lunes, 7 de noviembre de 2011

COMO APRENDER JAPONÉS EN UN MES, SIN ESTRÉS (Parte primera: Sin salir de casa).

BAJO ESTAS LINEAS: Foto de la preciosa villa de Antequera, pueblo que vió nacer al gran guitarrista Francisco Márquez Méndez; quién a la "antigua usanza" entre los clásicos del Flamenco tomó el nombre de Paco de Antequera. En nuestra anterior entrada rendíamos homenaje a este maravilloso guitarrista, bueno entre los mejores como persona, y genial amigo y contertulio (desaparecido tristemente en el año 2000). Con él y junto a sus amiguetes japoneses, tuve el honor y la gran suerte de pasar muchos dias en el País del Sol Naciente -donde daba conciertos de continuo-. Son muchos los recuerdos que de Paco me quedaron, pero entre ellos el que más me hace sonreir aún, es el de su interés porque yo escribiera un libro para conseguir que aprendieran un porquito de japonés, los Flamencos y la gente que estaba de paso por Japón. Paco había vivido en ese país largas temporadas, casado con un bella e inteligentísima japonesa, quien le había indicado los primeros pasos en el idioma y en la forma de vida. No tenía problema alguno para moverse por toda la nación, ni para comunicarse con los japoneses, utilizando divertidísimas reglas nemotécnicas para recordar las palabras, los nombres de las estaciones, los transportes y los lugares donde debía bajar y subir en los trenes. Comenzamos hoy con el recuerdo de este entrañable amigo, del que damos de nuevo unos portales, para quienes deseen escuchar su guitarra, o saber más sobre la vida de este magnífico guitarrista:
http://www.youtube.com/watch?v=HhO2CGoWliU http://www.youtube.com/watch?v=I4Bv-SgHtlg&feature=related http://www.youtube.com/results?search_query=paco+de+antequera&aq=f http://www.youtube.com/results?search_query=paco+de+antequera+francisco+marquez&aq=f
http://www.tristeyazul.com/artistas_flamencos/panteq01.htm

http://www.facebook.com/group.php?gid=140619439309646&v=wall

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La inteligencia natural de Paco de Antequera, era solo comparable a su increíble gracia y sentido del humor andaluz. Con esa sorna sabia, digna del mismo Séneca, el antequerano siempre me decía: -"Angelito, tú lo que tienes que escribir es un libro ´pa` los que vienen aquí de paso; ´pa` que no se pierdan, por ejemplo... Que esto del Japón y el japonés es ´mu duro y mu difisil`. Yo te voy a orientar sobre como tienes que hacerlo, que a ti te va a salir muy bien, porque estás ´mu preparao`... Pero que ´mu preparao`, como mi primo el de la Renault"-.
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Nunca supe si en verdad tenía un primo en la Renault, o si aquello lo decía de chufla, como una gran mayoría de las cosas a las que el genial Paquito se refería. Aunque muy cierto era que aquel gran guitarrista sí que tenía la intención de que yo escribiera un librito, enseñando japonés de la forma más fácil para recordarlo: Con palabras españolas similares. Ella, era una técnica muy común y usual entre los hispanos que hace veinte años vivíamos en Japón, pero el maestro de maestros en reglas nemotécnicas lo fué Paco. No solo porque se acordaba de las más extrañas frases, con sonidos semejantes a otras en castellano; sino porque no se le olvidaba estación o destino alguno, simplemente con oirla una vez. En la entrada anterior hablábamos de como tenía "traducidas" una por una las estaciones de Tokio, de las que ya dijimos como por ejemplo: Ueno, para él era clarísimamente, "Bueno"; tanto como Hamamachuho, significaba: "Ha mama-o chucho"; Yamanote "Ya machote"; Sibuya, "Cebolla"; Meguro, "Mu-negro"; al igual que Ikebukuró clarisimamente podía "traducirse" como "Y qué búcaro". Cosas que hasta se razonaban filosóficamente, puesto que la penúltima estación significa en japonés "ojos negros" (me-guró), y de allí su nombre: "mu negro" -según deducíamos-. Al igual que la última citada, se interpreta al castellano como "vaso del estanque" (Ike-bukuró), que evidentemente dice lo que su nombre indica: ¡Menudo búcaro!. ¡"Y qué búcaro"! .
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Como ya dijimos, Paco conseguía algo que muchas veces no logran hacer ni los japoneses mas listos: Ir de una punta a otra del pais, sin perderse. Además, comúnmente iba escuchando las conversaciones de los de al lado, de las que a veces sacaba conclusiones muy interesantes. Llegando a afirmar (y hasta a demostrar) que el Japón había más leperos que en Lepe; algo de lo que uno se daba rápidamente cuenta, nada más oir "el acento y el habla" de los que nos rodeaban. De todo ello, la conclusión última era la de que había de escribirse un libro para aprender el japonés, desde el "andaluz". Le prometí hacerlo y comencé a preparar datos, aunque tristemente, entre unas ocupaciones y otras dejé aquel interesante proyecto de lado. Tanto, que nunca llegué a enseñar a Paco los primeros capítulos que ya tenía preparados y que seguramente le hubieran encantado.
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SOBRE ESTAS LINEAS: Foto de Paco de Antequera en su juventud, durante el tiempo en que fuera declarado por la crítica musical, como mejor guitarrista Flamenco de los años sesenta. Hasta la llegada a escena de su homónimo (Paco de Lucía), junto a "su compadre" Manolo Sanlucar -quienes renovaron por completo el mundo musical-, el de Antequera había sido la primera figura de la guitarra. Tan solo comparable en su genio con Sabicas, Melchor de Mairena o Carmona (Habichuela); en su genialidad y bondad creemos que fue un hombre incomparable. De un humor incomensurable, era capaz de hacer al mismo tiempo chistes en japonés, español y en "andaluz" (como él decía); provocando la carcajada entre los nippones, quienes le adoraban como guitarrista y como persona.
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Para quienes no conozcan el mundo de Tokio y las dificultades para moverse en los transportes japoneses, les invitamos a visitar esta página de Youtube (que me remite la Sra. Yamashita y que abajo incluimos). En ese video de Youtube, se parodia a un profesor (extranjero) enseñando japonés para orientarse en la ciudad. Precisamente va explicando las estaciones de Tokio, pero su pronunciación, tanto como la de los alumnos, son un verdadero desastre -muestra a veces del "triste habla" que tomamos los occidentales cuando intentamos comunicarnos con estos nippones; quienes tienen uno de los idiomas más difíciles y "enrevesados" del Mundo-. Para quienes tengan tiempo, les ruego que escuchen este video en donde se nombran además las estaciones antes referidas: Ueno, Yamanote, Ikebukuró, Sibuya etc.
LECCIONES PARA TOMAR TRANSPORTES EN TOKIO, VER EN:
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=dfjkbv6wYvQ
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En otras entradas hablaré del librito en cuestión, pero hoy vamos a tratar tan solo de comprender lo que puede suponer vivir, sobrevivir, orientarse o trabajar en Japón (tal como nuestro amigo Paco de Antequera hizo con gran éxito y durante años). Evidentemente, nos puede extrañar por qué hay que tener tanta preparación y precaución para iniciar una "vida cotidiana" en este país, aunque si llegamos a experimentar lo que es habitar en lugar del Sol Naciente, fácilmente comprenderemos los "por qués" y las razones de tanto cuidado. Para entenderlo, vamos a poner unos pequeños ejemplos en imágenes, que podrán darnos una idea de lo que supone habitar en Japón (aunque sea, en casa propia). Para ello, comenzaremos imaginando que estamos en este país y nos despertamos de mañana, donde comenzaremos por dar al interruptor de la luz. Evidentemente, si Ud. tiene la suerte de encontrarse en un cuarto que solo contiene un interruptor (foto 1), debe tener conciencia de que es un privilegiado; así que apriete con prisa, alegría y tranquilidad la llave aunque no entienda ni patata de lo que en ella pone. Si tiene frío o calor, no dude en tomar el mando de la estufa-aire acondicionado (foto 2); aunque tras media hora intentando descubrir cómo funciona y habiendo puesto ya seis veces la calefacción (en verano), o encendido en ocho ocasiones el aire acondicionado (en invierno). Le recomiendo que no use más ese incomprensible mando a distancia, y que tan solo lo utilice para abanicarse (en verano) o darse golpes para calentarse (en invierno), pues no le va a servir de mucho más. Así que, simplemente, deposítelo en la mesilla de noche (si tiene la enorme fortuna de que en su dormitorio haya algún mueble...) y salga pronto de la cama.
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AL LADO (foto 1): El común interruptor de la luz, que no debe nunca precuparle. Apriete el botón siempre y sin preguntarse qué pone en la llave, pues de lo contrario se le amargará el día intentando saber lo que dicen y explican esa multitud de carteles y mensajes japoneses, que le van a rodear durante toda su estancia en aquel país. Si viera que al dar al interruptor se produce algún hecho extraño y ajeno a lo que Ud. pretende encender (puesta en marcha de ventiladores, de extractores, o hasta un apagón general de la zona); no tema. Los japoneses no van a culparle a Ud. nunca, siempre echarán la culpa a alguien de la casa (o del entorno) que les cae mal; comentando de aquel que no se puede dejar al alcance de un extranjero tan difícil interruptor.
ABAJO (foto 2): El típico mando a distancia de aire acondicionado-estufa eléctrica que hay en todas las habitaciones japonesas. No se confunda, lo mejor es no tocarlo si no quiere morir de frio o de calor; bien por haber encendido en el mes de agosto la estufa, o "el aire", en pleno invierno. Le recomendamos para una estancia cómoda en el País del Sol Naciente, no tocar (ni menos experimentar) con estos mandos; que pueden llevarle a tener la habitación a diez bajo cero, o a cincuenta grados de temperatura, en pocos minutos.


AL LADO: También muy común será encontrarse este tipo de interruptores; en el que arriba enciende la luz; aunque pulsando al botón de abajo, se pondrá en marcha un ventilador (extractor de humos y olores de la habitación). No se preocupe por dejar encendido el extractor, el siguiente lo apagará y siempre le echará la culpa al que cae mal a todos (del entorno familiar, o del grupo -y nunca será Ud., ya que es un extranjero-). Del mismo modo, si esa "oveja negra" por todos aborrecida, se encontrara encendido el ventilador, estará seguro de que ha sido él mismo quien lo ha olvidado. Puesto que sabe como todos están hartos y le tienen mucha manía, por los olvidos y bobadas que hace de continuo -así que es hasta bueno que Ud. meta la pata, de vez en cuando para poder culpár de sus errores al bobo del grupo (fundamentalmente de todas las picias que hacemos los extranjeros)-. Si comete un fallo u olvido, ni se preocupe, la "oveja negra" creerá de seguro que ha sido él mismo quien se ha dejado el extractor puesto; pedirá perdón y lo apagará. Vivir en Japón siendo extranjero es maravilloso, pues cuantas equivocaciones tiene uno, siempre terminan siendo muy útiles para culpar de ello a otro japonés: Aquel que cae muy mal en el entorno (siempre hay uno)... .
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ABAJO: Si al levantarse o para llegar a su dormitorio, ve que tiene un interruptor de este tipo (también muy común). Haga lo que quiera y apriete lo que le de la gana. Lo máximo que puede suceder es que se enciendan todas las luces (exteriores e interiores) y se pongan en marcha a la vez los ventiladores y demás aparatos de la casa u oficina. Luego vaya discriminando luces, una por una; bajando y subiendo la intensidad (tienen clavijas como las de volumen). Finalmente, cuando tras media hora apretando botones y válvulas (para acertar con la que desea), se harte ya de tanta maquinaria y tecnología, coja una lamparita de mesa y viva con ella en la casa; enchufándola donde pueda y sin tocar mucho los interruptores... . Así y solo así, será mucho más feliz en Japón -además, dejarán de echarle broncas por su culpa a la "oveja negra" del grupo-.
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Ya hemos visto algunos de los primeros problemas con los que nos podemos encontrar en nuestra vida entre Japoneses, ello nada más despertar. Ahora, si ya hemos conseguido dar al interruptor de la luz y parar la estufa-aire, quizás podamos salir del cuarto; así nos encaminaremos hacia la ducha-baño, que en japonés se dice ofuro. Muchos se lo pronunciarán "Ojuro", puesto que en este idioma no hay diferencia de sonido entre la "L" y la "R", al igual que tampoco existe entre la "J" y la "F". De ello que sea tan común que nos pregunten si una palabra inglesa se escribe con "R" de "Rondres", o bien con "L" de "Loma" (ambas dos, capitales bien conocidas de "Leino Unido" e "Itaria"). Ello, porque les es muy difícil recordar si una voz que significa "color" se escribe: "Coror", o bien "Corol"... . Igual sucede con otras palabras en castellano, como "joya"; que comunmente la pronuncian con "F" al principio; algo que solo es llamativo cuando se les oye durante los primeros años de estancia en Japón. Luego, se acostumbra el oido y se nos hace fácil oir lo de "Las Joyas", dicho con "F" en su primera letra. De tal modo y consecuentemente, indistintamente podemos decirles: -Me voy al "Ofuro", o al "Ojuro"-. Tanto es así, que tuve un amigo muy español y que simplemente les decía "Lo Juro"; con lo que los japoneses ya entendían que aquel se iba para la ducha, o el baño.
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Tal como les decía, si han conseguido de mañana, encender los interruptores de luz y por fin llegar al ofuro, vaya con cuidado porque aquí la bañeras tienen menos privacidad que los bares en España. Cualquiera puede meterse o asomarse al baño o a la ducha, mientras Ud. está dentro (carecen de pestillo), de lo que es siempre importante adoptar una postura elegante y digna -hasta en el baño...- . Otro día explicaremos lo que es el "ofuro" (una gran bañera donde se meten todos los japoneses, por las tardes-noches y tras haberse duchado), pero hoy bastará con avisarles de que sus dispositivos de encendido y apagado no solo tienen mil botones, sinó que además hablan. Como muestra les enseñamos un interruptor de Ofuro-Ducha, que como se lo encuentre Ud. apagado le puedo asegurar que es mejor que se duche con agua fria (sobre todo, antes de intentar manejarlo...) (foto 5). De lo contrario puede montar "una buena", ya que el dispositivo comienza a vaciar y a llenar automáticamente la gran bañera, conforme le venga en gana. Mientras, además, avisa de todo lo que va a hacer, en un japonés que solo es comparable al español hablado en los altavoces de las estaciones de tren (absolutamente incomprensible). De tal modo, si ha dado al botón intentando poner el dispositivo del "ofuro" en marcha y ve que comienza a salirle de todo por la bañera, o a cambiar de temperatura lo que sale por los grifos, no dude en llamar a un japonés. Puede perder media mañana tirando agua caliente, algo que mucho les incomoda a los nippones; sobre todo porque ellos se duchan y bañan por la noche y apenas hay quienes entran en el baño de mañana.
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AL LADO: Mando normal de baño japonés (ofuro). Le recomiendo no tocarlo, o bien de hacerlo, haberse aprendido perfectamente sus funciones. De lo contrario, si se pone Ud. a dar botones al tun-tun (como todos hemos hecho alguna vez) puede montar "una de cuidado". Pues créame que no hay nada más desagradable que encontrarse dentro de la ducha, sin ropa y ver como tras darle al mando, este empieza a hablarle en un japonés incomprensible, contándole todas las funciones que va a realizar y las que va a dejar de hacer. Ello mientras a Ud. (que está intentando lavarse) solo le sale agua fria de la ducha, y para colmo, observa como se vacía y llena automáticamente la bañera varias veces... . Un lío. En caso de haberlo tocado y no saber qué hacer, llame siempre a alguien que lo sepa manejar (aunque se encuentre en una situación y postura poco digna para ser visitado...).

ABAJO: Si tiene la fortuna de que en su ducha hay un mando como este de la foto, no lo tema. Al revés, considere que es Ud. un hombre afortunado y que va a poder controlar su agua caliente (basta con girar la ruedecita). Solo si ve que hace extraños ruidos el aparatito, llame a un japonés . Además, el calentador tiene hasta un aviso en inglés y otro en portugués (advirtiendo de que debe de estar en un ambiente bien ventilado). Como le digo: No tema usarlo ni aumentar la temperatura, aunque a veces por mucho que se gira la rueda, sale el agua igual de fria (o de caliente)... .
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Bueno, pues si ya ha conseguido ducharse, tenga por seguro que ha hecho algo que merece un aplauso. Pese a ello, en el baño y al terminar de asearse siempre tenga cuidado de dos cosas: Primero de no usar los detergentes para limpiar la bañera (ofuro) como jabones o geles. Segundo y muy importante: Cuidar de no poner crema de manos (u otro ungüento extraño) en el cepillo de dientes. Ello, porque en Japón las zonas de aseo son comunes, por lo que nos dejarán siempre las cremas para la piel, el pelo (o hasta las depilatorias), en la misma estantería que la pasta de dientes. Siendo un problema muy común el de confundir el dentífrico con alguno de estos ungüentos, que para las manos -o la piel- se usa en la casa. Ello puede llevarle a tener un terrible disgusto antes de desayunar, sobre todo si lo que pone en el cepillo de dientes es una crema depilatoria, como me sucedió a mí en un despiste.

AL LADO: Limpia-vajillas japoneses. Hay que tener cuidado para separar siempre bien este tipo de detergentes (y los limpiadores de la casa), de los geles de baño. De lo contrario, como no hay quien entienda lo que pone, nos los echaremos al pelo con toda tranquilidad. Pero atención: Lo más difícil es distinguir la pasta de dientes de las cremas de manos, pues vienen en envases casi iguales. Mucho cuidado sobre todo con las cremas depilatorias, que son las peores en caso de intentar lavarse los dientes con ellas... .

ABAJO: Ya ha conseguido salir Ud. de la ducha, limpito y arreglado. Enhorabuena. Ahora acérquese al microondas y calientese la leche o el agua para el café... . Quizás mejor no se preocupe y póngala en un cazo a calentar. Si no sabe como encender la cocina o no la tiene, desayune un yogourt fesquito (por ejemplo). Mientras, puede intentar encontrar un modelo parecido al microondas que en su casa tiene, para ver si existen instrucciones en inglés en internet.




AL LADO: No se le ocurra ni intentar manejar la maquinita esta de hacer arroz. Necesita mil programas y saber a qué hora se va a poner en marcha. Si quiere desayunar con arroz blanco, lo mejor es que lo pida y sobre todo no toque este "instrumento" que puede llevarle horas para programarlo y al final hacerle automaticamente un arroz terrible.
ABAJO: Lo más seguro, como les digo es tener un yogur a mano. Aunque no dude en comprar el que primero ha cogido en el supermercado; pues para leerse las caracteríaticas de cada yogourt, podría pasarse una mañana entera entre las estanterías de la tienda. De ello, primero saber o preguntar lo que es un yogur; tras lo que una vez reconocido su envase, tomaremos el primero que hay en la estantería -que salga del sabor que quiera (como la suerte dictamine)-. Si le sale o sabe malo, sepa que ese es un mal día, y quizás esté de mala suerte (no debiera hacer negocios, ni menos comprar lotería).




¿TÉ O CAFÉ?: La eterna pregunta del desayuno, pero si se encuentra solo, sepa que no le va a quedar más remedio que abrir las bolsas para saber el contenido de lo que quiere tomar. Así podrá elegir entre hacerse un café o tomarse un té por la mañana. En las fotos: Al lado empaquetamiento de café y abajo una caja con bolsas de té. En los comercios japoneses hay mil tipos de tes y cientos de cafés; no se preocupe mucho en elegir, al tun-tun y si le sale malo ya sabe que no está de suerte.



Bueno, pues parece que ya hemos conseguido ducharnos, encender la luz y hasta tomarnos un cafelito y un yogur. Estamos hoy de veras de suerte, sobre todo si en todo "este tramo" aún no hemos sufrido un imprevisto que nos hiciera terminar el baño con agua fría, limpiarnos la cabeza con lava-vajillas, bebernos un café hecho sin calentar el agua, o tomar un yogur que habían olvidado en la nevera desde hacía semanas y que estaba más caducado que la comida de una momia. De todos modos no se preocupe, si llega el caso en el que Ud. se limpia los dientes con crema de manos, o se come un alimento que desde meses atrás, estaba caducado en el frigorífico; no le va a pasar nada... . Bueno, al menos eso le asegurarán todos, entre risas y juergas, cuando les vaya contando sus tristezas y lo que le ha ocurrido esa mañana de infortunios... .
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Después de dar una vuelta a solas por la cocina, observará que lo único de lo que tiene verdaderamente certeza y de las pocas cosas que sabe usar correctamente, serán: El papel de aluminio y el plástico, de envolver. Otros objetos que también le serán familiares y que verá comunes a los de Occidente son: Las bolsas de basura y las de la compra (de plástico). El resto de enseres, comidas, objetos para cocina -y hasta las latas-, le serán tan extraños como a veces malolientes. No se preocuope, a los japoneses también nuestras comidas (quesos, ajos y etc) les huelen a rayos. Con el tiempo le ocurrirá lo mismo que en casa: No podrá vivir sin comer esas cositas que en los primeros dias le dieron tanto asquete (el daicon, el tacoan, el nató, o los riquísimos tskémonos).


AL LADO: El plástico de envolver alimentos y el papel de aluminio, son de las pocas cosas que uno sabe usar correctamente en Japón. Pese a ello, que no nos encarguen ir po ellos al supermercado, pues podemos tardar horas hasta encontrarlos (sobre todo en distinguir cual es cual...).
ABAJO: Si alguien te deja un recadito escrito en la nevera y te levantas estando solo en casa, lo mejor es esperar para después del desayuno por intentar saber qué te dicen... .


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Cuando estás solo y aburrido en casa, lo mejor es ir a ver un poco la tele. Es una suerte, pues muy de mañana ponen las noticias de Occidente, y en versión original. Ello siempre que consigas dar con el canal, ya que el mando de la televisión es un "galimatias" de cuidado. De todos modos, si no sabes muy bien en qué canal emiten las noticias occidentales, siempre se puede abrir un periódico y consultar la "cartelera" de T.V. . Finalmente, para cualquier duda, hoy en día es todo muy fácil de consultar, gracias al ordenador y a través de internet. Ello, siempre que no nos hayan dejado el teclado en idioma japonés, o que no sepamos desbloquearlo.... . Pese a todo, si tienes un pequeño problema siempre se puede telefonear desde un fijo, cuyas teclas son aún en su gran mayoría comprensibles.


Al LADO: Mando a distancia de la televisión, para cuyo uso han de intervenir dos cosas: El "conocimiento del medio" y (sobre todo) la buena suerte.
ABAJO: Un periódico en su cartelera de T.V., en la que podemos ver "facilmente" lo que anuncian y pondrán ese día.




AL LADO: Hoy en día tenemos la ventaja de internet y de poder consultar por ese medio cualquier duda. Ello siempre que el teclado no te lo hayan dejado en japonés bloqueado (como comunmente realizan en las empresas, para evitar extrañas "visitas").
ABAJO: Pese a todo, siempre está el clásico teléfono fijo con el que podemos resolver cualquier duda, llamando a un amigo. Ello, si acertamos en las teclas de descolgar y telefonear...


miércoles, 2 de noviembre de 2011

PACO DE ANTEQUERA: Cuando el Mundo amaba la guitarra (veinte años ha...)

Cuando el Mundo amaba la guitarra -veinte años hace ya de esto-, marché con la mía al Japón; donde trabajé y conocí a uno de los grandes: Paco de Antequera, quien desde el primer dia me trató con el mayor de los cariños. Juntos pasamos grandes momentos y días en el país del Sol Naciente, en los que pudimos tocar, dar recitales a duo, pasear riéndonos y divertirnos comparando las costumbres nuestras con las de los japoneses. En la presente entrada rendimos homenaje a nuestro queridísmo Francisco Márquez (Paco de Antequera): Maravilloso guitarrista, buen contertulio, divertido como ninguno y enorme amigo; quien tristemente falleció unas Navidades -hace ya casi once años-.


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SOBRE ESTAS LINEAS: Imagen de Paco de Antequera, tal como lo recuerdo y como lo conocí, a principios de los años noventa. Tristemente, no sé donde he guardado las muchas fotografias que nos debieron tomar juntos (tocando, en el escenario, o en casa de su amigo Ota). Tampoco recuerdo donde están algunos artículos de periódicos japoneses que tenía y en los que Paco de Antequera salía (a veces juntos). Va a hacer ya veinte años de ello y los recortes de prensa son lo que ya menos importa; pues aún podemos escuchar la guitarra del " Paquito" en internet, o en los muchos discos y grabaciones que durante toda su vida realizó. Tristemente lo que nos falta ya es su voz con sus chistes y chascarrillos, sin los que Japón se ha quedado ciertamente muy triste. Tal como digo, aún se oye su guitarra por doquier, pero nos faltan sus bromas -que eran de no parar de reir- y su cariñosa persona. Con su guitarra hizo bailar, vibrar y llorar a los japoneses, y con sus comentarios e ideas, reir a todo el que le rodeaba. A continuación damos unos "portales" para todo aquel que desee consultarlos (la foto superior ha sido tomada de su página de Facebook:
La guitarra flamenca de Paco de Antequera・ウ・・・ヘFacebook・・・・・p・オ・ト・「・ワ・キ). 1: http://www.youtube.com/watch?v=HhO2CGoWliU 2: http://www.youtube.com/watch?v=I4Bv-SgHtlg&feature=related 3: http://www.youtube.com/results?search_query=paco+de+antequera&aq=f 4: http://www.youtube.com/results?search_query=paco+de+antequera+francisco+marquez&aq=f

http://www.tristeyazul.com/artistas_flamencos/panteq01.htm

http://www.facebook.com/group.php?gid=140619439309646&v=wall

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Como si de ayer mismo se tratara, recuerdo perfectamente el momento en el que conocí a Paco de Antequera. Fué en 1992 y me habían dicho los japoneses que muy cerca de donde yo vivía se encontraba un templo budista, cuyo bonzo principal (dueño) era aficionadísimo al Flamenco. Allí se alojaban los mejores de la guitarra cuando venían por la zona, invitados por aquel sacerdote; así que, sin pensármelo dos veces, tomamos el coche y fuimos a ver qué era aquello. Se trataba del templo de Ogo, pedanía cercana a la capital donde yo vivo y en verdad su bonzo (Mashamichi Ota) se consideraba uno de los mayores amantes de la guitarra, en Japón. Al parecer, allí dormían Paco de Lucía o Manolo San Lucar, cuando por esta parte del Mundo se acercaban a dar conciertos; aunque sobre todo, pasaba allí largas temporadas Paco de Antequera. Entramos en el templo y nos indicaron que Paco estaba en la zona opuesta, en la parte de atrás, donde se encontraba la casa (domicilio) de los Ota. Nos dirigimos hasta allí (mi mujer y yo) y nada más abrir la puerta -en Japón las casas no se cierran y se da un pequeño grito de "gomekudasai" antes de meterse uno en ellas-, vimos a Paco sentado en una silla, de las que se había traido desde España. Estaba fumándose un purito y sin inmutarse, nos dijo a modo de saludo (con su sorna y su acento malagueño):
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-"¿Qué ´paza`, niño?. ¿Por aquí echando un ratito?"-. Le contesté que llevaba ya cuatro meses en Japón y él, dando una calada fuerte al puro, se quedó pensativo; luego me contestó con el ceño fruncido, extrañado, como deduciendo mucho... . Respondiendo con ese habla se Séneca que siempre tenía: -"Pués eso, sí que es... Un ratito ´mu` grande..."-. Evidentemente a mi mujer y a mí nos entró la risa de aquel comentario "tan pensado" y a él una carcajada floja que le hizo atragantarse con el humo propio. Comenzó a toser, llorar y reírse y desde aquel momento, puedo asegurarles que ni un solo minuto paramos todos de hacer lo mismo junto a Antequera: Reirnos hasta llorar y toser, de las cosas que nos contaba (aunque al final, hubimos de terminar tristemente llorando por su enorme pérdida y desaparición).
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Junto a él compartí muchas horas, algunas de trabajo y nunca le vi un solo gesto altivo, ni menos inseguro. Jamás le pude observar enfadado y todo lo tomaba con sorna y risa. Su actitud de compañerismo era de absoluta humildad y por su sencillez llamaba la atención siempre. Al salir a escena junto a él, nadie podría imaginar que estaba tocando con el que fué considerado (por toda la crítica musical) como el mejor guitarrista flamenco de los años sesenta, pues nunca había nada de "divo", ni distante, en su persona. Porque Paco era de una total humanidad y cariño; en su trato y en su forma de ser y trabajar. Tenía por aquel entonces yo solo treinta años y nadie me conocía; él me sacaba a escena o me presentaba a todos como si fuera un compañero suyo (de siempre), animándome y riéndose de nuestras cosas. Cuando me daba "el canguis" (como Paco decía) antes de salir a tocar, me comentaba: -"A ti te voy a ´zacar` yo de la manita; como a mi primo el de la Renault. De la manita te voy a ´zacar`un día al público y verás como se van a reir... Les voy a decir a los japoneses: Este que viene con tanto ´canguelo`, toca ´mu` bien... . Como mi primo el de la Renault"-. Nunca pude conocer a su primo (el de la Renault), ni siquera saber si era verdad que existía. Aunque Paco afirmaba que yo estaba "mu preparao, pero que mu preparao", tanto como aquel primo suyo de Antquera... .
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Hasta la llegada a la guitarra andaluza de Paco de Lucía y de Manolo Sanlúcar -revolucionando en su totalidad el mundo flamenco desde 1972-, había sido este Paco de Antequera "el mejor". Aún en los años noventa se le consideraba el "número uno" del Mundo para acompañar en cante y baile. Pese a ello, era de una humildad enorme; sin problema alguno y con alegría, estaba dispuesto a compartir cartel y escenario con cualquiera (hasta conmigo). Sin poner jamás traba ni problemas, y además gastando bromas hasta el último momento antes de salir al escenario; ofreciendo "la manita ´pa zarcarme`" si me veía en aprietos. Así era Paco, el más humano de cuantos músicos quizás he conocido y alguien al que jamás ví enfadado; aunque antes de una actuación tuviéramos mil cambios (de organización, de atrezzo y hasta de cartel).
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Pasaba comunmente Antequera en Japón largas temporadas, normalmente residiendo en la casa-templo de su amigo que ya hemos comentado: La del bonzo de Ogo, Mashamichi Ota. Aquello era una verdadera juerga y siempre aparecía el andaluz con las más variopintas cosas traidas por él desde España. Cuando no venía con jamones metidos de "estrangis" en la funda de la guitarra, aparecía con faroles de tipo sevillano; pretendiendo luego colocarlos en el templo, para iluminarlo y dejarlo bonito o alegre (mientras el sacerdote japonés intentaba que no lo hiciera, para evitar quitarle seriedad al lugar). De igual modo, era común que cuando preparaban las salas para ceremonias, Paco les preguntara: -"¿Qué hacemos hoy primero...: Misa o Flamenco?"- (refiriéndose a los ritos que el bonzo Ota había de celebrar continuadamente en su templo). A lo que el "cura nippón" solía responder dando una palmada vertical muy seria, juntando las manos sobre la cara (en actitud sacra), y diciendo: -"Primero Misa"-. Tras ello, comenzaba a dar palmas con garbo gitano, cantando con ritmo: -"Primero Misa, y luego Flamenco... Primero misa y luego Flamenco..."-. Siendo la común respuesta de Paquito: -"Eha. ´Pos` vamonos nosotros a dar una vueltecita mientras tanto, que esto de la ´miza` son funerales y tienen mucho ´malage`"-.
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BAJO ESTAS LINEAS: Imagen de Paco de Antequera en catálogos de los múltiples conciertos que daba en Japón durante los años noventa, el artista malagueño. Muchos de ellos organizados por su amigo el bonzo (Mashamichi Ota), eran verdaderas exhibiciones del mayor arte flamenco alcanzado. En algunos actuaba junto a japoneses (como bailarines, o incluso cantaores) y fué este guitarrista antequerano uno de los que más contribuyó a aficionar a los nippones al Flamenco. Su sentido del humor y su paciencia le hizo un personaje muy querido en los ambientes culturales del pais del Sol Naciente, donde aún le homenajean y no le olvidan.



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Muchos son los recuerdos que tengo de mi amigo Paco, pero uno de los más divertidos es que estaba empeñado en que las paellas le salían de maravilla, y sobre todo con ingredientes japoneses. En verdad era lo único que hacía mal. No mal, sino fatal. Pero había que comérselas diciendo que eran maravillosas; pues aquello consistía en lo único por lo que podía irritarse Paquito: Si se le ponía "un pero" a sus arroces. Al menos los que cocinaba en Japón eran de salir corriendo y en ello me recordaba a un conocido que tuvimos del Puerto de Santa María a quien le ocurría lo mismo:
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Se trataba de una buenísima persona y estaba empeñado de que las paellas le salían magníficas. Tanto que domingo tras domingo invitaba a sus más cercanos amigos a su chalet de Zahara, a degustar sus arroces. Allí iban todos por lo "buena gente" que él era, pero salían siempre espantados de las paellitas. Así que no sabiendo como decirle los amigos que les cambiase "el menú", enviaron a un programa de radio esotérico (que se emitía los domingos al medio día), una cinta con parapsicofonías grabadas por todos. En ella habían puesto los amiguetes unas voces irreconocibles, en las que gritaban con tono horrible: -"Manolo, Manolo; no nos hagas más paellas"-. De tal manera y mientras estaban comiendo un día el arroz "del ínclito" que semanalmente les invitaba a tan difícil manjar; aprovecharon para ponerle el programa de radio en el que se analizaban las susodichas parapsicofonías. Cuando aquel hombre las oyó, reconoció pronto que decían lo de "Manolo, no nos hagas más paellas", y mientras el presentador de la radio no podía dar crédito a lo que aquellas cintas con "sonidos paranormales" pronunciaban. Él sí se dió por aludido, así que antes de que en el mismo programa de radio comentaran que muy extrañamente parecía que las psicofonías hablaban de paellas; este tomó la sartén y se lió a paellazos con los presentes, quienes huyendo imitaban aquellas paranormales frases de: -"Manolo, Manolo; por favor, no nos hagas más paella"-
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Algo similar hubimos de haber hecho con Paco de Antequera, cuyo único defecto eran sus arroces preparados con ingredientes japoneses. Le encantaba viajar por todo Japón con la paellera y lo que más le gustaba era llevarla a la peluquería. Ello porque decía que "pelarse" en ese país era una ruina, ya que cobraban cinco mil yens por un "corte", cuando en España costaba casi siete veces menos (unas ochocientas pesetas de entonces). Así que lo mejor para ahorrar y para divertirse, era ir a la peluquería de amigos -con la paellera y el infiernillo- y cambiar un corte de pelo por un buen arroz. de tal modo, en cuanto le crecían las melenas, allí le tenías y le podías encontrar: De cháchara, toda la mañana en una peluquería japonesa, enseñando a unos y a otros a preparar la paella, con los ingredientes que iba encontrando por cada lugar. De paso, cuantos clientes entraban, a cortarse o lavarse "la cabellera", quedaban altamente sorprendidos porque en la tienda no solo les atendieran, sino que además les permitían catar los arroces andaluces, cocinados por mano de tan ilustre guitarrista (ni que decir tiene que a Paco, en ciertas zonas de Japón, le conocían todos).
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Algo increíble es que Paco carecía de problemas para la movilidad y orientación en Japón -algo imposible en un país como el del Sol Naciente, donde se pierden hasta los nativos más inteligentes- . Afirmaba que ello se debía a la perfección con la que estaban hechos los transportes públicos. Tanto que aseguraba que si te quedabas dormido en uno de ellos, te despertabas con toda seguridad en la estación en la que debías bajarte. Pidiendo a todos que hiciéramos la prueba al subirnos en un autobús, en el metro o en el tren; durmiéndonos dentro, para comprobar que estaban tan bien hechos, que te despertabas justo en el lugar que habías de bajarte. Evidentemente, a los occidentales ni se nos ocurre dormirnos en un transporte público japonés, pues se suele viajar "con cien ojos", ya que solo la idea de confundirse o equivocarse de estación puede ser un susto que suponga perderse durante horas... . Pero a Paco eso ni le ocurrió nunca, ni le importaba y viajaba siempre durmiendo en los vagones, como si de un japonés más se tratase.
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Para comprobar lo antes dicho, tanto como otra de sus teorías en la que afirmaba que si cerrabas los ojos en un transporte público japonés, te dabas cuenta de que todos hablaban en "andaluz"; me subió un día a uno de ellos. Allí -tal como en la entrada anterior comentábamos- fuí escuchando sus teorías con detenimiento y me di cuenta de que en verdad parecía que todos aquellos japoneses que nos rodeaban, parecía que hablaban en español (con acento de Málaga). Tanto que (como ya dijimos), había unos delante de nosotros, que "talmente" se diría que venían comentando cosas de Estepa, al igual que otros charlaban al más puro estilo lepero... . Y es que en verdad el acento japonés mucho se parece al de España y sobre todo a los del Sur ibérico, por lo que Paco oía en todos los transportes públicos "de fondo" aquello de: -"Paco tómate ´argo`"-. (aunque lo dicho pudiera ser: "Muko tomáte, aru golf",que viene a significar "que allí hay que ir -a dormir- pues hay golf").
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Era tanto su empeño en demostrar que los japoneses hablaban en andaluz dentro del tren, que me enseñó las estaciones de Tokio, tal como había que entenderlas: En "malagueño". Así hicimos el recorrido y la primera de salida era Ueno, que tras ser dicha por los altavoces del vagón, me explicó que esta era fácil de entender, pues se trataba de una de las principales y como su nombre indica significa, "Bueno". La siguiente parece que era Hamamachucho y ya aquí me aclaró que tenía dudas sobre si la "traducción" de aquella estación era que el "chucho" estaba con la mamá, o bien, "mamao". Seguimos y antes de llegar a Yamanote, ya me andaba explicando que era complejo saber si su significado era "ya mano te"; pues "te" es en verdad como se dice "mano" en japonés; aunque en origen su nombre era español y en verdad se debía decir "ya machote", tal como él lo pronunciaba. Sea como fuere, se sabía la estaciones de este modo y no se perdía ni en el tren ni en el metro (de Tokio, o de cualquier urbe), algo que en Japón era un verdadero milagro, porque allí -como he dicho-, se extravían hasta los nativos mas listos.
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BAJO ESTAS LINEAS: Programa de un concierto dado en 1993 en Iseshaki y ante quinientas personas. En primer lugar y como protagonista actuaba Paco de Antequera, tras él Sekiguchi (un maravilloso guitarrista japonés nacido en Kiriu) y después yo. Recuerdo que cerramos el concierto tocando Paco y yo juntos -entre otras piezas, el Romance Anónimo, que tanto gustaba a los japoneses-. Al terminar los recitales se iba siempre a saludar a "las Marias" (como las llamaba), que eran "sus" japonesas que venían a cientos, para tomarse fotos y pedirle autógrafos. Allí se juntaban a veces decenas de mujeres y Paquito siempre con risas les decia a todas: -"María"-. Lo más divertido es que ellas ya hasta contestaban por ese nombre.

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Había venido Paco a Japón para establecerse grandes temporadas ya a principios de los años setenta, siendo uno de los pioneros en traer el Flamenco a Tokio. Tanto fué por allí, que se terminó enamorando de una preciosa japonesa, con la que se casó finalmente y tuvo dos hijos (Nieves -Yukie- y Victor). Trabajaba a veces durante seis meses dando conciertos en este país y estuvo hasta de guitarrista con Chiquito de la Calzada. Muchas veces me hablaba de esta época en la que su compañero fue durante un tiempo Chiquito, con el que comentaba que se había reido bastante en Tokio (viviendo y trabajando con él). Narrando que en uno de los viajes llegaron con algún otro "cantaor" al que estuvieron advirtiendo durante todo el trayecto (en el avión), que por lo feo que era, de seguro a su regreso, se iba a encontrar a su mujer con un novio.Tras "tomar tierra" y salir del aeropuerto, aquel "cantaor" llamó a su esposa a Sevilla con toda prisa, advirtiéndola del siguiente modo: -"Niña me han dicho que te voy a encontrar con novio cuando vuelva... . Pues ni se te ocurra tener una ´aventurita`, que yo aquí, en Japón, soy el Robert Redford"-.
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Estas, tanto como mil y un anécdotas más, las contaba el bueno de Paco; quien era aún mejor persona que guitarrista. Y ello era bien difícil, pués como digo fue considerado por la crítica el mejor tocador de guitarra de los años sesenta -siendo tenido por todos, como el número uno en acompañar al cante y al baile-. Pero tristemente murió con poco más de sesenta años, unas Navidades hace ya más de una década. Pese a ello, su recuerdo siempre está lleno de alegría, porque era un eterno hombre feliz: Simpático y bueno como pocos, amigo como ninguno y humilde como el que más. Su sencillez y genialidad en la vida y en el arte, le hicieron ser querido por todos cuantos le escucharon y le trataron (en España, en Japón y por todo el Mundo). Sea nuestro recuerdo para uno de los más grandes y de los más humanos que he conocido en mi vida; esperando algún día y en "algún lugar" poder volver a tocar y a reír con él. Con ese genio, genial e ingenioso que se llamó al nacer Francisco Márquez y que Andalucía le nombró como: Paco de Antequera.
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BAJO Y JUNTO ESTAS LINEAS: Publicidad y anuncios míos de hace unos veinte años en Japón, en la época en la que tocaba con Paco de Antequera y frecuentaba la casa de Mashamichi Ota.Cuando recuerdo aquel tiempo (veinte años atrás), me doy cuenta de que quizás por entonces yo no tenía ni un duro y andaba "lampando por Japón", pero la verdad es que me lo pasába estupendamente (con Ota y Paquito). ¡Cuanto nos hemos reido juntos!. Además, en aquellos años -dos décadas atrás- a la gente le encantaba la guitarra, la entendían y había verdadera afición. Fué entonces, cuando el Mundo amaba la guitarra, una época en la que tuve el honor y la alegría de dar conciertos junto a Paco de Antequera.


lunes, 31 de octubre de 2011

POWERDIO

JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, poster publicitario de Powerdio con la foto de mi mujer y mía, anunciando eventos realizados por ambos hace unos doce años. Abajo, en la televisión japonesa quince años atrás, junto al entonces director de Powerdio (Sr.Hasegawa y ante las cámaras de G.T.V., mostrando los productos españoles -a la izquierda de la imagen, los dos periodistas que nos entrevistaban-. No se observa muy bien en la foto tal y como estoy "pelado" ese día, pero es que estar en Japón tiene estas y otras cosas como la que entonces sucedió: Ello porque me dijeron que me fuera a cortar el pelo antes de ir a la televisión y no encontrando otra peluquería por las calles, me metí en una barbería de las clásicas. Al entrar, aquel barbero me avisó de que nunca había cortado el pelo a un occidental; pero como yo tenía prisa, le di la orden de: "Adelante, que todos tenemos más o menos lo mismo en la cabeza...". Con sorpresa al salir de allí, me dí cuenta de que llevaba el pelo "a la taza" (o estilo Meiji, como se lo cortaban casi hace cien años a los japoneses ... ). Al verme, mi mujer y la gente de la empresa no podía parar de reirse, así que tuvieron que rehacerme el cabello para que no pareciera un Cherokie en la televisión. La cara de juerga que todos tenemos en la foto, procede de aquella circunstancia.
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Como decíamos en la entrada anterior, lo difícil en Japón no es vender un botijo, algo relativamente sencillo; ya que aunque solo fuera por la cantidad de japoneses que hay y por la curiosidad que siempre tienen, imposible sería no encontrar uno que lo adquiera. El problema, tras el primer botijo vendido es poder llegar a que te compren el segundo; ello porque aquel "artefacto de alta tecnología ibérica" viene sin instrucciones, por lo que si nadie les explica como ha de usarse, se desesperan y comienzan a comentarse unos a otros que han adquirido un "artilugio incomprensible". De ello he visto ejemplos tales como el de un cocinero nippón que se gastó casi mil euros en una pata de jamón ibérico de primera clase, de la que con sorpresa supe que estaba cortando como si se tratara de un madero (a "serrucho" y a 90 grados...). Es decir, como si de un jamón de York se tratase, sacando lonchas de arriba abajo y en pura vertical, frente al hueso... . Por todo ello, comprensible es que desde el vino a la tinaja y desde el porrón a la paellera, siempre haya quien deba explicar detenidamente como ha de usarse -tomarse o degustarse- cada cosa. Pues de lo contrario podemos encontrarnos alguien que usa la paella como "gong" colgada sobre la cocina y para llamar a los hijos con su sonido (debido a que no sabe qué hacer con tan bonito cacharro). Tanto como quienes se comen la corteza del queso, una vez metida en el horno y rellena de arroz -lo que hace no mucho comí por primera vez en Japón. Tratándose de una torta del Casar vaciada, que probé con gran asombro, pues ciertamente estaba muy buena la corteza rellena y puesta al horno, con arroz blanco...-.
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Consecuentemenete y en referencia a lo que digo, recuerdo como hace ya casi dos décadas mandamos por correo unas paelleras con el fin de poderlas enseñar como muestras para importación. El hecho es que las pararon en frontera y hasta allí se acercó el director del negocio, a preguntar a las autoridades por qué no dejaban pasar las "paellas" (sartenes-paelleras). La contestación fué que se trataba de objetos para cocina y no podían entrar en Japón sin pasar por control alimenticio. A lo que el buen directivo -quien necesitaba tenerlas ese día como muestras-, les replicó que para nada era lo que pensaban; que se trataba de marcos de fotos para hacer una exposición de imágenes culinarias... . Tras todo ello, terminó diciéndoles: -¡Pero Udes. ha visto alguna vez una sartén así!- . Tan seriamente lo expuso y en tono tan adusto que aquellos funcionarios japoneses de fronteras quedaron perplejos y pidiendo perdón por su error, entregando las "paelleras" y comentando que se habían confundido, porque en algo se les parecía mucho a las sartenes.
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...Y en este ambiente, hace ya casi veinte años, mucho antes de que internet se divulgara y fuera tan común el ir y venir de gentes desde Europa a Asia; Sunwa deseó abrir una delegación dedicada a la cultura y al comercio con España. Así fue creado el centro comercial Powerdio -del que fuimos elegidos para coordinar desde Europa-; un tiempo desde el que hace ya "la friolera" de unos diecisiete años. La idea empresarial de Sunwa trataba en primer término de exportar la jardinería española y llegar a crear el concepto de patio entre los japoneses; para poder construir en el país del Sol Naciente un tipo de terrazas -o jardines interiores- inspirados en los interiores españoles. Allí, y en ese berenjenal (nunca mejor dicho, pues la cosa iba de huertas y plantaciones), nos vimos metidos. Consecuentemente, los proveedores que teníamos que buscar en España eran de lo más variopinto; tanto que habían de ser fabricantes de materiales de construcción, herreros, ceramistas, carpinteros y largo etcétera, entre los que se encontraban los creadores de mobiliario urbano -e incluso los almacenistas de derribos y construcciones-.

BAJO Y JUNTO ESTAS LINEAS: Imágenes del Centro comercial Powerdio en su estado al día de hoy, tras más de quince años de venta e importanción al Japón de cultura y productos hispanos. Con unos quinientos metros de jardín y varias tiendas (en otro medio millar de metros, aproximadamente); entre terrazas, patios y un cenador, se comprende este lugar que ha dado a conocer los productos más extraños e interesantes que hemos ido encontrando y exportando desde nuestras tierras. En primer término y a nuestro lado, tenemos la foto de una sus entradas (tienda segunda y principal), en la que vemos hasta las famosas farolas madrileñas que se llevaron para vender en Japón. Abajo: La entrada y parking exterior de Powerdio, en la que se aprecian los olivos, las farolas y diversos materiales que se ponen a la venta diariamente en este gran centro del comercio.
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Tal como decíamos, el problema al exportar algo a Japón no es venderlo sinó que quienes lo compren sepan darle su uso. De ello, si importamos hasta el pais nippón queso de Cabrales (o de La Peral, tal como bien desea el presidente de COASA -mi amigo Marino González-); lo más importante de todo es enseñar a los japoneses a comerlo y a guardarlo. Pues de lo contrario, el primer dia que abrieran en un apartamento de Tokio una pieza de Cabrales -desconociendo su manera de mantenerlo, o sus recetas-, podríamos estar ante un caso de abandono del hogar, por parte de todos los miembros de una familia; además de ante una denucia del vecindario... . Ello, habida cuenta de las "propiedades oloríficas" del queso azul asturiano, que son "insuperables" y que en un hogar de treinta metros cuadrados puede suponer un verdadero caos -Más aún cuando de por sí a los japoneses les llama la atención mucho el olor a queso, debido a que no están acostumbrados a consumir productos lácteos-.
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De aquí que el reto de Powerdio para vender todo tipo de artesanía española, hasta tinajas, fuentes, bancos, e incluso las farolas; era verdaderamente importante. Pues no nos referimos a esos farolitos que hay en los centros comerciales normales, ni a las fuentecillas de cinco litros. Sinó se pretendió comercializar estas otras farolas de estilo decimonónico, que se multiplican por las calles de las grandes ciudades hispanas. Lámparas fernandinas, cuyo diseño debió ser lo único bueno que hizo aquel rey "felon"; que son preciosas y en las que si nos fijamos bien veremos como tienen el logotipo de las dos "F" cruzadas, junto al VII -signos del monarca de la anticultura-. Y dejenme llamar así a Fernando VII, al que apodaron "El deseado"; porque ese rey, cuando debía abrir y mantener una universidad, lo que decidía era que se construyera en aquella villa o lugar, una plaza de toros -para conseguir populismo y así además no tener que costear la enseñanza, ni apoyar económicamente a los estudiantes-. Algo que por entonces casi todos aplaudían; no solo porque ello suponía que habría fiestas y tauromaquias por doquier, sinó porque a la vez era muy seguro que de la ciudad donde se cerraba una universidad, desaparecían los profesores y los sabios -que tan molestos son para la convivencia y como ciudadanos...- .
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Pero volvamos a Powerdio, donde como decimos, lo difícil no era solo colocarle a un japonés una partida de tinajas, sinó explicar para qué sirve cada una de ellas -¡Pues vaya usted a convencer a un señor nacido en Takasaki (por ejemplo) de que en el jardín es mucho mejor tener tinas en cerámica de metro y medio de altura, que una colección de enanitos (con Blancanieves incluida)!-. A todo esto, para comunicarse con aquellos había que perfeccionar el idioma y no tener vergüenza de explicar lo que fuera y como fuera. Algo imposible, pues el japonés -tal como dice el chiste-, "Solo se llega a dominar cuando es muy bajito y no sabe karate". De lo que las reglas nemotécnicas y el aprendizaje del como se dice "porrón, tinaja, barrica" o "pesa romana" (y hasta "trillo de campo" en japonés), se hacía imprescindible.
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El hecho es que en unos meses supe palabras que ni los mismos japoneses habían escuchado en su vida, ya que aquí hacía cien años que nadie había trillado, quinientos que no se bebía el licor en un artilugio como un porrón o un pellejo, y más de un milenio desde que no pesaban las mercancías en balanzas tipo "romanas". De tal modo, cuando se acercaba un japonés a preguntarme "qué era eso, o lo otro", tras explicarle que se trataba de un trillo (por ejemplo), aquel solía quedarse pensando en la palabra pronunciada, comentando que había oído tal voz, pero de niño y por boca de su abuelo. Por lo que después debía exponerle el funcionamiento y función del trillo; narrando cómo antiguamente se recolectaba el trigo, separándose la simiente gracias a aquel artículo llamado en japonés "dakoku, o sori". A veces, y tras media hora explicándoles la trilla, la recogida de la semilla y exponiendo hasta que los burros se pueden alimentar solo con la paja que se sacaba al trillar...; me quedaba mirando al ínclito en cuestión y le preguntaba: -"¿Pero vas a comprar el trillo?"-. A lo que aquel decía: -"No, pero este centro comercial es muy divertido"-. Por lo que había de entenderse que mi misión estaba cumplida, puesto que nada hay mejor que interesar a los clientes sobre los productos que uno desea importar.
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JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Fotos actuales del interior en las tiendas de Powerdio. Como puede apreciarse, se venden productos de primerísmo órden hispanos, que van desde el mejor aceite de oliva, a la artesanía de gran calidad -como la más refinada carpintería española, trabajada en maderas especiales-. Frente a esos objetos de alta gama o lujo, se complementa el Centro Comercial con artesanía popular, que se vende en otras zonas o tiendas de Powerdio. Sobre algunos objetos curiosos y variopintos hispanos que los clientes piden -tanto como del medio para venderlos-, tratamos a continuación en nuestro artículo.

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Para comunicarse en el pais del Sol naciente, lo único bueno del idioma japonés es que su sonido (fonética) es tan parecido al español, que a veces uno ya confunde hasta qué lengua está hablando. Recuerdo como un día, degustando una fabada con amigos en España, cuestionó un nippón si aquella carne que contenía "el plato de cuchara" era de cerdo. El hecho es que para preguntar -"¿es de cerdo?"- en el idioma de Japón, comunmente se dice: -"¿Butá, no?"-. Así lo pronunció el comensal y al oir aquello, el cocinero que había preparado las fabes y que se encontraba junto a él, le dijo con tono muy severo: -"Hombre sale mucho mejor a leña, pero ahora hacemos todos las fabes con butano"-. Yo atendía perplejo al diálogo, sin comorender lo que hablaban y antes de que pudiera intervenir entre ellos, el extranjero volvió a señalar un pedazo de chorizo de su plato, preguntando de nuevo si era de cerdo (diciendo: -"¿buta,no?"-). A lo que quien lo había cocinado le confirmó repetidamente que era "de butano", todo con "butano". Tras ello, se volvió hacia mí el cocinero y me expuso: -"Oye esto de japonés debe ser muy parecido al español, porque llevo media hora hablando con este tío y nos entendemos perfectamente... Vamos, que hasta me ha preguntado la diferencia entre las fabes hechas en leña y en cocina..."-. No sabiendo qué contestarle y sin desear explicarle que le estaban preguntando sobre el tipo de carne, simplemente afirmé que eran los dos muy inteligentes y que por eso se habían entendido tan perfectamente...
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Lo que arriba expongo no es un hecho aislado ni un caso excepcional, puesto que el problema a veces nace cuando se está hablando en español y ellos creen que es japonés lo que se dice (y viceversa). Tanto que a veces oyen palabrotas y voces malsonantes, que confunden con vocablos nippones, mientras lo se está hablando es español. Me contaba mi amigo Paco de Antequera -guitarrista también afincado en Japón, y que tristemente murió hace diez años-, que cuando cerraba los ojos en el tren o en el metro de Tokio (sobre todo cuando tenía sueño), siempre oía a los de alrededor hablando el español. Tanto es así, que me llevó a hacer la prueba y una vez subidos a un transporte público me confirmó como parecía que unos decían: -"Paco, vamos a quedar mañana a tomar algo"-; mientras los restantes japoneses del vagón contestaban: -"No mañana no que es muy mal dia..."-. Ello todo con sonido a un buen acento de Málaga y confirmándome que parecían andaluces charlando, sobre todo unos que venían en el pasaje de los que decía Paco: -"Mira si aquel parece que es de Lepe y está diciendo ´barcón y zordao`. Y el otro de más allá, tiene pinta de ser de Estepa y de ir hablando de sus ´mantecaos`. ¿No lo oyes?. ¿Si dicen ´polvorón` y todo?..."-. Después, pudimos comprobar que los mencionados viajeros de delante, estaban hablando de un tal Paul Varrón... .
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De tal manera y como explico, muchos son los parecidos entre España y el Japón; algo que no solo concierne a las similitudes fonéticas de su idioma, sinó que fundamentalmente reside en el sentido de la vida y en el del humor. Sobre lo primero y entorno a las creencias, tenemos con el país asiático muchas coincidencias. Fundamentalmente en las formas en las que las amas de casa disponen los altarcillos y santuarios, para que Dios nos ayude en el hogar y en la familia (lo que loe romanos llamaban "lares"). De ello, para los japoneses -especialmente para las mujeres mayores- resulta maravilloso cualquier santo o imagen que nosotros tengamos por muy milagrera. En especial les encantan las estampitas, las medallas y algunas esculturitas de vírgenes; entre las que prefieren las de El Pilar y la de El Rocío -seguramente por la publicidad sobre sus milagros que andaluces y aragoneses ya llevan años prodigando en esas tierras donde el Sol nace-. Siendo también muy bien acogidos el San Judas Tadeo (patrón de los imposibles) y sobre todo el San Pancracio, del que saben, sirve para la loteria y para la suerte -siempre que se le ponga bien el perejil-. De ello, en la tienda es muy importante que algunos objetos sean de este tipo y hay que explicarles que tan milagrosas como las pilas benditeras españolas, no hay otras en el Mundo. Sobre todo las que vendemos hechas por Emilio Moreno -uno de los mejores ceramistas que hay en España-, y que deben ser tener grandes dotes, pues se distribuyen bastante bien. Ajeno a la religión, está el tema de la suerte y de las costumbres ancestrales para evitar el "mal fario". Algo que también les encanta a los japoneses; divirtiéndoles mucho llevarse a casa artículos como la "mano de fátima", o las aldabas y llamadores de puertas que evitan la entrada del "mal de ojo" en el hogar.
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JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, un rincón del Centro comercial en la tienda primera, donde se venden llamadores de puerta, algunos sobradamente conocidos por su uso contra el mal fario. Estas son las "manos de fátima", tanto como las "aldabas de mano", que se usaban y se utilizan aún en algunos lugares para hacer huir al "Mal de Ojo" del hogar. Esas y otras historias y costumbres ancestrales les encantan a los japoneses, quienes sin creer en las meigas saben que "haberlas hay las" y por si acaso, mejor es poner algo para evitar malos influjos... . Sobre ese tema siempre les expongo que una eficaz tecnología que les podemos exportar es de este tipo; ya que timbres y porteros automáticos los pueden fabricar en cualquier otro país, pero esas aldabas con manos que evitan el mal fario, son solo un producto del Mediterraneo.
Abajo, un rincón con pilas benditeras del Puente del Arzobispo, hechas por mano de uno de los mejores ceramistas que hay en nuestro país: Emilio Moreno (del que se exhiben fotos arriba decorando platos y objetos en su taller toledano). Evidentemente, ya solo al saber los japoneses que el lugar de origen de estas pilitas es "La Puente del Arzobispo", puede certificarse la eficacia milagrera de ellas... . En Japón, sobre todo las amas de casa, ponen junto a sus templetes caseros objetos de culto occidental; allí mismo, situan a veces hasta la libreta de la cuenta corriente (o la tarjeta de crédito), para que nunca haya problemas de dinero en el hogar.



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BAJO Y JUNTO ESTAS LINEAS: Al lado una mecedora de madera de olivo y un costurero. Yo les explico a los japoneses que mucho mejor que regalar a la abuelita una pantalla de plasma (de esas de metro y medio por un metro), con la que va a terminar perdiendo la pobre viejecita el tiempo y la vista. Infinitamente más adecuado, es regalarle este "set" de un precioso costurero con su mecedora, en el que la abuelita va a hacer ejercicio (meciéndose) y unos preciosos objetos de encaje y lana, que ejercitarán las manos y su mente... . Se me quedan mirando sin saber muy bien a veces si les hablo de broma, pero al rato se dan cuenta de que lo que digo es tan cierto como la vida misma, pues antaño los viejecitos eran mucho más listos (seguramente gracias a no ver tanta televisión). Para finalizar les comento que la alfombrilla y las zapatillas van incluidas de regalo y en el "set"... .


Abajo, igualmente otro ejemplo de "alta tecnología ibérica"; en este caso se trata de tejidos de esparto (gienenses), un artículo milenario en la Península Ibérica. Puede producirnos mucha risa hablar del esparto como "alta artesanía" española, pero lo único cierto es que la belleza y la calidad de los artículos hechos con este material, supera cualquier otra imitación. Los japoneses conocen bien cual es la calidad de los objetos que compran y saben que una cesta -o una bolsa- de esparto español, es casi indestructible; mientras, las malas imitaciones, aún siendo mucho más baratas apenas duran unos años. Alfombrillas, bolsas, cestas -e incluso cortinas en este material-, son algunos de los artículos que más solicitan en Japón. 




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JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Algunos de los "inventos hispanos" más esperados por los amantes de las setas se venden en Powerdio. Al lado, bastón porta-setas. Como podemos observar este cayado tiene en su parte alta una cesta en la que se pueden ir guardando aquellos objetos que durante nuestro paseo por el campo nos vamos encontrando (aparece en él una piña, pero puede contener hasta varios kilos de setas... Una maravilla tecnológica).
Abajo, a la izquierda de la imagen, el cuchillo para sacar y limpiar setas es otra aportación hispana al mundo de la tecnología. Vemos en este como su navaja guarda la forma de uña (ideal para extraer la seta) y a la vez tiene un cepillo al final para limpiarlas y quitarles la tierra y suciedad. A su lado, varios apagadores de velas, que nos hablan del sentido ecológico y moderno de la vida (en la que no hay que malgastar electricidad...) .

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BAJO y JUNTO ESTAS LINEAS: Vemos algunos de los artículos curiosos que pueden comprarse en Powerdio, donde además se venden alimentos de la más alta gama española. Entre ellos es divertido encontrarse con objetos como el puchero, el mortero y el exprimidor (típicamente hispanos), así como con las lámparas de aceite, que hasta hace cien años se usaban en todos hogares de pueblo -ver fotos contiguas-.



AL LADO: el medidor de agua y la verdadera regadera, que han ser siempre de latón y no de otro material. ABAJO: Unos zapatos de los que debieron usar ya los celtas, con suela de madera y muy comunes para las vendimias en Portugal. Hoy se fabrican calzados similares modernos, (como zuecos, tan recomendados para la salud), aunque los originales son este modelo que quizás tiene miles de años y que gasta varios pares de pies, mucho antes que un par de suelas... .



AL LADO: ¿Para qué esos móviles de pantalla líquida y con mil prestaciones, que nos hacen perder el tiempo estudiando sus infinitas funciones?. Mucho mejor es este último modelo de teléfono, que en la casa o en el coche puede hacer las mil delicias de vecinos y amigos. 

ABAJO: Raspadores antiguos cazos y pucheros, tanto como objetos hechos por nuestro magnífico artesano de la madera de olivo (quien se llama hasta Óliver de nombre). Estos y otros, son muchos de los tesoros que guarda Powerdio.

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JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: El centro comercial está regentado por varias personas entre las que destacan hoy: Hagiwara-san, Motegi-san, Kawaguchi-san, Matsuda-san. En la foto, al lado: Las Sras. Motegi y Matsuda prueban y catan las sardinas en aceite, el aceite de oliva y la sal, recién llegadas de España; junto a ellas, el Sr. Hagiwara (sentado). Abajo, clase de arreglo florál impartida por la Sra. Motegi; a su lado y a nuestra derecha, la Sra. Kawaguchi.