ÍNDICE
GENERAL: Pulsando
el siguiente enlace, se llega a uníndice general, en el que se
contienen los artículos de "Añoranzas, recuerdos y
semblanzas". Para acceder al índice haga "clik" sobre
esta linea:
http://recuerdosyanoranzas.blogspot.com.es/2015/04/pulsar-sobre-las-lineas-de-enlace-hacer.html
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EL
ARTÍCULO puede leerse enteramente o bien de forma resumida (siguendo
las letras destacadas en rojo
o negrilla).
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SOBRE
Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Dos
fotografías
de mi tía Marisa Gómez-Morán, recientemente fallecida; imágenes
que me enviaron sus hijas menores -María y Bárbara- a las que
agradezco su amabilidad y cariño.
Debieron ser tomadas hacia 1933, cuando la hermana de mi padre tenía
unos dos años (en la superior) y aproximadamente tres en la de
abajo.
La vemos ataviada de montañesa
porque por
entonces vivían en Torrelavega,
ciudad en la que estuvo destinado mi abuelo y de la que mi tía
guardaba un gratísimo recuerdo. Fundamentalmente de la casa y de su
familia, ya que era
de allí su abuelo: Alejo Etchart. Aunque
tal como recoge el historiador Tomás Bustamante, apenas unos años
después de estas fotos (en 1936): "Durante el enfrentamiento
entre españoles, la casa que habían construido María Etchart
Casuso y Luis Gómez-Morán, en la Avenida del Cantábrico de
Torrelavega -un magnifico chalet-; es usurpada a sus dueños y usada
como cárcel; acto que contraría a sus propietarios que deciden no
volver a entrar más". Pese a todo, en aquella casa que al
parecer era de inspiración racionalista, mi padre sintió la
vocación de ser arquitecto (cuando apenas tenía doce años).
.
En
el
interesante
portal TORRELAVEGA ANTIGUA (deTomás Bustamante) podemos leer una
breve biografía de
Alejo
Etchart Mignaçabal (1883-1962)
pulsando el siguiente enlace
http://www.torrelavegantigua.com/2014/05/alejo-etchart-mignacabal-1883-1962.html
.
Donde se habla de la vida y negocios de este empresario, mencionando
-entre otros- a mi tía Marisa y a mi abuelo (Luis Gómez-Morán).
Asimismo
en otro capítulo encontraremos la biografía
de
su tío
y quien inició la empresa en Francia, importándola a Torrelavega:
Alexis
Etchart Mendicouague
(1850-1929). Artículo al que se accede pulsando:
http://www.torrelavegantigua.com/2014/01/alexis-etchart-mendicouague-1850-1929.html
Otras
biografías que contiene el portal sobre la misma familia son:
Remedios
de la Hesa-Quintana (1883-1951)
Mercedes
Etchart Casuso (campeona de Europa de golf)
Después
de morir mi tía pude ver que una de las últimas cosas que ella
había escrito fue un comentario añadido en esta web, donde
literalmente decía: "Gracias Bustamante, por la biografía de
mi abuelo. Yo soy Marisa, hija de María Etchart. me interesaría
tener algún contacto con las hijas de tía Carmina y tio Jaime".
.
.
1º) TIEMPO DE RECORDAR:
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Fue
hace casi tres meses cuando me dieron la triste noticia de que había
fallecido la única hermana de mi padre. Dicen que permaneció en
el hospital durante varios días, en estado grave; pero no quiso que
nadie se enterase, siquiera ella deseaba saber lo que podía pasar.
Pese a todo, ya lo intuía; pues desde hace años intercambiábamos
correos y en esa correspondencia -en ocasiones semanal-
últimamente no la notaba "bien". Lúcida estaba,
como siempre; pero hacía un año que ya, entre líneas y en
cuanto me escribía, la "veía" temerosa. Creo que
callaba la fuerte afección cardíaca que sufría, porque a veces el
mejor remedio de no padecer males, es no pensar en ellos.
.
Fue
así, como haciendo su gimnasia diaria, que consistía -tal como
confesaba- en pasear la perra dos veces por jornada; cayó
en plena calle con un paro de corazón. Siendo recogida y atendida
por un médico que por allí paseaba en bicicleta; quien con las
prisas y la reanimación, no acertó ni a darse cuenta de que estaba
reviviendo a su propia tía.
Un último "ángel de la guarda" que mandó la vida a
Marisa y que logró reanimarla sin saber siquiera que era el hijo de
sus primos (Ángeles Gómez-Morán y Elías Caicoya Masaveu -también
recientemente fallecidos-). Pese a ello, tal como narran las noticias
que recojo en cita (1)
,
aunque ingresó
viva en el hospital; allí permaneció un tiempo en el que incluso
llegaría a levantarse, pero no pudo vivir por mucho tiempo.
.
Deberíamos
hablar de cosas menos tristes; pero la muerte es parte de la vida;
pues la existencia empieza y termina para todos. Por lo que de algún
modo, habríamos de celebrar o recordar a los fallecimientos de forma
más importante; al menos tal como hacen los japoneses. Dando a
los entierros tanto valor como a las bodas, los bautizos y las
comuniones; pues casarse uno puede hacerlo varias veces -incluso
bautizarse y comulgar-, pero morir y nacer, tan solo sucede una vez.
Pese a ello, en nuestra nueva cultura y en tan moderna
civilización como vivimos, parece que nadie quiere pensar en ese
hecho tan cierto como indiscutible. Dejando al margen de la vida
cotidiana la idea inevitable de que un día tendremos que irnos del
Mundo. Sabiendo que cuanto hayamos hecho -bueno o malo- aquí
quedará; mientras lo que no se realizó, nunca fue ni jamás
existirá.
.
Pero
hoy en día, la muerte en Occidente es un tabú; una verdad a
esconder, como antaño lo era el sexo (del que nunca se hablaba y
nada se mostraba). Un mundo prohibido del que del que solo mencionar
su existencia uno será mirado como "ave de mal agüero".
Un destino verdadero y un futuro más que cierto, del que nada se
quiere saber. Algo que uno comprueba cuando pasamos con mucho los
cincuenta años de edad; tras ver desaparecer a padres, tíos
(incluso cuando ha tenido que vivir dolorosa la muerte de hermanos).
Recibiendo una terrible sensación al observar en qué forma, los
que hoy en día fallecen, nunca estuvieron más solos. Siendo un
profesional el que los recoge, una sala la que los recibe por unas
horas y hasta un transportista el que los lleva y carga con su
peso... . Sin apenas una mano de familiar o amigo que se atreva a
tocarlos y a subirlos en hombros. Pues todo ello parece darnos
una profunda angustia; producir un terrible miedo; al menos al
occidental del siglo XXI.
.
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IMAGEN,
ARRIBA:
Cuando
nos carteábamos por mail, mi tía Marisa me solía enviar algunos
relatos cortos que le gustaba escribir. Tristemente y de modo póstumo
tuvo que leer su hija María dos de ellos que el Ayuntamiento de
Oviedo le había publicado
-unos días antes de morir-. Tal como recoge la referencia de
internet en la que se explica con las siguientes palabras: "Con
motivo de la celebración del día Internacional de la Mujer, el
Círculo literario "Morel de Sal" tuvo la oportunidad de
presentar el libro que recoge textos de los diferentes talleres
desarrollados desde su creación en 2010. "El libro, publicado
in memoriam de Marisa Gómez-Morán e ilustrado por Concha García
Almazán...". Sobre
estas lineas uno de aquellos relatos, redactados al final de sus
días, donde mi tía demuestra gran soltura y lucidez en su forma de
escribir, junto a una enorme "modernidad" de pensamiento
(imagen tomada del libro MOLER DE SAL, al que agradecemos nos permita
divulgarla; en especial a la ilustradora, Sra. García Almazán).
Para
ver más pulsar:
http://www.comunsinsentido.com/2016/03/8-de-marzo-dia-internacional-de-la-mujer.html
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IMAGEN,
ABAJO:
Dos
de los más de quince libros sobre Derecho que escribió mi abuelo
Luis Gómez-Morán: LA ACTUALIDAD EN LA FE PÚBLICA (1940) y LA
JUSTICIA POR DENTRO (1939). Mi tía Marisa adoraba a su padre y lo
admiraba con veneración. Tanto,
que hace años, cuando tuvo que poner una dirección en su correo
electrónico, eligió parte del nombre de su progenitor junto a la
fecha de su fallecimiento. Tras ello me escribió preguntándome si
entendía lo que significaban aquellas siglas; quedando entusiasmada
cuando le contesté que correspondían al nombre de mi abuelo y al
año en que murió.
No dejaba de hablarme de él y me decía una y mil veces que algún
día tenía que escribir sobre ellos;
que con ese fin me mandaría fotos de su niñez en Santander... . Yo
esperaba
las imágenes de Torrelavega que prometió enviarme, para redactar el
artículo que me pedía; pero nunca llegaron. Quizás ella prefería
que mis palabras fueran redactadas cuando ya no estuviera en nuestro
Mundo.
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2º-)
LA
SOLEDAD DE LOS MUERTOS:
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Fue
ya Gustavo Adolfo Becquer quien denunció (2)
esa soledad de los difuntos; una dejación o abandono
por parte de los vivos que en otras civilizaciones no es tanta. Pues
como anteriormente dije, al menos en Japón un fallecimiento se
celebra casi como una boda. Debiendo todos los parientes -junto a los
amigos-, ir al funeral y a la cremación; tras lo que se realiza un
enorme banquete (cena o convite, presidido por los restos del
muerto). Todos los asistentes aportan -como donativo- el dinero
suficiente para que las exequias y las comidas sean suficientemente
importantes. Tras aquello (que a veces dura varios días) los
restos pasan a conservarse en el domicilio del que “se fue”.
Allí permanecen hasta una fecha igual al Pentecostés cristiano,
pues se cree que a los cuarenta y nueve días de una muerte, el alma
asciende a los cielos. Momento en el que se lleva a cabo el entierro
de lo cremado, cuando de nuevo se organiza un segundo banquete
(aunque este solo para los parientes cercanos).
.
Por
su parte durante esas siete semanas que duran las referidas
ceremonias, la familia recibe diariamente decenas de visitas: De
amigos, conocidos y hasta de clientes. Quienes realizan el ritual de
incienso sobre los restos que aún permanecen en la casa. Todo ello,
en un ir y venir, con continuas comilonas y cenas, en las que no
faltan las peleas familiares (sobre todo de los más mayores, que
refunfuñan por no ser tratados con la solemnidad debida). Actos,
hechos y celebraciones que impiden pensar y siquiera descansar a
quienes han perdido un ser querido; todo lo que mitiga enormemente su
dolor, a la vez que supone guardar un gran respeto al fallecido.
.
Finalmente,
al menos cada año y en tiempos del aniversario, van a visitar las
tumbas; sobre la que suelen depositar comida tras haber quemado
incenso. Todo en una ceremonia familiar, lo que supone y obliga a
llevarse bien entre parientes. Por su parte, la ofrenda de
alimentos (incluso de bebidas -en especial de sake-) siempre la
entendí como un acto de iniciación. Un voto que a mi juicio
implicaba cómo en otro tiempo, quienes no tenían nada para comer;
vendrían hasta los cementerios a tomar cuanto que se dejaba sobre
las tumbas. Pasteles, dulces y hasta botellas; que serían
consumidas por los más desfavorecidos y quienes quizás eran
catalogados como "muertos en vida", posiblemente al estar
marginados. Personas que vivían fuera del mundo real, ajenos al
sistema económico y seguramente observados como fallecidos. Bajo
un sistema de metepsicosis por el que aquellos que caían en
desgracia Social fueran vistos, ajenos a la vida. Siendo su
pobreza el precio a pagar por su desajuste y su falta de integración;
un hecho que los igualaba a quienes ya habían desaparecido.
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SOBRE
ESTAS LÍNEAS:
Tumba
de nuestra familia en Tsukíono, Gunma. Frente a las montañas que
separan Nikko de la ciudad en que vivimos (Maebashi)
y donde tengo reservada "plaza" (junto a mi suegro, que fue
una de las mejores personas que conocí en toda mi vida). Cuando
falleció el padre de mi mujer, fuimos a comprar un sepulcro nuevo
(junto a mi suegra). Le cobraban bastante, pero conseguimos que el
"bonzo" nos hiciera una rebaja argumentando que una de las
“localidades” era para un extranjero -la mía-. Así que para no
engañar al templo, he de terminar mis días allí -tal como prometí,
para que nos hicieran un buen precio en el "terrenito"
frente a la sierra-.
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SOBRE
Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Dos
fotos de los jardines del templo donde se encuentra mi última
morada. Los japoneses son muy previsores, así que cuando te das
cuenta, hasta te han preparado la tumba.
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3º-)
DEL
PASADO EFÍMERO:
.
Este
es el título de uno de los poemas más bellos escritos en lengua
hispana,
nacido de la pluma de
Antonio Machado
(3)
.
Versos
que nos recuerdan cómo todo aquello que tan importante parece, un
día se desvanece; quedándose en la nada. Lujos o frivolidades que
antaño sucedían en las ferias y en los casinos, fomentando solo las
apariencias; pero que hoy podemos ver en el mundo de la “prensa del
corazón”, en la fama absurda, las modas idiotas y hasta en las
bobadas musicales. Estas
últimas son las que se han empeñado en llamar "conciertos",
cuando siquiera son recitales y que constituyen tan solo un negocio
más en el mundo del espectáculo. Pues pese a que haya tantos
afanados en proclamar por doquier que algunos grupos de música
moderna equivalen a "los Mozart a "el Beethoven de nuestro
siglo". Mucho más conocidos y venerados llegaron a ser antaño
algunos que cantaban cuplés, quienes bailaban el Charleston o el
Foxtrot; pero sobre todo los actores de las primeras películas en
las que se danzaba y cantaba (en piscinas o vestidos de chaquet). Al
igual que antes lo fueron aquellos que componían e interpretaban
valses en el siglo XIX, cuyas obras se tocaban en palacios, casinos y
en todo edificio público -mientras autores como Debussy o Satie se
las tenían que ingeniar para lograr estrenar alguna pieza-.
Pese a ello, aunque el pasado sea efímero, es al menos auténtico.
Y como tal, casi nada quedó de los que poblaban los cabarets o los
salones cursis; muy poco se recuerdan esas miles de horas de canto y
baile dicharachero (en celuloide de blanco y negro); mientras los
músicos auténticos, dejaron para la posteridad su obra y su
cultura.
.
Pero
hoy en día hasta ese efímero futuro está en riesgo, pues como
hemos dicho, se han empeñado en cambiar los valores intelectuales.
Tanto como para llamar conciertos a lo que siquiera antaño se
catalogaba de "recital"; o para dejar a los poetas en el
olvido. Llegando a haber quienes piensan que ya que no existen, ni
nacen escritores; debido a que la importancia que se otorga a su obra
literaria es menor que un simple gol de un equipo futbolístico de
tercera división (que “saldrá” en las noticias, allí donde
difícilmente mencionan a un poeta vivo). A ello se une el ejercicio
de los pintores, que se empeñaron en destruir el mundo figurativo
(del mismo modo que los músicos hicieron con el melódico) y que han
sido sustituidos por el cine o la televisión. Finalmente, han
entrado en escena nuevas técnicas que han distorsionado tanto el
panorama de la cultura, como para poder afirmarse definitivamente que
la división de Lessing -en artes en temporales y espaciales-, ya se
hace imposible. O bien, que la creatividad en nuestro tiempo, ha
muerto.
.
El
panorama intelectual es tan desolador, que ya ni nos llama la
atención que los informativos anuncien las giras de “eso” que
denominan "conciertos" (pese a ser normalmente unos
chicos saltando en un escenario a golpe de batería). O que el
Estado los subvencione y como tal se considere cultura lo que antaño
no era siquiera un simple espectáculo de masas -semejante al
hombre bala o la lucha de fieras-. Por lo demás, cualquier
opinión en contra de ello es tenida como un síntoma de
autoritarismo; tanto que han desaparecido los críticos de la escena
mundial. Pues prácticamente nadie realiza crítica artística
y por lo tanto el arte va muriendo; porque la función de
aquellos expertos -periodistas o escritores- era dirigir a la
Sociedad. Pero en este momento, nadie ha de asesorar ni menos
conducir a la Sociedad; debido a que se aplica el baremo de la
Democracia política, donde no tiene sentido extrapolarse. Siendo
así, lo único que vale para valorar los artistas es la opinión del
Pueblo y todo aquel que se oponga a este criterio, será tachado de
autoritario. Ante lo que yo me pregunto: ¿Por qué no se hace lo
mismo con otras carreras y profesiones?. Siendo la "opinión
pública" quien decida los que deben ser aprobados como abogados
y jueces; a los médicos y hasta a los pilotos o a los generales del
ejército. Pasando a ejercer esas profesiones (de arquitecto,
ingeniero o fiscal) aquellos que el Pueblo elija; según su agrado y
la simpatía que despierten.
.
Aunque
parece que aún no estamos tan enajenados y es tan solo en el mundo
de la cultura donde se aplica ese criterio, por el cual aquel que más
fama tiene, mayor reconocimiento merece. Todo lo que impide a
cualquier ser humano formarse, estudiar o prepararse (como escritor,
músico o pintor), pues el tiempo mejor invertido será el que
dediquen a darse a conocer. Siendo así, la popularidad la
alcanzan chicos de menos de treinta años, a los que su juventud les
impide tener los prejuicios necesarios para saber que están pisando
a quienes merecen su lugar. Pero sobre todo, cuya falta de formación
les hace carecer de vergüenza para calibrar la mediocridad que están
creando (un hecho que frena a las personas con criterio y buena
formación). Ante todo ello nos podemos plantear qué Justicia
Social existe en en Mundo de la Cultura de nuestro tiempo. Pregunta
que se contesta simplemente observando como los chicos de veinte y
hasta de quince años, que se empeñan en cantar o aporrear
instrumentos; salen en los informativos o llenan estadios. Mientras
verdaderos maestros de la interpretación y de la composición,
tienen que trabajar de cualquier otra cosa, para lograr ganarse la
vida. Hechos estos que no sucedieron ni en la Edad Media, cuando al
menos el clero abría sus puertas y mantenía entre los suyos a toda
persona culta e inteligente.
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SOBRE
Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Dos
imágenes
del Olmo seco que se conserva en la entrada del cementerio de Soria,
al que Antonio Machado dedicaría un maravilloso poema
(4)
.
Aquel
viejo y roto árbol que el poeta describe simboliza sus dos grandes
amores,
ya partidos y "hendidos por el rayo, en su mitad podridos":
Primeramente
el que sintió por
su esposa y niña Leonor
(que acababa de morir antes de escribir esos versos). Pero
sobre todo representa ese olmo
viejo y centenario,
la figura de una España en crisis, que por entonces veían cómo se
quebraba en dos bandos y
que finalmente acabó con un:
"Ejército
de hormigas en hilera
va
trepando por él,
y
en sus entrañas urden sus telas grises las arañas".
Intuyendo
Machado el triste porvenir que se cernía sobre nuestras tierras,
donde el enfrentamiento de hermanos se veía venir. En este poema
termina por decirnos:
"Mi
corazón espera también,
hacia
la luz y hacia la vida,
otro
milagro de la primavera".
.
.
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SOBRE
Y BAJO ESTE PÁRRAFO: Arriba, la
tumba de Leonor Izquierdo,
pequeña y mujer de Antonio; quien tuvo que ver como se le moría su
esposa, en plena juventud y después de una penosa enfermedad (tras
haberla cuidado como un padre y como marido). Su
lápida siempre guarda flores,
pues no faltan los románticos que la visitan.
Sobre cómo di con
ella en el cementerio soriano, añadiré lo que me sucedió: Después
de un buen rato mirando entre los sepulcros, y sin hallarla; me fui
hacia el final del camposanto (en la zona cercana a la pared de la
iglesia). Allí, mientras descansaba y la buscaba entre tantas tumbas
como hay, oí de pronto que alguien me decía -"Hola"-.
Creyendo que una persona me saludaba, me volví; observando con gran
sorpresa que aquello no era voz humana, sino el sonido que emitía un
gato. Muy impresionado y sintiendo un enorme desagrado, porque aquel
minino no paraba de dar unos maullidos en los que parecía oírse
"hola". Fui hacia él, para intentar echarle, con el fin de
que huyera y me dejase en paz. Con sorpresa vi que se encontraba
justo encima de la tumba de Leonor, desde la cual salto (al ver como
me aproximaba en actitud tan molesta). Luego miré a mi alrededor y
vi que estaba solo; aquel gato parecía vigilarme de nuevo y maullaba
del mismo modo, pareciendo un saludo. Tras fotografiar la lápida de
Leonor, me dirigí hacia él y tomé esta segunda imagen (que abajo
tenemos). El misterioso minino esta vez se hallaba sobre el sepulcro
de los Carrascosa y Ridruejo y continuaba con aquel sonido tan poco
común, que en verdad era igual al de un -“Hola”- . En imagen, abajo, el gato "saludador":
.
.
3º-)
DEL
PRESENTE EFÍMERO:
.
Evidentemente
no hay que ser muy inteligente parar darse cuenta de que nuestro
tiempo es absolutamente yermo, culturalmente hablando.
Intelectualmente inactivo, oscuro, incierto, o dígase como se
quiera. La realidad más cierta es que este comienzo del siglo XXI
carece de figuras y movimientos con relevancia cultural alguna
(al menos en lo que se refiere a la música, la pintura y la
literatura). Bastará recordar -como tantas veces digo- que tan
solo hace treinta años en España estaban en activo personajes de la
música tales como: Andrés Segovia, Joaquín Rodrigo, Regino
Sáinz de la Maza, Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar o Nicanor
Zabaleta. Que asimismo vivían pintores como Dalí o Miró,
junto a casi toda la generación de París, la Escuela de Vallecas y
algunos de los retratistas más famosos del siglo XX (Eduardo
Naranjo, Claudio Bravo, Macarrón o Westendorp). A su vez podíamos
encontrar literatos de la talla de Cela, Dámaso Alonso, Delibes,
Buero Vallejo o Claudio Rodríguez. Una pléyade de figuras que
hacían de nuestra nación una de las más ricas en cultura del
Planeta; aunque su cantera de intelectuales y artistas ha ido
menguando, hasta llegar casi a desaparecer (sin relevo
generacional por falta de interés nacional). Con la música pop,
el periodismo y la “literatura moderna”, ha sucedido exactamente
lo mismo; pasando de una etapa con figuras como Serrat y
Francisco Umbral, a un desierto sin límites intelectuales. Incluso
con la artesanía ocurrió algo parecido; desapareciendo
progresivamente los alfares y obradores (en ocasiones
milenarios), al igual que se va perdiendo el arte de la orfebrería,
la costura y hasta las melodías, junto a los bailes populares.
.
Pese
a cuanto decimos, nadie niega que en esta etapa que vivimos todos se
han preocupado de formar, educar y enseñar a las generaciones
venideras -con el máximo esmero-. Pero lo cierto es que “algo
ha fallado”, pues el resultado final es que prácticamente
ningún menor de treinta años se interesa por la música culta (los
verdaderos conciertos). Asimismo, los jóvenes apenas leen literatura
(poemas, novelas o ensayo); ni menos estudian, o se conmueven con la
pintura y la escultura clásica. No digamos ya el poco aprecio que
tienen por las artes populares y la artesanía tradicional, que hasta
la generación de nuestros padres fue verdaderamente cuidada
-bastando recordar cómo conservaban nuestros progenitores, jarritas,
platos o pucheros cerámicos; tanto como disfrutaban con los trajes,
bailes y cantos regionales-. Muy por el contrario, los pasatiempos
y las aficiones de estas nuevas generaciones suelen ser tan monótonas
y poco intelectuales, como los juegos de ordenador, los deportes de
masas, ir a la discoteca o “hacer botellón”. Dedicaciones
para las que apenas se necesita cerebro y que en ocasiones están más
cerca de la Edad de Piedra, que de nuestra época (tal como sucede
con el chunda-chunda discotequero, o el botellón callejero).
.
Podríamos
considerar que este problema ya empezó en los años ochenta, cuando
yo tenía entre veinte y treinta años; pese a que hasta los 90 el
“panorama general” era totalmente distinto (viéndose aún
jóvenes en la música clásica, en todos los museos o entre los
compradores de literatura). Aunque a decir verdad, el proceso de
aculturación fue gradual y comenzó desde los setenta. Momento en el
que la difusión de las artes, a través de los medios de masas
(sirviéndose de la electrónica), deshumanizó gran parte de la
cultura. Pues no solo entraron en escena los instrumentos y
métodos eléctricos para crear; sino que además nacieron nuevas
técnicas que permitían difundir y grabar cualquier momento o
sonido, haciéndolo llegar a todo lugar del Mundo (en video, en
CD y etc). Ello, que pudo ser un tesoro para llevar al Planeta
entero el arte clásico y de gran calidad; terminó por convertirse
en una terrible lacra, en el siglo XXI. Debido a que desde los años
noventa, se decidió seguir el criterio de que quienes más
aceptación lograban, eran los mejores y a los que había que
divulgar. De tal manera, aquel que más discos vendía, era el
músico más importante; tanto como quienes más cotizaban en las
subastas, eran los pintores principales. Siendo así el “artista
más grande”, quien mayor éxito obtenía; sobre todo entre los
jóvenes (que tienen tanto tiempo, como necesidad de entretenerse).
Algo que traducido a la gastronomía es como considerar los mejores
alimentos, aquellos que más gustan a niños y adolescentes. Por lo
que habríamos de encontrar siempre entre los triunfadores de las
Estrellas Michelin: Los aperitivos de bolsa, las patatas y ganchitos,
los chuches, junto a los refrescos gaseosos y los helados baratos.
.
Por
cuanto digo anteriormente, hemos de plantearnos qué ha sucedido en
este comienzo de siglo, para que la aculturación haya llegado hasta
el punto de que prácticamente nadie le interese el mundo del pasado.
Tanto que gran parte de los jóvenes suelen aborrecer toda
manifestación creativa con más de cien años; sin desear
escuchar su música, leer sus libros o admirar su pintura. Un hecho
que va acompañado de prejuicios, entre los cuales es ya un
dogma juzgar a las gentes de antaño como idiotas, injustos o faltos
de inteligencia. Simplemente analizando la Historia desde un punto de
vista actual; un sistema a través del que cualquier personaje
nacido hace tiempo, resultará un ser vil, idiota o sinsustancia.
Todo lo que se consigue interpretando el pasado con los ojos de hoy,
algo que actualmente se ha impuesto como norma de enseñanza. Tan
solo para dar a entender a todos que nunca hubo una época tan
próspera y magnífica como la de nuestros días. Un hecho que desde
el punto de vista económico y social nadie niega, pero no desde el
prisma cultural. Pues siendo el siglo XXI la era de los mayores
avances sociales y tecnológicos, también nuestra época resulta un
tiempo en que se ha producido uno de los mayores atrasos creativos
(nos referimos al arte y a la carencia de figuras o movimientos
intelectuales).
.
Para
entender por qué se ha producido esta regresión en la que "un
concierto" es un grupo mal llamado de Rock, aporreando
instrumentos; quizás tendremos que analizar los medios de educar
y no tanto de enseñar a los jóvenes. Habiendo de atender y
analizar lo que explican a los chicos sus padres y algunos
profesores (fuera de clase y como norma común). Conversaciones
donde lo más frecuente es oír que la Edad Media tan solo fue una
época en la que los nobles masacraban al pueblo; o que la Edad
Moderna es el tiempo en que nacieron los ejércitos y los Estados
(para machacarse unos a otros y todos al servicio de un rey). Sin
más explicaciones, y sin que nadie indique a los jóvenes qué
misterios o motivos existieron para levantar las catedrales góticas;
o qué fue la Escuela de Traductores de Toledo. Pues cuando hablan
del Medioevo, apenas oiremos una referencia de admiración hacia los
monjes de scriptorium, que copiaban y guardaron las obras clásicas
durante cientos de años en los conventos (conservadas gracias a
ellos). Ni unas palabras de cariño, enseñando quién era San
Isidoro de Sevilla; que a comienzos del siglo VII escribió uno de
los más valiosos tratados de la Historia. Menos aún escucharemos el
argumento de que Europa (tal como se formó y la conocemos) es en
gran parte obra del Medievo; originada por quienes formaron el
Imperio Carlovingio, del que nació el Sacro Romano y el hispano.
.
Pues
al parecer todo ello es absurdo estudiarlo, ya que la Edad Media fue
tan solo una época cargada de injusticias; donde el clero y la
nobleza machacaba al pueblo -algo que es una evidencia, tal como
se hizo en todas las etapas de la Historia; donde los más fuertes
han subyugado a los débiles-. Siendo este es el concepto que más se
inculca a los jóvenes; repitiendo día tras día lo malvados que
eran siglos atrás. Escuchando ese dogma los chavales, que
gradualmente van aborreciendo su propia civilización. Promoviéndose
así una juventud que desprecia el pasado y que terminará sintiendo
auténtica animadversión por todo lo que sea Historia;
principalmente hacia el Humanismo o la cultura propia (que se
tilda de un aburrimiento inútil y absurdo, nacido de estamentos que
aplastaban al Pueblo).
.
.
SOBRE
ESTAS LÍNEAS:
Mi
abuelo Luis Gómez-Morán hacia 1940, junto a los cinco hijos nacidos
en su primer matrimonio
(tenidos con Ma.José Cima, fallecida en 1927). De izquierda a
derecha: Sentado y en primer término, el mayor -Luis- con unos
dieciocho años; detrás mi padre -Mario- con unos diecisiete; a la
derecha, el cuarto de los hermanos -Jose Ma.- que no habría cumplido
los catorce. En el lado opuesto vemos a mi abuelo, también sentado y
con el tercero de los hijos detrás -Arturo, con unos dieciséis
años-. Finalmente, a su lado y en el centro, el menor de los cinco
-Juan- que tendría unos trece años por entonces. El mayor (Luis) se
hizo Médico y mi padre (el segundo) arquitecto; el resto fueron
ingenieros, pero todos
ellos estuvieron estudiando, hasta sus últimos días. Siempre
leyendo y siempre discutiendo. Les gustaba el análisis de temas tan
complejos como la teología (carrera que terminó Arturo casi con
sesenta años), el arte o los idiomas. Lenguas muertas, vivas,
olvidadas, o lo que fuera; de las que muchas dominaba Juan (hasta el
punto de que en Portugal todos creían que había nacido en ese país
vecino).
Precisamente fue mi tío “Juanín” quien me enseñó la
clasificación de los gatos en idioma luso, explicándome que se
dividían en: “Gatiños” (gatinhos, pequeños), “Gatos” (en
su tamaño normal), “Gatones” (si eran grandes) y “Gaturrones”
(¡¡de ser enormes!!).
.
BAJO
ESTAS LÍNEAS:
La
casa de mi abuelo, de recién casado (con
Ma.José Cima) y
donde nació mi padre; en la calle Santa Susana número 4, de Oviedo.
Casualmente
es el mismo edificio donde vio la luz el escultor Sebastián Miranda
(unos tres decenios antes que mi progenitor); una coincidencia que
años más tarde le llevó tener una gran amistad con mis padres -ya
en Madrid y al final de la vida del artista-. No sé si el edificio
sería enteramente de la familia, pues
allí continuó viviendo el mayor de todos los primos (Felix Gómez
Marcos) cuya placa como médico aún luce la puerta. Abajo se
encuentra la famosa pastelería Camilo de Blas, donde
mi mujer compra sus conocidos "carbayones” y siempre le dicen:
-"Niñiña come de eso... Que ye un dulce de princesa y de
Asturias"- (refiriéndose a la antes princesa de Asturias,
nacida en Oviedo; que al parecer tenía debilidad por estos dulces).
.
.
4º-)
DEL
PASADO TERRIBLE:
.
Como
antes de las imágenes referíamos, el modo en que enseñan
actualmente la Historia, es intentado demostrar que todo tiempo
pasado fue peor -un hecho evidente, aunque ello no da motivo para
narrarla como si antaño todo hubiera sido una absoluta crueldad
malintencionada-. Pero además en ese relato que pretende mostrar
lo terrible de la Humanidad antes de nosotros; comúnmente olvidan
incluir los muertos y las terribles calamidades del siglo XX,
causadas por las diferentes revoluciones y las dos Guerras Mundiales.
Unos doscientos millones de personas fallecidas directamente en
conflictos bélicos durante los últimos tiempos; que no sucedieron
precisamente en el pasado lejano y que nunca se destacan como
primer hecho terrible de la Historia. Ello, aunque apenas hace
cincuenta años, el Mundo vivió y vio unas aberraciones que no había
conocido desde milenios atrás. Pese a todo, el relato de esas
circunstancias queda envuelto en un velo, capaz de explicar lo
sucedido, como consecuencia del progreso y las diferentes crisis
sociales. De un mismo modo sucede con la Revolución Francesa, de
la que solo explican cómo se comienza a generar una Sociedad basada
en el Estado de Derecho. Sin dar gran importancia a los años de El
Terror, o las bajas que causó aquella revuelta que terminó en una
guerra civil. Pero sobre todo se omite el hecho de que esa Revolución
terminó engendrando un nuevo rey, aún más autoritario que muchos
de los anteriores (tanto que intentaría crear un imperio y gobernar
toda Europa, poniendo a sus hermanos como monarcas en cada país que
invadía).
.
Todo
ello se debe a que la pauta general para explicar y enseñar la
Historia es esta de comparar nuestro momento y nuestro sistema, con
los de antaño. Realizando un análisis muy “burdo” y solo
desde un punto de vista actual; algo que implica considerar que
cualquier tiempo anterior estuvo cargado de injusticias y de males
terribles (todo lo que es evidente, aunque quizás no se debió tan
solo a la maldad de quienes gobernaban, sino a las circunstancias que
vivieron). Ello con el fin de promulgar que nuestros días son los
mejores de la Historia; algo que también es evidente (socialmente
hablando) y que nada tiene que ver con el estudio del pasado o de las
culturas antecesoras. Momentos en los que no hubo tanta justicia
social, pero de los que hay que admirar y estudiar su arte, sus
filósofos o sus intelectuales y creadores (muy superiores a los de
hoy). Pues es muy posible que Cervantes tuviera un carácter
“complejo”, gustándole el juego o la guerra; tal como Francisco
de Quevedo pudo ser una mala persona, cargada de corruptelas. Pero
ello no quita para que sus obras sean cumbres de la literatura
española (tal como sucede con el teatro de Valle Inclán, quien
tampoco era una “hermanita de la caridad”...).
.
Explicando
así la Historia, no es extraño que los chicos aborrezcan el pasado;
que les resulte todo lo de antaño horrible y que consideren muy poco
interesante su propia Cultura. Por cuanto hay que reflexionar acerca
de la educación que se les está dando y no tanto sobre la
enseñanza; puesto que el sentimiento hacia lo que se aprende es lo
que inculca el padre o los más cercanos (no tanto el profesor).
Siendo mucho más importante la ilusión y el método con el que se
enseña, que aquello que se explica. Este hecho, lo experimenté
desde niño, cuando tras pasar un par de veranos en Alemania (en
Giëngen) decidió mi familia colocarme una profesora de este idioma
-para que lo aprendiera como era debido-. La elegida era una pobre
mujer de unos setenta y dos años de edad (sesenta y cinco más que
yo), que se hacía llamar "Tante Hella". La tal "tía
Helena" germana, debía de haber sido educada por los caballeros
teutones que dieron de mamar al propio Bismarck; porque fumaba en
pipa y soltaba unos sopapos que te dejaba las orejas dando palmas por
bulerías.
.
Venía
cuatro veces por semana y lo primero que hizo fue obligarme a cambiar
de letra, para escribir en alemán con gótica cursiva. Aquello, que
era labor de pendolista virguero y “virguista”, se complicaba
porque a cada falta de ortografía te soltaban un meneo. Así y
siendo mi gran fallo olvidarme de cómo se escriben las cosas -hasta
en español-; recibía más palos que el Cipotegato cuando los de
Tarazona salen más que borrachos. Por cuanto a los diez minutos de
comenzar cada clase, tenía las orejas más rojas que el banderín de
un comunista, y al cuarto de hora estaba ya pidiendo a Tante Hella
que no me diera tanto, que me iba a dejar más tonto de lo que era.
Al menos, con eso a la pobre vieja le daba la risa y paraba de soltar
leña; encendía su pipa, se quedaba mirando y exclamaba:
-"¡Españoles...! ¡Ohh... Qué humor más bueno...!. Mira que
decirme: ´Tante, no me des tanto que me vas a dejar tonto`. En mi
país nunca he visto eso... Ha, ha, ha"-. Así la aburrida
anciana echaba a reir y a toser, pipa en mano; mientras yo me
abalanzaba hacia la ventana, para abrir y que el "humo-rrrr"
de aquella viejecita no me asfixiara. Aunque poco duraba la
felicidad, porque antes de la tercera calada, comenzaba de nuevo el
dictado.... Y las tortas. Pero resultó que un día nos cambiamos de
casa y nos fuimos a vivir a las afueras; allí donde Tante Hella no
podía llegar. Siendo ese el momento en el que yo decidí que el
alemán sería el último idioma que escribiría en toda mi vida
(antes... El japonés...Y así fue).
.
.
SOBRE
ESTAS LÍNEAS:
Una
imagen
que encontré en las páginas anteriormente citadas de Tomas
Bustamante
(cuya fuente hemos podido localizar). Se trata de la Avenida
del Cantábrico de Torrelavega, en los años treinta (con
la estación de tren al fondo) y creo que con la casa de mi abuelo a
la derecha (bajo unas letras que hemos añadido). Tal como decía el
texto de Bustamante: "Durante
el enfrentamiento entre españoles, la casa que habían construido
María Etchart Casuso y Luis Gómez-Morán, en la Avenida del
Cantábrico de Torrelavega -un magnifico chalet-; es usurpada a sus
dueños y usada como cárcel; acto que contraría a sus propietarios
que deciden no volver a entrar más". En
aquella casa, que al parecer era muy moderna y de inspiración
alemana, mi padre sintió la vocación de ser arquitecto
(cuando apenas tenía doce años). Agradecemos al Diario Montañés
nos permita divulgar la imagen que abiertamente ofrece en:
http://fotos.eldiariomontanes.es/201303/av.del-cantabrico-y-estac.-de-feve-x-.jpg
.
BAJO
ESTAS LÍNEAS:
La
casa de mis padres, en Madrid. Proyectada por mi progenitor hacia
1967, estaba inspirada o motivada por el recuerdo de aquella otra de
Torrelavega;
donde despertó su interés por la arquitectura. Para mí fue una
suerte ir a vivir a este chalet; ya que entre otras cosas estaba en
las cercanías de Televisión Española (donde se veía el segundo
canal) y muy lejos del radio de acción de Tante Hella. La profesora
de alemán -antes mencionada- que con 73 años soltaba más bofetadas
que Legrá escocido.
.
.
5º-)
DEL
PASADO MAL EXPLICADO:
.
Decíamos
antes, como hubo un día en el que decidí no volver a escribir ni
hablar alemán; ello ocurrió cuando tenía ocho años y hasta los
dieciocho no tuve que utilizar aquella lengua (que un decenio después
prácticamente había olvidado). El motivo por el cual no quise
hablarlo más (o aprenderlo), no estuvo tanto en la tal Tante Hella
-que soltaba unos mandobles como los del Cid en Valencia-; sino que
era yo el hermano menor y todos los de mi casa lo hablaban bien. Por
ello comentaban que yo tenía gramática de indio, junto acento de
Chamberí. Así que un día, ya harto de cachondeos y de bofetones,
cerré el capítulo teutón; al menos hasta que tras aprobar la
Selectividad me mandaron a Heidelberg. Universidad en la que durante
el verano había de todo, menos alemanes. Siendo así, y como las más
monas por entonces eran las italianas, fue la lengua de Dante la que
allí practiqué (y por la que me interesé). Aprendiendo en apenas
unos días a comunicarme de un modo en que durante años no había
logrado hacerlo con el habla de Schiller. Por todo cuanto narro y
digo, queda mostrado y demostrado que la motivación es quizás el
tesoro más importante para aprender y la ilusión el único medio de
enseñar -sin que de veras se olvide lo explicado-.
.
Pero
regresemos al tema que tratábamos, en el cual el episodio de Tante
Hella tenía mucho que ver. Pues quizás si hubiera tenido una
profesora de alemán, jóven y simpática (una bella teutona); me
hubiera interesado por "su lengua" y porque me “enseñase
algo"... . Aunque como a los siete años me pusieron a dar clase
todas las tardes con una anciana, siete lustros mayor que yo... . El
interés por lo germano fue nulo (por no decir, tendiendo a menos
épsilon). Lo que demuestra cómo el modo de explicar las cosas y
de enseñarlas, es más importante que cuanto se explica o se
aprende. Porque el verdadero mérito del maestro reside en lograr
despertar el interés del alumno. Consiguiendo así que aquel
chico sueñe con lo que le cuentan, le guste lo que le narran y que
de ese modo nunca olvide lo escuchado (al margen de cuanto haya
aprendido). No importando que memorice datos, hechos o nombres;
siendo lo verdaderamente valioso que quienes reciben la lección,
sientan verdadera curiosidad. Algo que les llevará a aprender
más acerca de lo que oyeron; siendo ese el instante en el que uno
mismo y por sí solo, abre un libro. Momento en que el individuo
comienza a leer y a tener gran interés sobre un tema o una idea,
definiendo lo que va a ser el intelecto y su mundo interior durante
toda la vida.
.
Dicho
esto, se comprenderá por qué un chico nunca tendrá interés por el
pasado, si se le inculca la idea de que en La Edad Media eran unos
bárbaros; o que durante la Era Moderna solo gobernaban tiranos, que
oprimían a los pueblos. Dándole una visión sesgada y absurda de la
Historia, tan solo referenciada desde un prisma actual; todo lo que
promueve que aquellos que la escuchan, queden aculturados. Pues
se les obliga a ver el ayer con ojos de hoy. Y aún siendo verdad que
los problemas de justicia social pertenecen a la teoría política
del presente; antaño también existían otros planteamientos de
ética y moral, que juzgaban mal a quienes oprimían o no ayudaban a
los necesitados. Así, continuando con el problema que genera la
explicación del pasado como una época nefasta; fácilmente
entenderemos lo que sucede hoy entre los jóvenes si usamos como
ejemplo la educación que recibieran dos hermanos: Comenzando por
uno, al que le explicasen que la empresa que hay en su ciudad desde
hace siglos, es una gran labor que debe seguir, pues da lustre y
honra a su familia. Frente a otro hermano, al que enseñasen cómo
aquella empresa ha sido usada por sus conciudadanos para hacer daño
y engañar; siendo además ese trabajo una profesión deshonrosa y
aburrida.
.
Quedará
claro con el ejemplo anterior, que aquellos a quienes se les dice
que su cultura y su Historia es muy importante, la estudiarán.
Mientras los otros, a los que se explica que el pasado de su
civilización es un cúmulo de errores y faltas, no tendrán interés
alguno por ella. Siendo así, se entiende por qué antaño las
personas eran mucho más cultas; simplemente por su grado de interés
en los asuntos que concernían al pasado y a su tierra. Pues
por mucho que obliguen estudiar a nuestros jóvenes, no lograrán
solo con horas y con “codos” que se formen como personas cultas.
Sino será la motivación que les den y la ilusión que les hagan
sentir, aquello que les condicionará para pensar, investigar y leer
a solas. Terminando por formarse de manera autodidacta, a través
de un gran mundo interior que comenzó en una simple lección y
culminará con lo que uno “siente y piensa”, después de miles de
horas de estudio. Aunque, tristemente el caso en nuestros días es
muy diferente, ya que tan solo se concibe lo útil; siendo entendido
el estudio como un método eficiente de lograr un medio de vida.
Existiendo quienes jamás abrirán un libro tras aprobar la última
asignatura que cursaron (en su carrera o en donde fuera). Algo que
antaño no sucedía, porque el estudio o la lectura eran
necesarios para evadirse y divertirse. Mientras actualmente
basta con ir al cine o ver la televisión para tener ya cubierta esa
necesidad de soñar (que antes solo se lograba a través de la
imaginación).
.
.
SOBRE
Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Dos
imágenes del
cementerio de San Salvador en Oviedo
(al que agradecemos nos permita divulgar las fotografías). Arriba,
la
tumba de Leopoldo García Alas
(Clarín) y en la foto inferior, mi mujer junto al mismo sepulcro.
Alas
Clarín fue el pilar de culto sobre el que sustentaba filosóficamente
mi familia paterna -como
a continuación narramos- El
padre de mi abuelo (José Gómez Morán) era un médico sobrino nieto
del doctor De Diego Madrazo (introductor
del Regeneracionismo en en Norte de España). Familia dedicada a la
medicina, el bisabuelo José era hijo a su vez de Santiago Gómez de
Diego Madrazo Escalera; aunque
al establecerse en Asturias, su prole regresó a la profesión que
habían tenido los antecesores en Cantabria (la de notarios,
interesándose por la filosofía del Derecho). Estudiaron los muchos
vástagos de José Gómez Morán con Leopoldo Alas (Clarín), quien
les inculcaría sus ideas regeneracionistas.
Tras terminar las carreras, algunos continuaron en la cátedra de
filosofía, que tras 1901 pasó Leopoldo Alas (hijo); quien
tristemente fue fusilado durante la Guerra Civil, a la entrada del
ejército nacional. Más tarde, Ulpiano -el mayor de los hermanos de
mi abuelo-, tuvo que sucederle en su cargo de docente.
.
.
.
.
SOBRE
Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Nuestra
tía
Marisa “descansa” muy cerca de Leopoldo G.Alas (Clarín), justo
del otro lado.
Cuando fuimos a "verla" dimos
una pequeña vuelta por el cementerio ovetense de San Salvador,
buscando entre
otras, las
tumbas de parientes. Curiosamente,
al poco de ver dónde estaba enterrada ella, andando
apenas unos metros, encontré el panteón de los Caicoya y Herrero
(la familia de aquel primo nuestro que revivió a Marisa en plena
calle, sin darse cuenta en esos momentos de que era su tía). Otros
sepulcros de parientes estuvimos visitando, en un día lluvioso,
aunque no triste: Pues pudimos acompañar un poco a aquellos que se
quedan tan solos. En imágenes: Arriba
el panteón de los Caicoya y Herrero; abajo una de las muchas tumbas
de gran belleza que hay en San Salvador y que convendría restaurar.
.
.
6º-)
DEL
PASADO ARTISTA:
.
Decíamos
al terminar el epígrafe anterior, que hoy puede uno divertirse a
través de múltiples medios (fundamentalmente audiovisuales), pero
antaño tan solo la imaginación y la lectura contaban para
entretenerse. Ello obligaba a toda persona que le sobrase el
dinero, a invertir en una buena biblioteca; libros que le servían
como herramienta de trabajo y a la vez, de pasatiempos más preciado.
Por su parte, quienes no disponían de medios para hacerse con
libros o siquiera para poder leer, eran felices utilizando el
ingenio. Usando la imaginación de un modo tan prodigioso, que la
mayoría del saber popular y del folklore nació de aquella necesidad
de divertirse sin tener apenas nada. De esta situación de las
gentes, tan paupérrima económicamente hablando; nacieron joyas de
una riqueza espiritual y cultural inimaginables. Artes como el
Flamenco, las danzas e instrumentos populares, la orfebrería y los
trajes regionales; junto a disciplinas prácticamente ya
desaparecidas (como el "repentismo" o la "improvisación
poética").
.
El
párrafo anterior demuestra que la Humanidad cuando tiene problemas
que afrontar y carece de medios; madura y crea de un modo
maravilloso. Muy por el contrario, cuando el ser humano vive con
grandes facilidades, se atonta; generando unos gustos decadentes
y una Sociedad pueril, hasta quedar medio idiota. Este axioma se
demuestra en los países cálidos, que fueron incapaces emerger o
salir adelante; frente a los de peor clima, donde imperó el progreso
debido a que las personas habían de organizarse y ayudarse (debido
al frío o a las inclemencias). Aunque también es verdad que los
problemas han de ser salvables, pues hasta la difusión del carbón y
del hierro -que posibilitó buenas estufas-, las zonas del Norte y
Centro Europa no pudieron florecer (habida cuenta, eran inhabitables
debido a las bajas temperaturas). Cuanto hemos expresado en este
párrafo, explica por qué las personas de generaciones anteriores
tenían un "humanismo" distinto y su cultura era más
profunda. Ya que la habían forjado con gran esfuerzo y tanto los del
pueblo como las élites, guardaban una enorme calidad intelectual
(basada en el recuerdo de lo heredado y de cuanto habían tenido que
pensar a solas, sin apenas medios).
.
Siendo
así, no es de extrañar lo polifacéticos que antaño fueron -unos y
otros-. Pues el médico a su vez solía escribir, hacer negocios y
ser músico (lo que sucedía en el caso de los Baroja). Tanto como el
agricultor, que en invierno era albañil; en septiembre sabía hacer
vino, en noviembre la matanza y durante las fiestas: Cantaba,
bailaba, tocaba un instrumento y hasta toreaba. Y no pensemos que
el canto, el baile o la música de esas gentes del campo eran "poca
cosa"; pues constituyen uno de los mayores legados históricos
(al igual que lo escrito, pintado o compuesto por los profesionales
de siglos pasados, que siendo abogados o ingenieros, se dedicaban a
la cultura). Para comprobar el valor de lo que creó el Pueblo
antaño, bastará analizar unas Soleares y unas Tarantas, intentar
bailar una Muñéira y una Jota; o bien cantar como lo hacían tiempo
atrás los pastores y los campesinos. Observando pronto la enorme
calidad rítmica, melódica y armónica de cuanto creaban esas
personas; que sin estudiar más que su propia herencia cultural, han
generado artes que hoy son Patrimonio de la Humanidad.
.
Lo
mismo sucedía en el pasado entre las clases más cultivadas, quienes
también nos dejaron una literatura, una música o una pintura,
inimaginables. Todo lo que a mi juicio se debió a la carencia de
facilidades para crear. Pues aquel mundo genial y del gran arte, fue
desvaneciéndose con la aparición de métodos artificiales y
tecnológicos (principalmente tras el nacimiento de la electrónica y
su inmersión en la música). Para comprobar la veracidad de lo
que afirmo, bastará reflexionar sobre lo que ha sucedido en el Pop y
en la música denominada "moderna" (que en definitiva es la
popular de nuestro tiempo). Un arte que en los años cincuenta
floreció con grupos y solistas maravillosos; para pasar a tener un
"siglo de oro" en los sesenta (cuando los cantantes apenas
contaban con el micro, los altavoces -y si acaso, de algún
instrumento eléctrico-). Pese a ello, en los años setenta comenzó
“su bajón” debido al internamiento de la electrónica, con el
órgano y el abuso de guitarras "artificiales"; entrando
así en una crisis, que durante los ochenta se agravó (motivada por
los sintetizadores y el uso de métodos electrónicos, utilizados
hasta para componer). De tal modo, la denominada “música moderna”
fue pereciendo poco a poco desde los años noventa y tras la
aparición del mundo digital. Al nacer procedimientos que facilitan
de tal manera el medio para “crear”, que desde hace un decenio
basta tocar una tecla o manejar un equalizador, para hacer lo que
parece música y es solo sonido tratado (del mismo modo que la
fotografía no es la pintura).
.
.
SOBRE
Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Sepulcro
de “José Gómez Morán y familia”, por Víctor Hevia Granda;
considerada la obra maestra de este escultor (tal
como menciona la Enciclopedia Espasa Calpe, hacia 1916). Mi
bisabuelo José, fue médico como su padre; su progenitor vino desde
Santander para casarse en Gijón hacia 1850.
Era
oriundo del Pas, tal como dijimos antes y se llamaba Santiago Gómez
de Diego Madrazo Escalera. Aunque
su familia había trabajado como notarios en el Valle del Pas (desde
el sigllo XVII) -ver cita (5)
-, estudió
la disciplina que le enseñó su tío, el doctor De Diego Madrazo.
Parece
que tuvieron unos familiares de gran éxito profesional, llamados
Santiago de Diego Madrazo y Enrique de Diego Madrazo -ver cita
anterior-. Aunque por
lo que cuentan, no fue muy bien recibido en Asturias; donde a la
familia de su mujer (los Morán de Labandera) “les parecía poco
aquel chico llegado de les montañes".
.
Así
pensamos que su
hijo José (del que vemos la tumba) decide establecerse en Oviedo,
como médico y "rebotado" de Gijón.
Donde su familia materna no le vería con muy buenos ojos, ya
que los De Diego Madrazo,
a más de no ser tan nobles como los Morán,
eran bastante de izquierdas.
Además
gustándole a José los negocios más que los pacientes, fundó un
gran almacén de lo que se denominaba “coloniales” y compró un
café, llamado "España" (que
cumplía las funciones de un casino ovetense). Esta cafetería o
centro de reuniones, al
parecer era frecuentada por Leopoldo G.Alas donde ambos entablaron
gran amistad.
En la familia se conservaba el recuerdo de que muchas de las
historias (o referencias) que aparecen en La Regenta, fueron
"chismes" oídos por D.Leopoldo en aquel local. Por su
parte, el almacén de coloniales llamado Gómez-Morán fue incendiado
en el año 1934, durante la revolución de Oviedo. Todo lo que hizo
que la ideología familiar virase, desde la izquierda, hasta la
derecha; pues una cosa era ser progresista y otra que a uno le
quemasen los negocios... . Además contaban que el mayor de los hijos
de José (Ulpiano), pleiteó contra el seguro por no cubrir el
incendio del 34 y lo ganó con costas (algo que nadie acertaba
entender). Desde entonces Ulpiano se hizo famoso en Oviedo como uno
de los mejores abogados, al ser incomprensible que una aseguradora
pagara las costas y un incendio llevado a cabo durante una
Revolución.
.
.
7º-)
DEL
PASADO HUMANISTA:
.
Terminaremos
el artículo de hoy, regresando a mi familia y al sentido del
Humanismo que en ella nos enseñaban. Un sentimiento que en gran
parte procedía de una obligación de interesarse por todo. Diciendo
mi padre siempre que aquel que más se divertía, era el que más
estudiaba; poniendo como ejemplo de ello a Xavier Zubiri. Aunque
pronto me di cuenta de que yo era de otra especie o generación;
principalmente cuando intenté leer "Sobre la esencia" de
Zubiri y desde el momento en que el autor planteaba las diferencias
entre "sustancia" de "esencia". Así fue como en
los primeros capítulos, cerré ese libro y le aconsejé a mi
progenitor: -"No le des de comer estas hojas a una cabra, que se
te muere de indigestión"-.
.
Ello
ocurrió hace unos cuarenta años, cuando tendría yo aproximadamente
quince. Al poco tiempo fui a cenar a casa de Betsy Westendorp y allí
estaba un famoso periodista, escritor y crítico de arte, llamado
Marino Gómez-Santos. Al oír mi nombre me preguntó si era yo
de origen asturiano, dado que él había nacido en Oviedo, donde
conoció a personas con mi apellido. Al confirmarle que sus
amigos eran parientes míos, rápidamente me contó parte de una
historia que yo hasta entonces no conocía. Interesado por si era
nieto del famoso Ulpiano, le expliqué que el "tio Ulpiano"
era el hermano mayor de mi abuelo y murió mucho antes de nacer yo.
En ese momento me dijo el afamado periodista que atendiera a lo que
me iba a contar: Así comenzó Marino Gómez-Santos a desplegar
una prodigiosa memoria (como la que tenía), recordando mil cosas
sobre mi familia. Entre ellas, que Ulpiano había sido su profesor de
Filosofía -Derecho Natural- y que llevaba esa cátedra por ser el
discípulo predilecto de Leopoldo Alas (Clarín). No paraba de
hablar sobre Ulpiano y sus hermanos, tanto que no pude recordar
las miles de anécdotas que me contó, entre la que se encontraba que
les llamaban "los fenómenos". Según Marino, porque el
primero era ese discípulo de los Alas; pero el segundo (Emilio)
había llegado a presidente de la Audiencia y al Supremo, al igual
que Mario fue notario de Bilbao a los veinticuatro años, mientras mi
abuelo lo había sido a los veintidós.
.
Sea
como fuere, lo que más me impresionó siempre es que todos se
dedicaran a escribir, a pintar o a tocar un instrumento (además de a
sus profesiones). Siendo famosas las obras de teatro del tío
Mario (en las que colaboró mi abuelo) y hasta sus poemas -algunos
dedicados a los toros-. Prestando un enorme interés por la música y
la pintura; un arte al que más se dedicaron los hijos de César
-otro de los hermanos-. Todo ello muestra que antaño la gente no
perdía el tiempo con distracciones pueriles y les divertía más
redactar un drama o un poema, que ir a la playa o bailar el
chundachunda -la tontuna que hoy hacen hasta los más mayores-.
Evidentemente podemos pensar que por entonces la gente tenía más
tiempo o que el trabajo no exigía tantas horas; y es que para
engañarnos, buscaremos cualquier disculpa. Ya que la verdad es la
contraria; porque esta generación de la que hablamos tuvo una
esperanza de vida que no superaba los sesenta años y apenas existía
la jubilación. Pese a ello eran poetas, escritores, tratadistas,
músicos y literatos; a la vez que abogados, médicos y -sobre todo-
humanistas. Valores y aficiones que fueron inculcando a sus hijos
(debido a que no pudieron casi conocer a los nietos), logrando unas
generaciones de profesionales con gran valía. Donde las personas
no solo debían ser buenos en su trabajo, sino además tenían
que interesarse por la cultura, las artes, la Historia y a filosofía.
.
Siendo así, hemos de
plantearnos qué sería de Occidente si los jubilados y los abuelos
de hoy en día, fueran como los viejecitos de entonces: Que en vez de
dedicar su tiempo a bailar o a pasear por las orillas, se planteasen
crear y estudiar. Hacer música, escribir o leer; tal como nuestra
tía Marisa hacía, siguiendo lo que en su familia había aprendido.
Donde le enseñaron que quienes llegan a ser más felices son los que
más conocimientos tienen. Pues quizás si los ancianos enseñaran
a sus nietos a escuchar a Beethoven o a Bach, a leer a los clásicos
o a comprender nuestro pasado; no habría ni tanta droga, ni tantos
problemas entre las generaciones venideras. Y es que el Humanismo no
es solo el arte de comprender la Civilización, sino el mejor
antídoto contra la drogadicción y contra el hastío (que es el
gran mal de aquellos a los que todo les sobra y nada bueno quieren,
ni desean).
.
.
SOBRE
Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
De
nuevo dos
imágenes del sepulcro de José GómezMorán y familia, en este caso
visto desde el lado opuesto.
Esta tumba (donde se encuentran mis abuelos paternos: Luis
Gómez-Moran y mi abuela Pepita Cima) finalmente
quedó en manos de los descendientes del mayor de los hijos -el
famoso Ulpiano-. Cuyo primogénito volvió a la carrera del abuelo y
fue un famoso médico, que ejerció su profesión en la casa donde
nació mi padre (en la calle ovetense de Santa Susana, recogida antes
en imagen). Era el
tío Félix, el "jefe o el mayor del clan" y
al que no pude conocer; aunque de él recuerdo cómo amablemente me
envió un regalo y una carta muy cariñosa, cuando me casé (hace ya
veinticinco años). Decían que fue conocido
como buena persona
y por apuesto; de lo segundo nada puedo decir, pues no vi siquiera
foto alguna. Pero acerca de su bondad mucha gente me habló, ya que
tenía un horario de consulta para quienes no podían pagar y les
recibía de forma altruista (al igual que atendía como médico a las
personas más pobres).
.
En
la imagen inferior podemos apreciar un hecho que me han
comunicado algunos conservadores de museos, bastante preocupados. Se
trata del "mal de piedra" que comienza a sufrir la
Piedad de Víctor Hevia, de este panteón. Ante ello, los
amigos que son curadores me plantearon tres soluciones para evitar el
deterioro: La primera sería tartar directamente la piedra, aunque
nos sabían el resultado que tendría. La segunda, es ponerle un
fanal de cristal grueso y así -aunque pierda en estética- no se
perderá en unos años la estatua. La tercera consiste en que se
donase la pieza a un museo, a cambio de que este regalase y colocara
en su lugar -sobre la tumba.- una réplica en vaciado de bronce
(exacta y sacada en molde, desde el original). Sea como fuere, habría
que hacer un esfuerzo entre todos los de la familia (que somos
muchos) para recuperar y evitar que la obra se deteriore.
.
.
7º-)
DEL
HUMANISMO PERDIDO:
.
Decía
mi padre que el problema de las carreras técnicas era que
"deformaban",
haciendo analizar la vida siempre unida a la tecnología. De ello, él
y sus hermanos no paraban de estudiar Historia, idiomas, filosofía,
arte o lo que fuera; pues argumentaba que tanto la arquitectura como
la ingeniería, supeditaban el espíritu. Tardé
mucho en entender qué significaban aquellas palabras, aunque lo
comprendí un día, discutiendo con un amigo y famoso matemático.
Aquello sucedió hace unos treinta años, cuando yo comenzaba a
estudiar arqueo-matemáticas, lo que consiste en interpretar las
“exactas” en el pasado más remoto (concretamente en mi caso,
eran las de Egipto y Mesopotamia) (6)
. Así, hablando con aquél
investigador,
asombrado vi como afirmaba
que Pitágoras tenía la formación de un niño de doce años en
nuestros días; debido a que a esa edad la gente de hoy ya comprendía
y manejaba su Teorema,
a la perfección. No supe qué contestar y él replicó: -"Es
que en Grecia nadie sabía lo que era la ciencia ni el progreso, tal
como hoy lo concebimos"-. Incapaz de entenderle, solo pude
decir: -"Eso que afirmas me parece como si alguien dijera que
Bach carecía de formación musical y no sabía lo qué componía,
porque desconocía las leyes de armonía modernas"-. El asunto
terminó en discusión... .
.
Mucho
después logré convencerle de que estaba equivocado en su visión
del pasado. Un día en que aquel famoso científico afirmaba que ni
los egipcios ni los mesopotamios, podían conocer el número "pi";
habida cuenta que no tenían base matemática para calcularlo. Ante
lo que le expliqué que para hallar un "Pi" bastante
aproximado (cercano a 3,1416) tan solo hacía falta un palo y una
cuerda. Pinchando la vara en las arenas del desierto y trazando luego
con la maroma una circunferencia perfecta (alrededor de aquel punto).
Tras ello, bastaría dividir lo que medía el perímetro del círculo
por el diámetro y obtendríamos p
, bastante aproximado. Después de ver aquel matemático cómo yo
calculaba "pi" de la misma forma, sobre una mesa camilla y
valiéndome solo de un metro de costurera; me preguntó: -"¿Eso
se te ha ocurrido a ti"-. Le respondí afirmativamente y
contestó en tono adusto: -"Para que veas lo útil que es no
saber matemáticas; porque si las hubieras aprendido de verdad, ni se
te pasaba por la mente esta chapuza"...-.
.
Cuanto
antes he narrado es tan solo para mostrar el paradigma que supone
solucionar los enigmas con un método lógico y establecido. De ello,
hemos de pensar que uno de los grandes problemas del siglo XX fue la
tecnificación y la tecnocracia. Lo que nos ha llevado a la
"tecnolocracia", hasta el punto de que el hombre ya
vive casi controlado por la tecnología. El hecho lo conocían las
generaciones nacidas hace cien años (en el primer cuarto del
siglo XX,) quienes habían iniciado esa Sociedad tecnócrata y por
ello no dejaban de formarse en otras materias. Pero hoy se ha
olvidado y ya vivimos en un Mundo donde las profesiones técnicas
supeditaron a las humanísticas -hasta el punto que las
Facultades de Filología, Historia o Lenguas Muertas, van cerrando
progresivamente sus puertas-. Por su parte, todo lo que tenga que ver
con la Economía y las leyes despierta un interés casi absurdo, pues
vemos claramente como quienes las estudian nunca aprenden a hacer
dinero, ni menos negocios (lo que de verdad desean aprender de
ellas...).
.
De
tal manera y ante la situación de crisis que vivimos, habremos de
plantearnos si el "utilismo" (estudiar y dedicarse a o que
es útil) puede sustituir al Humanismo. Pues de ser así, la Sociedad
va abocada al fracaso más estrepitoso; ya que aquel que solo ve en
la vida lo que es práctico o útil, terminará en la mayor pobreza
espiritual. Logrando llegar quizás a ser rico, habrá caído en la
peor de las miserias; que es la de juzgar a las cosas y a las
personas por lo que cuestan y no por lo que realmente valen.
Consecuentemente, el gran fracaso de Occidente ha sido no educar a
sus jóvenes de hoy en la admiración hacia las artes, las letras o
la filosofía (como se hizo hasta hace pocas décadas); sino
poner los modelos a seguir en lo útil y lo práctico. Formar a las
nuevas generaciones sin bases espirituales, con lo que estos chicos
así preparados principalmente buscarán éxito y dinero. Por
haberles enseñando como dogma irrefutable, que lo mejor es hacerse
famoso, lograr que todos te conozcan, triunfar socialmente y sobre
todo: "Montárselo". Dándoles unos principios carentes
de base humana ni humanística y que conducen hacia las sombras (o al
olvido) a los verdaderos profesionales -valiosos-; junto a los
escritores de calidad, los poetas, los pintores cultos y los músicos
auténticos. Todo un síntoma de "in-humanismo" social
grave y que esperemos no sea ya irreversible.
.
.
SOBRE
Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Catafalco
para el culto de difuntos, expuesto en la Iglesia Museo de la
Trinidad, en Atienza
(al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Este ataúd con
ruedas
servía para divertirse y pasear con él por las calles, sobre todo
en las fechas de Todos los Santos.
Sus dibujos parece que son del siglo XV (seguramente retocados y
restaurados) y en ellos se representa a diáconos o hasta al Papa,
junto al rey, en esqueleto. Las
inscripciones con carácter cómico, recuerdan que todos vamos a
morir y al parecer se llevaba por el pueblo, con personas dentro,
mientras
entre risas se decían frases como: -"Morirá el rey y morirá
el Papa, que de morir nadie escapa"-. Se
hicieron famosas estas mascaradas con cadáveres precisamente en
tiempos de La Peste,
cuando la Humanidad sufría el azote de una enfermedad terrible, que
acabó con una gran parte de su población. Pese
a ello, no faltó el sentido del humor nunca y hasta el arte
participó haciendo grandes obras en las que el hombre lograba reír
de su triste destino. Hoy,
muy por el contrario nadie desea conocer esa verdad de la vida y ello
ha llevado a una Sociedad con unos valores tan pueriles que dan
vergüenza por lo ridículos que son (donde lo más importante es un
gol del equipo propio, bailar en las discotecas o lucir buen tipo en
las playas).
.
Para
terminar y ante
este extraño catafalco, debido a que el artículo ha sido dedicado a
los difuntos, hablando de personas desaparecidas y de temas tristes;
narraré alguna historia divertida para quitarnos algo la pena.
Por ejemplo, lo que me sucedió cuando
fui por primera vez a un cementerio: Tenía
yo siete años y no me habían llevado nunca a un Campo Santo en
España. Pero al llegar a Alemania en el verano que cumplí esa edad,
los Sres Schmidt (con los que estaba) me comunicaron que el
siguiente fin de semana iríamos a visitar a sus padres. Yo no
entendía bien lo que me decían (todo en alemán) y solo comprendía
que sus papás y sus mamás estaban en el "frito"; así que
había que ir allí (al "frito") para visitarles. Creyendo
que era algún pueblo eso del "frito", me subí una mañana
de sábado muy contento al coche; mientras aquellos simpáticos
alemanes cogían herramientas de labor (rastrillos, azadones, palas y
etc). Al poco mi terrible sorpresa fue ver que el "frito"
era el cementerio... . Que en alemán se escribe "Friedhof"
pero se pronuncia "friiitoo" -Para quien no se lo crea le
dejo un enlace con un diccionario donde pulsando en "voz"
lo oiremos http://diccionario.reverso.net/aleman-espanol/Friedhof
-.
.
Entré
yo a mis siete años al cementerio de Giëngen, como si fuera aquello
la mismísima casa de Drácula; pensando que la única verdad era que
allí estaban todos "Friiiitooos", tal como decían los
alemanes (pero "frititos" de verdad). Andaba con más
miedo que un italiano toreando y la sorpresa fue observar cómo
tenían plantadas sobre las tumbas de sus padres, flores y verduras,
que habían de cambiar (pues no eran lápidas, sino jardincillos).
Allí estuvimos toda la mañana y con alegría el Sr.Schmidt vio como
algunas de las patatas plantadas habían germinado, sacándolas de
tierra muy contento. Recogió varios tubérculos (ante mi asombro) y
volvimos a casa. Aquella tarde solo procuré no tomar en la cena
patatas, ni tomates... Ni nada que se le pareciera. Dormí a las
tantas, soñando con lo peor y por la mañana la Sra. Alla Schmidt
(de origen moscovita) al verme tan mala cara me hizo una sopa rusa,
buenísima. Al preguntarle de qué era aquella sopa, ella me explicó
que de remolacha y me llevó hasta la cocina donde estaban todos los
tubérculos y verduras que el día anterior recogieron. ¡Ay madre...
Qué mal cuerpo se me puso...! . Me fui directo al baño a lavarme la
boca, pero al verme en el espejo, observé que la tenía enteramente
roja (color de la remolacha). Fue entonces cuando casi me desmayé,
pensando que era yo el mismísimo Drácula... .
.
Esas
y otras cosas nos enseñan lo que es nuestra cultura y lo poco que
nos educan hacia la verdad de la vida. Pues no solo me ocurrió algo
así con siete años; sino que ya bien mayorcito, estando en la Mili
(a los veintiuno), me pasó algo similar. Sucedió en la primavera de
1982, haciendo el Servicio Militar en Sevilla; una época en la que
en esta ciudad se estila ir por las tardes a tomar cabrillas con
cerveza. Las susodichas "cabrillas" son unos caracoles de
campo, que nacen hacia abril y una vez cocidos se sirven por los
bares con jarritas de cerveza. Así que a las seis de la tarde
salíamos diariamente del cuartel y siempre íbamos a un barecito,
donde las ponían más baratas y además no había casi nadie. Uno de
los días se juntó con nosotros una señora de Sevilla, que también
quería tomar cabrillas y al ver donde íbamos nos preguntó:
.
-¿Pero
“vozotros zabéis” dónde “sus” metéis?-.
Le
contesté que íbamos al bar donde las ponían más baratas y en el
que menos gente había. Ante lo que aquella viejecita, que era de Sevilla,
dijo:
-¡Si
es el bar del hermano “der” marmolista!-.
Nada
malo veía yo porque el dueño del bar estuviera emparentado con un
lapidario, hasta que la señora sevillana replicó:
-Si
dice “to er” mundo, que cogen las cabrillas en el cementerio...;
por eso no va nadie y las tiene a mejor precio. Tú toca los
veladores y las mesitas del bar; verás que por debajo tienen hasta
letras...-.
¡Ay
madre...! ¡Qué mal cuerpo se nos puso a todos, pensando de dónde
saldrían los caracoles que cada tarde comíamos!. Además, todos protestaron sobre la viejecita que nos lo había comunicado...
Y
es que los españoles, no estamos bien preparados; sobre todo para
eso de morirnos... .
.
.
----------------------------------------------------------
CITAS:
.
..
.
1º) TIEMPO DE RECORDAR:.
Fue
hace casi tres meses cuando me dieron la triste noticia de que había
fallecido la única hermana de mi padre. Dicen que permaneció en
el hospital durante varios días, en estado grave; pero no quiso que
nadie se enterase, siquiera ella deseaba saber lo que podía pasar.
Pese a todo, ya lo intuía; pues desde hace años intercambiábamos
correos y en esa correspondencia -en ocasiones semanal-
últimamente no la notaba "bien". Lúcida estaba,
como siempre; pero hacía un año que ya, entre líneas y en
cuanto me escribía, la "veía" temerosa. Creo que
callaba la fuerte afección cardíaca que sufría, porque a veces el
mejor remedio de no padecer males, es no pensar en ellos.
.
Fue
así, como haciendo su gimnasia diaria, que consistía -tal como
confesaba- en pasear la perra dos veces por jornada; cayó
en plena calle con un paro de corazón. Siendo recogida y atendida
por un médico que por allí paseaba en bicicleta; quien con las
prisas y la reanimación, no acertó ni a darse cuenta de que estaba
reviviendo a su propia tía.
Un último "ángel de la guarda" que mandó la vida a
Marisa y que logró reanimarla sin saber siquiera que era el hijo de
sus primos (Ángeles Gómez-Morán y Elías Caicoya Masaveu -también
recientemente fallecidos-). Pese a ello, tal como narran las noticias
que recojo en cita (1)
,
aunque ingresó
viva en el hospital; allí permaneció un tiempo en el que incluso
llegaría a levantarse, pero no pudo vivir por mucho tiempo.
.
Deberíamos
hablar de cosas menos tristes; pero la muerte es parte de la vida;
pues la existencia empieza y termina para todos. Por lo que de algún
modo, habríamos de celebrar o recordar a los fallecimientos de forma
más importante; al menos tal como hacen los japoneses. Dando a
los entierros tanto valor como a las bodas, los bautizos y las
comuniones; pues casarse uno puede hacerlo varias veces -incluso
bautizarse y comulgar-, pero morir y nacer, tan solo sucede una vez.
Pese a ello, en nuestra nueva cultura y en tan moderna
civilización como vivimos, parece que nadie quiere pensar en ese
hecho tan cierto como indiscutible. Dejando al margen de la vida
cotidiana la idea inevitable de que un día tendremos que irnos del
Mundo. Sabiendo que cuanto hayamos hecho -bueno o malo- aquí
quedará; mientras lo que no se realizó, nunca fue ni jamás
existirá.
.
Pero
hoy en día, la muerte en Occidente es un tabú; una verdad a
esconder, como antaño lo era el sexo (del que nunca se hablaba y
nada se mostraba). Un mundo prohibido del que del que solo mencionar
su existencia uno será mirado como "ave de mal agüero".
Un destino verdadero y un futuro más que cierto, del que nada se
quiere saber. Algo que uno comprueba cuando pasamos con mucho los
cincuenta años de edad; tras ver desaparecer a padres, tíos
(incluso cuando ha tenido que vivir dolorosa la muerte de hermanos).
Recibiendo una terrible sensación al observar en qué forma, los
que hoy en día fallecen, nunca estuvieron más solos. Siendo un
profesional el que los recoge, una sala la que los recibe por unas
horas y hasta un transportista el que los lleva y carga con su
peso... . Sin apenas una mano de familiar o amigo que se atreva a
tocarlos y a subirlos en hombros. Pues todo ello parece darnos
una profunda angustia; producir un terrible miedo; al menos al
occidental del siglo XXI.
.
.
IMAGEN,
ARRIBA:
Cuando
nos carteábamos por mail, mi tía Marisa me solía enviar algunos
relatos cortos que le gustaba escribir. Tristemente y de modo póstumo
tuvo que leer su hija María dos de ellos que el Ayuntamiento de
Oviedo le había publicado
-unos días antes de morir-. Tal como recoge la referencia de
internet en la que se explica con las siguientes palabras: "Con
motivo de la celebración del día Internacional de la Mujer, el
Círculo literario "Morel de Sal" tuvo la oportunidad de
presentar el libro que recoge textos de los diferentes talleres
desarrollados desde su creación en 2010. "El libro, publicado
in memoriam de Marisa Gómez-Morán e ilustrado por Concha García
Almazán...". Sobre
estas lineas uno de aquellos relatos, redactados al final de sus
días, donde mi tía demuestra gran soltura y lucidez en su forma de
escribir, junto a una enorme "modernidad" de pensamiento
(imagen tomada del libro MOLER DE SAL, al que agradecemos nos permita
divulgarla; en especial a la ilustradora, Sra. García Almazán).
Para
ver más pulsar:
http://www.comunsinsentido.com/2016/03/8-de-marzo-dia-internacional-de-la-mujer.html
.
.
IMAGEN,
ABAJO:
Dos
de los más de quince libros sobre Derecho que escribió mi abuelo
Luis Gómez-Morán: LA ACTUALIDAD EN LA FE PÚBLICA (1940) y LA
JUSTICIA POR DENTRO (1939). Mi tía Marisa adoraba a su padre y lo
admiraba con veneración. Tanto,
que hace años, cuando tuvo que poner una dirección en su correo
electrónico, eligió parte del nombre de su progenitor junto a la
fecha de su fallecimiento. Tras ello me escribió preguntándome si
entendía lo que significaban aquellas siglas; quedando entusiasmada
cuando le contesté que correspondían al nombre de mi abuelo y al
año en que murió.
No dejaba de hablarme de él y me decía una y mil veces que algún
día tenía que escribir sobre ellos;
que con ese fin me mandaría fotos de su niñez en Santander... . Yo
esperaba
las imágenes de Torrelavega que prometió enviarme, para redactar el
artículo que me pedía; pero nunca llegaron. Quizás ella prefería
que mis palabras fueran redactadas cuando ya no estuviera en nuestro
Mundo.
.
.
.
2º-)
LA
SOLEDAD DE LOS MUERTOS:
.
Fue
ya Gustavo Adolfo Becquer quien denunció (2)
esa soledad de los difuntos; una dejación o abandono
por parte de los vivos que en otras civilizaciones no es tanta. Pues
como anteriormente dije, al menos en Japón un fallecimiento se
celebra casi como una boda. Debiendo todos los parientes -junto a los
amigos-, ir al funeral y a la cremación; tras lo que se realiza un
enorme banquete (cena o convite, presidido por los restos del
muerto). Todos los asistentes aportan -como donativo- el dinero
suficiente para que las exequias y las comidas sean suficientemente
importantes. Tras aquello (que a veces dura varios días) los
restos pasan a conservarse en el domicilio del que “se fue”.
Allí permanecen hasta una fecha igual al Pentecostés cristiano,
pues se cree que a los cuarenta y nueve días de una muerte, el alma
asciende a los cielos. Momento en el que se lleva a cabo el entierro
de lo cremado, cuando de nuevo se organiza un segundo banquete
(aunque este solo para los parientes cercanos).
.
Por
su parte durante esas siete semanas que duran las referidas
ceremonias, la familia recibe diariamente decenas de visitas: De
amigos, conocidos y hasta de clientes. Quienes realizan el ritual de
incienso sobre los restos que aún permanecen en la casa. Todo ello,
en un ir y venir, con continuas comilonas y cenas, en las que no
faltan las peleas familiares (sobre todo de los más mayores, que
refunfuñan por no ser tratados con la solemnidad debida). Actos,
hechos y celebraciones que impiden pensar y siquiera descansar a
quienes han perdido un ser querido; todo lo que mitiga enormemente su
dolor, a la vez que supone guardar un gran respeto al fallecido.
.
Finalmente,
al menos cada año y en tiempos del aniversario, van a visitar las
tumbas; sobre la que suelen depositar comida tras haber quemado
incenso. Todo en una ceremonia familiar, lo que supone y obliga a
llevarse bien entre parientes. Por su parte, la ofrenda de
alimentos (incluso de bebidas -en especial de sake-) siempre la
entendí como un acto de iniciación. Un voto que a mi juicio
implicaba cómo en otro tiempo, quienes no tenían nada para comer;
vendrían hasta los cementerios a tomar cuanto que se dejaba sobre
las tumbas. Pasteles, dulces y hasta botellas; que serían
consumidas por los más desfavorecidos y quienes quizás eran
catalogados como "muertos en vida", posiblemente al estar
marginados. Personas que vivían fuera del mundo real, ajenos al
sistema económico y seguramente observados como fallecidos. Bajo
un sistema de metepsicosis por el que aquellos que caían en
desgracia Social fueran vistos, ajenos a la vida. Siendo su
pobreza el precio a pagar por su desajuste y su falta de integración;
un hecho que los igualaba a quienes ya habían desaparecido.
.
.
SOBRE
ESTAS LÍNEAS:
Tumba
de nuestra familia en Tsukíono, Gunma. Frente a las montañas que
separan Nikko de la ciudad en que vivimos (Maebashi)
y donde tengo reservada "plaza" (junto a mi suegro, que fue
una de las mejores personas que conocí en toda mi vida). Cuando
falleció el padre de mi mujer, fuimos a comprar un sepulcro nuevo
(junto a mi suegra). Le cobraban bastante, pero conseguimos que el
"bonzo" nos hiciera una rebaja argumentando que una de las
“localidades” era para un extranjero -la mía-. Así que para no
engañar al templo, he de terminar mis días allí -tal como prometí,
para que nos hicieran un buen precio en el "terrenito"
frente a la sierra-.
.
.
SOBRE
Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Dos
fotos de los jardines del templo donde se encuentra mi última
morada. Los japoneses son muy previsores, así que cuando te das
cuenta, hasta te han preparado la tumba.
.
.
3º-)
DEL
PASADO EFÍMERO:
.
Este
es el título de uno de los poemas más bellos escritos en lengua
hispana,
nacido de la pluma de
Antonio Machado
(3)
.
Versos
que nos recuerdan cómo todo aquello que tan importante parece, un
día se desvanece; quedándose en la nada. Lujos o frivolidades que
antaño sucedían en las ferias y en los casinos, fomentando solo las
apariencias; pero que hoy podemos ver en el mundo de la “prensa del
corazón”, en la fama absurda, las modas idiotas y hasta en las
bobadas musicales. Estas
últimas son las que se han empeñado en llamar "conciertos",
cuando siquiera son recitales y que constituyen tan solo un negocio
más en el mundo del espectáculo. Pues pese a que haya tantos
afanados en proclamar por doquier que algunos grupos de música
moderna equivalen a "los Mozart a "el Beethoven de nuestro
siglo". Mucho más conocidos y venerados llegaron a ser antaño
algunos que cantaban cuplés, quienes bailaban el Charleston o el
Foxtrot; pero sobre todo los actores de las primeras películas en
las que se danzaba y cantaba (en piscinas o vestidos de chaquet). Al
igual que antes lo fueron aquellos que componían e interpretaban
valses en el siglo XIX, cuyas obras se tocaban en palacios, casinos y
en todo edificio público -mientras autores como Debussy o Satie se
las tenían que ingeniar para lograr estrenar alguna pieza-.
Pese a ello, aunque el pasado sea efímero, es al menos auténtico.
Y como tal, casi nada quedó de los que poblaban los cabarets o los
salones cursis; muy poco se recuerdan esas miles de horas de canto y
baile dicharachero (en celuloide de blanco y negro); mientras los
músicos auténticos, dejaron para la posteridad su obra y su
cultura.
.
Pero
hoy en día hasta ese efímero futuro está en riesgo, pues como
hemos dicho, se han empeñado en cambiar los valores intelectuales.
Tanto como para llamar conciertos a lo que siquiera antaño se
catalogaba de "recital"; o para dejar a los poetas en el
olvido. Llegando a haber quienes piensan que ya que no existen, ni
nacen escritores; debido a que la importancia que se otorga a su obra
literaria es menor que un simple gol de un equipo futbolístico de
tercera división (que “saldrá” en las noticias, allí donde
difícilmente mencionan a un poeta vivo). A ello se une el ejercicio
de los pintores, que se empeñaron en destruir el mundo figurativo
(del mismo modo que los músicos hicieron con el melódico) y que han
sido sustituidos por el cine o la televisión. Finalmente, han
entrado en escena nuevas técnicas que han distorsionado tanto el
panorama de la cultura, como para poder afirmarse definitivamente que
la división de Lessing -en artes en temporales y espaciales-, ya se
hace imposible. O bien, que la creatividad en nuestro tiempo, ha
muerto.
.
El
panorama intelectual es tan desolador, que ya ni nos llama la
atención que los informativos anuncien las giras de “eso” que
denominan "conciertos" (pese a ser normalmente unos
chicos saltando en un escenario a golpe de batería). O que el
Estado los subvencione y como tal se considere cultura lo que antaño
no era siquiera un simple espectáculo de masas -semejante al
hombre bala o la lucha de fieras-. Por lo demás, cualquier
opinión en contra de ello es tenida como un síntoma de
autoritarismo; tanto que han desaparecido los críticos de la escena
mundial. Pues prácticamente nadie realiza crítica artística
y por lo tanto el arte va muriendo; porque la función de
aquellos expertos -periodistas o escritores- era dirigir a la
Sociedad. Pero en este momento, nadie ha de asesorar ni menos
conducir a la Sociedad; debido a que se aplica el baremo de la
Democracia política, donde no tiene sentido extrapolarse. Siendo
así, lo único que vale para valorar los artistas es la opinión del
Pueblo y todo aquel que se oponga a este criterio, será tachado de
autoritario. Ante lo que yo me pregunto: ¿Por qué no se hace lo
mismo con otras carreras y profesiones?. Siendo la "opinión
pública" quien decida los que deben ser aprobados como abogados
y jueces; a los médicos y hasta a los pilotos o a los generales del
ejército. Pasando a ejercer esas profesiones (de arquitecto,
ingeniero o fiscal) aquellos que el Pueblo elija; según su agrado y
la simpatía que despierten.
.
Aunque
parece que aún no estamos tan enajenados y es tan solo en el mundo
de la cultura donde se aplica ese criterio, por el cual aquel que más
fama tiene, mayor reconocimiento merece. Todo lo que impide a
cualquier ser humano formarse, estudiar o prepararse (como escritor,
músico o pintor), pues el tiempo mejor invertido será el que
dediquen a darse a conocer. Siendo así, la popularidad la
alcanzan chicos de menos de treinta años, a los que su juventud les
impide tener los prejuicios necesarios para saber que están pisando
a quienes merecen su lugar. Pero sobre todo, cuya falta de formación
les hace carecer de vergüenza para calibrar la mediocridad que están
creando (un hecho que frena a las personas con criterio y buena
formación). Ante todo ello nos podemos plantear qué Justicia
Social existe en en Mundo de la Cultura de nuestro tiempo. Pregunta
que se contesta simplemente observando como los chicos de veinte y
hasta de quince años, que se empeñan en cantar o aporrear
instrumentos; salen en los informativos o llenan estadios. Mientras
verdaderos maestros de la interpretación y de la composición,
tienen que trabajar de cualquier otra cosa, para lograr ganarse la
vida. Hechos estos que no sucedieron ni en la Edad Media, cuando al
menos el clero abría sus puertas y mantenía entre los suyos a toda
persona culta e inteligente.
.
.
SOBRE
Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Dos
imágenes
del Olmo seco que se conserva en la entrada del cementerio de Soria,
al que Antonio Machado dedicaría un maravilloso poema
(4)
.
Aquel
viejo y roto árbol que el poeta describe simboliza sus dos grandes
amores,
ya partidos y "hendidos por el rayo, en su mitad podridos":
Primeramente
el que sintió por
su esposa y niña Leonor
(que acababa de morir antes de escribir esos versos). Pero
sobre todo representa ese olmo
viejo y centenario,
la figura de una España en crisis, que por entonces veían cómo se
quebraba en dos bandos y
que finalmente acabó con un:
"Ejército
de hormigas en hilera
va
trepando por él,
y
en sus entrañas urden sus telas grises las arañas".
Intuyendo
Machado el triste porvenir que se cernía sobre nuestras tierras,
donde el enfrentamiento de hermanos se veía venir. En este poema
termina por decirnos:
"Mi
corazón espera también,
hacia
la luz y hacia la vida,
otro
milagro de la primavera".
.
.
.
SOBRE
Y BAJO ESTE PÁRRAFO: Arriba, la
tumba de Leonor Izquierdo,
pequeña y mujer de Antonio; quien tuvo que ver como se le moría su
esposa, en plena juventud y después de una penosa enfermedad (tras
haberla cuidado como un padre y como marido). Su
lápida siempre guarda flores,
pues no faltan los románticos que la visitan.
Sobre cómo di con
ella en el cementerio soriano, añadiré lo que me sucedió: Después
de un buen rato mirando entre los sepulcros, y sin hallarla; me fui
hacia el final del camposanto (en la zona cercana a la pared de la
iglesia). Allí, mientras descansaba y la buscaba entre tantas tumbas
como hay, oí de pronto que alguien me decía -"Hola"-.
Creyendo que una persona me saludaba, me volví; observando con gran
sorpresa que aquello no era voz humana, sino el sonido que emitía un
gato. Muy impresionado y sintiendo un enorme desagrado, porque aquel
minino no paraba de dar unos maullidos en los que parecía oírse
"hola". Fui hacia él, para intentar echarle, con el fin de
que huyera y me dejase en paz. Con sorpresa vi que se encontraba
justo encima de la tumba de Leonor, desde la cual salto (al ver como
me aproximaba en actitud tan molesta). Luego miré a mi alrededor y
vi que estaba solo; aquel gato parecía vigilarme de nuevo y maullaba
del mismo modo, pareciendo un saludo. Tras fotografiar la lápida de
Leonor, me dirigí hacia él y tomé esta segunda imagen (que abajo
tenemos). El misterioso minino esta vez se hallaba sobre el sepulcro
de los Carrascosa y Ridruejo y continuaba con aquel sonido tan poco
común, que en verdad era igual al de un -“Hola”- . En imagen, abajo, el gato "saludador":
.
.
3º-)
DEL
PRESENTE EFÍMERO:
.
Evidentemente
no hay que ser muy inteligente parar darse cuenta de que nuestro
tiempo es absolutamente yermo, culturalmente hablando.
Intelectualmente inactivo, oscuro, incierto, o dígase como se
quiera. La realidad más cierta es que este comienzo del siglo XXI
carece de figuras y movimientos con relevancia cultural alguna
(al menos en lo que se refiere a la música, la pintura y la
literatura). Bastará recordar -como tantas veces digo- que tan
solo hace treinta años en España estaban en activo personajes de la
música tales como: Andrés Segovia, Joaquín Rodrigo, Regino
Sáinz de la Maza, Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar o Nicanor
Zabaleta. Que asimismo vivían pintores como Dalí o Miró,
junto a casi toda la generación de París, la Escuela de Vallecas y
algunos de los retratistas más famosos del siglo XX (Eduardo
Naranjo, Claudio Bravo, Macarrón o Westendorp). A su vez podíamos
encontrar literatos de la talla de Cela, Dámaso Alonso, Delibes,
Buero Vallejo o Claudio Rodríguez. Una pléyade de figuras que
hacían de nuestra nación una de las más ricas en cultura del
Planeta; aunque su cantera de intelectuales y artistas ha ido
menguando, hasta llegar casi a desaparecer (sin relevo
generacional por falta de interés nacional). Con la música pop,
el periodismo y la “literatura moderna”, ha sucedido exactamente
lo mismo; pasando de una etapa con figuras como Serrat y
Francisco Umbral, a un desierto sin límites intelectuales. Incluso
con la artesanía ocurrió algo parecido; desapareciendo
progresivamente los alfares y obradores (en ocasiones
milenarios), al igual que se va perdiendo el arte de la orfebrería,
la costura y hasta las melodías, junto a los bailes populares.
.
Pese
a cuanto decimos, nadie niega que en esta etapa que vivimos todos se
han preocupado de formar, educar y enseñar a las generaciones
venideras -con el máximo esmero-. Pero lo cierto es que “algo
ha fallado”, pues el resultado final es que prácticamente
ningún menor de treinta años se interesa por la música culta (los
verdaderos conciertos). Asimismo, los jóvenes apenas leen literatura
(poemas, novelas o ensayo); ni menos estudian, o se conmueven con la
pintura y la escultura clásica. No digamos ya el poco aprecio que
tienen por las artes populares y la artesanía tradicional, que hasta
la generación de nuestros padres fue verdaderamente cuidada
-bastando recordar cómo conservaban nuestros progenitores, jarritas,
platos o pucheros cerámicos; tanto como disfrutaban con los trajes,
bailes y cantos regionales-. Muy por el contrario, los pasatiempos
y las aficiones de estas nuevas generaciones suelen ser tan monótonas
y poco intelectuales, como los juegos de ordenador, los deportes de
masas, ir a la discoteca o “hacer botellón”. Dedicaciones
para las que apenas se necesita cerebro y que en ocasiones están más
cerca de la Edad de Piedra, que de nuestra época (tal como sucede
con el chunda-chunda discotequero, o el botellón callejero).
.
Podríamos
considerar que este problema ya empezó en los años ochenta, cuando
yo tenía entre veinte y treinta años; pese a que hasta los 90 el
“panorama general” era totalmente distinto (viéndose aún
jóvenes en la música clásica, en todos los museos o entre los
compradores de literatura). Aunque a decir verdad, el proceso de
aculturación fue gradual y comenzó desde los setenta. Momento en el
que la difusión de las artes, a través de los medios de masas
(sirviéndose de la electrónica), deshumanizó gran parte de la
cultura. Pues no solo entraron en escena los instrumentos y
métodos eléctricos para crear; sino que además nacieron nuevas
técnicas que permitían difundir y grabar cualquier momento o
sonido, haciéndolo llegar a todo lugar del Mundo (en video, en
CD y etc). Ello, que pudo ser un tesoro para llevar al Planeta
entero el arte clásico y de gran calidad; terminó por convertirse
en una terrible lacra, en el siglo XXI. Debido a que desde los años
noventa, se decidió seguir el criterio de que quienes más
aceptación lograban, eran los mejores y a los que había que
divulgar. De tal manera, aquel que más discos vendía, era el
músico más importante; tanto como quienes más cotizaban en las
subastas, eran los pintores principales. Siendo así el “artista
más grande”, quien mayor éxito obtenía; sobre todo entre los
jóvenes (que tienen tanto tiempo, como necesidad de entretenerse).
Algo que traducido a la gastronomía es como considerar los mejores
alimentos, aquellos que más gustan a niños y adolescentes. Por lo
que habríamos de encontrar siempre entre los triunfadores de las
Estrellas Michelin: Los aperitivos de bolsa, las patatas y ganchitos,
los chuches, junto a los refrescos gaseosos y los helados baratos.
.
Por
cuanto digo anteriormente, hemos de plantearnos qué ha sucedido en
este comienzo de siglo, para que la aculturación haya llegado hasta
el punto de que prácticamente nadie le interese el mundo del pasado.
Tanto que gran parte de los jóvenes suelen aborrecer toda
manifestación creativa con más de cien años; sin desear
escuchar su música, leer sus libros o admirar su pintura. Un hecho
que va acompañado de prejuicios, entre los cuales es ya un
dogma juzgar a las gentes de antaño como idiotas, injustos o faltos
de inteligencia. Simplemente analizando la Historia desde un punto de
vista actual; un sistema a través del que cualquier personaje
nacido hace tiempo, resultará un ser vil, idiota o sinsustancia.
Todo lo que se consigue interpretando el pasado con los ojos de hoy,
algo que actualmente se ha impuesto como norma de enseñanza. Tan
solo para dar a entender a todos que nunca hubo una época tan
próspera y magnífica como la de nuestros días. Un hecho que desde
el punto de vista económico y social nadie niega, pero no desde el
prisma cultural. Pues siendo el siglo XXI la era de los mayores
avances sociales y tecnológicos, también nuestra época resulta un
tiempo en que se ha producido uno de los mayores atrasos creativos
(nos referimos al arte y a la carencia de figuras o movimientos
intelectuales).
.
Para
entender por qué se ha producido esta regresión en la que "un
concierto" es un grupo mal llamado de Rock, aporreando
instrumentos; quizás tendremos que analizar los medios de educar
y no tanto de enseñar a los jóvenes. Habiendo de atender y
analizar lo que explican a los chicos sus padres y algunos
profesores (fuera de clase y como norma común). Conversaciones
donde lo más frecuente es oír que la Edad Media tan solo fue una
época en la que los nobles masacraban al pueblo; o que la Edad
Moderna es el tiempo en que nacieron los ejércitos y los Estados
(para machacarse unos a otros y todos al servicio de un rey). Sin
más explicaciones, y sin que nadie indique a los jóvenes qué
misterios o motivos existieron para levantar las catedrales góticas;
o qué fue la Escuela de Traductores de Toledo. Pues cuando hablan
del Medioevo, apenas oiremos una referencia de admiración hacia los
monjes de scriptorium, que copiaban y guardaron las obras clásicas
durante cientos de años en los conventos (conservadas gracias a
ellos). Ni unas palabras de cariño, enseñando quién era San
Isidoro de Sevilla; que a comienzos del siglo VII escribió uno de
los más valiosos tratados de la Historia. Menos aún escucharemos el
argumento de que Europa (tal como se formó y la conocemos) es en
gran parte obra del Medievo; originada por quienes formaron el
Imperio Carlovingio, del que nació el Sacro Romano y el hispano.
.
Pues
al parecer todo ello es absurdo estudiarlo, ya que la Edad Media fue
tan solo una época cargada de injusticias; donde el clero y la
nobleza machacaba al pueblo -algo que es una evidencia, tal como
se hizo en todas las etapas de la Historia; donde los más fuertes
han subyugado a los débiles-. Siendo este es el concepto que más se
inculca a los jóvenes; repitiendo día tras día lo malvados que
eran siglos atrás. Escuchando ese dogma los chavales, que
gradualmente van aborreciendo su propia civilización. Promoviéndose
así una juventud que desprecia el pasado y que terminará sintiendo
auténtica animadversión por todo lo que sea Historia;
principalmente hacia el Humanismo o la cultura propia (que se
tilda de un aburrimiento inútil y absurdo, nacido de estamentos que
aplastaban al Pueblo).
.
.
SOBRE
ESTAS LÍNEAS:
Mi
abuelo Luis Gómez-Morán hacia 1940, junto a los cinco hijos nacidos
en su primer matrimonio
(tenidos con Ma.José Cima, fallecida en 1927). De izquierda a
derecha: Sentado y en primer término, el mayor -Luis- con unos
dieciocho años; detrás mi padre -Mario- con unos diecisiete; a la
derecha, el cuarto de los hermanos -Jose Ma.- que no habría cumplido
los catorce. En el lado opuesto vemos a mi abuelo, también sentado y
con el tercero de los hijos detrás -Arturo, con unos dieciséis
años-. Finalmente, a su lado y en el centro, el menor de los cinco
-Juan- que tendría unos trece años por entonces. El mayor (Luis) se
hizo Médico y mi padre (el segundo) arquitecto; el resto fueron
ingenieros, pero todos
ellos estuvieron estudiando, hasta sus últimos días. Siempre
leyendo y siempre discutiendo. Les gustaba el análisis de temas tan
complejos como la teología (carrera que terminó Arturo casi con
sesenta años), el arte o los idiomas. Lenguas muertas, vivas,
olvidadas, o lo que fuera; de las que muchas dominaba Juan (hasta el
punto de que en Portugal todos creían que había nacido en ese país
vecino).
Precisamente fue mi tío “Juanín” quien me enseñó la
clasificación de los gatos en idioma luso, explicándome que se
dividían en: “Gatiños” (gatinhos, pequeños), “Gatos” (en
su tamaño normal), “Gatones” (si eran grandes) y “Gaturrones”
(¡¡de ser enormes!!).
.
BAJO
ESTAS LÍNEAS:
La
casa de mi abuelo, de recién casado (con
Ma.José Cima) y
donde nació mi padre; en la calle Santa Susana número 4, de Oviedo.
Casualmente
es el mismo edificio donde vio la luz el escultor Sebastián Miranda
(unos tres decenios antes que mi progenitor); una coincidencia que
años más tarde le llevó tener una gran amistad con mis padres -ya
en Madrid y al final de la vida del artista-. No sé si el edificio
sería enteramente de la familia, pues
allí continuó viviendo el mayor de todos los primos (Felix Gómez
Marcos) cuya placa como médico aún luce la puerta. Abajo se
encuentra la famosa pastelería Camilo de Blas, donde
mi mujer compra sus conocidos "carbayones” y siempre le dicen:
-"Niñiña come de eso... Que ye un dulce de princesa y de
Asturias"- (refiriéndose a la antes princesa de Asturias,
nacida en Oviedo; que al parecer tenía debilidad por estos dulces).
.
.
4º-)
DEL
PASADO TERRIBLE:
.
Como
antes de las imágenes referíamos, el modo en que enseñan
actualmente la Historia, es intentado demostrar que todo tiempo
pasado fue peor -un hecho evidente, aunque ello no da motivo para
narrarla como si antaño todo hubiera sido una absoluta crueldad
malintencionada-. Pero además en ese relato que pretende mostrar
lo terrible de la Humanidad antes de nosotros; comúnmente olvidan
incluir los muertos y las terribles calamidades del siglo XX,
causadas por las diferentes revoluciones y las dos Guerras Mundiales.
Unos doscientos millones de personas fallecidas directamente en
conflictos bélicos durante los últimos tiempos; que no sucedieron
precisamente en el pasado lejano y que nunca se destacan como
primer hecho terrible de la Historia. Ello, aunque apenas hace
cincuenta años, el Mundo vivió y vio unas aberraciones que no había
conocido desde milenios atrás. Pese a todo, el relato de esas
circunstancias queda envuelto en un velo, capaz de explicar lo
sucedido, como consecuencia del progreso y las diferentes crisis
sociales. De un mismo modo sucede con la Revolución Francesa, de
la que solo explican cómo se comienza a generar una Sociedad basada
en el Estado de Derecho. Sin dar gran importancia a los años de El
Terror, o las bajas que causó aquella revuelta que terminó en una
guerra civil. Pero sobre todo se omite el hecho de que esa Revolución
terminó engendrando un nuevo rey, aún más autoritario que muchos
de los anteriores (tanto que intentaría crear un imperio y gobernar
toda Europa, poniendo a sus hermanos como monarcas en cada país que
invadía).
.
Todo
ello se debe a que la pauta general para explicar y enseñar la
Historia es esta de comparar nuestro momento y nuestro sistema, con
los de antaño. Realizando un análisis muy “burdo” y solo
desde un punto de vista actual; algo que implica considerar que
cualquier tiempo anterior estuvo cargado de injusticias y de males
terribles (todo lo que es evidente, aunque quizás no se debió tan
solo a la maldad de quienes gobernaban, sino a las circunstancias que
vivieron). Ello con el fin de promulgar que nuestros días son los
mejores de la Historia; algo que también es evidente (socialmente
hablando) y que nada tiene que ver con el estudio del pasado o de las
culturas antecesoras. Momentos en los que no hubo tanta justicia
social, pero de los que hay que admirar y estudiar su arte, sus
filósofos o sus intelectuales y creadores (muy superiores a los de
hoy). Pues es muy posible que Cervantes tuviera un carácter
“complejo”, gustándole el juego o la guerra; tal como Francisco
de Quevedo pudo ser una mala persona, cargada de corruptelas. Pero
ello no quita para que sus obras sean cumbres de la literatura
española (tal como sucede con el teatro de Valle Inclán, quien
tampoco era una “hermanita de la caridad”...).
.
Explicando
así la Historia, no es extraño que los chicos aborrezcan el pasado;
que les resulte todo lo de antaño horrible y que consideren muy poco
interesante su propia Cultura. Por cuanto hay que reflexionar acerca
de la educación que se les está dando y no tanto sobre la
enseñanza; puesto que el sentimiento hacia lo que se aprende es lo
que inculca el padre o los más cercanos (no tanto el profesor).
Siendo mucho más importante la ilusión y el método con el que se
enseña, que aquello que se explica. Este hecho, lo experimenté
desde niño, cuando tras pasar un par de veranos en Alemania (en
Giëngen) decidió mi familia colocarme una profesora de este idioma
-para que lo aprendiera como era debido-. La elegida era una pobre
mujer de unos setenta y dos años de edad (sesenta y cinco más que
yo), que se hacía llamar "Tante Hella". La tal "tía
Helena" germana, debía de haber sido educada por los caballeros
teutones que dieron de mamar al propio Bismarck; porque fumaba en
pipa y soltaba unos sopapos que te dejaba las orejas dando palmas por
bulerías.
.
Venía
cuatro veces por semana y lo primero que hizo fue obligarme a cambiar
de letra, para escribir en alemán con gótica cursiva. Aquello, que
era labor de pendolista virguero y “virguista”, se complicaba
porque a cada falta de ortografía te soltaban un meneo. Así y
siendo mi gran fallo olvidarme de cómo se escriben las cosas -hasta
en español-; recibía más palos que el Cipotegato cuando los de
Tarazona salen más que borrachos. Por cuanto a los diez minutos de
comenzar cada clase, tenía las orejas más rojas que el banderín de
un comunista, y al cuarto de hora estaba ya pidiendo a Tante Hella
que no me diera tanto, que me iba a dejar más tonto de lo que era.
Al menos, con eso a la pobre vieja le daba la risa y paraba de soltar
leña; encendía su pipa, se quedaba mirando y exclamaba:
-"¡Españoles...! ¡Ohh... Qué humor más bueno...!. Mira que
decirme: ´Tante, no me des tanto que me vas a dejar tonto`. En mi
país nunca he visto eso... Ha, ha, ha"-. Así la aburrida
anciana echaba a reir y a toser, pipa en mano; mientras yo me
abalanzaba hacia la ventana, para abrir y que el "humo-rrrr"
de aquella viejecita no me asfixiara. Aunque poco duraba la
felicidad, porque antes de la tercera calada, comenzaba de nuevo el
dictado.... Y las tortas. Pero resultó que un día nos cambiamos de
casa y nos fuimos a vivir a las afueras; allí donde Tante Hella no
podía llegar. Siendo ese el momento en el que yo decidí que el
alemán sería el último idioma que escribiría en toda mi vida
(antes... El japonés...Y así fue).
.
.
SOBRE
ESTAS LÍNEAS:
Una
imagen
que encontré en las páginas anteriormente citadas de Tomas
Bustamante
(cuya fuente hemos podido localizar). Se trata de la Avenida
del Cantábrico de Torrelavega, en los años treinta (con
la estación de tren al fondo) y creo que con la casa de mi abuelo a
la derecha (bajo unas letras que hemos añadido). Tal como decía el
texto de Bustamante: "Durante
el enfrentamiento entre españoles, la casa que habían construido
María Etchart Casuso y Luis Gómez-Morán, en la Avenida del
Cantábrico de Torrelavega -un magnifico chalet-; es usurpada a sus
dueños y usada como cárcel; acto que contraría a sus propietarios
que deciden no volver a entrar más". En
aquella casa, que al parecer era muy moderna y de inspiración
alemana, mi padre sintió la vocación de ser arquitecto
(cuando apenas tenía doce años). Agradecemos al Diario Montañés
nos permita divulgar la imagen que abiertamente ofrece en:
http://fotos.eldiariomontanes.es/201303/av.del-cantabrico-y-estac.-de-feve-x-.jpg
.
BAJO
ESTAS LÍNEAS:
La
casa de mis padres, en Madrid. Proyectada por mi progenitor hacia
1967, estaba inspirada o motivada por el recuerdo de aquella otra de
Torrelavega;
donde despertó su interés por la arquitectura. Para mí fue una
suerte ir a vivir a este chalet; ya que entre otras cosas estaba en
las cercanías de Televisión Española (donde se veía el segundo
canal) y muy lejos del radio de acción de Tante Hella. La profesora
de alemán -antes mencionada- que con 73 años soltaba más bofetadas
que Legrá escocido.
.
.
5º-)
DEL
PASADO MAL EXPLICADO:
.
Decíamos
antes, como hubo un día en el que decidí no volver a escribir ni
hablar alemán; ello ocurrió cuando tenía ocho años y hasta los
dieciocho no tuve que utilizar aquella lengua (que un decenio después
prácticamente había olvidado). El motivo por el cual no quise
hablarlo más (o aprenderlo), no estuvo tanto en la tal Tante Hella
-que soltaba unos mandobles como los del Cid en Valencia-; sino que
era yo el hermano menor y todos los de mi casa lo hablaban bien. Por
ello comentaban que yo tenía gramática de indio, junto acento de
Chamberí. Así que un día, ya harto de cachondeos y de bofetones,
cerré el capítulo teutón; al menos hasta que tras aprobar la
Selectividad me mandaron a Heidelberg. Universidad en la que durante
el verano había de todo, menos alemanes. Siendo así, y como las más
monas por entonces eran las italianas, fue la lengua de Dante la que
allí practiqué (y por la que me interesé). Aprendiendo en apenas
unos días a comunicarme de un modo en que durante años no había
logrado hacerlo con el habla de Schiller. Por todo cuanto narro y
digo, queda mostrado y demostrado que la motivación es quizás el
tesoro más importante para aprender y la ilusión el único medio de
enseñar -sin que de veras se olvide lo explicado-.
.
Pero
regresemos al tema que tratábamos, en el cual el episodio de Tante
Hella tenía mucho que ver. Pues quizás si hubiera tenido una
profesora de alemán, jóven y simpática (una bella teutona); me
hubiera interesado por "su lengua" y porque me “enseñase
algo"... . Aunque como a los siete años me pusieron a dar clase
todas las tardes con una anciana, siete lustros mayor que yo... . El
interés por lo germano fue nulo (por no decir, tendiendo a menos
épsilon). Lo que demuestra cómo el modo de explicar las cosas y
de enseñarlas, es más importante que cuanto se explica o se
aprende. Porque el verdadero mérito del maestro reside en lograr
despertar el interés del alumno. Consiguiendo así que aquel
chico sueñe con lo que le cuentan, le guste lo que le narran y que
de ese modo nunca olvide lo escuchado (al margen de cuanto haya
aprendido). No importando que memorice datos, hechos o nombres;
siendo lo verdaderamente valioso que quienes reciben la lección,
sientan verdadera curiosidad. Algo que les llevará a aprender
más acerca de lo que oyeron; siendo ese el instante en el que uno
mismo y por sí solo, abre un libro. Momento en que el individuo
comienza a leer y a tener gran interés sobre un tema o una idea,
definiendo lo que va a ser el intelecto y su mundo interior durante
toda la vida.
.
Dicho
esto, se comprenderá por qué un chico nunca tendrá interés por el
pasado, si se le inculca la idea de que en La Edad Media eran unos
bárbaros; o que durante la Era Moderna solo gobernaban tiranos, que
oprimían a los pueblos. Dándole una visión sesgada y absurda de la
Historia, tan solo referenciada desde un prisma actual; todo lo que
promueve que aquellos que la escuchan, queden aculturados. Pues
se les obliga a ver el ayer con ojos de hoy. Y aún siendo verdad que
los problemas de justicia social pertenecen a la teoría política
del presente; antaño también existían otros planteamientos de
ética y moral, que juzgaban mal a quienes oprimían o no ayudaban a
los necesitados. Así, continuando con el problema que genera la
explicación del pasado como una época nefasta; fácilmente
entenderemos lo que sucede hoy entre los jóvenes si usamos como
ejemplo la educación que recibieran dos hermanos: Comenzando por
uno, al que le explicasen que la empresa que hay en su ciudad desde
hace siglos, es una gran labor que debe seguir, pues da lustre y
honra a su familia. Frente a otro hermano, al que enseñasen cómo
aquella empresa ha sido usada por sus conciudadanos para hacer daño
y engañar; siendo además ese trabajo una profesión deshonrosa y
aburrida.
.
Quedará
claro con el ejemplo anterior, que aquellos a quienes se les dice
que su cultura y su Historia es muy importante, la estudiarán.
Mientras los otros, a los que se explica que el pasado de su
civilización es un cúmulo de errores y faltas, no tendrán interés
alguno por ella. Siendo así, se entiende por qué antaño las
personas eran mucho más cultas; simplemente por su grado de interés
en los asuntos que concernían al pasado y a su tierra. Pues
por mucho que obliguen estudiar a nuestros jóvenes, no lograrán
solo con horas y con “codos” que se formen como personas cultas.
Sino será la motivación que les den y la ilusión que les hagan
sentir, aquello que les condicionará para pensar, investigar y leer
a solas. Terminando por formarse de manera autodidacta, a través
de un gran mundo interior que comenzó en una simple lección y
culminará con lo que uno “siente y piensa”, después de miles de
horas de estudio. Aunque, tristemente el caso en nuestros días es
muy diferente, ya que tan solo se concibe lo útil; siendo entendido
el estudio como un método eficiente de lograr un medio de vida.
Existiendo quienes jamás abrirán un libro tras aprobar la última
asignatura que cursaron (en su carrera o en donde fuera). Algo que
antaño no sucedía, porque el estudio o la lectura eran
necesarios para evadirse y divertirse. Mientras actualmente
basta con ir al cine o ver la televisión para tener ya cubierta esa
necesidad de soñar (que antes solo se lograba a través de la
imaginación).
.
.
SOBRE
Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Dos
imágenes del
cementerio de San Salvador en Oviedo
(al que agradecemos nos permita divulgar las fotografías). Arriba,
la
tumba de Leopoldo García Alas
(Clarín) y en la foto inferior, mi mujer junto al mismo sepulcro.
Alas
Clarín fue el pilar de culto sobre el que sustentaba filosóficamente
mi familia paterna -como
a continuación narramos- El
padre de mi abuelo (José Gómez Morán) era un médico sobrino nieto
del doctor De Diego Madrazo (introductor
del Regeneracionismo en en Norte de España). Familia dedicada a la
medicina, el bisabuelo José era hijo a su vez de Santiago Gómez de
Diego Madrazo Escalera; aunque
al establecerse en Asturias, su prole regresó a la profesión que
habían tenido los antecesores en Cantabria (la de notarios,
interesándose por la filosofía del Derecho). Estudiaron los muchos
vástagos de José Gómez Morán con Leopoldo Alas (Clarín), quien
les inculcaría sus ideas regeneracionistas.
Tras terminar las carreras, algunos continuaron en la cátedra de
filosofía, que tras 1901 pasó Leopoldo Alas (hijo); quien
tristemente fue fusilado durante la Guerra Civil, a la entrada del
ejército nacional. Más tarde, Ulpiano -el mayor de los hermanos de
mi abuelo-, tuvo que sucederle en su cargo de docente.
.
.
.
.
SOBRE
Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Nuestra
tía
Marisa “descansa” muy cerca de Leopoldo G.Alas (Clarín), justo
del otro lado.
Cuando fuimos a "verla" dimos
una pequeña vuelta por el cementerio ovetense de San Salvador,
buscando entre
otras, las
tumbas de parientes. Curiosamente,
al poco de ver dónde estaba enterrada ella, andando
apenas unos metros, encontré el panteón de los Caicoya y Herrero
(la familia de aquel primo nuestro que revivió a Marisa en plena
calle, sin darse cuenta en esos momentos de que era su tía). Otros
sepulcros de parientes estuvimos visitando, en un día lluvioso,
aunque no triste: Pues pudimos acompañar un poco a aquellos que se
quedan tan solos. En imágenes: Arriba
el panteón de los Caicoya y Herrero; abajo una de las muchas tumbas
de gran belleza que hay en San Salvador y que convendría restaurar.
.
.
6º-)
DEL
PASADO ARTISTA:
.
Decíamos
al terminar el epígrafe anterior, que hoy puede uno divertirse a
través de múltiples medios (fundamentalmente audiovisuales), pero
antaño tan solo la imaginación y la lectura contaban para
entretenerse. Ello obligaba a toda persona que le sobrase el
dinero, a invertir en una buena biblioteca; libros que le servían
como herramienta de trabajo y a la vez, de pasatiempos más preciado.
Por su parte, quienes no disponían de medios para hacerse con
libros o siquiera para poder leer, eran felices utilizando el
ingenio. Usando la imaginación de un modo tan prodigioso, que la
mayoría del saber popular y del folklore nació de aquella necesidad
de divertirse sin tener apenas nada. De esta situación de las
gentes, tan paupérrima económicamente hablando; nacieron joyas de
una riqueza espiritual y cultural inimaginables. Artes como el
Flamenco, las danzas e instrumentos populares, la orfebrería y los
trajes regionales; junto a disciplinas prácticamente ya
desaparecidas (como el "repentismo" o la "improvisación
poética").
.
El
párrafo anterior demuestra que la Humanidad cuando tiene problemas
que afrontar y carece de medios; madura y crea de un modo
maravilloso. Muy por el contrario, cuando el ser humano vive con
grandes facilidades, se atonta; generando unos gustos decadentes
y una Sociedad pueril, hasta quedar medio idiota. Este axioma se
demuestra en los países cálidos, que fueron incapaces emerger o
salir adelante; frente a los de peor clima, donde imperó el progreso
debido a que las personas habían de organizarse y ayudarse (debido
al frío o a las inclemencias). Aunque también es verdad que los
problemas han de ser salvables, pues hasta la difusión del carbón y
del hierro -que posibilitó buenas estufas-, las zonas del Norte y
Centro Europa no pudieron florecer (habida cuenta, eran inhabitables
debido a las bajas temperaturas). Cuanto hemos expresado en este
párrafo, explica por qué las personas de generaciones anteriores
tenían un "humanismo" distinto y su cultura era más
profunda. Ya que la habían forjado con gran esfuerzo y tanto los del
pueblo como las élites, guardaban una enorme calidad intelectual
(basada en el recuerdo de lo heredado y de cuanto habían tenido que
pensar a solas, sin apenas medios).
.
Siendo
así, no es de extrañar lo polifacéticos que antaño fueron -unos y
otros-. Pues el médico a su vez solía escribir, hacer negocios y
ser músico (lo que sucedía en el caso de los Baroja). Tanto como el
agricultor, que en invierno era albañil; en septiembre sabía hacer
vino, en noviembre la matanza y durante las fiestas: Cantaba,
bailaba, tocaba un instrumento y hasta toreaba. Y no pensemos que
el canto, el baile o la música de esas gentes del campo eran "poca
cosa"; pues constituyen uno de los mayores legados históricos
(al igual que lo escrito, pintado o compuesto por los profesionales
de siglos pasados, que siendo abogados o ingenieros, se dedicaban a
la cultura). Para comprobar el valor de lo que creó el Pueblo
antaño, bastará analizar unas Soleares y unas Tarantas, intentar
bailar una Muñéira y una Jota; o bien cantar como lo hacían tiempo
atrás los pastores y los campesinos. Observando pronto la enorme
calidad rítmica, melódica y armónica de cuanto creaban esas
personas; que sin estudiar más que su propia herencia cultural, han
generado artes que hoy son Patrimonio de la Humanidad.
.
Lo
mismo sucedía en el pasado entre las clases más cultivadas, quienes
también nos dejaron una literatura, una música o una pintura,
inimaginables. Todo lo que a mi juicio se debió a la carencia de
facilidades para crear. Pues aquel mundo genial y del gran arte, fue
desvaneciéndose con la aparición de métodos artificiales y
tecnológicos (principalmente tras el nacimiento de la electrónica y
su inmersión en la música). Para comprobar la veracidad de lo
que afirmo, bastará reflexionar sobre lo que ha sucedido en el Pop y
en la música denominada "moderna" (que en definitiva es la
popular de nuestro tiempo). Un arte que en los años cincuenta
floreció con grupos y solistas maravillosos; para pasar a tener un
"siglo de oro" en los sesenta (cuando los cantantes apenas
contaban con el micro, los altavoces -y si acaso, de algún
instrumento eléctrico-). Pese a ello, en los años setenta comenzó
“su bajón” debido al internamiento de la electrónica, con el
órgano y el abuso de guitarras "artificiales"; entrando
así en una crisis, que durante los ochenta se agravó (motivada por
los sintetizadores y el uso de métodos electrónicos, utilizados
hasta para componer). De tal modo, la denominada “música moderna”
fue pereciendo poco a poco desde los años noventa y tras la
aparición del mundo digital. Al nacer procedimientos que facilitan
de tal manera el medio para “crear”, que desde hace un decenio
basta tocar una tecla o manejar un equalizador, para hacer lo que
parece música y es solo sonido tratado (del mismo modo que la
fotografía no es la pintura).
.
.
SOBRE
Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Sepulcro
de “José Gómez Morán y familia”, por Víctor Hevia Granda;
considerada la obra maestra de este escultor (tal
como menciona la Enciclopedia Espasa Calpe, hacia 1916). Mi
bisabuelo José, fue médico como su padre; su progenitor vino desde
Santander para casarse en Gijón hacia 1850.
Era
oriundo del Pas, tal como dijimos antes y se llamaba Santiago Gómez
de Diego Madrazo Escalera. Aunque
su familia había trabajado como notarios en el Valle del Pas (desde
el sigllo XVII) -ver cita (5)
-, estudió
la disciplina que le enseñó su tío, el doctor De Diego Madrazo.
Parece
que tuvieron unos familiares de gran éxito profesional, llamados
Santiago de Diego Madrazo y Enrique de Diego Madrazo -ver cita
anterior-. Aunque por
lo que cuentan, no fue muy bien recibido en Asturias; donde a la
familia de su mujer (los Morán de Labandera) “les parecía poco
aquel chico llegado de les montañes".
.
Así
pensamos que su
hijo José (del que vemos la tumba) decide establecerse en Oviedo,
como médico y "rebotado" de Gijón.
Donde su familia materna no le vería con muy buenos ojos, ya
que los De Diego Madrazo,
a más de no ser tan nobles como los Morán,
eran bastante de izquierdas.
Además
gustándole a José los negocios más que los pacientes, fundó un
gran almacén de lo que se denominaba “coloniales” y compró un
café, llamado "España" (que
cumplía las funciones de un casino ovetense). Esta cafetería o
centro de reuniones, al
parecer era frecuentada por Leopoldo G.Alas donde ambos entablaron
gran amistad.
En la familia se conservaba el recuerdo de que muchas de las
historias (o referencias) que aparecen en La Regenta, fueron
"chismes" oídos por D.Leopoldo en aquel local. Por su
parte, el almacén de coloniales llamado Gómez-Morán fue incendiado
en el año 1934, durante la revolución de Oviedo. Todo lo que hizo
que la ideología familiar virase, desde la izquierda, hasta la
derecha; pues una cosa era ser progresista y otra que a uno le
quemasen los negocios... . Además contaban que el mayor de los hijos
de José (Ulpiano), pleiteó contra el seguro por no cubrir el
incendio del 34 y lo ganó con costas (algo que nadie acertaba
entender). Desde entonces Ulpiano se hizo famoso en Oviedo como uno
de los mejores abogados, al ser incomprensible que una aseguradora
pagara las costas y un incendio llevado a cabo durante una
Revolución.
.
.
7º-)
DEL
PASADO HUMANISTA:
.
Terminaremos
el artículo de hoy, regresando a mi familia y al sentido del
Humanismo que en ella nos enseñaban. Un sentimiento que en gran
parte procedía de una obligación de interesarse por todo. Diciendo
mi padre siempre que aquel que más se divertía, era el que más
estudiaba; poniendo como ejemplo de ello a Xavier Zubiri. Aunque
pronto me di cuenta de que yo era de otra especie o generación;
principalmente cuando intenté leer "Sobre la esencia" de
Zubiri y desde el momento en que el autor planteaba las diferencias
entre "sustancia" de "esencia". Así fue como en
los primeros capítulos, cerré ese libro y le aconsejé a mi
progenitor: -"No le des de comer estas hojas a una cabra, que se
te muere de indigestión"-.
.
Ello
ocurrió hace unos cuarenta años, cuando tendría yo aproximadamente
quince. Al poco tiempo fui a cenar a casa de Betsy Westendorp y allí
estaba un famoso periodista, escritor y crítico de arte, llamado
Marino Gómez-Santos. Al oír mi nombre me preguntó si era yo
de origen asturiano, dado que él había nacido en Oviedo, donde
conoció a personas con mi apellido. Al confirmarle que sus
amigos eran parientes míos, rápidamente me contó parte de una
historia que yo hasta entonces no conocía. Interesado por si era
nieto del famoso Ulpiano, le expliqué que el "tio Ulpiano"
era el hermano mayor de mi abuelo y murió mucho antes de nacer yo.
En ese momento me dijo el afamado periodista que atendiera a lo que
me iba a contar: Así comenzó Marino Gómez-Santos a desplegar
una prodigiosa memoria (como la que tenía), recordando mil cosas
sobre mi familia. Entre ellas, que Ulpiano había sido su profesor de
Filosofía -Derecho Natural- y que llevaba esa cátedra por ser el
discípulo predilecto de Leopoldo Alas (Clarín). No paraba de
hablar sobre Ulpiano y sus hermanos, tanto que no pude recordar
las miles de anécdotas que me contó, entre la que se encontraba que
les llamaban "los fenómenos". Según Marino, porque el
primero era ese discípulo de los Alas; pero el segundo (Emilio)
había llegado a presidente de la Audiencia y al Supremo, al igual
que Mario fue notario de Bilbao a los veinticuatro años, mientras mi
abuelo lo había sido a los veintidós.
.
Sea
como fuere, lo que más me impresionó siempre es que todos se
dedicaran a escribir, a pintar o a tocar un instrumento (además de a
sus profesiones). Siendo famosas las obras de teatro del tío
Mario (en las que colaboró mi abuelo) y hasta sus poemas -algunos
dedicados a los toros-. Prestando un enorme interés por la música y
la pintura; un arte al que más se dedicaron los hijos de César
-otro de los hermanos-. Todo ello muestra que antaño la gente no
perdía el tiempo con distracciones pueriles y les divertía más
redactar un drama o un poema, que ir a la playa o bailar el
chundachunda -la tontuna que hoy hacen hasta los más mayores-.
Evidentemente podemos pensar que por entonces la gente tenía más
tiempo o que el trabajo no exigía tantas horas; y es que para
engañarnos, buscaremos cualquier disculpa. Ya que la verdad es la
contraria; porque esta generación de la que hablamos tuvo una
esperanza de vida que no superaba los sesenta años y apenas existía
la jubilación. Pese a ello eran poetas, escritores, tratadistas,
músicos y literatos; a la vez que abogados, médicos y -sobre todo-
humanistas. Valores y aficiones que fueron inculcando a sus hijos
(debido a que no pudieron casi conocer a los nietos), logrando unas
generaciones de profesionales con gran valía. Donde las personas
no solo debían ser buenos en su trabajo, sino además tenían
que interesarse por la cultura, las artes, la Historia y a filosofía.
.
Siendo así, hemos de
plantearnos qué sería de Occidente si los jubilados y los abuelos
de hoy en día, fueran como los viejecitos de entonces: Que en vez de
dedicar su tiempo a bailar o a pasear por las orillas, se planteasen
crear y estudiar. Hacer música, escribir o leer; tal como nuestra
tía Marisa hacía, siguiendo lo que en su familia había aprendido.
Donde le enseñaron que quienes llegan a ser más felices son los que
más conocimientos tienen. Pues quizás si los ancianos enseñaran
a sus nietos a escuchar a Beethoven o a Bach, a leer a los clásicos
o a comprender nuestro pasado; no habría ni tanta droga, ni tantos
problemas entre las generaciones venideras. Y es que el Humanismo no
es solo el arte de comprender la Civilización, sino el mejor
antídoto contra la drogadicción y contra el hastío (que es el
gran mal de aquellos a los que todo les sobra y nada bueno quieren,
ni desean).
.
.
SOBRE
Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
De
nuevo dos
imágenes del sepulcro de José GómezMorán y familia, en este caso
visto desde el lado opuesto.
Esta tumba (donde se encuentran mis abuelos paternos: Luis
Gómez-Moran y mi abuela Pepita Cima) finalmente
quedó en manos de los descendientes del mayor de los hijos -el
famoso Ulpiano-. Cuyo primogénito volvió a la carrera del abuelo y
fue un famoso médico, que ejerció su profesión en la casa donde
nació mi padre (en la calle ovetense de Santa Susana, recogida antes
en imagen). Era el
tío Félix, el "jefe o el mayor del clan" y
al que no pude conocer; aunque de él recuerdo cómo amablemente me
envió un regalo y una carta muy cariñosa, cuando me casé (hace ya
veinticinco años). Decían que fue conocido
como buena persona
y por apuesto; de lo segundo nada puedo decir, pues no vi siquiera
foto alguna. Pero acerca de su bondad mucha gente me habló, ya que
tenía un horario de consulta para quienes no podían pagar y les
recibía de forma altruista (al igual que atendía como médico a las
personas más pobres).
.
En
la imagen inferior podemos apreciar un hecho que me han
comunicado algunos conservadores de museos, bastante preocupados. Se
trata del "mal de piedra" que comienza a sufrir la
Piedad de Víctor Hevia, de este panteón. Ante ello, los
amigos que son curadores me plantearon tres soluciones para evitar el
deterioro: La primera sería tartar directamente la piedra, aunque
nos sabían el resultado que tendría. La segunda, es ponerle un
fanal de cristal grueso y así -aunque pierda en estética- no se
perderá en unos años la estatua. La tercera consiste en que se
donase la pieza a un museo, a cambio de que este regalase y colocara
en su lugar -sobre la tumba.- una réplica en vaciado de bronce
(exacta y sacada en molde, desde el original). Sea como fuere, habría
que hacer un esfuerzo entre todos los de la familia (que somos
muchos) para recuperar y evitar que la obra se deteriore.
.
.
7º-)
DEL
HUMANISMO PERDIDO:
.
Decía
mi padre que el problema de las carreras técnicas era que
"deformaban",
haciendo analizar la vida siempre unida a la tecnología. De ello, él
y sus hermanos no paraban de estudiar Historia, idiomas, filosofía,
arte o lo que fuera; pues argumentaba que tanto la arquitectura como
la ingeniería, supeditaban el espíritu. Tardé
mucho en entender qué significaban aquellas palabras, aunque lo
comprendí un día, discutiendo con un amigo y famoso matemático.
Aquello sucedió hace unos treinta años, cuando yo comenzaba a
estudiar arqueo-matemáticas, lo que consiste en interpretar las
“exactas” en el pasado más remoto (concretamente en mi caso,
eran las de Egipto y Mesopotamia) (6)
. Así, hablando con aquél
investigador,
asombrado vi como afirmaba
que Pitágoras tenía la formación de un niño de doce años en
nuestros días; debido a que a esa edad la gente de hoy ya comprendía
y manejaba su Teorema,
a la perfección. No supe qué contestar y él replicó: -"Es
que en Grecia nadie sabía lo que era la ciencia ni el progreso, tal
como hoy lo concebimos"-. Incapaz de entenderle, solo pude
decir: -"Eso que afirmas me parece como si alguien dijera que
Bach carecía de formación musical y no sabía lo qué componía,
porque desconocía las leyes de armonía modernas"-. El asunto
terminó en discusión... .
.
Mucho
después logré convencerle de que estaba equivocado en su visión
del pasado. Un día en que aquel famoso científico afirmaba que ni
los egipcios ni los mesopotamios, podían conocer el número "pi";
habida cuenta que no tenían base matemática para calcularlo. Ante
lo que le expliqué que para hallar un "Pi" bastante
aproximado (cercano a 3,1416) tan solo hacía falta un palo y una
cuerda. Pinchando la vara en las arenas del desierto y trazando luego
con la maroma una circunferencia perfecta (alrededor de aquel punto).
Tras ello, bastaría dividir lo que medía el perímetro del círculo
por el diámetro y obtendríamos p
, bastante aproximado. Después de ver aquel matemático cómo yo
calculaba "pi" de la misma forma, sobre una mesa camilla y
valiéndome solo de un metro de costurera; me preguntó: -"¿Eso
se te ha ocurrido a ti"-. Le respondí afirmativamente y
contestó en tono adusto: -"Para que veas lo útil que es no
saber matemáticas; porque si las hubieras aprendido de verdad, ni se
te pasaba por la mente esta chapuza"...-.
.
Cuanto
antes he narrado es tan solo para mostrar el paradigma que supone
solucionar los enigmas con un método lógico y establecido. De ello,
hemos de pensar que uno de los grandes problemas del siglo XX fue la
tecnificación y la tecnocracia. Lo que nos ha llevado a la
"tecnolocracia", hasta el punto de que el hombre ya
vive casi controlado por la tecnología. El hecho lo conocían las
generaciones nacidas hace cien años (en el primer cuarto del
siglo XX,) quienes habían iniciado esa Sociedad tecnócrata y por
ello no dejaban de formarse en otras materias. Pero hoy se ha
olvidado y ya vivimos en un Mundo donde las profesiones técnicas
supeditaron a las humanísticas -hasta el punto que las
Facultades de Filología, Historia o Lenguas Muertas, van cerrando
progresivamente sus puertas-. Por su parte, todo lo que tenga que ver
con la Economía y las leyes despierta un interés casi absurdo, pues
vemos claramente como quienes las estudian nunca aprenden a hacer
dinero, ni menos negocios (lo que de verdad desean aprender de
ellas...).
.
De
tal manera y ante la situación de crisis que vivimos, habremos de
plantearnos si el "utilismo" (estudiar y dedicarse a o que
es útil) puede sustituir al Humanismo. Pues de ser así, la Sociedad
va abocada al fracaso más estrepitoso; ya que aquel que solo ve en
la vida lo que es práctico o útil, terminará en la mayor pobreza
espiritual. Logrando llegar quizás a ser rico, habrá caído en la
peor de las miserias; que es la de juzgar a las cosas y a las
personas por lo que cuestan y no por lo que realmente valen.
Consecuentemente, el gran fracaso de Occidente ha sido no educar a
sus jóvenes de hoy en la admiración hacia las artes, las letras o
la filosofía (como se hizo hasta hace pocas décadas); sino
poner los modelos a seguir en lo útil y lo práctico. Formar a las
nuevas generaciones sin bases espirituales, con lo que estos chicos
así preparados principalmente buscarán éxito y dinero. Por
haberles enseñando como dogma irrefutable, que lo mejor es hacerse
famoso, lograr que todos te conozcan, triunfar socialmente y sobre
todo: "Montárselo". Dándoles unos principios carentes
de base humana ni humanística y que conducen hacia las sombras (o al
olvido) a los verdaderos profesionales -valiosos-; junto a los
escritores de calidad, los poetas, los pintores cultos y los músicos
auténticos. Todo un síntoma de "in-humanismo" social
grave y que esperemos no sea ya irreversible.
.
.
SOBRE
Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Catafalco
para el culto de difuntos, expuesto en la Iglesia Museo de la
Trinidad, en Atienza
(al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Este ataúd con
ruedas
servía para divertirse y pasear con él por las calles, sobre todo
en las fechas de Todos los Santos.
Sus dibujos parece que son del siglo XV (seguramente retocados y
restaurados) y en ellos se representa a diáconos o hasta al Papa,
junto al rey, en esqueleto. Las
inscripciones con carácter cómico, recuerdan que todos vamos a
morir y al parecer se llevaba por el pueblo, con personas dentro,
mientras
entre risas se decían frases como: -"Morirá el rey y morirá
el Papa, que de morir nadie escapa"-. Se
hicieron famosas estas mascaradas con cadáveres precisamente en
tiempos de La Peste,
cuando la Humanidad sufría el azote de una enfermedad terrible, que
acabó con una gran parte de su población. Pese
a ello, no faltó el sentido del humor nunca y hasta el arte
participó haciendo grandes obras en las que el hombre lograba reír
de su triste destino. Hoy,
muy por el contrario nadie desea conocer esa verdad de la vida y ello
ha llevado a una Sociedad con unos valores tan pueriles que dan
vergüenza por lo ridículos que son (donde lo más importante es un
gol del equipo propio, bailar en las discotecas o lucir buen tipo en
las playas).
.
Para
terminar y ante
este extraño catafalco, debido a que el artículo ha sido dedicado a
los difuntos, hablando de personas desaparecidas y de temas tristes;
narraré alguna historia divertida para quitarnos algo la pena.
Por ejemplo, lo que me sucedió cuando
fui por primera vez a un cementerio: Tenía
yo siete años y no me habían llevado nunca a un Campo Santo en
España. Pero al llegar a Alemania en el verano que cumplí esa edad,
los Sres Schmidt (con los que estaba) me comunicaron que el
siguiente fin de semana iríamos a visitar a sus padres. Yo no
entendía bien lo que me decían (todo en alemán) y solo comprendía
que sus papás y sus mamás estaban en el "frito"; así que
había que ir allí (al "frito") para visitarles. Creyendo
que era algún pueblo eso del "frito", me subí una mañana
de sábado muy contento al coche; mientras aquellos simpáticos
alemanes cogían herramientas de labor (rastrillos, azadones, palas y
etc). Al poco mi terrible sorpresa fue ver que el "frito"
era el cementerio... . Que en alemán se escribe "Friedhof"
pero se pronuncia "friiitoo" -Para quien no se lo crea le
dejo un enlace con un diccionario donde pulsando en "voz"
lo oiremos http://diccionario.reverso.net/aleman-espanol/Friedhof
-.
.
Entré
yo a mis siete años al cementerio de Giëngen, como si fuera aquello
la mismísima casa de Drácula; pensando que la única verdad era que
allí estaban todos "Friiiitooos", tal como decían los
alemanes (pero "frititos" de verdad). Andaba con más
miedo que un italiano toreando y la sorpresa fue observar cómo
tenían plantadas sobre las tumbas de sus padres, flores y verduras,
que habían de cambiar (pues no eran lápidas, sino jardincillos).
Allí estuvimos toda la mañana y con alegría el Sr.Schmidt vio como
algunas de las patatas plantadas habían germinado, sacándolas de
tierra muy contento. Recogió varios tubérculos (ante mi asombro) y
volvimos a casa. Aquella tarde solo procuré no tomar en la cena
patatas, ni tomates... Ni nada que se le pareciera. Dormí a las
tantas, soñando con lo peor y por la mañana la Sra. Alla Schmidt
(de origen moscovita) al verme tan mala cara me hizo una sopa rusa,
buenísima. Al preguntarle de qué era aquella sopa, ella me explicó
que de remolacha y me llevó hasta la cocina donde estaban todos los
tubérculos y verduras que el día anterior recogieron. ¡Ay madre...
Qué mal cuerpo se me puso...! . Me fui directo al baño a lavarme la
boca, pero al verme en el espejo, observé que la tenía enteramente
roja (color de la remolacha). Fue entonces cuando casi me desmayé,
pensando que era yo el mismísimo Drácula... .
.
Esas
y otras cosas nos enseñan lo que es nuestra cultura y lo poco que
nos educan hacia la verdad de la vida. Pues no solo me ocurrió algo
así con siete años; sino que ya bien mayorcito, estando en la Mili
(a los veintiuno), me pasó algo similar. Sucedió en la primavera de
1982, haciendo el Servicio Militar en Sevilla; una época en la que
en esta ciudad se estila ir por las tardes a tomar cabrillas con
cerveza. Las susodichas "cabrillas" son unos caracoles de
campo, que nacen hacia abril y una vez cocidos se sirven por los
bares con jarritas de cerveza. Así que a las seis de la tarde
salíamos diariamente del cuartel y siempre íbamos a un barecito,
donde las ponían más baratas y además no había casi nadie. Uno de
los días se juntó con nosotros una señora de Sevilla, que también
quería tomar cabrillas y al ver donde íbamos nos preguntó:
.
-¿Pero
“vozotros zabéis” dónde “sus” metéis?-.
Le
contesté que íbamos al bar donde las ponían más baratas y en el
que menos gente había. Ante lo que aquella viejecita, que era de Sevilla,
dijo:
-¡Si
es el bar del hermano “der” marmolista!-.
Nada
malo veía yo porque el dueño del bar estuviera emparentado con un
lapidario, hasta que la señora sevillana replicó:
-Si
dice “to er” mundo, que cogen las cabrillas en el cementerio...;
por eso no va nadie y las tiene a mejor precio. Tú toca los
veladores y las mesitas del bar; verás que por debajo tienen hasta
letras...-.
¡Ay
madre...! ¡Qué mal cuerpo se nos puso a todos, pensando de dónde
saldrían los caracoles que cada tarde comíamos!. Además, todos protestaron sobre la viejecita que nos lo había comunicado...
Y
es que los españoles, no estamos bien preparados; sobre todo para
eso de morirnos... .
.
.
----------------------------------------------------------
CITAS:
(1):
Un
médico salva a su tía, en paro cardiaco, al encontrársela "de
casualidad" en la Losa
http://www.lne.es/oviedo/2016/02/25/medico-salva-tia-paro-cardiaco/1888164.html
"Fallece
Marisa Gómez-Morán" LA NUEVA ESPAÑA (27-2-16)
(2):
RIMA
LXXIII Gustavo
Adolfo Becquer.
(3):
DEL
PASADO EFÍMERO (Antonio Machado)
Este hombre del casino
provinciano
que
vio a Carancha recibir un día,
tiene
mustia la tez, el pelo cano,
ojos
velados por melancolía;
bajo
el bigote gris, labios de hastío,
y
una triste expresión, que no es tristeza,
sino
algo más y menos: el vacío
del
mundo en la oquedad de su cabeza.
Aún
luce de corinto terciopelo
chaqueta
y pantalón abotinado,
y
un cordobés color de caramelo,
pulido
y torneado.
Tres
veces heredó; tres ha perdido
al
monte su caudal; dos ha enviudado.
Sólo
se anima ante el azar prohibido,
sobre
el verde tapete reclinado,
o
al evocar la tarde de un torero,
la
suerte de un tahúr, o si alguien cuenta
la
hazaña de un gallardo bandolero,
o
la proeza de un matón, sangrienta.
Bosteza
de política banales
dicterios
al gobierno reaccionario,
y
augura que vendrán los liberales,
cual
torna la cigüeña al campanario.
Un
poco labrador, del cielo aguarda
y
al cielo teme; alguna vez suspira,
pensando
en su olivar, y al cielo mira
con
ojo inquieto, si la lluvia tarda.
Lo
demás, taciturno, hipocondriaco,
prisionero
en la Arcadia del presente,
le
aburre; sólo el humo del tabaco
simula
algunas sombras en su frente.
Este
hombre no es de ayer ni es de mañana,
sino
de nunca; de la cepa hispana
no
es el fruto maduro ni podrido,
es
una fruta vana
de
aquella España que pasó y no ha sido,
esa
que hoy tiene la cabeza cana.
(4):
UN
OLMO SECO (Antonio Machado)
Al olmo viejo, hendido
por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril
y el sol de mayo
algunas hojas verdes le
han salido.
¡El olmo centenario en
la colina
que lame el Duero! Un
musgo amarillento
le mancha la corteza
blanquecina
al tronco carcomido y
polvoriento.
No será, cual los
álamos cantores
que guardan el camino y
la ribera,
habitado de pardos
ruiseñores.
Ejército de hormigas
en hilera
va trepando por él, y en
sus entrañas
urden sus telas grises
las arañas.
Antes que te derribe,
olmo del Duero,
con su hacha el leñador,
y el carpintero
te convierta en melena de
campana,
lanza de carro o yugo de
carreta;
antes que rojo en el
hogar, mañana,
ardas en alguna mísera
caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un
torbellino
y tronche el soplo de las
sierras blancas;
antes que el río hasta
la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi
cartera
la gracia de tu rama
verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y
hacia la vida,
otro milagro de la
primavera.
(5):
SANTIAGO
GÓMEZ Y DE DIEGO MADRAZO
ver
en internet:
Doctores
De Diego Madrazo:
Doctor
de Diego Madrazo:
https://es.wikipedia.org/wiki/Enrique_Diego-Madrazo
(6):
Para los interesados en
leer mis artículos sobre arqueomatemática recomiendo las páginas
publicadas por mí en Terrae Antiqvae:
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
TAL COMO VENIMOS HACIENDO, INCLUYO MI MÚSICA PARA
LOS SEGUIDORES QUE QUIERAN ESCUCHARLA,
al haber superado los trescientos mil lectores nuestas páginas de:
LOS SEGUIDORES QUE QUIERAN ESCUCHARLA,
al haber superado los trescientos mil lectores nuestas páginas de:
-TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE más de 209.000 lecturas
-AÑORANZAS, RECUERDOS Y SEMBLANZAS más de 56.700 lecturas
-LEYENDAS DE LA MOTA DEL MARQUÉS más de 19.600 lecturas
-SOBRE LOS TEXTOS IBÉRICOS (dos blogs) más de 33.000 lecturas
-DE CNOSSOS A TARTESSOS más de 6000 lecturas.
.
De tal manera, incluimos mi música para todos los interesados.
En primer lugar podremos oir PLÉYADES, sexto movimiento de los doce que tiene mi ballet TARTESSOS, compuesto y terminado cuanto estaba en La Mili en Sevilla, en 1982 (grabación en semidirecto en Japón 1991). PULSAR SOBRE:
.
Tras lo que invito a mis lectores a oir, la primera parte de MAEBASHI (LUZ); una de mis últimas obras. Suite de guitarra que también consta de doce movimientos, compuesta entre 2010 y 2011, dedicada a la ciudad en la que vivo (en Japón). En grabación semidirecta en Japón, pueden escuchar las tres piezas de la primera parte: LUZ (Atardecer, Amanecer y Luz de Maebashi).
PULSAR SOBRE SUS ENLACES:
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