no ongamos en la cumbre social tan solo a cantantes, modelos y deportistas...).