viernes, 29 de marzo de 2013

La crisis de Occidente, capítulo IV: SIN PATRÓN... LA NAVE A LA DERIVA.


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ARRIBA: Deidad del lingote, hallada en Enkomi (Chipre) y fechado hacia el siglo XVI a.C. -reproducción propiedad del Museo de Sevilla, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. Se le considera un dios de la guerra, de la economía y del metal; por cuanto se representa con armas y casco, pero sobre un lingote de cobre. Talentos cúpreos que en el Egeo y durante la Edad del Bronce tuvieron esta forma de piel de toro, por simbolizar y medirse en aquellas piezas la pecunia: Las riquezas (voz que procede dela latín "pecus"="animal"). Comenzamos el artículo de hoy encabezándolo con este divo metalúrgico chipriota con más de tres mil quinientos años de antigüedad y que se eleva sobre el patrón económico de su época: El lingote con forma de pellejo de buey. Ponderal pre-monetario en cobre (que lógicamente tuvo equivalencia en oro y plata) y que expresaba fundamentalmente el precio de cada talento, equivalente a un número de cabezas de ganado. Todo lo que fijaba ya por entonces el mercado en unos valores establecidos: Seguros, ciertos, comprensibles e inalterables. Pues la economía es -sobre todo- el arte de hacer confiar a los demás en nuestro trabajo y producción.
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ABAJO: Lingotes cúpreos de la Edad del Bronce -similares al anterior- pero en este caso hallados en Creta central y del Este; fechados entre el 1650 o el 1450 a.C. (propiedad del Museo Arqueológico de Heraklion al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Estos bloques de cobre, metal que los cretenses, micénicos o chipriotas traían de tierras lejanísimas (entre ellas las nuestras). Eran fundidos en la forma que vemos, en piezas de unos 25 kilos, con el fin de comercializarlos como patrón económico común del Egeo. Si observamos bien estas dos "minas" de la fotografía, se verá como tienen forma de un gran hacha doble (o bipenna) y no tanto de piel de buey. Ello, porque lógicamente uno de los primeros ponderales económicos (o monedas precarias) hubieron de ser las hachas de bronce, que servirían como dinero para intercambiar mercancías.
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Hacia el 1500 a.C. (tras la caida del Imperio minoico), podemos suponer que en el Egeo dejaron de utilizar hachas para trocar los objetos. Algo que sucede quizás por la peligrosidad de aquella "moneda", que era en sí mismo un objeto bélico y podría armar a los comerciantes (hecho este que también impediría el intercambio con extraños, o extranjeros). Siendo entonces cuando se debió generar el patrón "cabeza de ganado" en relación a metales en bruto, que se simbolizó en estos lingotes piel de buey. Todo ello, además, contenía un significado intrínseco y cultural, por el que se prescindía de valores militares en los intercambios (que ya no trocaban hachas), dando paso a un mercado en manos de gentes profesionales del comercio. Lo que relatamos, otorgaría al metal un valor simbólico por primera vez en la Historia (al margen de la utilidad que tiene), dando paso a lo que más tarde se constituye como patrones monetales. Sistemas de ponderación de valores acordados, por los que se le estipula un precio oro (seguido de la plata y del bronce); valor sobre el que se va categorizando el coste de todo los demás.

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Cuanto narramos, sucedió al menos hace tres mil quinientos años (en el Egeo, entre otros lugares) y es en verdad el misterio del cual nació la economía o el intecambio, tal como lo concebimos. Algo que ya habían iniciado de una forma muy semejante Egipto y Mesopotamia, unos mil quinientos años antes que Creta o Chipre. Siendo en el Nilo o entre el Tígris y el Eúfrates, donde realmente establecen el patrón oro. Sistema que se tuvo como medida absoluta de la economía durante al menos cinco mil años. "Patrón oro", que en estos días se ha reemplazado o suprimido (quizás por hallarnos en el final de la Era de los Metales...). Conforme a todo ello, en este artículo nos preguntamos: ¿Estará el origen de la crisis en este cambio de patrón, y en el abandono del metal como valor para establecer los precios?. ¿Habrá terminado la Era de los Metales y con ello el oro ya no puede establecerse como base económica?. Cuestiones como estas intentaremos resolverlas en la presente entrada, en la que pretendemos hallar una explicación filosófica a las crisis y a las turbulencias económicas que sufre Europa actualmente.
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A) EL PATRÓN METAL:
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Hemos comenzado el artículo de hoy ilustrándolo con el dios del metal (o del lingote) de Enkomi, en el deseo de solidarizarnos con Chipre; isla que en estos días sufre una terrible convulsión económica (de la que nos preguntamos las razones). Curiosamente, parte de mi interés arqueológico se fundamentó principalmente en investigar el principio de la economía en la más remota antigüedad, tanto como la historia de la minería y de la metalurgia. Hechos estos que dieron comienzo a nuestra civilización ibérica, habida cuenta que la Península que habitamos era hace miles de años un yacimiento riquísimo en oro, plata, cobre y estaño. Tesoros que vinieron buscando los Egeos y las gentes del Mediterráneo Oriental, quienes desde comienzos del III milenio explotaron minas como las de Rio Tinto o las del Atlántico Norte; portando sus gentes, su cultura y su civilización. Dicho esto y entendidos los motivos que me introdujeron en el estudio de la minería arqueológica, el comercio de metales y su significado; intentaremos explicar y resolver algunos enigmas que hoy vivimos, pretendiendo analizarlos y comprenderlos desde los misterios del pasado. Exponiendo y explicando claramente lo que significaba el patrón oro en la remota Antigüedad y las razones por las que nacieron las monedas, o los valores mercantiles con sistemas basados en metales. Todo lo que se origina y desarrolla precisamente en los siglos en los que llega a su plenitud la Edad del Bronce (desde el 3000 hasta el 1400 a.C.).
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Referido al tema, comenzaremos por narrar como hace no muchos años, un amigo japonés muy inteligente conocedor de mi interés por la Antigüedad, me hizo una comprometida e interesante pregunta. Cuestionándome aquel compañero que se llama Tsurubuchi, por qué y cuando comenzó a valorarse el oro como patrón. Yo le respondí que ese preciado metal como medida se fija en una época anterior a las Pirámides y que el sentido de este como sagrado se debía a un concepto espiritual. Ya que el valor oro en principio era puramente religioso (o simbólico), tanto que servía principalmente para crear enseres del templo, figuras divinas -o bien se usaba el oro y la plata para hacer objetos funerarios-. Ello, porque son eternos de algún modo; tanto que si alguien escribe su nombre en esos metales para guardarlo en su tumba, o se enterraba con una máscara envolviendo en oro su rostro, su nombre y su cara pasaban a la Historia (como sucedió con Tutankhamón o con Agamenón de Micenas).
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Por todo aquello, le expuse que el patrón oro-plata servía como medida de todas las cosas; habida cuenta que marcaba la Eternidad en el Mundo -funerario o religioso; como lo inalterable, o lo que no se pudre-. Mi genial amigo Tsuru (que es como le llamamos) quedó pensativo y tras ello me respondió: -"¿Entonces... El valor de esos metales era religioso, o social...?"- (1) . Le respondí que fundamentalmente espiritual, y él no paró de reflexionar sobre el deseo de algunos reyes por enterrarse con una "simple" máscara (como la de Tutankhamon); lo que parecía una simple costumbre pero que generó un patrón económico; algo que por lo demás fue el motor de toda el mercado hasta hace apenas unos años.
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Por su parte, esta conversación que narro también me dejó cuestionándome los motivos y valores de la moneda en nuestro tiempo, ya que en estos años del Euro se ha abandonado el mencionado patrón-oro. Preguntándome por ello: ¿Cuál es la base de la economía nuestra a día de hoy, si no precisamos ya del metal para medirla...? . Pues no teniendo un patrón oro, habrán de observarse otros puntos de referencia para poder generar y valorar el dinero. Referncias que claramente y actualmente se han fijado en parámetros sociales, laborales, de producción o de política económica. Siendo así que una tasa baja de paro, o una producción alta y un PIB floreciente, son los hechos que marcan las posibilidades de poner más o menos billetes en el mercado... . Pero aunque teoricamente todo parece cierto y perfecto, yo me pregunto: ¿Será este sistema real a efectos de la economía doméstica y de la calle; o viviremos en un momento de "mercado virtual", que pueda ser tan inefectivo para la producción como el "sexo virtual" lo es para la reproducción...?..
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ARRIBA: Conjunto de hachas neolíticas halladas en Asturias que se exponen en el Museo Arqueológico de Oviedo (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). En mi opinión personal, la primera forma de comercio más extendida y común se tuvo que realizar con hachas y durante el paleolítico. Algo que se puede demostrar históricamente ya que determinados objetos fabricados en obsdianas o en piedras que tan solo se dan en una región, aparecen extendidas por infinidad de lugares, en ocasiones muy lejanos (a veces a miles de kilómetros de distancia). Un mercado palelítico que podemos constatar en el Egeo, donde existen canteras que fabricaron determinadas hachas que se hallaron en el Sur de Francia. Al igual que sucede más tarde con los enseres de yacimientos como Çatal-Huyuk (en Turquía), emplazamiento este, que se basó en el comercio de obsidiana desde el 8000 a.C., extendiendo los objetos fabricados con su piedra por todo el Oriente Mediterráneo. En otros puntos del Planeta y durante el Palelítico o Neolítico sucedió de forma igual, tanto que en Japón la industria de bipennas líticas estaba casi institucionalizada, existiendo auténticas fábricas que distribuían sus puntas o lascas por todo el archipiélago
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Pese a ello, hay un segundo aspecto que pronto comienza a aparecer desde el principio del Neolítico y que supone el nacimiento de un valor espiritual en esos objetos. Nos referimos a la creación de determinadas hachas talladas o pulidas, en delicadas piedras y que ya solo debieron tener un uso estético. Algo que se intuye porque aparecen en los yacimientos sin un solo golpe (lo que demuestra que son votivas y que nunca se hicieron para utilizarse). El hallazgo de este tipo de bipennas, a veces fabricadas en obsidianas extrañas y muy delicadas -incluso en fragilísimas fribrolitas-, obliga a pensar que solo tenían un motivo estético o religioso. Ello porque además suelen encontrarse en recintos funerarios o en lugares sagrados, lo que obliga a pensar que estas hachas contienen tan solo un valor espiritual o de prestigio (nunca de uso).

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Esas bipennas votivas que se hicieron en el Neolítico (especialmente en la edad dolménica); hemos de afirmar que se trata de una fabricación en serie de un objeto de prestigio, que por su belleza o significado, tendría tan solo un valor cambio (como una moneda). Lo que se relaciona con otros objetos usados para el trueque, en esta misma época (antes de los metales), como lo eran las cuentas de collar y los adornos personales. Todo lo que se perfecciona hasta lograr una forma muy semejante al dinero cuando a través del batido en frío lograron hacer abalorios en plata y oro. Un hecho que confiere un nuevo sentido a los objetos de mercado, pudiendo intuirse que estas hachas votivas o las cuentas de adorno neolíticas, fueron las primeras monedas en el sentido económico del término. Al ser un objeto inútil sobre el que se estipula un valor social muy superior al valor real que tienen -ya que prácticamente carecen de utilidad alguna-.

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ABAJO: Depósito de hachas, del bronce antiguo, procedente de Asiego (Cabrales) y propiedad del Museo Arqueológico de Oviedo -al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. El hallazgo de numerosos depósitos como este (cargados de hachas de bronce) en opinión de algunos arqueólogos conformarían el testimonio de los  fondos de talleres metalúrgicos, con material para reciclar en la forja o fundición donde estaban. Pese a ello, un hecho muy extraño rodea a la gran mayoría de los hallazgos de estas numerosísimas hachas que comunmente se encuentran como las que vemos (en perfecto estado, siendo muy pequeñas de tamaño). Nos referimos a que esas armas generalmente no han sido utilizadas -carecen de un solo golpe o marca que hablen de que hubieran sido usadas-. Ello me hace suponer que tras fabricarse, han sido guardadas donde quedaron durante los tres o cuatro mil años que nos separan de ellas.
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Evidentemente, encontrar decenas (a veces centenares) de hojas de esas bipennas de la Edad del Bronce y sin estrenar, ha de considerarse desde un punto de vista real; siendo impensable que al metalúrgico le llevaran comunmente hachas nuevas para que las refundiera en el horno. Por lo que la hipótesis más realista es pensar que estos depósitos se corresponden con "ahorros" o "bancos" de personas (particulares o bien militares) que guardaban aquellas bipennas sin usar, como "caudales" o como un medio de vida. Siendo con ello lógico deducir que los grandes señores, tras haber logrado vender su ganado, pertenencias, o sus tierras; pudieran cobrar en estas hachas las mencionadas transacciones. Dejándo tras el trueque escondidas las bipenas (allí donde se perdieron, y fueron halladas). Hachas que sus propietarios guardarían para venderlas, en caso de necesidad; o para usarlas en el de invasión o guerra, armando a sus gentes y a los pueblos amigos.

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Todo lo que explicamos con estas armas de bronce que tan comunmente se encuentran en depósitos de hace más de tres mil años, demuestra un claro ejemplo de primer patrón monetario (ya en la Península Ibérica). Dinero fabricado de un modo similar a la acuñación numismática, pero cuyo valor tan solo debió ser de "uso" (ya que en verdad servían para la guerra o como herramientas de campo). Debido a ello, el intercambio con estos objetos no puede considerarse propiamente monetal, ya que al ser útiles, su precio dependería directamente del valor que le otorgaran como herramientas. Por lo que hemos de considerar como simple trueque el mercadear con estas hachas (no comercio, que se realiza con un patrón común pero abstracto -como es el oro, la plata y fundamentalmente el dinero-).

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Así pues, también habríamos de plantearnos si las hachas votivas del neolítico y los abalorios o cuentas de collar, pudieran ya relacionarse con la moneda, al ser valores simbólicos o estéticos (intercambiando un objeto sin uso, al que consideraban una forma de pago). Por todo cuanto estas bipennas que vemos en la imagen y que tenían plena utilidad, quizás no se pudieran concebir como dinero, sinó más bien en su valor uso. Pese a ello, su contenido en metal y su posible relación como un patrón bronce valorado en base con el oro y la plata, plantea ya si no se trataría de un ponderal delimitado y marcado entre algunas esferas o élites de la Edad del Bronce. Gentes que intercambiarían esas hachas a modo de moneda y quizás concediéndoles un valor mucho mayor del que tenían como objetos de guerra, o como herramientas.
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En la Antigüedad no hubo errores al medir la economía, pues la ponderación se hacía fundamentalmente en base a la alimentación, a las necesidades y al armamento.
De tal modo, los animales domésticos podían ser quizás facilmente valorados en razón de su peso en carne; pese a ello, al intercambiar objetos manufacturados comenzaría el problema del trueque. Así -por ejemplo- tasar unas sandalias y un peplo, se haría en función de la calidad de aquellas pendas y de las necesidaes de cada cual. Debido a ello y por la obligación de regularizar bien el valor de los objetos, para un perfecto mecado, nació el patrón metal. Valor, que por otro lado debía ser abstracto y en base al "uso y cambio" que los metales tenían, ya que curiosamente se fija tan solo con los metales semipreciosos o preciosos. Siendo el patrón real y útil, el bronce; que se usaba para crear armas en su Edad, tanto como en la Era del Hierro se fundía para realizar cascos o corazas.
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De tal modo, en la econonomía antigua, el valor de la moneda nacía del poder militar o de la capacidad de crear armas y petos (hachas, espadas, escudos y equipamiento para los soldados). Consecuentemente, si la ciudad-estado era pobre en bronce (o en hierro) valoraría de un modo distinto el metal, lo que hacía que una misma moneda en un lugar diferente pudiera valer mucho más. Es decir, que mientras un hoplita griego podía ganar un dracma al día, un guerrero ibero en la misma época para conseguir esa cantidad de plata necesitaba trabajar unas diez veces más. Todo lo que facilmente ponderaba las economías y marcaba el comercio, en base al poder armamentístico, cultural y minero de las zonas.
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Pero esta organización en base al patrón metalúrgico parece que a día de hoy llegó a su término. Algo que posiblemente sucede porque como ya dijimos, la Edad de los Metales está finalizando en nuestros días. Iniciándose en nuestro tiempo una nueva Era, época diferente que arranca y da comienzo hace unos quinientos años, cuando empieza una nueva etapa histórica en la que se utilizaron armás de explosión. Armas de pólvora que comenzaron a mi modo de ver la Edad Moderna, ciclo que llega a su cúspide en estos días donde termina la Era del Metal y comienza la Edad del plástico y del armamento de gran explosión (como las nucleares). Siendo así que a la par de los tiempos se pierde el patrón oro, algo que quizás impide ver la realidad de la economía (que ha de basarse en el precio de los alimentos y de los enseres de primera necesidad). De ello no sería extraño pensar que sin un patrón monetario bien ajustado, quizás somos incapaces de conocer bien el valor de nuestra moneda.... Y cuando se crea más dinero del que el mercado admite, este ha de devaluarse.... . Pues el precio del dinero, hasta hace muy poco se medía perfectamente de forma comparativa entre paises y sobre sus reservas de oro, plata o metales. Medida que con el euro y en Europa ya no tiene esa ponderación tan exacta... .

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IMÁGENES, SOBRE Y BAJO ESTAS LÍNEAS: Vitrinas del Museo Arqueológico de Valencia (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen), en su exposición "Historia del dinero". En la foto superior vemos los valores y precios en denarios hispanorromanos; pudiéndose observar que el sueldo de un legionario era igual al valor de un buey (diez denarios). Por su parte, en la imagen de abajo observamos los divisores del Denario hispanorromano, que correspondía a dieciseis Ases de bronce. Un precio muy devaluado y diferente al que tenía el As en Roma (Italia), donde el Denario como su propio nombre indica, valía diez Ases. Por su parte, los pesos de ambas monedas eran: Denario de plata (unos 2,35 gramos) y As de 14 gramos de cobre-latón, en aleaciones diferentes. Por todo ello y sabiendo que 71,5 Ases correspondían a un kilo de cobre y 425,5 Denarios uno de plata; podemos deducir los precios que había en el siglo I a.C. en la Hispania recién conquistada por los romanos. De tal manera, a mi juicio en aquella época unos 95 kilos de cobre se correspondían a uno de plata (en virtud de la valoración y peso de estas monedas), lo que no está muy lejano a los precios de hoy en día en el que el cobre se paga a unos 6 euros kilo y la plata sobre los 800 E. kg. (es decir a 1/134).

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En los párrafos anteriores explicábamos la valoración y tasación de la moneda en la Antigüedad, con relación al cobre, ya que realmente era este el metal base del sistema económico. De tal modo que este bronce (o latón) era un semiprecioso patrón para delimitar el comercio, principalmente porque con aquel se creaban armas y protecciones para la guerra -tanto como servía para hacer los utensilios más sofisticados y preciados-. Pudiendo considerarse esas aleaciones cúpreas "un plástico" de hace dos o tres mil años, ya que gracias a aquellas se realizaban infinidad de objetos, que en otros metales hubieran sido imposibles fundir o trabajar. De lo que se comprende que el sistema monetal antiguo se basaba realmente en un valor uso, que se relacionaba con otro valor de cambio que posteriormente se daba al oro o a la plata (conforme las existencias de estos dos últimos minerales tan escasos).
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No quisiéramos afirmar con lo antes dicho que hoy en día el dinero carece de una base real, sino simplemente exponer que quizás se ha cambiado la forma de medir su uso y su cambio, y que ello puede producir enormes confusiones. Tantas como para quizás haberse generado realmente más moneda de la que puede soportar la Comunidad Europea, al concederse créditos por un valor muy superior a lo que en verdad era el precio de lo hipotecado. Algo que ocurriría lógicamente al unificar diferentes naciones bajo el Euro y en un mercado donde ya no había fluctuaciones de moneda. Resultando así que los bancos, sabiendo que el dinero de su país ya no se devaluaba frente al de otros, seguramente perdieron "el miedo" a conceder préstamos -al ver que ya no bajaba su moneda nacional, lo que antes del euro encarecía el crédito tomado en el exterior-. Ya que hasta la unión monetaria, el sistema de control natural era la tasación de la divisa particular; empobreciéndose a aquellos que ya no soportaban el valor de su dinero, con una simple devaluacón.
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De ello, hasta entonces, los créditos se daban conforme el banco consideraba que podía hacer frente a las deudas de los préstamos tomados en paises extranjeros. Es decir, que ante el riesgo de una devaluación de la moneda propia (la peseta, por ejemplo) los empréscitos se cortaban o se elevaban en sus intereses -para poder hacer frente a los que esos bancos tenían acordado con sus "socios" de otras naciones-. Pero "todo aquello" desapareció cuando se unificaron las economías en una sola moneda, generándose un problema añadido, tal como es la diferencia de mercados y de empujes en los distintos paises. Habiendo resultado finalmente este hecho, algo semejante a una carrera de fondo corrida por una clase entera de chicos. Chavales que durante el primer kilómetro van juntos y charlando, aunque poco después empiezan a despuntar en la cabecera los mejores (que quieren salirse de "la manada"); debido a lo que más tarde veremos a un pequeño grupo de tres o cuatro al frente, una gran masa en el centro -siguiéndoles como pueden- y otros tantos que se van quedando paulatinamente tirados a cada metro que se avanza... . De ello, los buenos profesores de gimnasia siempre dividen las clases en grupos (por fortaleza o aptitudes), para que así al menos los débiles trabajen algo y no se caigan al suelo, y los fuertes ejerciten su superioridad con unos programas adecuados.
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Pero aquel sistema económico diferenciado, que parecía tan sensato como dividir una clase de gimnasia en grupos; fue cambiado por un "todos a una". Algo que realmente ha generado el agotamiento de los que vamos a "la cola". Más aún si el patrón actual ya no está en el oro y son parámetros económicos interiores, por los cuales para devaluar la moneda ya solo podemos pedir que nos presten más dinero en las condiciones que impongan. Es decir, que al no tener una referencia en divisas de oro -ni la de bajada de cotización propia-, el resultado es que se precisan los billetes en metálico, a cambio de anular cuanto había en "numeros", o "en papel" en los bancos (acciones, inversión o ingresos que se consideran en quiebra y sin valor).... . Algo durísimo y que está produciendo a día de hoy terribles tragedias en paises como el nuestro, Portugal, Italia, Grecia o Chipre.
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Lo que quizás pudiera llegar a un arreglo si se retomara una guía y un patrón (oro, petróleo, gas, etc), separando de algún modo la moneda común en una segunda parte llamada "Euro-Sur". Un nuevo Euro que se midiera en céntimos y no en unidades, para evitar la inflación y ajustar más los precios. Es decir que un Euro-Sur con igual valor y divisa, fuera emitido para su uso en los paises "en apuros". Generando un nuevo billete de uso tan solo en las zonas que lo solicitaran, y que este fuera fraccionado y valorado en 100 céntimos. De lo que resultaría que el billete de 5 euros pasaría a ser de 500 céntimos, por lo que el precio de un botella de leche se escribiría 110 E-S y no como ahora que vemos 1,10 E. (con lo que la "cesta de la compra" se equilibraría mejor). -Arreglos e ideas como la anterior, las presentaremos a continuación; conforme pude ver que la Antigüedad y durante toda la Historia, este tipo de pequeñas "chapuzas económicas" que muchas veces logran salvar un gran problema-.
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EN LAS IMÁGENES SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS: Arriba, imitación de cuentas de pasta vítrea fenicia que engarzaban los púnicos en collares y adornos de abalorios; con los que entre los siglos VIII a IV a.C. comerciaban en el Occidente Mediterráneo. Conocidos por los griegos estos dijes y cuentas púnicos con el nombre de "artimalia" (quincallería), eran la moneda de trueque para los comerciantes fenicios cuando llegaban a tierras del Occidente (como la Penísula Ibérica). Los traían en cantidades ingentes, para cambiarlos principalmente por metales preciosos. Algo que a los griegos les parecía un verdadero timo, acusando a los de Fenicia de inundar las costas del Mediterráneo de esta basura hecha en pasta vítrea, o en madera, metal y hueso. Pese a todo, el éxito de esos abalorios y de su distribución y compra por los indígenas de nuestros litorales (o los de Italia) se debía a las cualidades mágicas que decían tenían. Habiendo extendido por todo el Mediterráneo los primeros que llegaros a nuestras costas, la costumbre del amuleto con el "ojo azul" para combatir el aojo;quienes  por lo demás también concedían poderes apotropáicos a cuantos dijes vendían o cambiaban con iberos o etruscos.
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Abajo, podemos ver otra de las "monedas" antiguas y anteriores a la acuñación, como fueron las pieles de las reses. Observando este dibujo del cuero de un bovino (en imagen), se entiende perfectamente la forma y diseño de los lingotes antiguos, tanto como el patrón "buey" que expresaban aquellas piezas. Unos valores muy importantes y tasados en cabezas de ganado, que en las fotos anteriores comprendimos como equivalía al sueldo de un legionario (diez Denarios, el precio de un buey en la época; pero que en Hispania sería de 160 ases -con el As a 16- mientras en Roma valdría slolo 100 ases).
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B) EL PATRÓN ESPIRITUAL:
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De cómo se ha llegado desde la opulencia de hace unos años a la crisis de hoy, todos nos preguntamos las razones. Aunque fácil será ver que hasta la unificación del euro, el método para regular las diferentes monedas (que fluctuaban) era muy similar al de la Antigüedad o al histórico, con un patrón metálico en reservas de oro. Un mineral tan absurdo como innecesario y que solo se adquiría cuando una Sociedad tenía grandes excedentes. De tal manera, ese inútil oro se compraba como forma de asegurar y afianzar la moneda. Fondos en patrón metal que de disminuir en relación al dinero emitido, avisaba rápidamente que había que devaluarse la divisa que sustentaban. Así era cuando la peseta bajaba y comenzaba el negocio del turismo, que llegaba "a manadas" por los Pirineos, tanto como mejoraban las exportaciones (saneando finalmente la economía). Pero de igual manera, en esos momentos de grandes devaluaciones, los bancos tenían enormes problemas para poder hacer frente a las deudas contraidas en el exterior (los préstamos con el extranjero). Un problema bancario que teóricamente desapareció al unirse Europa en el euro (hace unos díez años)... .
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Debido a lo que narramos, los bancos del Sur cuando "entramos en el euro", ante la imposiblilidad de devaluación de monedas nacionales, considerando que siempre podrían devolver el crédito exterior, paece que concedieron todos los préstamos habidos y por haber. Con ello, las viviendas subieron de valor inesperadamente y cuando nos quisimos dar cuenta se estaba pagando por un metro cuadrado de tierra -o de edificación- mucho más de lo que realmente valdría nunca jamás. Algo de lo que nadie se percató hasta la llegada de la crisis, quizás porque no hubo patrón económico que lo avisara. Ya que al no tasarse en metales el dinero emitido (o prestado), quizás no se pudo intuir de antemano lo qué iba a suceder con la moneda unida. Un dinero que por primera vez en la Historia no procedía desde una base en oro -aquel inútil mineral que para nada sirve y que tan solo demuestra un "excedente" en la economía-. Metal que como dijimos, los paises compraban para afianzar su dinero, y que hoy se adquiere por el motivo contrario: Porque el sistema no es seguro. Todo lo que muestra que existe en verdad el patrón (aunque no se desee admitir). Metales utilizados desde hace cinco mil años para medir la economía de forma sencilla, pues cuando la riqueza crecía eran la más segura inversión para las naciones; mostrando y demostrando cuanto excedente tenían en sus fondos.
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1-. Imnhotep y el "patrón medida":
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Hace cinco mil años Imnhotep instituiría los patrones en el Antiguo Egipto. Lo hizo al servicio del faraón Djoser y como Gran Arquitecto, a la vez que príncipe-visir (chaty), matemático, médico y teólogo. Este que decimos -y no otro- en mi opinión es origen filosófico y religioso del Imperio del Nilo, que durante sus casi tres mil años de existencia continuada conservó unas longitudes y valores iguales (en sus calendarios, en su metrología, sus ponderales y en su forma de apreciar económicamente los objetos). Patrones que derivaron desde las medidas que los egipcios consideraban perfectas, nacidas de las que otorgaban a la Tierra, al Sol y hasta de las que suponían como distancias entre los astros en el Universo. Por ello, los ponderales y la metrología del Nilo eran dogma de fe inalterable; un hecho que no lograríamos entender como bueno a menos que pensemos que para una economía saneada, es imprescindible un patrón común y sin cambios; perfectamente fijado, medido y regulado, sin posibles alteraciones.
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Lo que narramos era tan cierto que en el Juicio Final (juicio de Osiris) una de las preguntas a las que el difunto debía someterse era la de nunca haber alterado los pesos y medidas. Menos aún si en vida fue comerciante o funcionario; puesto que el Nilo tenía varios encargados en ponderar y pesar la mercancía y género que se debía -o deseaba- regularizar. De tal manera, existían gremios de ponderadores, cuyas balazas guardaban una enorme precisión y cuyo trabajo y misión era la de pesar, dando fé de lo valorado. Actuando a modo de notarios estos "ponderadores" fundamentalmente tasaban el oro y la plata (acuñado en anillos durante el III y II milenio a.C., para usarlo como moneda).
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Debido a ello se entiende perfectamente las razones por las que pesos y medidas no podían alterarse nunca, puesto que de lo contrario la economía se resentiría -ante el timo y la estafa por parte de privados o de funcionarios que los modificasen-. De lo que aquellos patrones se consideraron sagrados y apenas cambian en los casi treinta siglos de existencia del Antiguo Egipto, fueron la base de la prosperidad nilota. Unas metrología en razón a "codos", que tan solo se reforman en épocas de transformaciones religiosas y que debió nacer desde la geodesia o de mediciones astronómicas tomadas en los comienzos de Egipto. Medidas, que como dijimos fueron establecidas en Saqqara por Imnhotep hace unos cinco mil años; aquel gran visir del faraón Djoser, para el cual creó la tan famosa "pirámide escalonada".
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ARRIBA: Fotografía en técnica de albumina realizada por H. Arnoux hacia 1880, donde vemos la pirámide escalonada de Saqqara. Ejemplar de la colección particular Santiago Entrena Gil, autor del artículo donde se publica: 
Influencia de la fotografía en la descripción del Egipto romántico que podemos consultar en http://www.egiptologia.com/historia-de-la-egiptologia/2933-influencia-de-la-fotografia-en-la-descripcion-del-egipto-romantico.html?showall=1 (al que agradecemos nos permita divulgar esta preciosa imagen). En ella vemos la pirámide que creó Imnhotep para sus faraones, en el palacio real de Saqqara. Como decimos, ese Gran Arquitecto de Djoser también generó los patrones de medidas y pesos, que luego se seguirían durante siglos en todo el Imperio del Nilo (con leves reformas, siempre basadas en las mencionadas de Saqqara). Ponderales y metrología que nunca debían alterarse, estando absolutamente prohibido y muy penado falsificarlos o alterarlos. Algo que no solo se debería a la necesidad de mantener unos misma métrica para crear instrumentos de medición y guiarse correctamente en el desierto (alidadas); sinó sobre todo porque de alterarse los patrones en el comercio, la economía puede sufrir grandes recesiones.
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ABAJO: Como hemos dicho, algunos de los funcionarios más necesarios en el Antiguo Egipto fueron los "pesadores". Gentes cuyo oficio consistía en ponderar y regularizar los bienes; quienes actuaban a modo de notarios, calculando y dando fe de los pesos y valores. Siendo su trabajo más importante durante el II milenio a.C. el de valorar el oro. Tal como vemos hacer en el de la imagen, donde se observa un pesador con anillos áureos en su balanza, representado en un fresco de la Tumba de Menena de Tebas (sepulcro Nº68) -agradecemos a la institución propietaria de la mencionada tumba nos permita divulgar la imagen-.

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2.- El patrón oro y el valor de la medida:
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Como dijimos, el valor del oro fue concebido puramente desde un prisma espiritual y establecido por las gentes de la Edad del Bronce (principalmente las egipcias). Aunque no menos sagradas fueron igualmente la metrología y los pesos en la Antigüedad, donde se consideraba que el Cosmos tenía un número y una medida Universal. Tanto es así, que si tuviéramos que describir cual fue la filosofía egipcia, diría que en el Nilo perseguían un número absoluto como esencia de la belleza infinita. Número, medida o peso, que se relacionaba con un canon de beldad y que representaban en una diosa a la que llamaban "Maat". Deidad concebida como una mujer semidesnuda, con una pluma en su cabeza; plumón de avestruz con el que se pesaba en el juicio de Osiris la verdad del corazón humano. Ya que tras la muerte, el corazón de un hombre había de ser más ligero que aquella pluma que coronaba a Maat, la diosa de la medida sagrada. Diva que en verdad creemos representaba la iniciación y el vacío que en el interior del hombre deja el sentimiento de la muerte. Pues ante la visión del propio fallecimiento, el corazón queda paralizado y en sensación de oquedad absoluta; "descargando" el alma del cuerpo y dejándolo como la cáscara del huevo al que se le ha sacado su yema y su clara.
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De tal manera esta Maat era igualmente el ideal de belleza del egipcio, por cuanto aquella preciosa deidad podía distinguir si dentro del hombre vivo, anidaban odios o sentimientos extraños; lo que demostraría que su iniciación -o muerte- había sido incompleta (que realmente no había fallecido en vida). Asimismo, la filosofía religiosa egipcia marcaba que las medidas, los pesos y los volúmenes, tenían un carácter sagrado; tanto que en su sistema de ver la vida y el Cosmos, todo estaría regido por el "número" (al igual que en el de Mesopotamia). Fórmula que siguió y aprendió Pitágoras, quien consigue divulgarla y escribirla, tras salir del templo egipcio en el que estaba recluido. Pues parece ser que en tiempos del sabio griego, el Nilo fue invadido por Cambises (el mesopotamio), quien sacó a Pitágoras de ese inaccesible recinto sagrado y lo llevó hasta Babilonia. Donde el griego completó toda su formación, que más tarde y a su regreso a Grecia nos transmitiría como teoría del número. Consecuentemente, la medida era esencial pues de ella dependía el equilibrio del Cosmos, regulando la belleza y el giro planetario. Tanto, que consideraban los intervalos entre las notas musicales, como equivalentes a las distancias que existían entre la Tierra, El Sol, la Luna, Marte, Mercurio, Jupiter, Venus y Saturno. De ello las siete notas musicales, o los siete días de la semana (posteriores y de origen semita), que igualmente son: Sol, Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno.
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Esta extrañísima filosofía denominada pitagórica, realmente procedía de Babilonia y de Egipto, donde se sabe la estudió Pitágoras. Samio que la divulga tras salir del mencionado templo de Tebas con la invasión de Cambises (que -como dijimos- le libera del templo, llevándole a estudiar entre los magos babilionios). Habida cuenta que de lo contrario jamás hubiera podido enseñarla libremente, ya que difundir "el dogma" fuera del recinto sagrado se castigaba con penas terribles (como la capital). Por lo demás, en ella se basaba la inalterabilidad de los pesos y medidas, que no podíán ser cambiados -tal como se seguía en Mesopotamia y en Egipto-. Todo lo que concedía a la economía una enorme estabilidad, puesto que no se producían confusiones en métrica, manteniendo unos patrones exactos (sin engaños, cambios, ni falsificación en los ponderales).
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Pese a la curiosidad de las teorías antes expuestas y aunque nos parezca extraño, el gran pitagórico de la Historia más reciente fue Isaac Newton. Físico que creyó en la teoría del número, de la proporción perfecta (muy cercana al Maat) y en la música de las esferas -tanto como en la semejanza entre las distancias de los planetas y las notas musicales-. Partiendo desde esta idea que concebía el Universo como un gran arpa, equilibrada en sus tensiones, quiso Newton encontrar igualmente el número (o intervalo) absoluto. Algo que logra al hallar las medidas y el peso de la Tierra, que estudia comparativamente a la velocidad de aceleracíon; dando así con la proporción de fuerzas entre la gravedad y la masa -Ley de los Graves-. Lo que realizó este maravilloso físico siguiendo precisamente filosofías como la pitagórica (egipcia). Pese a todo, en su dedicación y trabajo figura como hito destacado en su país la labor que realiza Newton como tesorero del trono. Una "especie" de ministro de finanzas cuya función principal era la de equilibrar el valor de la moneda y el dinero, con el de oro existente (que llegaba fundamentalmente de colonias). Todo lo que exigía un tremendo conocimiento del patrón para que nunca se excediera en reservas y no se devaluara la divisa. Algo que nos demuestra quizás quiénes debieran calcular los parámetros del nuevo dinero: Grandes matemáticos y físicos, capaces de comprender la economía en sentido abstracto, y como una filosofía.
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Todo cuanto exponemos une la medida al patrón oro, por cuanto en la Antigüedad se concebía este metal como divino, caido del cielo y como una parte del Sol. Considerándose la plata, restos o aerolitos venidos de la Luna, tanto como el hierro lo era de Marte, el mercurio de su homónimo planeta; el estaño de Júpiter, el cobre de Venus, y el plomo de Saturno. Lo que fue generando un sistema alquímico y esotérico, que muy ajeno al mundo de la ciencia y de lo demostrable, creó una extraña teoría a la que acudían los grandes "sabios" para pretender lograr fabricar oro. Un metal que se consideraba nacido del fuego o del Sol, por lo que se pensaba podía alquimicamente producirse bajo esta teoría en la que el orden de los días, las notas musicales, los metales y las piedras preciosas se establecían mágicamente del siguiente modo
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Sol - Domingo - oro - topacio - (1ª nota musical = Do, en afinación Pitgórica)

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Luna - Lunes - plata - perla - (2ª nota correspondiendo al Re)

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Marte - Martes - hierro - rubí - (3ª nota corresponde al Mi)
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Mercurio - Miércoles - mercurio - esmeralda - (4ª nota, correspondiente, Fa)
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Júpiter - Jueves - estaño - amatista - (5ª nota corresponde a nuestro Sol
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Venus - Viernes - cobre - zafiro - (6ª nota corresponde al La)
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Saturno - Sábado - plomo - diamante - (7ª nota corresponde al Si)
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-Para cuantos deseen ampliar conceptos sobre lo que relatamos les invitamos a consultar mi artículo en la red en la siguiente página (pulsar linea azul): .
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http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/01/1-6.html -

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ARRIBA: Fresco en el que se representa la diosa Maat egipcia; deidad de la perfección, de la medida y diva de la belleza. Su figura de seguro podemos relacionarla con los cánones de belleza establecidos en Grecia a través de números (fundamentalmente "fi", que genera la Sección áurea). Aunque Maat es casi dos mil años anterior a la existencia de la Hélade, siendo considerada una diva de las más antiguas del Nilo. Por lo cual hemos de entender que es esa diosa de la medida faraónica, de la que derivaría el concepto heleno del Número, unido a la belleza. Una teoría que como decimos parte de "fi" (1,618033..) y que expresa que en la proporción del triángulo 3; 4; 5; está el canón de belleza. Un triángulo que como sabemos era sagrado en Egipto, al ser considerado "primero y perfecto"; ya que es el que inicia la serie con números enteros en sus lados, y en el que la relación entre la hipotenusa y el cateto principal es igual a "fi". De lo que este concepto de "fi" se extiende a la proporción diagonal entre 1/2 y 1; por lo que está plenamente relacionado a su vez con las distancias en los intervalos musicales. Habida cuenta que la relación entre la Octava y la siguiente nota igual es esa: 1/2 y 1
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ABAJO: Sarcófago de Tutankhamón, hallado por Carter en 1922 y expuesto en el British Museum (al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). El uso funerario del oro fue uno de los motivos de su sacralización; un hecho plenamente comprensible al observar esta maravillosa máscara en la que no solo podemos conocer el rostro del faraón muerto hace unos mil quinientos años; sinó también compreder la perfección de la orfebrería y de las técnicas de esmaltado en aquellas épocas. Esmaltes y forma de trabajar el oro que si las comparamos con las posteriores veremos que en nuestra civilización prácticamente no existió ese dominio de los metales y de su pintado hasta el Renacimiento (o más bien, hasta hace apenas un siglo). Bastando con observar los esmaltes de Limoges o el trabajo del oro en el siglo XVIII, para reconocer que tan solo los grandes maestros del Renacimiento pudieron realizar obras en oro o plata comparables a la mascara que vemos en imagen.

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3.- El patrón sagrado mantenido por los herederos de Egipto:
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Tras la desaparición del Mundo Minoico (que debió proporcionar metales al Nilo durante el III milenio a.C. y la primera parte del II milenio) y la caida de Micenas, les sustituyeron en la venta a Egipto de oro, plata y estaño, principalmente los fenicios. Púnicos que importaban desde tierras lejanas y por barco aquellos metales preciosos (en especial traidos desde nuestra Península), con los que abastecían el mercado del reino faraónico -o de Mesopotamia-. Babilonia -tanto como Egipto-, tenían sus propias minas (que en el caso del pais del Nilo se extendían hacia el Sur de Sudán); aunque parece que su producción era insuficiente para el rico mercado de sus Sociedades. Necesitando por ello comerciar estos metales con los fenicios, quienes se asociaron en ocasiones con los israelitas para ese cometido. Lo que parece que les configuró un trato preferente en algunas zonas del Nilo. Épocas o áreas donde los habitantes de Tiro y Sidón fueron considerados como "banqueros" o prestamistas. Ya que en varias ocasiones dejaron su oro al faraón, para que realizara campañas, superase crisis de sequía o enfermedades, y para que salieran victoriosos de guerras. Tras los que el aquel "dinero" les era devuelto a los prestamistas, con los consabidos intereses.
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Evidentemente, en todo este proceso lo más importante era la el "pacto" o "palabra", por la que se comprometían a devolver el empréscito, a pagar los intereses, tanto como a mantener el valor del oro (ya que de devaluarse o aumentar su precio, la cantidad debida sería muy distinta a la recibida). De todo cuanto nació el sistema bancario, que parte de la confianza del que deja y de la honradez del que paga lo prestado. Tras la desaparición del mundo fenicio y la destrucción de Cartago, una gran parte este tipo de negocios fueron heredados por Israel (Judá). Estado que Babilonia también destruyó durante los mismos años que Fenicia, y en los que sometió a cautiverio en Mesopotamia a los judios. Pese a ello, se observa que en Israel continuaron con la tradición habida en los tiempos fecundos de Tiro y Sidón (entre el siglo XI y el VII a.C.); tanto que en la Biblia podemos ver las numerosas menciones al banquero como figura esencial de la vida judía. De quienes nos habla la Parábola de San Mateo (S.M:25), diciéndonos que llegaban a pagar el doble de lo que les ingresaran en sus fondos.
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En paralelo a los hechos que narramos y en esos mismos siglos de la destrucción de Fenicia (o del Cautiverio judío), en Anatolia se "inventa" y extiende el uso de la moneda. Acuñación que dicen se realizó por primera vez entre los lidios (griegos establecidos en el anterior reino frigio de Midas); todo lo que generó la prosperidad del posterior mundo Mediterráneo. Siendo así como se inicia la etapa de gran esplendor económico en el Egeo (hacia el siglo VI a.C.), desde el cual se extiende la moneda hacia Occidente y posteriormente por todo el Mediterráneo. Evidentemente aquellos metales acuñados generaron una nueva Era Económica que es la que podemos considerar como "nuestra" (o la que hemos vivido hasta no hace mucho). Una Edad que comprende Roma y Grecia, con sus banqueros y su enorme economía basada en las acuñaciones numismáticas, que no decaen hasta la Edad Media, en la que el patrón Oro y Plata se pierden en parte, regresándose al trueque. Llamando la atención como todas las monedas que pudiéramos hallar pertenecientes a los siglos IV al XIV d.C., no son ni la décima parte de las encontradas de época romana. Lo que ilustra la diferencia económica entre ambos periodos (la pobre Edad Media, frente a la rica Roma).
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ARRIBA: Pectoral del tesoro de El Carambolo; periodo orientalizante de Tartessos (hacia el siglo VII a.C.) -copia en propiedad y expuesta por el Museo Arqueológico de Sevilla, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. Como podemos ver, esta joya de gran infleuncia fenicia y frigia, guarda la forma del lingote piel de buey. Talento egeo, que marcaba lógicamente un valor estimado en cabezas de ganado; siendo este el curioso símbolo de algún rey o sumo sacerdote tartessio que lo lució en el Bajo Guadalquivir, hace más de dosmilquienientos años. En esta pieza se observa que la economía del Sur Peninsular ya tenía una ponderación en metales, correspondiendo con riquezas en animales y que claramente estaban sublimados en estas formas de oro; tanto como para ser el símbolo del rey o del sumo sacerdote.
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ABAJO: Curiosa "joya" vaccea, mostrada en la mano del profesor Sanz Mínguez, quien la halló en Pintia (Padilla de Duero, junto a Peñafiel). Se trata de una imitación de un broche de oro, hecho en réplica cerámica. Copias de las joyas que se utilizaban para introducirlas en las tumbas -donde han sido encontradas-; de lo que ha de suponerse que los herederos se quedarían en posesión las auténticas de oro (propiedad de los difuntos en cuyo ajuar ponían estas falsas). Es un caso curioso de abandono del oro, simbolizado en otro material, algo que nos puede explicar lo que supone la pérdida de un patrón como el metal. Dando lugar a la inexistencia del objeto auténtico o del mundo real, que se cambia por otro recreado. Evidentemente, si partimos de la base de que el oro tuvo un valor por su uso funerario y en algunos yacimientos (como este de Pintia) se imitaba en las tumbas; ello supone la gran pobreza, que les obligaba a la sustitución del metal por una copia en cerámica. Pero sobre todo nos enseña que en verdad no es lo mismo un mundo virtual o imaginado, que el verdadero. Puesto que no pudo ser igual quien se enterraba con un ajuar de joyas en metal, a esos que tenían que hacerlo con estas réplicas, que nos indican el extraño concepto que tiene el hombre para creer en lo que imagina (cuando le es beneficioso). Mundo virtual o pensado que traducido al económico puede acarrear terribles crisis, pues "el dinero" no puede inventarse; es riqueza traducida a pactos de confianza.

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4.- El problema del oro y la España de los Austria:
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Durante la Baja la Edad Media, vuelven a organizarse las comunidades judías establecidas en Europa, dominando el comercio y los mercados (que en gran parte ignoraban los guerreros, a excepción de las órdenes que se organizan en un modo "orientalizante"). Así, de nuevo nace la banca, desaparecida desde la caida de Roma en nuestro continente. Además y debido a que la "Clase Media" se encuentra en la esencia del las gentes de Israel, que basaron su filosofía -en gran parte- en la igualdad entre las personas. Una nueva casta de comerciantes, fabricantes o artesanos nace entre los siglos X al XIV (los burgueses). Gentes en su gran mayoría de origen o religión judía, quienes al conformar un grupo fuerte y poniendo al frente a los más adinerados, crean bancos y grandes sistemas de comercio. Por su parte, la "cercanía" del hebreo a otras lenguas semitas y la dispersión de este pueblo por diferentes paises e Europa (o del Mediterráneo), les permite un enorme espectro de mercado, generando poderosos bancos y hasta las "letras de cambio" (firmadas entre familias y asociados, capaces de entregar una cantidad de dinero al que llega con aquella "letra o carta" a cualquier lugar, por muy lejano que fuera).
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Todo ello, como decimos, creó el sistema bancario moderno, que realmente se transforma y crece poderosamente entre los siglos XVI y XVIII; pese a que España poco intervino en estas innovaciones. Porque al haber expulsado a los judíos de sus tierras en 1492 se vio sin banca nacional o autóctona (quedando el territorio hispano con prestamistas muy ineficaces, como fue el caso de Chacón). Viéndose obligados por ello a "traer" banqueros de Centro Europa, a cual más interesado por los asuntos propios y no los de Estado; quienes -como los llamados "fúkeros"- se establecían de forma temporal en nuestro territorio. La ignorancia del sistema bancario, tanto como la importación desde Colonias de ingentes cantidades de oro y plata, llevó a España a la continua bancarrota; ya vivida con Carlos V, pero seguida repetidamente por Felipe II (por su hijo y por su nieto). Todo lo que obligaría a España a seguir importando metales del Continente Americano -de manera compulsiva y si control-; sin tener bien en cuenta que poniendo en mercado tal exceso de lo que era el patrón monetario, lo único que producían era una mayor devaluación.
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Consecuentemente, con aquellos barcos cargados de oro y argento que de continuo llegaban de Colonias, los bancos y los ricos españoles veían en ocasiones mermadas sus fortunas de forma desorbitante. Todo lo que producía una terrible incertidumbre en los mercados que a consecuencia de la plata venida de América, llegó a infravalorar veinte veces más barato este metal algunos años. Por lo demás, la confianza en los reyes se había perdido tras el decreto de expulsión y el expolio a los judíos; por lo que los préstamos habían de pedirse a particulares y ricos hombres germanos o flamencos; gentes cuyos intereses eran muy diferentes y muy superiores en coste, a los de una banca normal (o profesional). Todo ello se aderezaba con el continuo gasto de la corona hispana en batallas, lo que suponía una sangría al fisco y a los fondos que no paró; llegando sucesivamente a esa bancarrotas. Tantas, que se narra como en El Escorial hay sillares de oro, porque no podían pagar a los canteros, mientras les sobraba el metal precioso que traían de América (del que cuentan, pusieron varios lingotes en las paredes al modo de piedras).
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SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS: Imágenes del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Un extraño hecho acompaña a la edificación de esta obra cumbre del Renacimiento español del que se afirma que en un momento, cuando iban a finalizar las obras, ya no había más piedra en las canteras, pero sobraba oro. De tal modo se dice que mandó Felipe II adherir a la fachada de estas torres algunos sillares de metal precioso. Todo lo que muestra la enorme cantidad de oro que traían de colonias, lo que provocó una tremenda devaluación de los patrones monetarios durante el siglo XVI (motivo en gran parte de las sucesivas bancarrotas espaloñas).

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5.- Vista la Historia... Algunas ideas sobre el Euro:
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Tras el repaso a lo que pudo ser la idea del patrón oro, que dominó la economía hasta hace pocos años, creo que llegamos a algunas conclusiones. Ideas entre las que destaca la de que quizás no se debiera prescindir totalmente de aquella base económica, si no queremos poner en grave peligro la estabilidad -a menos que inventemos o interpongamos otro patrón muy similar (en un nuevo metal, en petróleo o en algo similar al oro y la plata, como lo es el platino)-. Ello porque una economía sin patrón parece como una barca si capitán, que en cualquier momento puede ir a la deriva. Siendo un hecho cierto, que la elección de parámetros económicos para evaluar el precio de las divisas pueda ser muy útil y eficaz. Ello no significa que prescindamos de los avisadores o de las "bases clásicas" del dinero. Metales que son como las barcas salvavidas de una gran nave; que en caso de hundimiento permiten soltarse, para navegar y escapar en ellos hasta llegar a puerto, donde iniciar una nueva singladura.
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Siendo así, lo que más bien parece es que tras el abandono del oro, este se ha convertido en refugio y no en patrón de dinero. Algo que quizás cause un daño enorme a las monedas, que al no estar apoyadas por el metal, carecen de la confianza necesaria (tanto que son los particulares y no las naciones quienes ahora invierten en oro para evitar ahorrar en divisas, lo que impide la creación de riqueza con su dinero). Por todo ello, posiblemente convendría bajar el valor del Euro y tras devaluarlo ver si se puede ajustar de algún medio a un patrón nuevo. Bajada de la moneda común que si se mantiene durante años permitiría a muchos paises salir incluso de aquella, para pagar su deuda en moneda antigua y propia. Siendo otra opción la de crear otro tipo de Euro -como antes hemos propuesto-. "Euro sur", de igual valor e incluido en el Euro, pero medido en céntimos y en el cual los billetes de 5 Euros lo fueran de 500 céntimos (tanto como los de 50 E. pasarían a ser de 5000 céntimos). Un fraccionamiento de la moneda en céntimos que ayudaría muy mucho a controlar los precios, tanto como a conocer el verdadero valor de las cosas (puesto que una casa de 300.000 euros pasaría a ser de 30.000.000 céntimos, tanto como un litro de leche dejaría de costar 1,3 para valer 130, lo que permite ajustarlo en 132 o 133 ...).
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Por lo demás, en mi opinión, una moneda sin patrón histórico y común puede llegar a hacerse "pensada", terminando por resultar como una relación virtual: Buena para recrear, pero imposible para "procrear". Así y de un mismo modo, la moneda virtual puede carecer de poder para generar, producir o regenerar la economía.

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CITAS:

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(1): Acerca del valor espiritual del oro y del sentido mágico que se dió en la Antigüedad a los metales, pueden consultar en la red los siguientes artículos míos (basta pulsar en la linea azul para llegar a ellos). En estos podremos ver el significado del ponderal y del lingote, el sisema de patrón oro en la antigüedad o el sentido místico que concedían a los metales hace miles de años.
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43ª- INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XIV: El lingote en la Antigüedad; los "piel de buey", el Talento y los orígenes del dinero). -SIGNIFICADO DEL PECTORAL DEL TESORO EN FORMA DE TALENTO LLAMADO KEFTIU-. VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-8-9-9.html
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44ª- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XV: El patrón oro y el valor mágico-místico de las joyas en La Antigüedad). -SIGNIFICADO DEL LINGOTE COMO PATRÓN Y MODELO DE VIDA ECONÓMICA, SU RELACIÓN CON EL TESORO Y EL PECTORAL- VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-6-7.html
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62ª- Dioses del comercio y la prosperidad, venidos del cielo. (de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXIII). -PROCEDENCIA DIVINA DE LOS METALES Y SENTIDO SAGRADO DE LAS JOYAS- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/01/1-6.html
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63ª- Mercurio dios del comercio y la prosperidad. (de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXIV). -LOS DIOSES QUE ENVÍAN EL ORO Y LA PROSPERIDAD, RELACIÓN DE LA JOYERÍA CON LOS ASTROS- VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/01/1-9.html
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65ª- FIESTAS DE LA LUZ, LA TIERRA Y EL AGUA. (De: Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXVI). -DEIDADES DE LA FECUNDIDAD RELACIONADAS CON EL BIEN Y LA PROSPERIDAD; SU REPRESENTACIÓN A TRAVÉS DE LOS METALES PRECIOSOS; LA CELEBRACIÓN DE SUS FIETAS- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/01/1-8_30.html
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67ª- EL DIÓS DEL OJO DE LA TIERRA (De: Lo invisible en la mitología, Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXVIII). -ORIGEN DE LAS RIQUEZAS NACIDAS DEL HADES; EL INTERIOR DE LA TIERRA DADOR DE LA SEMILLA QUE NACE Y LOS METALES QUE RIGEN EL COMERCIO- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/02/1-9.html

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88ª BRITOMARTIS DE CRETA Y LOS GENIOS INICIÁTICOS DEL METAL: DÁCTILOS O DIKTEOS; CORIBANTES, CABIROS Y CURETAS. (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LVIII). TRATA SOBRE LOS DIVOS TELÚRICOS Y SU RELACIÓN CON LAS CULTURAS METALURGIAS, EN ESPECIAL CON LA CRETOCHIPRIOTA Y SU INFLUJO SOBRE LA DE TARTESSOS (analiza el mito de Gárgoris y Habis) http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/07/1-0-8-0-8-0-9-9-0-9.html














martes, 12 de marzo de 2013

LA CRISIS DE OCCIDENTE III: Sobre el comienzo de una Era -acerca del final de la "Edad de los Metales"-.

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SOBRE ESTAS LINEAS: Hacha de talón y anillas procedente de Chañe. junto a un cuchillo de cobre hallado en Cuéllar (fechados en el Bronce Medio ibérico, propiedad del Museo Arqueològico de Segovia -al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-). Comenzamos el artículo de hoy recogiendo en foto algunas de las primeras armas calcolíticas que se difundieron en nuestro país, hace más de cuatro mil años. Armamento que por aquel entonces revolucionó el Mundo Antiguo, hasta el punto de generar una nueva Era -la del Bronce-. Edad nacida desde el Calcolítico que en el Mediterráneo se inició al menos en el V milenio a.C. hallando su cumbre hacia el 3000 a.C.. Milenio este en el que surgen las grandes civilizaciones cúpreas (como Egipto, Creta o las Orientales), promovidas por medio del descubrimiento y manejo de esas nuevas armas de metal. En el artículo de hoy disertaremos sobre el cambio de Era en nuestros días y el nacimiento de una Edad nueva -ajena al mundo del metal-; tras el advenimiento y desarollo de la época atómica y la del plástico.
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BAJO ESTAS LINEAS: Panteón de la familia materna de mi mujer, en las montañas japonesas (templo de Kgakurinji). En la imagen, una ceremonia de "osenko" por nuestros difuntos, ritual común de honras que se lleva a cabo limpiando los sepulcros y quemando incienso al visitar las tumbas familiares. Japón ha sido el único país que ha sufrido el golpe de las armas atómicas; aunque sus habitantes han sabido convivir con la memoria de un hecho tan terrible. Sin ningún rencor por aquel horrible hecho, han aprendido a corregir los defectos de la historia (propia y ajena).
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Por ello, tras el trágico suceso bélico de agosto de 1945, aquella población comprendió que había finalizado una Era y comenzaba una época muy distinta. Cambió sus hábitos y costumbres, reconociendo que el Mundo desde aquel día ya era diferente, logrando rehacerse como nación en apenas unos decenios. Conservaron sus tradiciones, junto a gran parte de su arraigo cultural, consiguiendo alternar la Edad Atómica con formas de vida y creencias ancestrales. Siendo este admirable país un ejemplo a seguir en momentos de crisis o de derrota; habida cuenta que los japoneses aceptaron los hechos históricos sin odio y sobre todo, reconociendo sus errores. Gracias a su enorme cultura, lograron los nippones rehacerse en pocos años, adaptándose a un Mundo nuevo (en el que las guerras no tienen cabida).
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a) Concepto de las Edades -o la Era-:
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Con gran criterio y razón muchos nos preguntan por qué hablamos de lo que no sabemos (política, economía y largo etcétera...) . Pero es que es así el Mundo hoy en día, donde todos opinamos y apenas nadie conoce siquiera el significado de cuanto expresa. Antaño la vida era muy diferente; tanto que para escribir lo que pensaban, habían que estudiar durante años aquello de lo que opinaban . Pero hoy basta con abrir una página, ponerse al mando de un teclado y decir cuanto se quiere. Por ello no deja de ser muy cierta la frase que nos dice como todo avance es en gran parte también un retroceso.
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De estos hechos y situaciones y del cambio de Era desearíamos tratar; pues aunque nada sé de política y menos conozco de economía, creo que algo entiendo de arqueología e Historia. Datos con los podríamós quizás explicar algunos hechos que se van sucediendo en nuestro Planeta. Situaciones que a mi juicio parten del fin de una Edad (la de los metales) y del comienzo de otra (la del plástico o la atómica). Todo lo que convulsa las Sociedades, que durante milenios han vivido en un sistema metalúrgico y que han de prepararse para una organización nueva, en donde ya los objetos plásticos o el armamento "invisible" dominarán al hombre .
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El inicio de este artículo lo hemos ilustrado con imágenes de hachas de la Edad del Bronce ibérico (fechables entre comienzos y mediados del II milenio a.C.). Deseando expresar con esta foto que -tristemente- las Eras o las Edades se dividen o catalogan conforme a las armas que en ellas se utilizaron. De tal manera, el Paleolítico que arranca en algunas zonas hace más de un centenar de miles de años, tocó a su fin cuando se comenzaron a crear hachas pulidas. Objetos en piedra pulimentada (neolíticos) que aparecen al mismo tiempo que la agricultura hace unos doce mil años. Decenas de siglos después, el rumbo de la Historia cambió cuando se crearon puntas de flechas y objetos cortantes de metal (cobre). Calcolítico que en áreas como la actual Turquía o Irak ya había empezado en el V milenio a.C.. pasando la Humanidad unos dos mil años después a fundir aleaciones cúpreas con un porcentaje de estaño, lo que lograría crear armas de bronce y generar la revolución que trajo al Mundo civilizaciones tan prodigiosas como Egipto o Mesopotamia.
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Todo lo que hemos narrado perduró hasta la aparición del Hierro, forjado como acero. Un invento que se descubre hacia el siglo XIV a.C. en zonas próximas al Cáucaso, por medio del uso de hornos de carbón en las fraguas; pero que tan solo se difunde y perfecciona desde fines del XIII. Dando así comienzo a la Edad del Hierro, que genera la aparición de los nuevos pueblos que gobernarían en Mundo Antiguo euroasiático -como lo fueron por ejemplo, el fenicio o el indoeuropeo (entre otros)-. Quienes sirviéndose de ejércitos armados con el nuevo metal invaden y dominan primero el área Oriental mediterránea, para pasar a extenderse finalmente por toda Europa (llegando hasta el Atlántico los púnicos hacia el 1000 a.C., mientras los celtas sobre el siglo VIII a.C. alcanzan nuestra Península).
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Posteriormente, Grecia y Roma aportan y mejoran notablemente la tecnología del hierro y la de fundición del bronce, alcanzando sus diversas formas de acero y múltiples aleaciones cúpreas. Ganando con ello la posibilidad de desarrollar enormes ejércitos, con gran cantidad de soldados perfectamente armados y debidamente "protegidos". Todo lo que se completó en época romana con las nuevas corazas de acero flexible, fabricadas en láminas muy finas; siendo sus forjadores capaces de crear petos o armaduras poco pesadas que ensamblaban a modo de escamas (o con mallas fuertes y muy ligeras).
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Llegáronse así hasta la Edad Media, época en que la regresión tecnológica y la caida de Roma hizo que se volvieran a utilizar pesados medios de defensa y burdos sistemas de armamento (desde enormes lanzas poco manejables, a grandes escudos de madera). Pese a todo, los árabes importaron de nuevo a Europa (en el siglo VIII d.C.) nuevamente altas técnicas de forja y del metal; armas con las que los musulmanes en muy pocos años consiguieron conquistar practicamente toda la Península Ibérica. Formas de guerrear valiéndose de ligeras cotas de malla y de sofisticadas espadas, que los cristianos hubieron de imitar -en gran parte- para evitar ser vencidos por los llegados desde Asia Menor y del Norte de África. Siendo estas nuevas formas de guerrear las que generaron la Baja Edad Media.
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Tras ello y al terminar de este periodo del medioevo, se daría paso a la última Edad de metal: El de las armas de explosión, que aparecen a fines del gótico. Un armamento impolsivo que se internaría en Europa por manos de los bizantinos y sobre todo por la de los árabes, quienes ya en el siglo XIII usaban la pólvora como método de defensa (o de destrucción). Nueva fórmula química que a mi juicio inicia la Era Moderna, cuando desde el siglo XIV empiezan a utilizar belicamente este "polvo negro" para realizar grandes voladuras (o para disparar). Todo lo que conlleva sin lugar a dudas al final de la Edad de los Metales cortantes y al comienzo del armamento de "implosión". Era que teoricamente se iniciaría tras la caida de Constantinopla (o bien con el Descubrimiento de América); pero que en mi modo de ver viene totalmente marcada por ese nuevo invento para guerrear, consistente en un explosivo (que hasta entonces se desconocía).

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ARRIBA: Preciosa foto tomada hace no mucho por mi mujer en el dolmen de Candeeira, situado en Redondo (Portugal). Fechado entre los milenios IV al III a.C., es un ejemplo de lo que el eneolítico y calcolítico produjo en el Atlántico, generando la maravillosa civilización megalítica hispano-lusa que se desarrolla hace seis mil años en estas tierras (plenas de minas de cobre). No muy lejos de este dolmen se hallan múltiples cromlechs que constituyen verdaderos observatorios astronómicos -como el de Almendra, en Evora-, igualmente fechados entre los milenios IV al III a.C.. Siendo estos monumentos ancestrales la muestra de la importancia y del gran avance que esa cultura de los megalitos ya había logrado en aquel tiempo. Una civilización que hemos de suponer se asienta y desarrolla en el litoral atlántico ibérico, gracias a la búsqueda de los primeros metales (y del ámbar) realizada de seguro por gentes procedentes del Oriente Mediterráneo (de población migratoria vinculada probablemente a Egipto, o a Mesopotamia).
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Curiosamente, este tipo de monumentos y megalitos también se dan en Japón, aunque en fechas mucho más recientes, desarrollándose los enterramientos en dólmenes desde el siglo VI d.C.. Siendo ese estilo de inhumación la que aún siguen las grandes familias nobles -como la imperial-, quienes no se incineran al igual que el resto de la población nippona. Enterrándose aquellos de origen más antiguo, en grandes túmulos, como recuerdo de un pasado no muy lejano y procedente del Continente asiático. Lugar desde donde llegaron al archipiélago japonés la religión que marca este ritual de conservación de los difuntos en dólmenes -Como dato curioso expondremos que una parte de estos grandes túmulos imperiales se hallan aún sin excavar, pues al pertenecer a la Familia Real se consideran restos sagrados y no exhumables (al estar aún en uso)-.

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BAJO ESTAS LINEAS: De nuevo el templo de Tsukíono Kgakurinji, donde se hallan los sepulcros de mi familia japonesa. Como podemos ver, la preciosa decoración de este templete en mucho recuerda inspiradamente a los megalitos y es que como hemos dicho, los túmulos son otro tipo de sepulcro nippón, considerado como el más antiguo -antecesor al de cremación-. Lo que se debe a que la entrada del budhismo y del ritual de incineración indoeuropeo, fue posterior a la época llamada Kofún (de los túmulos, que se iniciaría trás el periodo Yayoi), que comprende del siglo III, hasta el VII, de nuestra Era. Por su parte, la Edad de los Metales es igualmente muy tardía en el país japonés, tanto como la llegada del Hierro, fechándose entre los siglos III a.C. al II d.C. -con la mencionada etapa Yayoi-. Todo lo que explica que quizás la misma cultura que importa el metal desde las zonas de China o Korea, fuera la que poco después llevase hasta el archipiélago estos túmulos funerarios. No llegando el budhismo hasta el periodo Asuka, en fecha curiosamente muy cercana a la conversión al catolicismo de Hispania (a mediados del siglo VI d.C.).

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b) De la Edad de la pólvora, hasta la Era del plástico:
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Como decimos -a nuestro juicio-, aquella época a la que denominan Moderna hubiera de haberse llamado "edad de la pólvora". Pues bien es seguro que las armas de fuego prodigaron los cambios y las conquistas que se producen desde el siglo XV, llegándose a formar por aquel entonces nuevamente Imperios. Reinos de mastodóntico tamaño que -como el español- logró conquistar territorios con la extensión de Sur América, en tan solo cuatro décadas. Todo ello debido a los ejércitos defendidos con espingardas, trabucos o cañones y que sin lugar a dudas fueron los que motivaron las transformaciones que se suceden en Oriente y en Occidente, entre los siglos XIV al XVI.
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Cambios motivados por un nuevo armamento, que hasta entonces había sido de hierro (o de acero) y que por vez primera en la Historia pasa a ser de explosión. Un método de ataque que ya no cesa en su evolución, aumentando en fuerza y técnica hasta el siglo XVIII, periodo en el que se generan auténticos ingenios terribles impulsados por pólvoras para producir daños al enemigo. Máquinas más o menos sofisticadas y enormemente virulentas, que con la implosión de este "polvo negro", disparaban o reventaban a los adversarios (granadas, cañones, pistolas y etcétera). Siendo ya en este centenio de las luces cuando se comienza a estudiar con elementos químicos; generándose en el posterior siglo verdaderos sistemas sofisticados de milicia, entre los que destacó la aparición de la dinamita o TNT (hacia 1865).
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De este modo, en el siglo XIX se crearon máquinas terribles de matar a gran escala, lo que Alfred Nobel consideró que solo pararía en su evolución el día en que se descubriera un arma capaz de acabar con el Mundo. Algo que hubo de esperar al menos seis siglos desde la llegada de la pólvora -y unos cien años desde el TNT- en un continuo devenir hasta la aparición de estas bombas que han cambiado nuestra Era, en la nuclear. Edad, que tal como decía el sabio sueco inventor de la dinamita, al poder para exterminar el Planeta pueden por fin terminar con las guerras.
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Pero antes de tratar sobre esta nueva Era en que vivimos y sus efectos en nuestra Sociedad, hablaremos de las consecuencias que la pólvora tuvo en Asia, como ejemplo para comprender mejor el cambio que otras civilizaciones experimentaron ante la aparición de los mencionados trabucos, arcabuces o cañones. Ello, para entender la importancia que la llegada de nuevos métodos de defensa produce en las culturas, algo que podremos estudiar también claramente en hechos históricos del Japón. Isla en la que debido a un naufragio sufrido por navegantes lusos (hacia 1543) arribaron a sus costas algunos portugueses que utilizaron por primera vez en aquel archipiélago sus espingardas, para cazar. Lo que motivó que los japoneses -quienes hasta entonces no conocían las armas de fuego- copiaran e imitasen con exactitud aquellos trabucos (por millares, en poco tiempo). Algo que produjo que en tan solo cincuenta años -trás los referidos hechos-, el reino del Japón estuviera ya unificado gracias a ejércitos armados con las nuevas técnicas. Dando así comienzo el Periodo Edo seis decenios más tarde de lo que narramos (en 1603); etapa con capital en Tokio y fecha desde la cual esta nación no conoció más guerras interiores (a excepción de las contiendas de poder entre generales, para sucederse en los mandos).
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Si preguntáramos a un japonés por qué finalizan las guerras civiles precisamente cuando aparecen las armas de fuego en su país, seguramente nos dirá que ello en parte se debe a que aquella forma de luchar nada tenía que ver con el concepto de batalla feudal. Es decir, que la pelea usando trabucos y arcabuces era más bien obra de la soldaresca burda y de gentes de poca honra; careciendo de principios de honor y de la fuerza equilibrada. Para entenderlo mejor habremos de visitar algunos campos de batalla nippones donde los enemigos se reunían incluso para comer juntos antes de entablar la lucha, como si de un torneo general y a muerte se tratase. De lo que aquellas nuevas guerras libradas con armas de fuego debieron de carecer de sentido ritual y formal para los verdaderos militares nippones. Por lo demás, era evidente que en la batalla librada con pólvora y explosivos, tan solo ganaba aquel que más dinero tuviera para armamento y munición. Todo cuanto propició la unificación de Japón y la práctica inexistencia de guerras civiles desde aquel periodo Edo, que se origina a los pocos decenios trás la llegada de las mencionadas espingardas portuguesas.
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SOBRE ESTAS LINEAS: Grabado tomado de un libro japonés del siglo XVII en el que vemos a los guerreros de Nobunaga con las armas de fuego en sus manos. Fue la aparición casual de este armamento de pólvora, el hecho que logra acabar con las guerras civiles japonesas; dando así comienzo un periodo de paz interior denominado Edo -que unifica el Estado y termina con las innumerables luchas feudales (entre los distintos daimios o señores de la guerra)-. A muy pocos kilómetros de las costas en las que en 1543 naufragaron estos portugueses que importaron las armas de fuego a Japón (en Tanega-shima y unos trescientos años después), la isla de nuevo vió la llegada de occidentales que con sus cañones navales "provocaron" el Periodo Meiji (obligando a abrir sus fronteras por la fuerza a través de la una flota aliada). Más tarde, igualmente en ciudades del Sur bastante próximas a los mencionados lugares, daría allí comienzo la Era Atómica (en agosto de 1945). Cuando las bombas nucleares fueron arrojadas en Nagashaki e Hiroshima, iniciando una nueva Edad histórica. Época en la que por fin una gran parte del Mundo ha decidido no volver a entablar más guerras.
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BAJO ESTAS LINEAS: Casco de gladiador, imitación del hallado en Pompeya (del siglo I d.C.) y perteneciente al Museo de Reproducciones de Valladolid -al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. En este ornamental yelmo que seguramente utilizaban los luchadores a modo de adorno (más que como verdadero protector en la lucha) podemos ver el sentido de la guerra y de la muerte que los antiguos conservaban. Habida cuenta que un simple gladiador se tocaba con semejantes "galas" para lucir su rango, no como esclavo de la arena, sino como hombre de honor. Debido a que su entrenamiento y trabajo comprendía la muerte como final casi obligado, aunque se practicaba como un ritual de milicia y religioso. Tanto, que hasta los funerales más importantes se habían de celebrar con esos juegos circenses, en los que algunos hombres se enfrentaban para morir, por el fin de honrar al fallecido. Ofreciendo así vidas humanas en un funesto juego, como si de flores (u otros honores) para el difunto se entregaran. Esta mentalidad y mente, cuya crueldad hoy en día se nos hace incomprensible; hasta no hace tanto fue entendida por algunas castas o gentes que consideraban la guerra o la lucha como necesaria para la mejora de las personas, y sobre todo de las Sociedades.

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Tal como decimos, a mediados del sigo XIX se comienza a experimentar con grandes explosivos hallándose por entonces la dinamita, todo lo que sucede a una carrera armamentística de gran precipitación.
Siendo por aquel entonces cuando comienzan los acorazados, años en los que también el destino del Japón vuelve a cambiar ante la aparición de occidentales en la costa Sur del archipiélago. Esta vez en una guerra llevada a cabo por una coalición compuesta por Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Holanda. Quienes atacan el territorio nippón con el fin de abrir el país hacia el exterior; ya que desde la configuración de Edo y la expulsión de los cristianos (en 1639), había sido cerrado para los no japoneses -impidiendo igualmente salir de aquel territorio a sus ciudadanos, so pena de muerte-. Finamente y tras un lustro de batallas navales, Japón se siente derrotado por aquellas nuevas armas y navíos de acero europeos, decidiendo abrir las fronteras que hasta entonces habían permanecido herméticas. Siendo este el inicio del segundo periodo japonés ampliaménte conocido (el Meiji, que comienza en 1868); momento en el que la nación del Sol Naciente se abre por primera vez al Occidente moderno.
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Sabido es cómo desde mediados del siglo XIX, en todos los lugares del Planeta se sucede la carrera de armamento que culmina a principios del siglo XX. Un hecho que se une a las teorías expansionistas que autorizaban a las naciones a ocupar otras tierras y lugares; con el fin de dominarlas, mejorarlas o simplemente para proporcionar alimentos a su población. Siendo así como se inician las épocas coloniales decimonónicas, en las que Europa se dirige hacia África y el Sur de Asia -mientras Japón lo hace igualmente sobre diversos lugares del Continente más cercano-. Por cuanto explicamos se llega a la creación de los primeros ejércitos del siglo XX, que eran auténticas máquinas militares capaces por primera vez de exterminar y aniquilar a centenares de miles de personas; tanto como podían conquistar centenares de kilómetros cuadrados en un solo día.
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La marina de buques acorazados, el nacimiento de la aviación, la creación de carros de guerra, las bombas lanzadas desde el aire y las nuevas armas de gran exterminio (químicas entre otras); llevarán pronto al Planeta a la Primera Guerra Mundial. Conflagración de la que no sale con intención plena de cambiar, sinó más bien con un interés morboso por lograr armarse de nuevo y de manera más potente. Llegándose muy pronto a la Segunda Guerra, en la que el exterminio es de tal magnitud que por fin cesan de una vez por todas en las repetidas grandes conflagraciones de los siglos XIX y XX. Psicosis bélica que para y culmina con la creación del famoso arma que Alfred Nobel mencionaba, capaz de terminar con el Planeta (que no es otra más que la atómica). Bomba que tristemente también fue experimentada en Japón; como si el destino de las guerras y de las épocas históricas que esas nuevas armas marcan, nunca se apartase del Sur de este país del Sol Naciente.
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Trás los sucesos que narramos, los japoneses pronto comprendieron que una nueva Era había nacido; cambiando su forma de Estado, sus costumbres y hasta sus religiones, comenzando un periodo de síncresis con Occidente que aún no ha dejado de crecer. Muy por el contrario, Europa -ni gran parte de América- llegaron a entender hasta hace poco que vivíamos ya en una nueva Edad: La del plástico o la nuclear, nacida quizás de la de la pólvora, pero muy diferente a la de los metales. Una época que parte de aquellos primeros días de agosto de 1945 cuando en verdad ya la Era había cambiado, iniciándose totalmente un nuevo periodo histórico. Etapa a partir de la cual el Planeta no volvería a entrar en guerra absoluta (al menos en enfrentamientos mundiales), generándose desde entonces una situación por la cual el eje del Mundo iría situándose paulatinamente sobre el Océano Pacífico. Desapareciendo en varios decenios la importancia estratégica y económica de Europa, que va siendo sustituida por Asia. Pese a ello, hasta llegar a ese momento en el que el centro del Mundo se va posicionando entre Tokio-Pequín y California-Washignton, se sucede casi medio siglo de modificaciones y cambios radicales en la Historia y en el Planeta. Habiendo sido los últimos lustros unos cincuenta años en los que definitivamente se pasará desde la Edad de los metales y la de la pólvora, a la del plástico y la atómica.

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ARRIBA: Busto de Nefertiti, mujer de Akhenatón (Amenofis IV), escultura que fue hallada en las ruinas de Amarna, en 1912. Lugar de los márgenes centrales del Nilo, y nueva capital fundada por ella y su esposo; donde se encontró la talla (junto a otras esculturas de Akhenatón, también destruidas y enterradas tras la revolución que acabaría con la herejía de este faraón) . Rey de Egipto que curiosamente gobierna en un periodo extraño y que termina por ser de tremendas revoluciones: Primero religiosas, tras los nuevos cultos monoteistas impuestos por él y más tarde de guerra civil, ante la mencionada herética filosofía que no fue aceptada por los sacerdotes del Nilo. En mi opinión y tal como explicaremos, Amenofis IV y su extraño comportamiento que le lleva a proclamar una nueva religiosidad (en la que se llamará a sí mismo Akhenatón), es el producto de las convulsiones que el nuevo metal recién descubierto (el hierro) comienza a producir en el Mundo Antiguo.
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BAJO ESTAS LINEAS: Otra vista del templo de Kgakurinji, en Japón. En primer término las tumbas de nuestra familia (que mucho tiempo me esperen, antes de "trasladar allí mi residencia"...); al fondo el valle y montañas de Tanigawa, y en medio las vías del tren Sinkansen (Tokio-Niigata). Japón es un caso manifiesto de síncresis entre la vida más antigua y las innovaciones más actuales; habiendo de vivir sus habitantes entre estos dos mundos formados por su pasado ancestral y el presente más moderno, o actual. Todo lo que han conseguido quizás al haberse visto obligados a cambiar de Era de un día para otro y sin apenas tiempo para reflexionar. Teniendo que dejar a un lado en años o meses ciertos modos de vida antiguos y hasta creencias ancestrales; para sustituirlas por una nueva Sociedad impuesta por las necesidades fehacientes. Pese a ello, no han perdido el arraigo cultural ni menos el sentido de su civilización, todo lo que les ha logrado convertir en una Nacion moderna, con un pleno de sentido espiritual y nacional (cuyos bienes materiales son creados y coordinados con el fin de lograr una mejor educación; tanto como un grado de moral y simbolismo, mayor entre sus conciudadanos).

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c) Cualquier tiempo pasado "no" fue mejor:
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Los versos en los que el gran poeta y guerrero del Renacimiento (Manrique) cantaba al pasado, afirmando que cualquier tiempo anterior fuera mejor, no pueden leerse como una verdad ya en nuestros días. Quizás lo era a fines del Gótico, cuando los ejércitos y los Estados comenzaban a convertirse en enormes masas de personas anónimas, que paulatinamente perdían el espíritu feudal de honor para convertirse en soldaresca. Pero no lo es ahora, bastando "volver la vista atrás" tan solo unos años para darse cuenta que hasta hace muy pocos decenios medio Mundo estaba en lucha. No hablamos de la Segunda Guerra Mundial -que parece un tanto lejana-, sinó simplemente de los años sesenta o setenta; en los que el Sur de Asia, gran parte de Hispano América o de África, se rompían en terribles confrontaciones. Y aunque es verdad que aún hoy la paz no vive en todos los lugares; si vemos un mapa de zonas bélicas actuales  comprarándolo con otros de guerras de tan solo hace veinte (o treinta años), nos quedaríamos asombrados con la proliferación de batallas que antaño se producían a diario -tantas, que hoy paises como España han podido prescindir de un ejército obligatorio, dotándose de un número minúsculo de profesionales militares para su defensa-.
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De tal manera y por fortuna, hasta la Guerra Fría ha terminado, y con ello se ha producido el comienzo de una unificación paulatina y definitiva del Globo Terráqueo. Aglutinación que seguramente contiene la finalidad de llegar muy pronto a formar una única Sociedad -algo impensable apenas hace unos veinte años-. Pese a que -evidentemente- ello tiene también sus desventajas, ya que no todo puede ser perfecto y menos aún lo es ampliar el campo de competencias. Siendo una de las peores consecuencias de esta llamada "globalización" el ajuste necesario de unas formas de vida a otras, para poder lograr que el Mundo se cohesione. Precisándose para ello unificar el mercado y las Sociedades, con el fin de que definitivamente y por los consabidos intereses económicos compartidos, no se produzcan más conflictos entre paises, que los puramente comerciales.
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Esta unión de las Naciones se ha logrado en un periodo de unos cincuenta años de ajustes, entre cuyas cumbres estuvo la creación del Mercado Común (la Unión Europea) y la caida del Telón de Acero -tanto como la apertura continua y continuada de los paises y economías comunistas, que fueron hacia un "pseudo" mercado libre-. Lo que evidentemente obliga a competir a naciones como España, con un sistema de producción y comercio mucho más complejo y costoso; junto a otros que (como China, por ejemplo) son capaces de fabricar y vender un mismo artículo a precios diez o veinte veces menor. Todo lo que ha provocado la crisis productiva y empresarial en el Mediterráneo europeo, tanto como el posterior derrumbe económico. Hechos estos que no son más que los síntomas de un ajuste y que realmente no son una enfermedad en sí, sinó más bien su sintomatología. Por cuanto confundir la crisis financiera con la verdadera bancarrota de un país (que solo llega en momentos de destrucción de la Nación), es como identificar la fiebre, con una enfermedad. Siendo la subida de temperatura corporal un baremo o síntoma que puede lograr que realmente el cuerpo no llegue a contagiarse -a enfermar del todo-. De un mismo modo que las fluctuaciones de las bolsas pueden servir para curar la economía antes de que se sucedan males mayores y sin retorno.
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Pese a ello, hay quienes creen que lo que expresamos tan solo son unas simple teorías; por lo que vamos a intentar demostrar que son hechos ciertos e históricamente probados. Tanto que se han repetido siempre en los momentos de cambios de Era, como sucedió tras la llegada del Hierro. Una época que -como dijimos- se inicia en el siglo XIV a.C., cuando en las montañas del Cáucaso se halla el método de fundir este metal y se van descubriendo a su vez la técnicas para lograr templarlo (endurecerlo, creando así el acero). Tiempo en el que se suceden todo tipo crisis y de movimientos políticos extraños.
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Tanto que en Egipto aparece un rarísimo faraón, hijo y marido de princesas de Mitani. Nos referimos a Amenofis IV, casado con Nefertiti, nacida en el territorio mitanio tan cercano a las zonas donde por aquel entonces estaba apareciendo el nuevo metal. Hierro, casi desconocido en el Nilo por esos años, y que aún no se lograba forjar con la suficiente fortaleza como para superar el mejor bronce. Lo que sin lugar a dudas hubo de producir en Egipto y en cuantas grandes civilizaciones había, un enorme desasosiego. Inseguridad nacida de ignorar cuál sería del futuro en el Imperio del Nilo tras la aparición del nuevo armamento; lo que probablemente llevaría a ese Amenofis a generar una nueva sociedad y a adaptarse a unas filosofías y religiones cercanas a los pueblos que estaban en posesión del "secreto del Hierro".
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Creencias muy parecidas a las que hubo en el Creciente Fértil desde el siglo XVI a.C.; basadas en monoteismos que se relacionaban en gran parte con los cultos de pueblos como el amorrita, el hurrita o los pre-hebreos; cuyo padre Abraham ya promulgaba estas religiones de alianza con una sola deidad. Siendo a mi modo de ver la crisis de la aparición al hierro y el intento de adaptarse a un nuevo tiempo (el que nacía por entonces), los motivos de las reformas que este "faraón hereje" impone en esos cultos monoteistas que pretendió establecer (tomando el conocido nombre de Akhenatón y siguiendo unas filosofías muy cercanas a las que posteriormente hicieron nacer a Israel). Rey de Egipto que llega a trasladar la capital homónima a su persona, hasta el lugar que hoy es Amarna y que al final vió como su pueblo renunció a aquella herejía. En un ideario de adoración a una sola divinidad; filosofía que como decimos, muy probablemente procedía de influencias llegadas del lugar en el que se estaba descubriendo por entonces el hierro: Las tierras muy próximas a Mitani (nación de su esposa, Nefertiti).
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ARRIBA: Foto mía tomada durante el verano de 1977 en Japón, en un templo cercano a Niko y ciertamente próximo a Tsukíono (donde están nuestros sepulcros familiares). Cuando fuí a Japón con tan solo dieciseis años, pensé que jamás volvería allí por ser un país muy lejano. Era por entonces aquella, una Nación quizás menos rica que España y donde una gran parte de la población aún vestía en kimono (al menos entre los más mayores). Jamás creí que regresaría y menos pude pensar que sería me segunda pátria (donde incluso tengo tumba .... Algo muy importante para los japoneses...). Pero el Mundo en tan pocos años se hizo "tan pequeño" y se unió tanto, que hoy en día hasta en Japón es común encontrarse con extranjeros allí establecidos.
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Del mismo modo en nuestros días que se pueden comprar y vender en las montañas nipponas, los mejores productos hispanos (desde el aceite de oliva más puro a los jamones de bellota -que ayudamos a exportar-). Todo lo que ha de ser una fuerte competencia para su mercado, pues los japoneses que antaño vendían aceites de soja y otros vegetales (sin apenas comparación con los nuestros, infinitamente mejores, como es el de oliva): Aunque su mercado hoy se ve "asediado" por los magníficos zumos de aceituna que introducimos los españoles. Algo muy similar ha ocurrido en nuestras tierras, donde la llegada de miles de productos procedentes de Asia, de América o de Europa, han hecho desaparecer parte de la producción de España. Unas empresas que en nuestra nación han de reorganizarse y "reenfocarse", con la intención de crear unos productos mejores que los que vienen de fuera (o a menor precio). Con ello, imitando la fabricación del mercado exterior, llegaríamos a regenerar las industrias de nuestro país.

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BAJO ESTAS LINEAS: De nuevo el templo de Tsukíono, donde jamás pude imaginar que iban a terminar mis días... . Pero el Mundo es hoy más pequeño que nunca y no hay que asustarse por tener la tumba a quince mil kilómetros de dónde uno ha nacido. Pues ello viene a ser como el que hace un siglo venía al mundo en un pueblecito del centro de Castilla y terminaban enterrándolo en Sevilla. Y es que en verdad se tardaba mucho más hace ciento cincuenta años en ir de Soria a Bilbao, que hoy en llegar de Madrid a Tokio.

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Los decenios y los reyes que continuaron al mencionado Akhenatón y a su esposa Nefertiti, fueron de una manifiesta inestabilidad; hasta que se alcanzó ciertamente la Edad de Hierro. Era en la que se equilibra en Nilo con la llegada de los grandes Reyes del Imperio Nuevo de la dinastía XIX (como Seti I y Ramsés II). Momentos en los que precisamente en Anatolia se destruye el imperio Hitita. Caida de Hattusa que con toda probabilidad se produjo por la aparición del mismo acero, que provocaría seguramente las luchas intestinas entre aquellos de Hatti (beneficiendo ampliamente a Egipto). Pese a todo, a fines del siglo XIII y comienzos del XII, los llamados Pueblos del Mar (hombres del hierro navegantes que procedían de estas zonas de Anatolia), atacan repetidamente Egipto, asediándolo en tiempos de Ramsés III. Todo lo que en mi opinión se debe a migraciones tras la Guerra de Troya (que se fecha hacia el 1212 a.C.) y que en verdad marca el final del Bronce y el inicio de la Edad del Hierro en esta zona oriental del Mediterráneo.
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Siendo así, como tras el nacimiento de la nueva Era férrea también cae Micenas; heredera del imperio y de la cultura minóica; cultura que desaparece en ese tiempo posterior a Troya. Surgiendo por entonces los pueblos indoeuropeos y por ende, los griegos. Asimismo en los mismos siglos y más el Sur de Anatolia (en las costas cercanas a Canaan) se producen igualmente migraciones en ese tiempo, de gentes venidas desde el mundo semita, del Creciente Fértil (o de su desierto) y del área del antiguo reino Hitita. Naciendo de ello Fenicia y el mundo púnico, que navegaría y dominaría en el Mediterraneo y el Golfo Arábigo, fundando gran parte de las ciudades costeras al Oeste de Malta. Surgiendo en este mismo periodo los pueblos indoarianos pastores, que generarían los indogermanos y las migraciones celtas que igualmente se extenderían por toda Europa central (llegando hasta nuestras tierras hacia el siglo VIII a.C.). Finalmente, de las gentes huidas de Egipto y de los micenios escapados de la Creta o Chipre asediada por los dorios; nace igualmente el mundo israelita (probablemente de forma paulatina y ya desde tiempos de Akhenatón, en que los monoteistas perdedores de la guerra de Amarna, debieron buscar refugio entre los asentados en el Creciente Fértil).
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Cuanto hemos visto se produce en apenas tres siglos (desde la Guerra de Troya hasta la venida de los Celtas a la Galia), generando lo que posteriormente sería Europa y el Mediterráneo -con Grecia y Roma como hijas directas de esta etapa y de los pueblos del Hierro-. Pero los datos recogidos y enumerados de la Antigüedad los hemos mencionado porque son hechos muy similares y comparables a lo que se vivió entre los años de las luces y nuestra época actual en Europa. Casi trescientos años en los que desde fines del XVIII se comienza con enormes progresos y una tremenda escalada militar, naciendo grandes tecnologías armamentísticas que culminan con la Revolución Francesa y las guerras napoleónicas (etapa de cambio radical del Mundo y que podríamos comparar con la de Troya).
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Tras Napoleón los avances en armamento no cesaron, llegándose en cien años a crear ejércitos capaces de devastar gran parte del Continente, algo que sucedió en la Primera Guerra Mundial. Guerra semejante históricamente  a la caida de Micenas y al declive de Egipto con las invasiones de Los Puebos del Mar (tras el nacimiento de la poderosa Fenicia). Culminando aquella celeridad militar heredada de la revolución Francesa y del centenio XIX, ya en nuestro siglo pasado y en la Segunda Guerra Mundial; que situa ya un nuevo orden semejante al que se sucede en la Antigüedad tras la Invasión Doria (en el Mediterráneo Oriental y con el nacimiento del mundo griego, hacia el siglo X a.C.). Momento en el que el avance de los pueblos indoeuropeos por toda Europa se hace imparable, al igual que la civilización púnica se comienza a extender por el Mediterráneo Sur. Periodo de guerras y cambios que en principio pudieron generar épocas de grandes incertidumbres, migraciones y crisis; pero que finalemente crean Sociedades muy avanzadas y civilizan a toda Europa, dando origen a culturas conocidas por justas y cercanas a la nuestra (la Griega y la Romana; que nacen poco después, en el siglo VIII a.C.).
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Por todo cuanto decimos, la época que vivimos no es tan ajena ni distinta a otras, sinó más bien podemos considerar estos años nuestros como muy semejantes a los que hubo entre el siglo X y el VIII a.C.. Momentos en los que se generaba un "nuevo orden mundial", originándose las civilizaciones del Mediterráneo (de las que procedemos cultural y cívicamente de manera directa). Épocas en las que igualmente los súbditos de los nuevos Estados -o sistemas entonces emergentes-, veían con ojos críticos a sus dirigentes, acusándoles de malvados o de falsarios. Algo que hasta entonces había sido impensable, puesto que la crítica del tirano o del gobernante ni siquiera se planteaba (ya que suponía una muerte segura, al no existir la política hasta la creación de Fenicia, Roma o de Grecia). Tal como sucedía hasta las Guerras Mundiales en Europa, donde los Estados en una gran mayoría estaban gobernados por gentes que incluían un porcentaje de psicópatas (o de asesinos), a los cuales nadie se atrevió a contrariar jamás -Refiriéndonos en lo que expreso a esos locos gobernantes, que practicaban entre el siglo XIX y mediados del XX la tiranía de un modo tal, que provocaron centenares de miles, y hasta millones de muertos-.
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Cuanto narramos a día de hoy sería ya impensable, pero hace solo sesenta años fue un hecho cierto. Tanto que Europa hasta hace cincuenta años aún se dejaba manejar por gentes que llegaron a provocar decenas millones las bajas en guerras o exterminios (que apenas duraban un lustro). Por todo ello, no es extraño que saliendo de estos periodos de convulsión y de cambios, aún haya entre los que nos dirigen un pequeño porcentaje de gentes con una "moral distraida". Pese a ello, estos "distraidos en sus deberes" nada tienen que ver con aquellos "otros" que guiaron el Continente o el Mundo durante cientos de años; llegándolo a conducir de continuo a guerras fraticidas incomensurables. Por cuanto hemos de plantearnos que "ningún tiempo pasado fue mejor" y que si hay pequeños problemas, habrá que darles solución, pero nunca dejar de creer en el sistema que hemos creado (con gran sacrificio y trabajo). Sin desviarnos jamás del camino de progreso y unión que ya el Mundo ha tomado; para lo cual es siempre necesario creer y confiar en la Historia, tanto como respetar las instituciones. Pues la Historia nos enseña cómo se pudo incluso acabar con los asesinos que quisieron gobernar el Mundo durante el comienzo de la Edad del Hierro, o en pleno siglo XX (porque siempre son muchos más y mejores, las gentes de bien, que "esos pocos" que dañan a los demás).

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SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS: En la foto superior de nuevo en Nikko, en verano de 1977; cuando jamás pude imaginar que este país nippón iba a ser prácticamente mi patria. Abajo, la entrada del templo de Tsukíono y sobre esta las tumbas de mi familia, donde me espera seguramente con mucho cariño una de las mejores personas -quizás la más buena y más inteligente- que conocí en mi vida: Ichitaro Onozuka, el padre de mi mujer (tristemente fallecido con tan solo sesenta y cinco años; hace ya casi un decenio).

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BAJO ESTAS LINEAS: Mis amigos japoneses me preguntan cosas tan raras como la de qué han de ponerme sobre la tumba el día que me muera... . Al principio no me gustaba nada este tipo de cuestiones, pero al final y como les despierta tanto interés, les diré que no estaría mal colocarme una de estas esculturas que tanto se veneran en templos como el de Tagata (o en las fiestas de Kanamara...). Al menos así, no será tan triste.

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