martes, 9 de agosto de 2011

¿Para qué sirven las artes?

SOBRE ESTAS LINEAS: Colegiata de Toro (Zamora), edificio que además de ornamentarse con unas valiosísimas portadas románicas, luce un precioso estilo bizantino en su cimborrio (apenas existente en nuestra Península). En la entrada de hoy analizamos para qué pudieron servir y por qué se elevaron este tipo de arquitecturas grandiosas y colosales dedicadas a lo sagrado, que se construyenron desde los comienzos de la Civilización.
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Cuando a mis veintidós años comencé a decir a muchos que no deseaba ser abogado y me encontraba considerando si dedicarme al mundo del arte, las caras de susto (o asco) que vi fueron más que expresivas. Menos a mis padres y en mi casa -a quienes no les extrañaba que me gustara más componer y tocar la guitarra-, un "gran resto" me miraba como se observa a un caracol dentro de una botella vacía. Pensando seguramente algunos que como siguiera así de tonto, me iba a morir de inanición -tanto como de aburrimiento-. Los peores eran los que daban severas lecciones, entre las que destacaban frases muy desagradables, que terminaban llegando a afirmar cosas como: -"Donde te empeñas en entrar y a lo que ahora deseas dedicarte, es un mundo asqueroso. Porque el arte, en sí mismo, no es útil para nada; absolutamente para nada... . Hoy en día es solo un modo hacer vivir a muchos en un estado de ilusión y falsas fantasías. Lo importante es ser un profesional, con un sueldo todos los meses... Así que deja de hacer el imbécil y dedícate al Derecho...".
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No eran pocos los que aparecían con aquella monserga tan desagradable. Que entendía si procedía de gentes que entonces tuvieran cincuenta o sesenta años (en 1984). Ya que muchos habían pasado grandes problemas o penurias en su vida -por lo que comprendía que me advirtieran con una intención "reparadora" o de consejo-. Aunque si esas "palabritas", ya venían de compañeros y gentes de mi edad, me molestaban bastante. Sobre todo porque muchos de los que así me hablaban, eran amantes de la música modera (mala y de la peor: Admiradores de algunos rockeros pésimos, de esos que solo dan alaridos). Por lo que viendo yo, cómo al hablar de la música clásica, tus compañeros te despreciaban (ya que no proporciona ni dinero "ni placer", ni fama); eso te hacía ser un tanto diferente y distanciarte bastante de ellos. Por lo demás y pese a que los que así me aconsejaban se autodenominaban muy liberales; en sus argumentos solo vi palabras muy cercanas a los más radicales y extremistas. Entre quienes también existieron los que escribirían ideas muy semejantes, argumentando que: "El arte, casi siempre fue un simple motivo de explotación (durante milenios y hasta el siglo XIX); debido a que los poderosos construían y encargaban grandes obras, solo con fines ególatras..."-.
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Unos y otros, pese a estar en puntos opuestos, siguen normas sociales y corrientes historicistas no muy lejanas, que apoyan ese modo tan materialista de ver las artes. En las que el artista es un "don-nadie" si no triunfa, o bien sino se opone al sistema y participa de pleno en polìtica. Puesto que las artes eran típicas y comunes en las Sociedades corruptas; que sirviéndose de un creador y doblegando a un pueblo en nombre de una religión o un rey,  generaba grandes monumentos y "artificios". Consecuentemente (unos y otros), nos podían hablar y presentar a Egipto tal cual en tantas ocasiones nos ha llegado en la memoria: Como un terrible Imperio, pleno de crueldades, que explotaba y machacaba a todos, solo para construir un Estado y unos tremendos edificios (en beneficio del monarca, de su religión y de una casta dominante). De igual manera, Babilonia sería un reino de similares y horribles características, muy parecido al del Nilo. Tanto como otras civilizaciones posteriores -coetáneas o predecesoras a ellas (Fenicia, Israel, la hitita; e incluso la griega y la romana)-, fueron también terribles infiernos sociales.
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No siendo extraño leer a quienes en el siglo XX escribieron que todo aquel Mundo Antiguo no era más que una gran miseria humana -al igual que el Medievo, el Renacimiento y el Barroco-. Épocas deleznables para la Humanidad; en opinión de aquellos que afirman, que hasta la llegada de "las revoluciones", el Mundo fué un infierno, sin justicia alguna. Por lo que, hasta entonces, las artes y la cultura que hubo no fueron más que la representación o la expresión de esta civilización bestial, que vivió de la explotación humana... .
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BAJO ESTAS LINEAS: La Peste representada en un códice miniado de fines del siglo XV. Pese a cuanto podamos pensar, en aquellos tiempos terribles y duros -como fueron los del medievo- hubo artistas que lograron sublimar e incluso reírse de los peores males que en el Mundo existían. Un ejemplo de ello es esta bellísima estampa de La Peste, en su carro enterrador; tanto como pueden serlo las famosas Danzas de la Muerte. Donde a través de poemas satíricos (música y bailes), los artistas, el pueblo y los nobles de la época, se reían y danzaban entorno a la temática de la terrible enfermedad que les azotaba. No existirá parangón con episodios modernos, para que entendamos la situación. Pues muy difícil será que podamos comprender cuanto de espiritual puede llegar a tener una cultura y una Sociedad, que azotada de un modo tan terrible por una enfermedad, hace fiestas, bailes y poemas en su honor... . Hasta el punto de llegar a crear un género músico-poético que iniciaría una nueva etapa literaria. La Peste, que vemos en la imagen, llegó a mermar en un tercio la población de algunas zonas de Europa; pese a lo cual la gente, los músicos y los poetas cantaban y bailaban al son de melodías y letras divertidas, donde se ironizaba con el terrible mal que sufrían.


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No les faltaban razones para opinar así; aunque -tristemente- lo que sucedió tras aquellas Revoluciones cargadas de proyectos, ilusiones y buenas intenciones, no fue tan de elogiar como se pensaba: Pues la francesa, terminó con una etapa de "terror" y poniendo la nación en manos de un general, que invadió media Europa. Tanto como las sucesivas de izquierdas, llegaron a crear un "Zar rojo" en el mismo lugar donde estaba el "Zar blanco" (sin contar con "las otras" que llevaron a Europa a cuarenta millones de muertos...). Pese a todo, entre aquellas y aquellos quienes opinaron que el Mundo fue una miseria social incalculable, hasta la llegada de las revoluciones; siempre hubo una fórmula común: Un intento por despreciar los antecedentes históricos, llegando a la conclusión de que "cualquier tiempo pasado fue peor". Y no les faltaban razones, pues en verdad, aquel pasado que arrastraban sus naciones, era terrible. Tanto como para haber llegado a un estado de esquizofrenia social que les llevó a reventar y anular el sistema y el orden establecidos hasta entonces.
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Pero volviendo al tema que nos ocupa: Decía Ramón y Cajal, que lo malo no era cometer un error, "sinó perseverar en él y además, justificarlo". Aquí quizás comienza el problema que hemos de afrontar sobre lo que sucedió durante el siglo XX, prácticamente en toda Europa. Puesto que pudiendo ser comprensible que se llegara a este grado de "confusión" y enfrentamientos. Absolutamente es incomprensible que muchos los justificasen (o aún los justifiquen). Siendo la única explicación de "todo aquello" que por dos veces reventó en Europa (en 1914 y en 1941), una situación insostenible nacida de múltiples fracasos sociales y políticos, que solo lo podemos considerar como un hecho accidental. Es decir: Un accidente histórico. Pues viéndolo así; como un "terrible accidente", en el que nadie tenía malas intenciones y donde muchos pretendían ayudar (o arreglar la Sociedad a su manera). Quizás lleguemos a la conclusión de que el ser humano no es malvado ni perverso, sino que está sometido a acciones y situacoónes que le superan. (Acciones y situaciones tales como: La enfermedad o la muerte, el hambre o la necesidad, o el individualismo y la sensación de ser imprescindible).
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No vamos a decir que el Hombre sea por naturaleza "bueno" (aunque quizás lo es), pero creerle malo y perverso desde el primer momento que ve la luz, de seguro será un modo peor de pensar. Ya que nos llevaría a poder odiarle y condenarle. Conduciéndonos a pensar que la única especie que sobra y daña el Mundo, es la humana... . Y con todos mis respetos hacia los "Schopenhaüeristas" y seguidores del pesimismo; en mi opinión, considerar y concluir que el mal en nuestro Planeta reside en nuestra especie, es como aquel que juzga a su padre y le condena por haberle traido a un Mundo en donde tendrá que morir... . Pues al fin, la Naturaleza es la que manda y en nuestra opinión, mucho peor que dañar sus especies (o su hábitat), sería el intento de acabar con los Hombres y someterles a ella. Considerándoles tan malvados, que puede tenerse al humano por un ser inferior a los animales y  concluyendo que aquel simio avanzado, es en sí mismo malo, dañino y perverso. Pese a ello, y para quienes piensen que la Naturaleza es magnífica y perfecta, siendo la Humanidad una escoria deleznable, siempre está el recurso de vivir en un habitat sin nada artificial: Sin medicina y sin enseñanzas; sin progresos, ni modificaciones del Medio Ambiente; tanto como sin orden ni defensa contra los animales (pues quizás así se entienda que mucho de lo malo que ha hecho el Hombre durante su corta historia en este Mundo, fue solo para defenderse).
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BAJO ESTAS LINEAS: El famoso tesoro de El Carambolo de más de tres kilos de oro, perteneciente a la civilización tartessia (fechado entorno al siglo VII a.C.). Conforme algunos pueden entender, esta pieza debiera analizarse como el producto de la avaricia un rey, que subyugó a su pueblo, para acaudalar esta gran cantidad de metal precioso y convertirlo en sus joyas -quizás con el fines egóatras o de obtener un mayor poder sobre sus súbditos- . Otra manera más lógica de verlo y entenderlo (en nuestra opinión) nos habla de que aquellos que fundieron, lucieron y escondieron el tesoro (posiblemente al huir del reino); pertenecían a una refinada dinastía tartessia. Quienes se dejaron influir por las civilizaciones más avanzadas de la época, adoptando sus modos y costumbres (entre ellas, la de lucir este tipo de joyas). Por lo demás, gracias a que este tesoro ha llegado casi intacto hasta nuestros tiempos (fue hallado en 1958), se ha podido reconstruir parte de la civilización perdida de Tartessos -de la que apenas había testimonios arqueológicos y es una gran seña de identidad cultural para toda la Península Ibérica-.
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Consecuentemente, para comprender la Historia y la Protohistoria, lo mejor es pensar que en La Antigüedad, intentaron organizarse lo mejor que pudieron y con los medios que tuvieron. Siendo -por ejemplo- admirable como en una época en la que ni siquiera tuvieron hierro, pudieran construir edificios como los de Egipto. Unas pirámides y templos levantados hace más de cuatro mil quinientos años, cuando aún faltaban trece siglos para que apareciera el acero, en zonas cercanas al Nilo. Edificios, que aún la técnica y la tecnología no acierta del todo a comprender cómo y de qué manera pudieron ser construidos. Que además, llevan beneficiando a todos quienes les rodean desde hace más de dos mil quinientos años. Pues, aunque no lo creamos, en tiempos de Heródoto (mediados del siglo V a.C.) ya existía el turismo en Egipto; tanto que este mismo historiador nos narra en su obra (Nueve libros de la Historia) las visitas guiadas que realizó a las Pirámides, junto los sobre aquellas relataban los egipcios.
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Por lo que venimos explicando y ya regresando al "problema" de la explotación social realizada a través del arte; muchos pueden pensar que aquellas pirámides fueron el fruto de una extorsión a un pueblo, realizada por un faraón y su casta dominante (como en numerosas ocasiones se comenta). Construcciones levantadas por esclavos, de los cuales muchos morían en aquellas labores. Pese a lo que -modernamente- los arqueólogos van concluyendo que el trabajo es tan perfecto en aquellos edificios, que es difícil pensar que estuvieran hechos a golpe de látigo. Al igual que los poblados de obreros y circundantes a los grandes emporios, tampoco parecen propiamente de esclavos. Sinó más bien se ha podido ir comprobando que corresponden posiblemente a agricultores jóvenes, quienes en los seis meses de sequía egipcia -en los que no había nada que laborar en sus tierras-, se ofrecían a las obras públicas para realizar esas funciones a cambio de panes, de cervezas (o para no molestar en sus hogares...) .
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Por lo demás y si deseamos ser realistas en la Historia, ante la polémica de si la sociedad del Nilo era justa o no, habremos también de plantearnos quién vivía mejor: Si un esclavo egipcio del siglo XXV a.C.; o un libre hombre habitante de nuestras tierras europeas, superviviente en su tribu a campo abierto (o en cuevas); inmerso en una "civilización" en la que cualquiera podía venir a matarlos, apresarlos o aniquilarlos, del modo más cruel -incluso para "echarlos a la cacerola"...-. De igual modo que hemos de considerar si el galo libre vivió mejor al que hicieron esclavo en sus guerras los romanos. Teniendo siempre en cuenta que la ley celta permitía al padre matar a sus hijos y mujeres, si lo deseaba -tanto como obligaba a sus sacerdotes a realizar sacrificos humanos, abriendo el vientre de sus víctimas para leer aún en vida sus órganos (en especial el hígado, en una "ciencia" denominada extispicina druídica)-.
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De tal modo, "las cosas del ayer" no están tan claras como algunos creen, afirman y consideran... . Pues podemos opinar y afirmar que por aquel entonces, eran todos malos y perversos; tanto que durante milenios unos pocos explotaron a la mayoría. Algo que sin lugar a dudas puede ser verdad; aunque el problema surge al intentar buscar otras soluciones en una organización Social del pasado. Debido a que aún eran mucho peores las civilizaciones diferentes a esas que algunos tanto critican; afirmando que se se trataban de simples explotaciones humanas. Para comprenderlo, bastará leer lo que fué el mundo Escita (o el bárbaro), en el cual -por ejemplo- era una "costumbre obligada" para todo hombre que comenzaba a perder las fuerzas y facultades para guerrear, que saltara desde la ladera de una gran montaña y se diera muerte de este modo tan "volátil" (algo que solía suceder hacia los treinta y cinco años). Tanto como cuanto hacían con los prisioneros y esclavos los mismos escitas, quienes como gran forma de salvaguardar sus vidas y para no tener que acabar con ellos, solían arrancarles los ojos a los mejores o a los que preferían, para que se dedicaran a batir leche y hacerles la mantequilla... .
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No juzgue el lector en mis palabras anteriores un intento de desprestigiar, criticar o minusvalorar al mundo celta o al escita; pues bien es sabido que admiro las civilizaciones antiguas (a todas, aunque a algunas más que a otras). Pese a ello, lo que he pretendido exponer es que no puede nunca hablarse en los términos que muchos usan, aseverando que las más famosas civilizaciones del Mundo Antiguo fueron un simple abuso de autoridad (una casta dominante que subyugaba al resto, sin tener formación de Nación). Puesto que eran Estados, con población territorio y poder (en toda regla y orden); tanto que tuvieron muchos parecidos las que existieron hasta el siglo XVII en el Mundo. Y consecuentemente en Egipto, Grecia o Roma, pueden encontrarse leyes, tratados internacionales, organización social y disposiciones, muy similares a las que hubo hasta 1600 en Europa.
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Por todo ello, su arte, también tuvo un sentido muy similar; siendo aquel la expresión de la Sociedad que conformaron. Sabiendo en Egipto, en Babilonia, en Israel y Fenicia, tanto como en Roma y en Grecia; que el arte era el medio más seguro de perpetuar su civilización. Una inversión absolutamente eficiente, por cuanto aquello que se realizaba, construía o propagaba, se podía llegar a mantener y comprender por los siglos de los siglos. Tanto que aquel concepto de pasar a la Eternidad -que tanto buscaban los egipcios antiguos-, parece que realmente fue conseguido; por cuanto hoy en día nadie puede ignorar su civilización (tanto como seguramente se recordará por siempre). Una cultura que hace casi cinco mil años comenzó a construir con un enorme esfuerzo, grandes edificios que aún se mantienen en pié y que aún hoy son la fuente de ingresos mayor que tiene la franja del Nilo. Del mismo modo que Grecia o Roma, quienes dejaron un legado de arte (escultura, arquitectura, obras públicas y etc); con los que no solo perpetuaron su memoria, sino que aún hoy dan de comer a millones de personas. Gentes cuya vida sería muy diferente de no existir -por ejemplo-: Las ruinas romanas de Mérida, el acueducto de Segovia o los centenares de yacimientos de nuestra Península. Al igual que sería muy distinta la vida en Italia o en Grecia, sin que en estas naciones hubiera miles de edificios antiguos para visitar (o decenas de museos donde se exponen las piezas que la tierra "ha vomitado").
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De un modo muy similar, cuando en la Edad Media, un pueblo o una ciudad se proponía elevar una catedral; aquel reto social era pensado como una gran empresa (espiritual y civil; pero empresa). Un negocio cuya base se sostenía en la participación de tantos en aquel proyecto con el fin de prestigiar la cultura cristiana en su zona (que por aquel entonces comenzaba a "reconstruirse"). Prestigio que se adquiría gracias construir edificios que hasta entonces quizás nadie hubiera pensado que se pudieran elevar (con torres de centenares de metros de altura). Lo que atraía a gentes lejanas hasta la ciudad o el lugar donde se había elevado el templo; que no solo se hacía famoso, sino que servía para que cada domingo (fiesta o celebración) pudieran ganar grandes sumas de dinero, los lugareños gracias a los mercados e intercambios con los que hasta allí se acercaban a ver ese espectáculo hecho templo.
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Una gran basílica, o una enorme torre (descomunal), elevada con motivo de exaltar y demostrar los conocimientos, las posibilidades y la tecnología de la que habían dispuesto los ciudadanos de aquel lugar en donde se había llegado a construir aquella nueva catedral (o iglesia). Ello no era solo un fenómeno del cristianismo en el medievo, sino que mucho antes ya en el Mundo Árabe se realizaban proyectos idénticos. Algo que podemos observar en la maravillosa Mezquita de Córdoba (o en la Alhambra); joyas constructivas encargadas por reyes árabes, que se han perpetuado por los siglos de los siglos. Regalando a España -y en especial a Andalucía-, no solo millones de turistas; sino sobre todo unos edificios y una civilización inexistente en otros lugares del Mundo. Por cuanto decimos, todo aquel que se afana en demostrar y decir que las pirámides, tanto como los otros grandes edificios religiosos de la Historia (como las catedrales); son solamente el fruto de la explotación humana en nombre de un dios, una casta o un rey. Ignora su verdadero significado, tanto como cuantos beneficios han dado a la humanidad estas construcciones. Unos templos o cenotafios gracias a los que aún viven y tienen trabajo millones de personas; y que además sirven para disfrutar de lo más bello que hay en la vida: El arte.
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De tal manera, quizás pudiera concluirse que "el arte, sirve al propio arte". Aunque habría que añadirse que sobre todo: Sirve a la civilización y a la cultura. Porque es la mejor inversión en la Historia y para el futuro; pudiendo perpetuar por siempre unas creencias, un modo de vida y una época. De ello que reyes como Felipe IV (quien prácticamente ni se preocupó de gobernar su país, dejándolo en manos de balidos); gocen del mejor recuerdo histórico. Porque, aunque no fuera un gran monarca, nos legó la gran corte de pintores (entre los que destacó Velázquez). Y por cuanto exponemos, no negaremos que el deporte pueda en un breve plazo dar un "lustre" o un cierto prestigio al país que destaque en ellos. Pero, es sobre todo el arte, lo que perpetuará la memoria de una cultura y el recuerdo de nuestro tiempo y de nuestra civilización -consecuentemente: Ya sabemos para qué sirve el arte-.
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BAJO ESTAS LINEAS: Autorretrato de Diego de Velázquez; pintor de Felipe IV. Un rey que quizás hubiera pasado inadvertido en la Historia, de no haber sido un famosísimo "vividor" y amante de las artes. Muy por el contrario, la Historia le juzga como uno de los grandes monarcas europeos (benefactor de la cultura), recordándole como el protector de una maravillosa Corte de pintores y el rey junto al que nació el Siglo de Oro de las letras y las artes. Habiendo logrado dejar el mejor testimonio de lo que fué la civilización hispana, gracias a las obras de arte que durante su reinado se crearon y adquirieron.


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