domingo, 28 de agosto de 2011

DIVISIÓN DE LAS ARTES (¿Es el rock cultura?)

BAJO ESTAS LINEAS: En la imagen, Laocoonte devorado por serpientes castigado por profanar el templo. Lessing, en su obra homónima al sacerdote del mito griego, defiende una división de las artes a las que clasifica como: Temporales y Espaciales (llegando a concluir que son superiores las primeras a las del espacio). En el artículo de hoy presentamos una diferente catalogación del arte, dividiéndolo en Intelectual y Escénico. Llegando a la conclusión de que solo pueden considerarse "cultura" aquellas artes que necesiten de un proceso intelectual para su creación. Siendo tan solo espectáculos aquellas que prescindan absolutamente de una creación intelectual para ser llevadas a escena. Espectáculos, de los que sin negar que pueden ser artes (de representación o interpretación), no los clasificamos como "culturales".


ANTES DE COMENZAR:
Agradecemos enormemente la atención y cariño de todos aquellos quienes nos leen; en especial nuestra gratitud hacia las personas que se han incluido últimamente entre nuestros seguidores (encontrándose, desde hace pocos dias Francisco Piney.). Por lo demás y para los que en ocasiones nos preguntan sobre nuestras opiniones o juicios -en este caso, sobre las artes o las letras-. Diremos abiertamente que cuanto escribo es una opinión puramente individual y que exponemos tras diversas reflexiones personales. Sintiendo mucho a veces poder contradecir a personas, personalidades, e incluso a filiófosofos de la talla de Lessing; realizando afirmaciones que llegan a concluir que las teorías de su "Laokoon" nos son aplicables en el arte del siglo XX y XXI. Deseando dejar muy claro que ello no significa para nada que dejemos de admirar y valorar enormemente la obra y pensamiento de quienes a veces contradecimos (en especial las de Lessing; tanto como las de muchas otras personas y personalidades a las que citamos o mencionamos rebatiendo sus teorías o ideas).
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DEFINICIÓN: Por cuanto veníamos concluyendo en los días anteriores, creemos que ya podemos dar una definición más o menos exacta de lo que consideramos que es el Arte (para nosotros -definición que parte de un concepción "Kantiana" de las disciplinas artísticas-). 
CONSIDERANDO QUE ARTE ES: TODO LO BELLO O SUBLIME -O BELLO Y SUBLIME-, CREADO ARTIFICIALMENTE -POR EL HOMBRE-. Entiéndase este última palabra "artificialmente" como "lo creado por la mano del ser humano", puesto que "artificio" procede de esta voz "hecho por el hombre" (artificial). De ello. ARTE; habida cuenta de que lo "bello y sublime" nacido por la Naturaleza, no es artificio y por lo tanto, tampoco Arte (sino naturaleza) .
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CLASIFICACIÓN DE LESSING: De igual modo, en días anteriores habíamos concluido que la clasificación de Lessing en Artes Temporales (música, literatura y las que no precisan de "espacio") y Artes Espaciales (pintura, escultura, arquitectura y todas las que juegan con el espacio), creemos que no es válida en el siglo XX. Al menos desde la aparición del Cine, pues si dividimos las artes en temporales y espaciales, habría que considerar que el guión y la música es un arte temporal, mientras que la imagen, sus fotografías y etcétera, quedarían en un espacial. Pese a ello, pudiera decirse que se trata del único arte "tempo-espacial" (que combina ambos). Pero no es el único ni el primero que ha combinado ambas categorías, dado que existen infinidad de soportes, combinaciones y hasta publicaciones o maneras de escribir que tienen los poetas y literatos, que igualmente son tempo-espaciales. Pondremos como ejemplo la poesía escrita de Rafael Alberti, cuyos versos están en muchas ocasiones compuestos como si fueran verdaderos cuadros. De igual manera que en la danza, ballet e infinidad de publicaciones y obras , se combinan lo temporal con lo espacial. Pudiendo concluirse que es inseparable (en realidad) la temporalidad de la espacialidad en el arte.
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Es más, esta división de Lessing, dejaría al descubierto una cuestión fundamental: En el teatro (por ejemplo), en su escenificación, su representación y actuación ¿Es espacial o temporal?. Igualmente, en la Ópera, hemos de plantearnos si un "libretto y partitura" (que es plenamente temporal), se corresponde con la actuación y escena, que tiene mucho de temporal. Además a ello, habríamos de incluir la pregunta sobre si el actor o el que danza, es verdaderamente un ejecutor del tiempo y de su arte temporal; pues ambos juegan plenamente con tiempo, en el espacio... . El problema se hace aún mayor cuando aparece el cine. Aunque la dificultad para aplicar la clasificación de Lessing no es algo reciente, pues ya se propuso con cuantas obras combinaban la música, la danza, el teatro, la poesía, la literatura; junto a la pintura, la escultura, la decoración o la escena.
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Pese a cuanto exponemos, siempre habrá un "Lessing-niano" (seguidor de aquel filósofo) quien afirme, como la separación entre Espacio y Tiempo es justa y con arreglo a los cánones de la filosofía (sobre todo a la de su época; refiriéndonos a la "kantiana", por ejemplo). Siendo el arte algo que solo se puede realizar por medio de intervenir (o crear) sobre estas dos Categorías: Espacio y Tiempo. A lo que podemos contestar que existen plenas razones para clasificar el arte en estas dos formas; pero el problema, es que toda la vida ha de sumirse a ellas, puesto que la realidad entera está sometida al Espacio y al Tiempo. Debido a que son las Categorías, que -como dice Kant- nos permiten percibir, clasificar y entender El Todo. Tanto es así, que cualquier disciplina puede dividirse en Espacial y Temporal y al igual que separa Lessing las Artes, en estas dos tipologías podremos clasificar la Arqueología, la Historia, la Medicina, la Física y hasta la Matemática de la misma forma. Siendo "Arqueología Temporal", la que se realiza en la investigación y en la mesa; mientras la Espacial es la que llevamos al campo de excavaciones. De igual modo que la "Historia Temporal" es aquella que escribimos e investigamos en los libros, mientras la "Historia Espacial" sería aquella que se acredita o estudia en objetos y cosas que demuestran las evidencias de lo sucedido en el pasado. La medicina igualmente es clasificable entre la escrita y pensada (Temporal) y la ejercida prácticamente (Espacial). Tanto como la física, que en su teoría es temporal y en su práctica es espacial. Quedando al fin la Matemática como ejemplo mas claro de que existe en sus dos tipos con arreglo a las Categorías: Una dedicada al número (temporal) y otra al espacio (espacial).
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Siendo quizás la conclusión más importante que pudiera obtenerse de lo antes dicho, la de que quizás lo Temporal nace del pensamiento y de la propia creación del hombre; mientras lo Espacial, está en el cosmos (en la Creación del Universo). Algo que puede demostrarse por el simple hecho de que el Tiempo es una sucesión en el Espacio, ante lo que hubiéramos de plantearnos qué pasaría si el Espacio no existiera; pues quizás dejaría de existir también el Tiempo. Puesto que mientras puede concebirse un Espacio sin Tiempo, la inversa es de difícil explicación... Bastando imaginar el Espacio en estado de reposo (sin movimiento) para que fuera difícil hasta la comprensión del Tiempo. Siendo quizás el último dato que nos demuestra que el Espacio puede existir sin Tiempo, el hacho de que los animales (y menos los vegetales) carezcan de esta comprensión del Tiempo sabiendo y teniendo consciencia del Espacio. Siendo así, claramente el Tiempo el que crea el Espacio; quizás no puede admitirse la última coclusión de Lessing, quien afirma que las Artes Temporales (literatura, música etc), son superiores a las Espaciales (pintura, arquitectura etc).
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CLASIFICACIÓN QUE PROPONEMOS, EN ARTES ESCÉNICAS Y ARTES INTELECTUALES
Como venimos diciendo en los artículos anteriores, consideramos que muy importante es dividir las artes en Escénicas e Intelectuales. Siendo Artes de la Escena, aquellas que representan o presentan a un espectador la obra, en un espacio o formas creadas para ese fin. Mientras el Arte Intelectual, es simplemente la creación de ella por el autor (o autores), pero con un fin contemplativo, personal o intelectual -no para mostrarla al público en ese momento-. De tal manera, una gran parte de obras de arte se dividen en dos fases: Una intelectual y otra escénica; siendo muy común que la segunda etapa no sea realizada por el mismo creador intelectual de la obra. Ponemos como ejemplo el teatro, cuyo escritor termina el drama siendo este punto en el se ha creado la Obra de Arte Intelectual. Más tarde, un director, un grupo o compañía de actores (con coreógrafos, atrezzistas y etcétera), la representan ante un público. Este es el instante en el que se crea la Obra de Arte Escénica. Así siendo ambas la misma, son completamente dos obras de arte muy diferentes.
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Cuanto exponemos divide la creación en ARTES ESCÉNICAS Y ARTES INTELECTUALES; que consideramos han de diferenciarse plenamente, debido a que las primeras tienen como fin dar a conocer al público (más o menos numeroso) la obra; mientras las segundas, comprenden solamente el hecho de la creación intelectual artística (como un ejercicio cultural o "espiritual"). De tal manera y trás haber dividido así las artes y para comprendamos mejor la idea, expondremos algunos ejemplos en los casos anteriores. Deseando explicar los más complicados, puesto que en la música parece ciertamente fácil deducir lo que explicamos, ya que una composición musical es una obra puramente intelectual, al igual que interpretarla en público, entra ya en el terreno de lo escénico. De ello que existan en la música dos tipos claros de artistas: Intérpretes y compositores. Además, hay un "segundo nivel mayor de escenificación" en este arte, que se produce cuando la obra musical es bailada, cantada o representada. Entrando ya aquí de pleno el mundo escénico en juego, quedando incluso la música como "algo" más dentro de toda la obra, y llegándose a valorar muchas veces más al intérprete o al director, que al propio creador de la música.
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En la poesía o el teatro, parece igualmente fácil comprender cuando una obra pasa a escenificarse (al igual que las novelas que se llevan al cine o a la representación). Pese a ello, en el terreno de las artes espaciales (como llama Lessing a la pintura, escultura etc), ya la compresión de "la escena" es más dificultosa. Sobre todo, porque desde el siglo XIX la pintura y escultura han huido del "escenario", como el gato escaldado lo hace del agua fría. Ello quizás debido a que tras el Concilio de Trento, el catolicismo se propone como forma de extender y dar a conocer la Fe, el generar una escena que permita catequizar a los fieles. "Escena" que se construye en todos los templos barrocos; iglesias y monasterios que "a imagen y semejanza" de la "casa de Dios", son decorados con cielos y ángeles en sus bóvedas, y plenos de retablos y cuadros en sus paredes. Ello lleva a que las pinturas, esculturas (y hasta la arquitectura) en paises católicos, desde Trento hasta fines del siglo XVIII, fueran en su mayor parte componentes de una "escena", que deseaba representar lo divino en la Tierra (junto a lo humano). No siendo desde Trento el arte ya solo un instrumento para enseñar La Biblia y catequizar (como se hizo en el gótico o en el románico); sinó sobre todo la esencia para crear "una escena propia a La Casa de Dios", algo que transmita elevación, grandiosidad y hasta temor (sublimándose como una imagen del Cielo -pensemos en El Vaticano, para entender lo que vemos exponiendo-).
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Por cuanto decimos, gran parte de la estatuaria, pintura y hasta arquitectura, de los siglos XVI y XVII en el Sur de Europa, pertenecían a esta idea y a esa "escena". Una filosofía que a fines del siglo XVIII fue muy rechazada por los artistas del Siglo de las Luces, que identificaron estas obras con las ideas de la Inquisición o el atraso del Asolutismo. El triste resultado fue el desprecio casi absoluto hacia todo el arte sacro barroco -sobre todo en el caso del hispano, que hasta no hace muchos años se destruía, comido por las ratas en graneros, en edificios desamortizados y en las sacristías de los pueblos, cuya parroquia no tenía ni para retejar la iglesia donde lo guardaba-. Por cuanto decimos, la escultura y la pintura en el siglo XIX huyeron de "la escena" anterior (tal como la música clásica en el siglo XXI lo está haciendo de los escenarios, pues hoy en día los espectáculos exigen por lo general ir dirigidos a la gran mayoría, lo que hace imposible presentar así un arte de calidad).
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Pero volviendo a la pintura, escultura y arquitectura en la "escena trentina" en la que vivieron desde los siglos XVI al XVIII, ellas estuvieron tan unidas a la "representación del cielo en la Tierra" como el teatro lo está a "la función". Pese a ello, un igual uso tuvieron en el siglo XIX y tal manera, la arquitectura se creaba para generar una grandiosidad imperial, que cubriera de teatralidad la ciudad. Algo que puso en gran uso el mismo Napoleón, por lo que mandó derribar gran parte de las manzanas centrales de París (entre el Arco de Triunfo y la plaza de la Concordia); para dejar allí una gran avenida donde celebrar paradas militares, paseando a los ejércitos en sus victorias por aquel lugar que llamó "Los Campos Eliseos". Teatralidad que venía compiada de la Roma Imperial y que siguió su hermano José (mal llamado Botella en España), quien también derribó todos los edificios de la Plaza de Oriente en Madrid, para que se viera bien el palacio; tal como tenía pretensión de unir con una avenida de Campos Eliseos esa plaza con San Andrés (donde iba a poner el Senado y la Carrera de San Jerónimo (Las Cortes).
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Del mismo modo, la pintura decimonónica comenzó con movimientos como los de Ingres o Delacroix, al servicio del Imperio o de la Revolución. Por lo que el arte solía nacer unida a una escena. Escenario o emplazamiento que podía coresponder a un retablo, o una capilla de iglesia o un Parlamento (ya en el XIX). Al igual que su escenario del siglo XVI y XVI solía ser una estancia del rey o de las casas nobles. Siendo muy destacable en lo que se refiere a ello, el Salón de Espejos que crea Velázquez a Felipe IV, en el que se "jugaba decorativamente con cuadros y reflejos de argentados". Parece evidente que en el siglo XIX la pintura consigue huir del "yugo" de la escena, que le obligaba a crear de un modo determinado y para un lugar concreto. Pese a la apariencia, ello no sucedió así; puesto que muy pronto surgirán los museos y los potenciados (tanto como las ideologías) que desean "lucirse" con unos cuadros y unos pintores, que les sirvan (como inversión económica y que apoyen sus ideas).
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Finalmente, lo que sucede en la pintura y escultura, es que habiendo huido tanto de la escena, ya desde mediados del siglo XX, solo crearon sus obras para los museos y las galerias. Es decir: Para la escena definitiva; pues la finalidad de estos cuadros o creaciones es la de ser enseñados a un público, con la única intención de mostrar la obra de un pintor (sin más). Lo cual ha generado ya un tipo de pintura escénica que es similar a la música escénica (espectáculo puro); que ya nada intelectual le preocupa y que solo busca el "impacto social de lo que hace". Por ello, la pintura, escultura y arquitectura que se genera solo para la galería o el museo puede llegar a pertenecer al mundo del artista del espectáculo, quien solo trabaja para entretener, divertir y ser conocido (que considero, es lo que lo que los críticos denominan "provocar").
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FINAL ¿SON CULTURA EL ROCK Y EL POP?: 
Hace días narrábamos la historia que nos sucedió hace treinta años, en la Facultad de Derecho; cuando me atreví a afirmar que el rock (por sí mismo) no era cultura. Ello sucedió porque un poco antes, la ministra de cultura española había aseverado que el rock era cultura y que por ello iba a contratar el Estado Español al grupo más famoso de entonces (lo que costaba un dineral)... . En un coloquio en la Universidad, yo me atreví a decir que aquello era solo oportunismo político, para atraerse el voto de la juventud y que el rock no podía ser subvencionado de ese modo; puesto que el siguiente paso era subvencinar las discotecas y el contiguo, dar subveción a los bares y a los chiringuitos de playa (argumentando en todo que "esa era nuestra cultura"). La cuestión que planteé en la Universidad, terminó en abucheos y en echarme de la clase los compañeros mientras me llamaban "facha", por contestar que el rock, por sí mismo no era cultura... (algo que todavía no me explico, pues esa ministra de cultura, era más de Derechas que una raqueta de tenis).
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Años más tarde, he querido recordar y reflexionar sobre estos hechos tan desagradables que hube de vivir entre los "fanáticos del rock" (que son muchos y ciertamente, muy extremistas siempre). Hoy, creo que podemos explicar aquella frase que tanto molestó a muchos, si atendemos a la división de artes que hemos planteado, entre las que existirán: ARTES DE LA ESCENA y ARTES INTELECTUALES.
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NO PUDIENDO SER TENIDAS COMO CULTURA, AQUELLAS ARTES DE LA ESCENA EN LAS QUE NUNCA EXISTA UNA ACTIVIDAD (O ARTE INTELECTUAL) EN SU CREACIÓN. Nos explicamos: Una artista de variedades y uno del Circo, son evidentemente unos artistas, pero no pueden considerarse del mundo cultural (a menos cuando lo que representen no ha tenido una historia, o un proceso intelectual en su creación). De igual modo un cantante de pop o rock, cuya obra no tenga un componente cultural o nazca de una trabajo intelectual previo, no puede considerarse cultura. Por lo que para concluir diremos que:
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INDUDABLEMENTE, UNA PARTE DEL ROCK Y DEL POP, SERÁ CONSIDERADO CULTURA. UNA PARTE MUY PEQUEÑA (minúscula), PUES ES SOLO AQUELLA CUYO ORIGEN ESTÁ EN UN ARTE PREVIO INTELECTUAL. Es decir, que para considerarlo cultura, habrá de tener unas letras o una música que gocen de una calidad en sus poemas y en sus melodías (no siendo nunca sonidos y efectos, para llenar y entretener sobre un escenario). De tal manera, los artistas de los años sesenta extranjeros -como Simón y Garfunkel, Joan Baez, Bob Dylan o Leonard Cohen- claramente contienen esa labor previa de creación de una obra intelectual, que luego se escenifica. No citaremos el caso de artistas similares en España, aunque parece obvio incluir a Serrat con su generación, entre las personas que realizaron una labor intelectual.
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Pese a ello, la gran mayoría del rock y del pop, no tienen un arte intelectual que lo genere (o inicie) y por ello son solo "UN ESPECTÁCULO" . -Como ejemplo final, para que todos lo entiendan de una vez y dejen ya de tacharme de "ostrogodo", pondremos el caso de John Lennon, del cual lo que más se admira son obras como "Imagine". Ello, porque responde a un trabajo intelectual y poético con un mensaje social (siendo esta canción completamente distinta a muchas de las que había hecho en otros casos, en las que solo buscaba el espectáculo)-.

sábado, 27 de agosto de 2011

El difícil arte de crear cultura (parte segunda).

Habíamos dejado "la cuestión" en el momento en que nadie quiere reconocerse "padre de la criatura". Siendo aquel precisamente cuando hay que admitir que el arte es una disciplina cultural -perteneciente al "gremio" de las humanidades, muy enraizada con la filosofía o la religión- y no una multidisciplina catalogable entre los modos de diversión (o de ocio). Aunque evidentemente "toca" con el mundo de los entretenimientos, y ello porque una de las formas fundamentales del ocio está en el espectáculo (o en lo espectacular). Siendo así que muchas veces por arte y espectáculo se entiendan una misma cosa; algo que está llevando a un profundo declive del verdadero sentido del arte, en nuestros días. Nos explicamos:
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Hemos dicho y comentado anteriormente que como formas más comunes del espectáculo, se encuentran los deportes; algunos de los que muy desafortunadamente se están comparando con el arte (en su forma de exhibirse e incluso por escenarios y competitividad). Y digo desafortunadamente, porque el espectáculo es fundamentalmente un "ejercicio" de entretenimiento de masas, mientras el arte es un "proceso cultural y espiritual" de sublimar y embellecer la vida, para así mostrarla a todos. Siendo verdad que en muchos casos las artes han sido grandes espectáculos (como fueron: La Ópera, las grandes obras orquestales, o de teatro). La puesta en marcha de ellas y su escenificación, no se llevaba a cabo comúnmente por los creadores, sino por intérpretes y escenógrafos. A estos últimos, son a los que en verdad ha de llamárseles artistas -en el sentido moderno de la palabra-; puesto que muchos de los creadores son simple y llanamente, intelectuales (quienes en muchos casos, jamás serían capaces de presentarse ante un público, ni mucho menos, de entretenerlo).
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Consecuentemente, la palabra artista que ya tiene una muy triste etimología (pues procede de artificio = lo artificial); tuvo aún un peor final en nuestros días. Ello porque engloba desde el poeta o el literato, al actor y al músico de pop; o desde el fotógrafo, al arquitecto, tanto como del pintor abstracto, al director de cine... . Algo, que por las enormes diferencias existentes entre los que describe, convierte a "arte" en un término cuyo significado puede darse a tantas "especies diferentes" como lo hace la palabra "mamífero". -Teniendo en cuenta que lo de "mamímero" no lo decimos con segundas, pese a que en verdad muchos de los artistas somos bastante "mamones"-.
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De lo que se deduce que aquella voz tan utilizada y que tanto nos gusta hoy en día (artista), ha ido modelándose y adaptándose a todas las circunstancias y gentes que a su paso toparon con ella: Por lo que actualmente podemos decir que ya es un "simple piropo" o un "galardón" aplicable a cualquiera que haga algo estrambótico, y no un término con un sentido verdadero (ni menos definible). Puesto que describir con una misma voz a los poetas, actores, escritores, pintores, diseñadores, fotógrafos, bailarines, cineastas, músicos (de todas las especies) y largo etcétera de creativos y creadores de "artificios nuevos", entre los que se incluyen hoy, cocineros, toreros y modistas... . Es como definir al Hombre como animal vertebrado; una catalogación que nos une a otros seres cuya única virtud común a nosotros es tener gran cantidad del "calcio" en el cuerpo. Por lo que El Hombre estaría muy cerca de cualquier bicho con cáscara, pezuñas o raspa, si aplicamos esos términos que son capaces de englobar tantas especies a la vez (tanto como el vocablo "artista", parece que define a todos los "raros" de nuestra Sociedad).
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Todo ello, nos leva a concluir que la palabra "arte" ya, a día de hoy, ha dejado de tener un sentido comprensible, pasando a ser una voz que describe lo que nadie sabe encasillar. Pudiendo compararse a "palabros" como "cacharro" o "chisme", con el cual puede describirse cualquier cosa: Desde una cacerola, a un coche y una radio, pasando por un "aparato sexual"... . Tanto engloba ese término, que nadie puede definirlo, siendo muy común oír como los críticos comentan que ya "el arte es solo provocación"... . A lo que siempre me pregunto si llamar por la calle a la gente "hijo de tal", pudiera ser considerado "un arte".... . Pero no se asuste el lector, que para nada somos exagerados; puesto que una de las grandes obras de arte hoy en día (consideradas como escultura móvil) consiste en un escape de nitrógeno líquido, que a la puerta de uno de los grandes museos contemporáneos, aparece a cada hora en punto. Una nube de nitrógeno, que como un "cuco" cada sesenta minutos "salta" y expande su halo, cubriendo el anverso de uno de los mas bonitos museos de España. Siendo aquello considerado "arte en movimiento", dependiente de la climatología, debido a que el aire o las condiciones atmosféricas, cambian el curso de la nube de nitrógeno y la rapidez con la que esta desaparece... .
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Sin duda alguna, el lugar donde esa "escultura" está, es un gran edificio, maravilloso en su arquitectura y con interesantes obras de arte contemporáneo. Pero siempre creí que lo anteriormente descrito (una nube de nitrógeno) se llamaba "un efecto especial"; aunque con el tiempo me doy cuenta de que debo ser un gran ignorante. Tanto como para no haber podido apreciar y ni siquiera soportar, una obra similar a la anterior que se presentó en otro de los más famosos museos españoles (aplaudida por algunos críticos). Y que en este caso, se trataba de una máquina de vaporización que cada determinado tiempo dejaba escapar su líquido hecho gas. Vapores que procedían de aguas tomadas en la morgue de una ciudad italiana, tras haber lavado los cadáveres de pobres difuntos. Quienes seguro, jamás imaginaron que los restos de su última "ducha" iban a ser así ultilzados (ni ellos ni sus familiares)... .
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Y es que el arte, según nos dicen es "provocación"; aunque eso, a mí, no me entra mucho en la cabeza. Puesto que de ser verdad, habríamos de considerar una auténtica "obra de arte" ir pisando los pies a la gente en la calle (más en Metro y sobre todo a primera hora de la mañana). Siendo ya la gran obra de creación, el momento en que acertemos y le apretamos bien a una viejecita en pleno "juanete" (no doy ideas, no sea que se presenten como innovaciones, en algún salón o galería). Sea como fuere, el arte no es nunca un sinónimo de "provocación"; puesto que de ser considerado así, las tristes calles en las que las pobres prostitutas lucen sus cuerpos para encontrar clientes, deberían pasar a considerarse "zonas de interés artístico". Tanto como los locales de sptreep-tease, pueden pasar a ser incluidos en la ruta de los museos; o las "pechugas y carnes" que allí tan provocativamente se enseñan, pudieran ser propuestos como "bienes de interés cultural". De lo que confundir arte con provocación es algo como no diferenciar "enseñar" -de culturizar y aprender-, con el "enseñar" -de las antes mencionadas "hermanitas de pecar"-. Y es que para mí, el que definió el arte como "una provocación" sabía tanto de arte como aquel al que preguntaron qué le parecía que El Guggenheim viniera a Bilbao, costando tantísimos millones. A lo que contestó, que le daba igual el precio; que si metía goles, bienvenido era... .
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Nos viene ahora a la memoria, referente a arte y provocación, un famoso chiste que se contaba en los conservatorios hace años. En el que narraban que un padre muy orgullosos de su hijo adolescente, le había llevado ante el catedrático de guitarra. Aquel chico era de pop eléctrica y se había inventado unas "variaciones" de la música de Bach, que al parecer sonaban horribles. Pese a ello, su papá consideraba que eran geniales y allí le presentó, para una audición ante el profesor de guitarra. Así que sin vergüenza ni reparo, sacó el nene el instrumento y se puso a tocar de manera terrible (cacofonías, que debieran decirse "caca-fonias" y que "recordaban" en algo a Bach). Al terminar explicó que eran variaciones transcritas por él y para su ejecución en guitarra eléctrica. Tras ello, el orgulloso padre preguntó al catedrático:
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-"Qúe opinión tiene de la ejecución de mi hijo"-. A lo que el profesor respondió: -"¡Demasiado!"-. El niño muy alegre exclamó: -"Ves papá, ha dicho que mi Bach en guitarra eléctrica es: ¡Demasiado...!"-. Apostillando el catedrático: -"No, nene. Yo lo que digo es que tu ejecución es demasiado... . Pero que; por lo menos sino ejecutarte, un par de tortas sí habrían de darte, para que dejaras de machacar la obra de Bach"-.
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Lo anterior viene al caso, por lo ciertamente horrible del sonido de muchas versiones "modernizadas" de la música clásica; en las que se introduce instrumentos electrónicos y "por detrás" una batería que marca un ritmo -nunca mejor dicho lo de "introducida por detrás"- . Pero es muy común que se prefieran por el público esos arreglos tan vulgares, a la versión antigua y original; algo que nos hace pensar que el criterio general sobre música, deja mucho que desear. Muy por el contrario, también es fácil ver como en el caso en que los pintores como hace "interpretaciones" de obras clásicas. "Reconstrucciones" que a la gente por lo general, les suele parecer algo un tanto feo e incomprensible. Ponemos por caso, Las Meninas, que Picasso transforma hace unos cien años en varios apuntes, llegando a crear unas propias. Tanto como el cuadro de Velázquez fue objeto también de varias "versiones" hechas por diferentes pintores (ene especial hace unas cuatro cinco décadas; destacando entre ellas, las del desaparecido "Equipo Crónica").
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Siendo el efecto sobre el público en los casos en los que un pintor contemporáneo reinterpreta un cuadro antiguo, totalmente el contrario al de la música. Pues cuando aquellas obras de Bach o Beethoven las arreglan y se versionan en estilo moderno (con batería y electricidad), suelen tener incluso más aceptación que en su estado original. Mientras que en las reinterpretaciones de cuadros como "Las Meninas", todos ven el gran mérito de Velázquez, considerándose las "nuevas" como muy "incomprensibles" y de menor calidad. Aunque tristemente en este caso, aún siendo verdad que el cuadro original sea mejor, suele suceder que las réplicas pintadas por otros, son comunmente de una enorme calidad artística. Ello, porque no se limitan a copiar y "arreglar" la obra (como sucede con las piezas de Bach o Beethoven), sinó porque lo que hacen es lo que en música se denomina "Variación sobre un tema". Es decir: Tomar una melodía y desarrollarla de manera diferente.
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Y por cuanto decimos, mientras las versiones de música clásica modernizada -con batería, instrumentos elecrónicos y armonías simplificadas- suelen ser una penosa obra. Las reinterpretaciones de cuadros o esculturas antiguas realizadas por artistas plásticos contemporáneos, suelen tener un gran valor en sí mismas. Algo que quizás el público no entiende, pero que nos lleva a pensar que "el criterio" realmente lo tienen muy pocos. Por ello debería haber quienes hicieran comprender al máximo de gente posible, lo que es el verdadero arte. Enseñando en este caso y por ejemplo, que Las Meninas de Picasso son una gran obra, mientras poner batería y chunda-chunda a Beethoven o a Bach, es un desperdicio... .
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Pero continuemos con el tema, pues por lo que vamos viendo y opinando, parece que el arte tiene el dilema y el deber dirigirse a una minoría entendida, quienes debieran tener por función educar a la mayoría. Aunque, de hacerse así, existe la posibilidad de que "la mayoría" pueda llegar a aborrecerlo. Ello, es un hecho cierto y muy moderno, ya que en la antigüedad (y ni siquiera hasta hace cien años), solo opinaban de arte los que estaban en este mundo. Tanto, que quienes no entendían o vivían en el arte, ni se atrevían a opinar de aquel -siquiera para comprarlo-. Pero el problema a día de hoy, es que el juicio de la gran mayoría es lo que vale; ello porque el mandato del arte ha caído bajo el del espectáculo. Algo que es ciertamente peligroso, ya que decimos y afirmamos que arte y espectáculo no son para nada una misma cosa. Y para que entendamos la peligrosa situación en que vivimos y de lo que exponemos, pondremos el ejemplo del qué pasaría con otras disciplinas, si las sometiéramos al juicio de todos. En campos como los del Derecho (la justicia) o de la ciencia (medicina, física y etc).
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Así, siguiendo los mismos criterios que se han llevado a cabo en las artes, podemos plantearnos por qué no es directamente "la gente" la que juzga, o elige los jueces; e incluso, por qué no son la mayoría de los ciudadanos los que legislan y deciden la redacción de las leyes. Del mismo modo, quizás sería "muy bueno" que entre todos (o a votación de la mayoría), se decidiera quien debe ser médico y catedrático de medicina, qué recetas han de darse, cuales son los tratamientos mejores para las enfermedades, o qué medicamentos son los mas adecuados en cada caso. De igual manera, debiera dejarse la física y química a la opinión de la gran mayoría; permitiendo el juicio que entre todos ellos hagan. Quienes, de seguro van a dar un "verdadero vuelco" a las teorías de Newton y hasta a las de Einstein. Tanto como posiblemente sería bueno someter a los mismos criterios con los que hoy se juzga al artista, al matemático; siendo así que todos puedan dar su opinión y que obliguen a determinar a los sabios por qué 2 y 2 son 4; si a muchos les gusta que sea 5.
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Habrá quienes afirmen que cuanto exponemos es un absurdo, ya que el arte no es lo mismo que la justicia, la medicina, la física o la matemática... . Evidentemente no son iguales; pero de igual manera, el Derecho y las Matemáticas nada tienen que ver, y no por ello, los criterios que se marcan en ambos campos son diferentes. Nunca dejando elegir en ellos, la teoría o el juicio de aquel que cae más simpático (o gusta más al pueblo). Debido a que si así se hiciera, no habría ni una ciencia efectiva, ni una justicia legal. De igual manera, si se consume y se potencia solo el arte que tiene éxito por que todos entienden y a todos gusta (principalmente jóvenes, e incluso niños); lo que finalmente conseguiremos es un desastre social. Una situación similar a la creada en épocas en las que se dejaba que el pueblo ajusticiara y juzgase a quienes ellos consideraban culpables. Tanto como esas otras etapas en las que se consideraban las gentes, herejes y brujos, a los estudiosos de la ciencia (llegando a matarles por investigar lo que iba contra sus principios).
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Sucediendo, tal como es sabido, que en las épocas en las que se deja la ley y la ciencia en manos de agitadores o dictadores del pueblo; que se vivieron tremendas regresiones. Siendo etapas de una gran pobreza en justicia social, justicia común, conocimientos y medios. De igual manera, si dejamos a libre decisión del total de los mortales, dirigir el arte y los artistas; sin intervenir o ayudar a aquellos que han de ser los más admirados; puede llegarse a una tremenda regresión espiritual social. Ello, porque del mismo modo que la Justicia alimenta y nutre la Sociedad, tanto como la ciencia la cuida y la hace progresar. Las artes la forman y cultivan generando su espectro espiritual; siendo una verdadera guía que refleja las ilusiones e intenciones del Hombre. De tal manera, si una persona desde niño está acostumbrado a consumir un arte de baja calidad, le ocurrirá lo mismo que cuando se educa a un menor tomando comúnmente "comida basura". Apareciendo en el caso de la alimentación: La obesidad, el colesterol y diversas enfermedades en su cuerpo. Tanto como si se "nutre" de arte basura, su espíritu (o su desarrollo intelectual) se verá muy mermado, apareciendo seguramente enfermedades psíquicas, que pronto le pueden llevar al consumo de drogas o a necesitar ayudas.
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Sin duda alguna, la época que vivimos es la mejor de la Historia; ya que es pefectamente demostrable que desde fines del siglo XX, la Humanidad ha avanzado como nunca lo hizo en justicia social, prosperidad e igualdades. Pese a ello, un solo problema ha generado todo este avance, como es el de que la abundancia que produce en tan poco tiempo este "adelanto", es muy difícil de "digerir" por quienes la recibimos. De tal manera, el exceso de información, de medios de tecnologías (y hasta de comidas), ha producido un empacho alimenticio, social -y sobre todo: Espiritual- en la humanidad. Creando una Sociedad que va estando hasta incapacitada para generar cultura y que no llega ni a diferenciar entre lo que es arte, y lo que es espectáculo. Ya que como decimos y mantenemos, el arte (de veras) es una disciplina que ha de comprenderse en el terreno de las humanidades, la espiritualidad y en el de la cultura.
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Por cuanto exponemos, creemos que las artes, que ya divide Lessing en Temporales y Espaciales; dando -como buen alemán- primacía a las primeras (literatura y música, preferentemente) sobre las segundas (pintura, escultura, arquitectura etc). En unas preferencias de Lessing que creemos nacen de ser protestante y de las diferencias entre las Iglesias europeas. -Debido a que en el Concilio de Trento deciden los católicos potenciar la teatralidad de los templos, con pinturas y esculturas (prohibiendo la libre interpretación de Las Escrituras y la música que no fueran de órgano o antigua). Mientras los protestantes para oponerse a este, crean una liturgia plena de música y orquestas, centrándo además a sus artistas y personas de élite en la literatura. e estudio de la Biblia y la filosofía-. Así, tal como decíamos al comenzar este epígrafe, consideramos que las artes hubieran de dividirse hoy de una forma diferente a como lo hizo Lessing. Ello, porque la separación de este filósofo alemán no podría dar catalogación a artes como el cine; del que no sabríamos si es Temporal o Espacial.
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Consecuentemente, en nuestra consideración estas debieran separarse en Artes Intelectuales (o privadas) y Espectaculares (o escénicas). Siendo las Artes Intelectuales, aquellas (temporales o espaciales) que se practican en soledad y que no precisan de un público, ni se realizan para el disfrute frente a los demás. Muy distintas a las Artes Escénicas, que han de llevarse a cabo siempre frente a las personas y que sin aquella espectacularidad (o puesta en escena) no existen. De tal manera, una obra de teatro, en sí misma y leída, puede considerarse una obra de arte intelectual; mientras que su puesta en escena sería la segunda parte y llevada a cabo como un Arte Escéníca (por lo que precisaría de otras artes del espectáculo -desde los actores, al decorador y el atrezzista-). De igual modo, un plano con una obra de arquitectura es un arte intelectual, mientras la realización de su obra es puramente escénica (necesitando de otras muchas artes como apoyo para llevarla al "espectáculo"). De forma similar, un cuadro sería obra de arte privada, pero no ya su exposición, ni su promoción, que precisa de una "escena". Algo similar a lo que sucede con el libreto de una ópera (o la partitura de un concierto), que es una obra intelectual, pero su representación es evidentemente un espectáculo. Habiendo solo unas pocas artes que solo son intelectuales, entre las que solo nos quedarían: La poesía o la literatura.
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De tal modo, dividiendo de ese modo las artes (en intelectuales y escénicas), quizás consiguiéramos comprender de una vez por todas el concepto de lo que es cultura (para saber qué debiera ser ayudado y apoyado por todos, con el fin de que nunca se pierda). Aunque para ello habría que tenerse perfectamente claro primero, cual es el concepto de lo que es "el arte". En este último punto, creo que deberíamos seguir a Kant y poder definir por arte, aquello que es sublime o bello, habiendo sido solo creado por el Hombre (puesto que un paisaje o una mujer, pueden ser muy sublimes y muy bellas, pero las crea la naturaleza y por lo tanto no es arte; un artificio).
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Siendo la anterior definición algo que hasta nos llevaría comprender por qué el arte se llama así: Artificio. Debido a que se trata de lo bello y lo sublime creado de manera artificial (por la Humanidad). Habiendo además de distinguirse (a nuestro juicio) entre Artes Intelectuales y Artes Escénicas; para poder juzgar qué es cultura y qué es simplemente moda o espectáculos. Pudiendo definir que todas las Artes Intelectuales, pertenecerían al mundo de la cultura. Mientras aquellas manifestaciones que solo son producto de una escena o hechas para simplemente para el espectáculo, cuanto menos de "arte intelectual" tengan en su proceso creativo, más se alejan de la cultura. Y aún siendo un arte, no serán cultura (quizás aún teniendo belleza y carácter en algo sublime). Pues no todo el arte, es cultura.

viernes, 19 de agosto de 2011

El difícil arte de crear cultura (primera parte).

La intitulación anterior nace de un hecho cierto; que creemos nadie nos podrá discutir. Y ello es que: Ni todo arte es Cultura; ni toda la Cultura, es arte.
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BAJO ESTAS LINEAS: Andrés Segovia dando un concierto en el incomparable marco de la Alhámbra de Granada... . Estaba yo hablando de esta época y de esos años en los que se daban aquellos conciertos, diciendo: ¡Esto sí que era arte, señores!... . Entonces, me preguntó una persona si un famoso músico de rock (cuyas iniciales son J. H.) debía ir justo después de Segovia, en el ranking de mejores guitarristas de la Historia... . (imagen de la portada del disco Alhambra; de Andrés Segovia).


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Lo de que "ni todo el arte es cultura, ni toda la cultura, arte", es algo que fácilmente comprendemos al observar simplemente que muchas de las ciencias pueden y deben considerarse Cultura. Al igual que algunas de las artes, son simplemente modas y modismos. Por lo que aquellas artes que no son "cultas", pueden compararse en el mundo de la ciencia con esas otras disciplinas que no son científicas. Y es que pudiéramos preguntarnos si hay ciencias que no son ciencia, a lo que contestaríamos que sí; tanto como que además, hay muchas... . Refiriéndose estas últimas a cuantas de estas disciplinas no se han podido comprobar, probar ni "desprobar"; pero cuyos "ejercitantes" y estudiosos consideran que sus saberes son verdaderamente científicos. En este camino están todas las parapsicologías, los esoterismos y las "ciencias ocultas", que hasta hoy nadie ha conseguido demostrar como verdaderas, pero que se toman por muchos de sus "creyentes" por totalmente ciertas y verídicas.
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Sobre si algunas de esas "ciencias ocultas" son (o serán) algún día consideradas como verdadera ciencia, solo nos queda esperar. Puesto que muy cierto es que muchas otras teorías, que antaño se tuvieron como "cosa de magia y brujería", hoy han quedado perfectamente probadas y admitidas por las universidades -citamos como ejemplo: La hipnosis o la interpretación de sueños, que en muchos casos se tenía por arte de magos. Tanto como más modernamente: La acupuntura, la reflexoterapía o la telepatía; que han sido admitidas en las teorías científicas-. De igual modo, para saber qué hay de Cultura (en verdad), en muchas de las artes de nuestra época, habrá que esperar decenios -o más de un siglo- para saberlo.
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Pero, como decimos, todo ello ha necesitado y precisa de un proceso de maduración, por medio del cual la Sociedad llega a demostrar y admite lo que es Cultura y lo que es probado; admitiendo que algunas disciplinas son realmente ciencias. Por ello, y para saber si el arte es o no cultura, deberíamos considerar que el tiempo y el paso hacia el futuro de la obra creada por un artista, es un factor importantísimo e imprescindible en todo ello. Aunque, a veces si hablamos de este modo, es obvio que cuanto decimos es "políticamente incorrecto"; llegando hasta a molestar con quienes dialogamos defendiendo estas ideas.
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Y viene todo lo anterior "a cuento" (frase curiosa esta), porque hace no muchos días estábamos tocando la guitarra en público y charlando sobre música con quienes nos escuchaban. Así, y como tengo por costumbre hablar normalmente, comentando sobre las piezas que interpreto -dando datos que tratan de la historia de la guitarra, de los compositores más famosos y sus obras, o los hechos sobre los que el público me pregunta-. En todo ello, me vi envuelto en una extraña situación de la que no sabía (o no podía) salir. Ello sucedió cuando, mientras explicaba la importancia que tenía la escuela de guitarra clásica de mediados del siglo XX en España -con Andrés Segovia (al frente); Narciso Yepes y Regino Saez de la Maza (en sus flancos más importantes)-. Un invitado del público me preguntó por qué al tratar sobre los guitarristas más importanes de la Historia, no hablaba de un famosisimo "eléctrica" de rock cuyas iniciales son J. H. ... (omito el nombre para no generar "malos rollos") .
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Durante unos segundos me quedé parado, sin saber qué contestar. Tras lo que tan solo se me ocurrió decir que el tal "J. H.", era de un mundo muy distinto al que hablábamos y no se trataba de un mismo arte. El "interpolador" volvió a referirse a ello, preguntando por qué se podía decir aquello, si el mencionado de eléctrica y rock había sido considerado por muchos ya el mejor guitarrista de la Historia... . Yo solo me atrevía a comentarle que eso sería de guitarra eléctrica, tanto como que unas y otras no eran lo mismo; pues todo ello era como comparar la fotografía con la pintura. A lo que, tras sucesivas preguntas, me limité a cerrar la conversación expresando: "Yo de esa música no entiendo y de lo que no entiendo no hablo" (aunque no pude decir realmente lo que pensaba).
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Con ello quedó zanjada la discusión, pero no mi interés por intentar comprender en qué Sociedad vivimos, en la que cuando hablamos de John Williams, Andrés Segovia y Narciso Yepes, aparece alguien preguntando si aquellos son mejores o peores que los del rock como J. H. (o en qué puesto está ese "J. H." en una escala, frente a aquellos...). Pues esta Sociedad es sin duda la misma en la que viven los jugadores de fútbol; quienes si tocan milimetricamente con el hombro la pelota en el terreno de juego, son penalizados con "mano", pudiendo hasta ser expulsados... . Exactamente la misma en la que si un corredor de ciclismo se come un filete con clembuterol, le consideran dopado y le quitan un Tour de Francia. Y un igual Mundo en el que compiten los nadadores y los atletas, para quienes una diezmilésima de segundo puede suponer la gloria, o perder una medalla... .
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Por ello y aquello, me preguntaba yo: ¿Pero como puede nadie hablar de la guitarra eléctrica de "J. H.", mientras tratamos de Andrés Segovia y John Williams?. Pero debía ser yo el único al que tanto extrañaba aquella alocución, pues parece que hoy en día puede compararse la velocidad con el tocino, o la gimnasia con el magnesio. Aunque eso sí; queda claro que si una pelotita traspasa o no pasa una linea (aunque sea por décimas de milímetro) es "gol", es "in" o es "out". Al igual que si alguno llega a meta el primero, aunque sea por una milésima de milímetro, es el verdadero ganador. Y pese a ello, pese a vivir en una Sociedad que aplica estos criterios de absulota y rigurosísima justicia en otros campos del espectáculo (como es el deporte). Cuando llegamos al arte, hace comparable a guitarristas veinteañeros de eléctrica -que no conocen ni lo más básico del instrumento en el mundo clásico o flamenco-, con aquellas figuras que han sido gloria de nuestra nación y de nuestra Cultura (con mayúsculas).
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.... Imaginaba yo después si al decir aquello de que aquel del rock "J. H.", pudiera ser comparable con Segovia o Yepes, quizás algún exaltado pudiera salir a defender a sus artistas. Y, del mismo modo que un forofo del Barça o del R.Madrid, comienza a gritar cuando le pitan una falta injusta; alguien hubiera podido argumentar que hay ciertos comentarios que solo expresarlos en ciertos foros, pueden ser muy hirientes... . Pero parece ser que no es así y que hoy en día hay que respetar a todos; pero sobre todo a quienes nada, o muy poco respetan de otros. Algunos que ni siquiera saben que comparar a Segovia con guitarristas de veinte años "de eléctrica", es una absoluta falta de sentido común... . Para colmo, quienes así opinamos y nos atrevemos a decir que una cosa es como la fotografía (la eléctrica) y la otra (la guitarra clásica) es como la pintura; somos tachados de "autoritarios" o "ultraconservadores" en el mundo del arte, por no considerar comparable al "pop" o el "rock" con el mundo clásico (y ni siquiera con el del folklore).
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JUNTO ESTAS LINEAS: Vaso cerámico Ibérico datado sobre el siglo IV a.C., procedente del Cerro de San Miguel de Liria y perteneciente al Museo de Valencia (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). El enorme valor cultural de esta pieza, es en su mayor parte arqueológico y testimonial; aunque sin duda guarda una divertida y curiosa calidad artística (cercana a nuestro "mundo naif").

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Pero para ver si nos entendemos un poco sobre qué es cultura y qué no es cultura, tanto como qué es arte y qué no es arte; pondremos un pequeño ejemplo: De tal manera, encima de este párrafo, hemos querido recoger la imagen de un vaso cerámico ibérico (quizás uno de los que mejor se conservan y de los que más valor arqueológico tienen). Este, contiene -sin lugar a dudas-, un valor cultural y patrimonial enorme; aunque ello se deba en gran parte a que han transcurrido más de dos mil años desde que se fabricó y por ser este uno de los pocos ejemplares de cerámica ibérica conservados. Para comparar esta pieza con otras de su época, bajo este epígrafe incluimos la imagen de una jarra griega (unos doscientos años anterior a la ibérica). Siendo este un "oinocoe" del taller del pintor Necóstenes, de una enorme calidad artística. Por lo que entendemos cómo en sus años y en Grecia (al igual que en todo el Mediterráneo) estas piezas se consideraran verdaderas obras de arte -no solo de artesanía-.
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Dicho y entendido lo que exponemos, ya es muy importante considerar por qué desde el primer día en que se creó o fabricó el "oinokoe" de Necóstenes (que vemos abajo), este pudo ser considerado arte y cultura. Mientras las cerámicas de los ibéros, hubieron de tener otro sentido y consideración. Ello porque gozaban de una calidad muy inferior a la de los helenos; y aunque los iberos pudieran creer muy artísticos sus vasos (como este de Liria), seguramente ni ellos mismos se atreverían nunca compararlos con la cerámica griega... . Por lo demás, de intentar vender en la cuenca del Mediterraneo y en aquella época, las vasijas iberas, es obvio que estas no hubieran sido admitidas en ninguno de los mercados verdaderamente civilizados -entiéndase: Egipto, Fenicia, Anatolia, Grecia, Roma y largo etcétera de lugares cultos, donde no aparecen de hecho ninguna pieza cerámica originaria de nuestra tierra. Aunque muy por el contrario, Iberia está poblada de hallazgos de piezas negras helenas-.
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JUNTO A ESTAS LINEAS: Jarrita (oinocoe) del taller del pintor Necóstenes que se encuentra en BRUSELAS (Biblioteca Real, a la que agradecemos nos permita divulgar su imagen). Esta pieza es una verdadera obra de arte, así como lo constituyen gran parte de las "cerámicas negras" helenas; cuyo trabajo en esta técnica no ha podido ser superado. Siendo ya desde los más remotos tiempos, consideradas aquellas pinturas en cerámica objetos de un enorme valor artístico. De ello que en todo el Mediterraneo y desde el siglo VI a.C., estas fueran tenidas como ejemplo de una gran cultura y un exquisito arte, que se vendía o exportaba a cualquier punto de Mare Nostrum.

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Concluimos en todo ello, volviendo a decir que el mencionado "oinocoe", era ya una obra de arte en su tiempo y así se consideraba por todos (griegos, egipcios o romanos). Mientras que el vaso de Liria, tan solo fue tenido como un objeto de importancia en tierras de Iberia. Ya que en este, podemos solo apreciar un tosco valor artístico, que a día de hoy es muy interesante, pero no podrá decirse que goce de una técnica depurada, ni de difícil ejecución (cocción o pintura). Por cuanto expresamos, las dos piezas son objetos de gran interés cultural. Pero mientras que una es simplemente ejemplo y testimonio de una época, una manera de vivir y trabajar o un modo de hacer artesanía (la de Iberia). La otra, supone un hito en el mundo del diseño, del buen gusto, del buen hacer y de la cerámica. Por lo cual si en su época hubieran comparado una y otra, la persona que intentase exponer que ambas eran de un igual valor se vería en situación muy difícil para mantener este criterio.
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Hoy, parece ser que no es así; fundamental y principalmente, si lo dicen muchos... . Pues por nosotros y para una eternidad, preferiríamos seguir con la frase de Juan Ramón Jiménez: "A la minoría siempre".

martes, 9 de agosto de 2011

¿Para qué sirven las artes?

SOBRE ESTAS LINEAS: Colegiata de Toro (Zamora), edificio que además de ornamentarse con unas valiosísimas portadas románicas, luce un precioso estilo bizantino en su cimborrio (apenas existente en nuestra Península). En la entrada de hoy analizamos para qué pudieron servir y por qué se elevaron este tipo de arquitecturas grandiosas y colosales dedicadas a lo sagrado, que se construyenron desde los comienzos de la Civilización.
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Cuando a mis veintidós años comencé a decir a muchos que no deseaba ser abogado y me encontraba considerando si dedicarme al mundo del arte, las caras de susto (o asco) que vi fueron más que expresivas. Menos a mis padres y en mi casa -a quienes no les extrañaba que me gustara más componer y tocar la guitarra-, un "gran resto" me miraba como se observa a un caracol dentro de una botella vacía. Pensando seguramente algunos que como siguiera así de tonto, me iba a morir de inanición -tanto como de aburrimiento-. Los peores eran los que daban severas lecciones, entre las que destacaban frases muy desagradables, que terminaban llegando a afirmar cosas como: -"Donde te empeñas en entrar y a lo que ahora deseas dedicarte, es un mundo asqueroso. Porque el arte, en sí mismo, no es útil para nada; absolutamente para nada... . Hoy en día es solo un modo hacer vivir a muchos en un estado de ilusión y falsas fantasías. Lo importante es ser un profesional, con un sueldo todos los meses... Así que deja de hacer el imbécil y dedícate al Derecho...".
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No eran pocos los que aparecían con aquella monserga tan desagradable. Que entendía si procedía de gentes que entonces tuvieran cincuenta o sesenta años (en 1984). Ya que muchos habían pasado grandes problemas o penurias en su vida -por lo que comprendía que me advirtieran con una intención "reparadora" o de consejo-. Aunque si esas "palabritas", ya venían de compañeros y gentes de mi edad, me molestaban bastante. Sobre todo porque muchos de los que así me hablaban, eran amantes de la música modera (mala y de la peor: Admiradores de algunos rockeros pésimos, de esos que solo dan alaridos). Por lo que viendo yo, cómo al hablar de la música clásica, tus compañeros te despreciaban (ya que no proporciona ni dinero "ni placer", ni fama); eso te hacía ser un tanto diferente y distanciarte bastante de ellos. Por lo demás y pese a que los que así me aconsejaban se autodenominaban muy liberales; en sus argumentos solo vi palabras muy cercanas a los más radicales y extremistas. Entre quienes también existieron los que escribirían ideas muy semejantes, argumentando que: "El arte, casi siempre fue un simple motivo de explotación (durante milenios y hasta el siglo XIX); debido a que los poderosos construían y encargaban grandes obras, solo con fines ególatras..."-.
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Unos y otros, pese a estar en puntos opuestos, siguen normas sociales y corrientes historicistas no muy lejanas, que apoyan ese modo tan materialista de ver las artes. En las que el artista es un "don-nadie" si no triunfa, o bien sino se opone al sistema y participa de pleno en polìtica. Puesto que las artes eran típicas y comunes en las Sociedades corruptas; que sirviéndose de un creador y doblegando a un pueblo en nombre de una religión o un rey,  generaba grandes monumentos y "artificios". Consecuentemente (unos y otros), nos podían hablar y presentar a Egipto tal cual en tantas ocasiones nos ha llegado en la memoria: Como un terrible Imperio, pleno de crueldades, que explotaba y machacaba a todos, solo para construir un Estado y unos tremendos edificios (en beneficio del monarca, de su religión y de una casta dominante). De igual manera, Babilonia sería un reino de similares y horribles características, muy parecido al del Nilo. Tanto como otras civilizaciones posteriores -coetáneas o predecesoras a ellas (Fenicia, Israel, la hitita; e incluso la griega y la romana)-, fueron también terribles infiernos sociales.
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No siendo extraño leer a quienes en el siglo XX escribieron que todo aquel Mundo Antiguo no era más que una gran miseria humana -al igual que el Medievo, el Renacimiento y el Barroco-. Épocas deleznables para la Humanidad; en opinión de aquellos que afirman, que hasta la llegada de "las revoluciones", el Mundo fué un infierno, sin justicia alguna. Por lo que, hasta entonces, las artes y la cultura que hubo no fueron más que la representación o la expresión de esta civilización bestial, que vivió de la explotación humana... .
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BAJO ESTAS LINEAS: La Peste representada en un códice miniado de fines del siglo XV. Pese a cuanto podamos pensar, en aquellos tiempos terribles y duros -como fueron los del medievo- hubo artistas que lograron sublimar e incluso reírse de los peores males que en el Mundo existían. Un ejemplo de ello es esta bellísima estampa de La Peste, en su carro enterrador; tanto como pueden serlo las famosas Danzas de la Muerte. Donde a través de poemas satíricos (música y bailes), los artistas, el pueblo y los nobles de la época, se reían y danzaban entorno a la temática de la terrible enfermedad que les azotaba. No existirá parangón con episodios modernos, para que entendamos la situación. Pues muy difícil será que podamos comprender cuanto de espiritual puede llegar a tener una cultura y una Sociedad, que azotada de un modo tan terrible por una enfermedad, hace fiestas, bailes y poemas en su honor... . Hasta el punto de llegar a crear un género músico-poético que iniciaría una nueva etapa literaria. La Peste, que vemos en la imagen, llegó a mermar en un tercio la población de algunas zonas de Europa; pese a lo cual la gente, los músicos y los poetas cantaban y bailaban al son de melodías y letras divertidas, donde se ironizaba con el terrible mal que sufrían.


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No les faltaban razones para opinar así; aunque -tristemente- lo que sucedió tras aquellas Revoluciones cargadas de proyectos, ilusiones y buenas intenciones, no fue tan de elogiar como se pensaba: Pues la francesa, terminó con una etapa de "terror" y poniendo la nación en manos de un general, que invadió media Europa. Tanto como las sucesivas de izquierdas, llegaron a crear un "Zar rojo" en el mismo lugar donde estaba el "Zar blanco" (sin contar con "las otras" que llevaron a Europa a cuarenta millones de muertos...). Pese a todo, entre aquellas y aquellos quienes opinaron que el Mundo fue una miseria social incalculable, hasta la llegada de las revoluciones; siempre hubo una fórmula común: Un intento por despreciar los antecedentes históricos, llegando a la conclusión de que "cualquier tiempo pasado fue peor". Y no les faltaban razones, pues en verdad, aquel pasado que arrastraban sus naciones, era terrible. Tanto como para haber llegado a un estado de esquizofrenia social que les llevó a reventar y anular el sistema y el orden establecidos hasta entonces.
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Pero volviendo al tema que nos ocupa: Decía Ramón y Cajal, que lo malo no era cometer un error, "sinó perseverar en él y además, justificarlo". Aquí quizás comienza el problema que hemos de afrontar sobre lo que sucedió durante el siglo XX, prácticamente en toda Europa. Puesto que pudiendo ser comprensible que se llegara a este grado de "confusión" y enfrentamientos. Absolutamente es incomprensible que muchos los justificasen (o aún los justifiquen). Siendo la única explicación de "todo aquello" que por dos veces reventó en Europa (en 1914 y en 1941), una situación insostenible nacida de múltiples fracasos sociales y políticos, que solo lo podemos considerar como un hecho accidental. Es decir: Un accidente histórico. Pues viéndolo así; como un "terrible accidente", en el que nadie tenía malas intenciones y donde muchos pretendían ayudar (o arreglar la Sociedad a su manera). Quizás lleguemos a la conclusión de que el ser humano no es malvado ni perverso, sino que está sometido a acciones y situacoónes que le superan. (Acciones y situaciones tales como: La enfermedad o la muerte, el hambre o la necesidad, o el individualismo y la sensación de ser imprescindible).
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No vamos a decir que el Hombre sea por naturaleza "bueno" (aunque quizás lo es), pero creerle malo y perverso desde el primer momento que ve la luz, de seguro será un modo peor de pensar. Ya que nos llevaría a poder odiarle y condenarle. Conduciéndonos a pensar que la única especie que sobra y daña el Mundo, es la humana... . Y con todos mis respetos hacia los "Schopenhaüeristas" y seguidores del pesimismo; en mi opinión, considerar y concluir que el mal en nuestro Planeta reside en nuestra especie, es como aquel que juzga a su padre y le condena por haberle traido a un Mundo en donde tendrá que morir... . Pues al fin, la Naturaleza es la que manda y en nuestra opinión, mucho peor que dañar sus especies (o su hábitat), sería el intento de acabar con los Hombres y someterles a ella. Considerándoles tan malvados, que puede tenerse al humano por un ser inferior a los animales y  concluyendo que aquel simio avanzado, es en sí mismo malo, dañino y perverso. Pese a ello, y para quienes piensen que la Naturaleza es magnífica y perfecta, siendo la Humanidad una escoria deleznable, siempre está el recurso de vivir en un habitat sin nada artificial: Sin medicina y sin enseñanzas; sin progresos, ni modificaciones del Medio Ambiente; tanto como sin orden ni defensa contra los animales (pues quizás así se entienda que mucho de lo malo que ha hecho el Hombre durante su corta historia en este Mundo, fue solo para defenderse).
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BAJO ESTAS LINEAS: El famoso tesoro de El Carambolo de más de tres kilos de oro, perteneciente a la civilización tartessia (fechado entorno al siglo VII a.C.). Conforme algunos pueden entender, esta pieza debiera analizarse como el producto de la avaricia un rey, que subyugó a su pueblo, para acaudalar esta gran cantidad de metal precioso y convertirlo en sus joyas -quizás con el fines egóatras o de obtener un mayor poder sobre sus súbditos- . Otra manera más lógica de verlo y entenderlo (en nuestra opinión) nos habla de que aquellos que fundieron, lucieron y escondieron el tesoro (posiblemente al huir del reino); pertenecían a una refinada dinastía tartessia. Quienes se dejaron influir por las civilizaciones más avanzadas de la época, adoptando sus modos y costumbres (entre ellas, la de lucir este tipo de joyas). Por lo demás, gracias a que este tesoro ha llegado casi intacto hasta nuestros tiempos (fue hallado en 1958), se ha podido reconstruir parte de la civilización perdida de Tartessos -de la que apenas había testimonios arqueológicos y es una gran seña de identidad cultural para toda la Península Ibérica-.
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Consecuentemente, para comprender la Historia y la Protohistoria, lo mejor es pensar que en La Antigüedad, intentaron organizarse lo mejor que pudieron y con los medios que tuvieron. Siendo -por ejemplo- admirable como en una época en la que ni siquiera tuvieron hierro, pudieran construir edificios como los de Egipto. Unas pirámides y templos levantados hace más de cuatro mil quinientos años, cuando aún faltaban trece siglos para que apareciera el acero, en zonas cercanas al Nilo. Edificios, que aún la técnica y la tecnología no acierta del todo a comprender cómo y de qué manera pudieron ser construidos. Que además, llevan beneficiando a todos quienes les rodean desde hace más de dos mil quinientos años. Pues, aunque no lo creamos, en tiempos de Heródoto (mediados del siglo V a.C.) ya existía el turismo en Egipto; tanto que este mismo historiador nos narra en su obra (Nueve libros de la Historia) las visitas guiadas que realizó a las Pirámides, junto los sobre aquellas relataban los egipcios.
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Por lo que venimos explicando y ya regresando al "problema" de la explotación social realizada a través del arte; muchos pueden pensar que aquellas pirámides fueron el fruto de una extorsión a un pueblo, realizada por un faraón y su casta dominante (como en numerosas ocasiones se comenta). Construcciones levantadas por esclavos, de los cuales muchos morían en aquellas labores. Pese a lo que -modernamente- los arqueólogos van concluyendo que el trabajo es tan perfecto en aquellos edificios, que es difícil pensar que estuvieran hechos a golpe de látigo. Al igual que los poblados de obreros y circundantes a los grandes emporios, tampoco parecen propiamente de esclavos. Sinó más bien se ha podido ir comprobando que corresponden posiblemente a agricultores jóvenes, quienes en los seis meses de sequía egipcia -en los que no había nada que laborar en sus tierras-, se ofrecían a las obras públicas para realizar esas funciones a cambio de panes, de cervezas (o para no molestar en sus hogares...) .
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Por lo demás y si deseamos ser realistas en la Historia, ante la polémica de si la sociedad del Nilo era justa o no, habremos también de plantearnos quién vivía mejor: Si un esclavo egipcio del siglo XXV a.C.; o un libre hombre habitante de nuestras tierras europeas, superviviente en su tribu a campo abierto (o en cuevas); inmerso en una "civilización" en la que cualquiera podía venir a matarlos, apresarlos o aniquilarlos, del modo más cruel -incluso para "echarlos a la cacerola"...-. De igual modo que hemos de considerar si el galo libre vivió mejor al que hicieron esclavo en sus guerras los romanos. Teniendo siempre en cuenta que la ley celta permitía al padre matar a sus hijos y mujeres, si lo deseaba -tanto como obligaba a sus sacerdotes a realizar sacrificos humanos, abriendo el vientre de sus víctimas para leer aún en vida sus órganos (en especial el hígado, en una "ciencia" denominada extispicina druídica)-.
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De tal modo, "las cosas del ayer" no están tan claras como algunos creen, afirman y consideran... . Pues podemos opinar y afirmar que por aquel entonces, eran todos malos y perversos; tanto que durante milenios unos pocos explotaron a la mayoría. Algo que sin lugar a dudas puede ser verdad; aunque el problema surge al intentar buscar otras soluciones en una organización Social del pasado. Debido a que aún eran mucho peores las civilizaciones diferentes a esas que algunos tanto critican; afirmando que se se trataban de simples explotaciones humanas. Para comprenderlo, bastará leer lo que fué el mundo Escita (o el bárbaro), en el cual -por ejemplo- era una "costumbre obligada" para todo hombre que comenzaba a perder las fuerzas y facultades para guerrear, que saltara desde la ladera de una gran montaña y se diera muerte de este modo tan "volátil" (algo que solía suceder hacia los treinta y cinco años). Tanto como cuanto hacían con los prisioneros y esclavos los mismos escitas, quienes como gran forma de salvaguardar sus vidas y para no tener que acabar con ellos, solían arrancarles los ojos a los mejores o a los que preferían, para que se dedicaran a batir leche y hacerles la mantequilla... .
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No juzgue el lector en mis palabras anteriores un intento de desprestigiar, criticar o minusvalorar al mundo celta o al escita; pues bien es sabido que admiro las civilizaciones antiguas (a todas, aunque a algunas más que a otras). Pese a ello, lo que he pretendido exponer es que no puede nunca hablarse en los términos que muchos usan, aseverando que las más famosas civilizaciones del Mundo Antiguo fueron un simple abuso de autoridad (una casta dominante que subyugaba al resto, sin tener formación de Nación). Puesto que eran Estados, con población territorio y poder (en toda regla y orden); tanto que tuvieron muchos parecidos las que existieron hasta el siglo XVII en el Mundo. Y consecuentemente en Egipto, Grecia o Roma, pueden encontrarse leyes, tratados internacionales, organización social y disposiciones, muy similares a las que hubo hasta 1600 en Europa.
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Por todo ello, su arte, también tuvo un sentido muy similar; siendo aquel la expresión de la Sociedad que conformaron. Sabiendo en Egipto, en Babilonia, en Israel y Fenicia, tanto como en Roma y en Grecia; que el arte era el medio más seguro de perpetuar su civilización. Una inversión absolutamente eficiente, por cuanto aquello que se realizaba, construía o propagaba, se podía llegar a mantener y comprender por los siglos de los siglos. Tanto que aquel concepto de pasar a la Eternidad -que tanto buscaban los egipcios antiguos-, parece que realmente fue conseguido; por cuanto hoy en día nadie puede ignorar su civilización (tanto como seguramente se recordará por siempre). Una cultura que hace casi cinco mil años comenzó a construir con un enorme esfuerzo, grandes edificios que aún se mantienen en pié y que aún hoy son la fuente de ingresos mayor que tiene la franja del Nilo. Del mismo modo que Grecia o Roma, quienes dejaron un legado de arte (escultura, arquitectura, obras públicas y etc); con los que no solo perpetuaron su memoria, sino que aún hoy dan de comer a millones de personas. Gentes cuya vida sería muy diferente de no existir -por ejemplo-: Las ruinas romanas de Mérida, el acueducto de Segovia o los centenares de yacimientos de nuestra Península. Al igual que sería muy distinta la vida en Italia o en Grecia, sin que en estas naciones hubiera miles de edificios antiguos para visitar (o decenas de museos donde se exponen las piezas que la tierra "ha vomitado").
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De un modo muy similar, cuando en la Edad Media, un pueblo o una ciudad se proponía elevar una catedral; aquel reto social era pensado como una gran empresa (espiritual y civil; pero empresa). Un negocio cuya base se sostenía en la participación de tantos en aquel proyecto con el fin de prestigiar la cultura cristiana en su zona (que por aquel entonces comenzaba a "reconstruirse"). Prestigio que se adquiría gracias construir edificios que hasta entonces quizás nadie hubiera pensado que se pudieran elevar (con torres de centenares de metros de altura). Lo que atraía a gentes lejanas hasta la ciudad o el lugar donde se había elevado el templo; que no solo se hacía famoso, sino que servía para que cada domingo (fiesta o celebración) pudieran ganar grandes sumas de dinero, los lugareños gracias a los mercados e intercambios con los que hasta allí se acercaban a ver ese espectáculo hecho templo.
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Una gran basílica, o una enorme torre (descomunal), elevada con motivo de exaltar y demostrar los conocimientos, las posibilidades y la tecnología de la que habían dispuesto los ciudadanos de aquel lugar en donde se había llegado a construir aquella nueva catedral (o iglesia). Ello no era solo un fenómeno del cristianismo en el medievo, sino que mucho antes ya en el Mundo Árabe se realizaban proyectos idénticos. Algo que podemos observar en la maravillosa Mezquita de Córdoba (o en la Alhambra); joyas constructivas encargadas por reyes árabes, que se han perpetuado por los siglos de los siglos. Regalando a España -y en especial a Andalucía-, no solo millones de turistas; sino sobre todo unos edificios y una civilización inexistente en otros lugares del Mundo. Por cuanto decimos, todo aquel que se afana en demostrar y decir que las pirámides, tanto como los otros grandes edificios religiosos de la Historia (como las catedrales); son solamente el fruto de la explotación humana en nombre de un dios, una casta o un rey. Ignora su verdadero significado, tanto como cuantos beneficios han dado a la humanidad estas construcciones. Unos templos o cenotafios gracias a los que aún viven y tienen trabajo millones de personas; y que además sirven para disfrutar de lo más bello que hay en la vida: El arte.
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De tal manera, quizás pudiera concluirse que "el arte, sirve al propio arte". Aunque habría que añadirse que sobre todo: Sirve a la civilización y a la cultura. Porque es la mejor inversión en la Historia y para el futuro; pudiendo perpetuar por siempre unas creencias, un modo de vida y una época. De ello que reyes como Felipe IV (quien prácticamente ni se preocupó de gobernar su país, dejándolo en manos de balidos); gocen del mejor recuerdo histórico. Porque, aunque no fuera un gran monarca, nos legó la gran corte de pintores (entre los que destacó Velázquez). Y por cuanto exponemos, no negaremos que el deporte pueda en un breve plazo dar un "lustre" o un cierto prestigio al país que destaque en ellos. Pero, es sobre todo el arte, lo que perpetuará la memoria de una cultura y el recuerdo de nuestro tiempo y de nuestra civilización -consecuentemente: Ya sabemos para qué sirve el arte-.
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BAJO ESTAS LINEAS: Autorretrato de Diego de Velázquez; pintor de Felipe IV. Un rey que quizás hubiera pasado inadvertido en la Historia, de no haber sido un famosísimo "vividor" y amante de las artes. Muy por el contrario, la Historia le juzga como uno de los grandes monarcas europeos (benefactor de la cultura), recordándole como el protector de una maravillosa Corte de pintores y el rey junto al que nació el Siglo de Oro de las letras y las artes. Habiendo logrado dejar el mejor testimonio de lo que fué la civilización hispana, gracias a las obras de arte que durante su reinado se crearon y adquirieron.


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lunes, 8 de agosto de 2011

INTERLUDIO VII: Cuando el arte no es aún Cultura.

SOBRE ESTAS LINEAS: En 1968 en Giëngen (Baviera, Alemania). Estoy junto a Ala Schmied, buena mujer y mejor persona que con la mayor paciencia del mundo soportaba durante horas al día mis "ensayos y composiciones" de piano. Con apenas siete años no dejaba de aporrearlo a todas horas y lo que más deseaba de la vida era poder llegar a ser músico; algo que en aquellas épocas suponía un sueño, pues entonces se consideraba una profesión a la que solo podían acceder unos (muy pocos) elegidos. Hoy, por suerte, el "espectro" de la música es mayor, con capacidad para que muchos más podamos dedicarnos a este bello arte.
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Seguimos con nuestras reflexiones, entre las que hoy intentaremos resolver (o contestarnos) en qué momento puede decirse que es Cultura una obra arte. Escribiendo cultura con mayúsculas puesto que a esta voz le ocurre lo mismo que a la palabra "pública"; término que añadido a cualquier otro sustantivo, nos dará resultados mágicos e intransferibles. Pues no es lo mismo la administración, que la administración pública; red, que red pública, o fé y la fé pública... Y es que en definitiva, esta voz no respeta ni siquiera a la mujer -que se nos queda en pública si la unimos a aquel término tan "estatalizado" y "estatalista"-. Por ello, hoy deseamos hacer lo mismo con el concepto cultural del arte, hablando de la Cultura (con mayúsculas), no de cultura privada, pública, moderna o antigua. Una cultura que significa aquello que nos es: Impertérrito, indiscutible, insustituible, atemporal, ineludible, inolvidable -e incluso, indestructible...- . Es decir: El Mundo de Cervantes, Góngora, Perez Galdós, Machado, Unamuno y otros tantos (en lo que se refiere a literatura). El de los Berruguete, Sanchez Coello, Velázquez, Claudio Coello, Goya o Sorolla (en la pintura); tanto como el de Luis Narvaez, Fernando Sor o Manuel de Falla (en la música).
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Un mundo que para ser considerado Cultura necesita y precisa de una decantación nacida del tiempo. Tanto, que España -nación absolutamente sabia en pintura-, tiene como condición inapelable nunca colgar una obra en su museo principal (El del Prado), sin que hayan transcurrido cien años desde la muerte del artista. Ello nos podrá parecer extraño, pero es un síntoma de la más absulota cultura e inteligencia; puesto que el arte -como el buen aceite-, precisa de una decantación para saber realmente si fue arte. Un hecho para el que es imprescindible el paso del tiempo; años, decenios e incluso siglos, que nos ponen a todos en nuestro lugar y sobre todo al creador. Quien de "aguantar y soportar" aquella prueba de cronología, demuestra que su obra fue arte auténtico (y no moda o artesanía).
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A muchos le resultarán retrógradas mis palabras; lo sé. Pero es que el arte es siempre una involución o una imitación; algo que expresaba Eugenio d´Ors con su frase: "Todo lo que no es tradición, es plagio". Muchos se negarán a reconocer verdad alguna en aquellas palabras del novecentista autor, quien se sentía tan genial que llegaba a firmar "Xenius"... . Aunque para el que no desee admitirlas diremos que un verdadero artista, o bien sigue una tradición, o bien copia y evoluciona sobre lo que imitó a otros. Siendo imposible la creación propia y nacida desde la nada. Pero para todo aquel que afirme que ha hecho algo nunca conocido ni jamás existente, le recomendamos las casas de patentes y registros. Donde podrá "escriturar" una nueva idea, pese a que en unos años esta caducará (prescribe); porque hasta en los Derechos industriales y artísticos, se supone que el autor ha precisado de una tradición y una continuidad socialmente aprendida (e imitada). Sin la cual hubiera sido imposible desarrollar cualquier nuevo invento, proyecto o arte (en este punto se basa la ley de caducidad de Derechos de Autor) .
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Por todo ello, decimos que es sabia la decisión de El Prado, que impide exponer en sus paredes obras de pintores cuya "desaparición" se haya producido con menos de un siglo de antelación. Al igual que recta es la posterior decantación que lleva el mismo museo, al colgar las obras de aquellos que comienzan a entrar en El Prado, en un salón o emplazamiento diferente (el de baile). Allí, en el Casón del Buen Retiro, permanecen las pinturas de los artistas "más recientes" (a la espera de pasar al museo central). Pintores en espera entre los que actualmente pueden verse aquellos que vivieron aún en el siglo XIX, e incluso de coetáneos a Goya. Por cuanto, finalmente para llegar a tener un cuadro expuesto en este gran museo, seguramente habrán de pasar al menos unos ciento cincuenta (o doscientos) años, después de la muerte del autor.
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Y me digo yo: -¿Es eso ser un retrógrado?-. Pues creemos que no, ya que solo se trata de ver y de catalogar el arte con un enjuiciamiento claro y sabio. Aunque, tristemente, si costumbres como esta de El Prado nos parecen retrógradas, es tan solo porque la sabiduría quizás ya sea "algo de viejos" (poco novedosa y aún menos interesante).
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Parece que en la música no pudiera seguirse este criterio, puesto que es un arte mucho más joven y -sobre todo- sometido a vaivenes sociales y tecnológicos. De ello, si aplicáramos un criterio similar para dejar entrar en El Real (o en los auditorios clásicos) las obras, estarían ahora comenzando a representarse, estudiarse e interpretarse las de Chopin o Wagner. Tanto como en los conservatorios las óperas apenas aún se considedarían música culta -mientras que Manuel de Falla o Stravynski se tendrían todavía por compositores "amodernados" o en la espera de El Casón del Buen Retiro-. Pero la música es mucho más rápida en la catalogación de clásicos; de tal manera que El Amor Brujo o El Pájaro de Fuego, se han representado a los pocos años después de ser creadas, ya en los auditorios clásicos más importantes del Mundo. Muy por el contrario, apenas en ningún Museo Nacional de pintura importante, existen cuadros de artistas coetáneos a los compositores antes mencionados (ni siquiera se llega a Klimt o a Degas en aquellos que esperan en salas de impresionismo o modernismo, lejos de los clásicos) .
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BAJO ESTAS LINEAS: A los veinte años, tocando una guitarra flamenca. Era en esta edad y en este tiempo, cuando existía una auténtica confrontación entre los clásicos y los amantes del rock y del pop. Llegándose en algunas discusiones a muy desagradables términos y a "luchas" verbales que incluso acababan con amistades de largos años... . Una de las más terribles en las que participé -quedándome solo frente a todos-, se produjo en la universidad, hacia 1980 (años en que me tomaron esta foto). El motivo de aquella discusión versaba sobre si el rock era o no cultura y si los rockeros eran los equivalentes a Mozart, pero en el siglo XX. Unos párrafos más abajo explicamos como terminó aquella polémica en la aulas de Derecho y las conclusiones que he ido obteniendo con el paso del tiempo (mucho, pues se trata de treinta años).

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Así pues, para determinar lo que es cultura (o clasicismo) en la música, su criterio varía bastante y es altamente más rápido que en otras artes -sobre todo en las espaciales-. Ello debido seguramente a que este (nuestro arte temporal) es mucho más joven, vulnerable y "cambiante" que otros. Una disciplina que -como decimos- es muy posterior a la pintura. Pues verdaderamente, tal y como la conocemos, la música nace -o renace- desde la creación de los instrumentos con trastes y a raiz de las afinaciones modernas (la "bien temperada" de fines del XVII). Ya que las "otras músicas" anteriores a esta, se consideran o bien populares, o bien religiosas. No habiendo prácticamente más vestigios que aquellos de música sacra y del pueblo, en un pasado del que nada o muy poco nos ha llegado -por ser irreconstruibles sus afinaciones y sus instrumentos, tanto como por no haberse escrito las melodías-. Así "la música clásica" comienza en lo que llaman El Barroco, que se sucede cuando el barroquismo en la pintura y la literatura estaba más que superado, comenzando ya entonces el Rococó o el Neoclasicismo en aquellas otras. Al igual que el romanticismo musical "cuaja" casi cinco decenios después de que ese movimiento hubiera nacido en otras artes; tanto como el impresionismo melódico o compositivo, llega en los años en los que en pintura ya existían expresionistas y hasta los "dadaistas y fauvistas" -...aquellos raros "ismos" del siglo XX-.
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Por ello, el criterio para determinar un clásico en la música (una "pieza culta") no es igual al de la pintura, que deja decantar durante decenios o siglos los cuadros y las esculturas de un autor. Llagando a ser normal que muchos de los compositores vean sus obras representadas, estudiadas y admitidas como clásicas, aún en vida (algo que resulta quizás imposible en las artes espaciales). Un hecho que les llega muchas veces gracias a que este arte del sonido precisa además del intérprete; quienes verdaderamente "llevan a los altares" las obras y las culminan definitivamente como "piezas cultas". Pese a lo cual, la permanencia de aquellas en la Historia de la Música, solo dependerá realmente del valor que tienen (y no de la prontitud con la que les llegue el éxito).
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Por todo cuanto decimos, la frase aquella que dice "el rock es cultura", creemos que puede ser un poco "temeraria". Pese a que parece ser que la primera que la pronunció y la puso de moda -al menos en España- , fuera una famosa ministra de cultura; quien se sirvió de este precepto para gastarse una parte de los fondos públicos destinados a cultura y contratar al grupo de Rock más caro y famoso de entonces... . Hace ya más de treinta años de ello y recuerdo las enormes discusiones que tuve con mis compañeros de clase en la universidad, pues tan solo por decir que nada de cultural me parecía aquel recital de rock, casi me hacen salir por la ventana del aula. No solo eso, sino que les advertí de que aquello era una simple argucia para atraerse el voto de la juventud (ya que la famosa ministra era de un partido de Derechas). Pese a ello, las acusaciones de retrógrado y hasta de "facha", por expresar libremente como me parecía fatal que la administración pagara y subvencionara el Rock, fueron terribles. Lo mínimo que tuve que oir fue la expresión "carcamal" en agradables tonos de abucheo, mientras les argumentaba que quizás algo más que ellos sabía de música (dado que además de estudiar Derecho, llevaba desde los seis años estudiando guitarra y desde los quince, piano...) .
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Lo peor se sucedió cuando un compañero univesitario me increpó afirmando que aquel grupo de rock eran "los Mozart del siglo XX". A lo que le pregunté públicamente si había oído a Stravinsky, a Manuel de Falla, a Granados o a Turina; o que si para valorar a aquellos "Mozart del siglo XX" también se tenía en cuenta a Bartók, a Prokofiev a Skriabin o el Carmina Burana de Orff (habiendo de prescindirse -evidentemente- de todos los intérpretes y directores clásicos...). Creyose el estudiante de Derecho y "defensor del rock" que me estaba pitorreando de él, dándole nombres inventados; tanto que afirmó parecían más bien los de políticos centroeuropeos y rusos (quizás se refería a Bakunin...). Por lo que dijo que además de ser un "carca", yo era un desestabilizador... . Recuerdo como me largué de clase, enfadado, entre los abucheos de todos. El resultado fué el no ir a la facultad -al menos entrar en clase- durante unos días, por ver si los ánimos de aquellos fans rockeros se calmaban. Y todo ello, por defender la música clásica comentando que el Estado no había de "subvencionar" o contratar a sus expensas al más famoso grupo de rock de aquella época... .
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Pasaron los años -treinta va a hacer ya de lo que narrábamos antes- y el "panorama musical" mucho ha cambiado. Mucho no: Muchísimo; pues si hace tres décadas "concierto" se llamaba a aquello que interpretaban señores de frac y con partituras al frente. Hoy "se le dice igual" a espectáculos tan desconcertantes como el que puede dar un chico cargado de tatuajes, vestido en camiseta y calzones, completamente "colocado", pegando gritos y dando saltos en el escenario -cual un canguro con dolorosas almorranas-. Aunque "lo mejor" de todo es que comúnmente se anuncian y comentan en las noticias, como si aquello fuera un evento cultural inigualable (similar al estreno de La 9ª de Beethoven).
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En lo que se refiere a estos "conciertos", muchas veces los observo con detenimiento y en ellos veo todo el totemismo que analizan en sus obras etnógrafos e historiadores de la talla de Frazer, Cambell o Gómez-Tabanera. Tratándose de explicar por qué en el interior del hombre existe un "homo tribalis" que le es inevitable e ineludible. Algo que estoy seguro es el que le lleva a desear de vez en cuando pegar saltos, moverse epilépticamente y revolcarse -como si se hubiera sentado en un hormiguero-. Un comportamiento con el que quizás descargan toda la adrenalina contenida, pero que no parece realmente muy artístico (ni menos, muy estético).
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Al mirarlos, comúnmente, me he preguntado de dónde puede proceder este instinto tan "moderno" para necesitar brincar al menos semanalmente (en plan orangután); un comportamiento sin el cual muchos ya no pueden ni vivir. Asimismo, "me digo para mis adentros", por qué desde hace una décadas toda la música precisa ya de una síncopa continua y continuada. Sonido "chunda-chunda" que se suele hacer con una repetitiva batería y que a veces es tan machacona que destroza las bonitas melodías del pop o del rock. A lo que he creído en alguna ocasión encontrar la solución en ese enigma. Respuesta que se basa posiblemente en que el niño y el hombre de hoy -incluso desde antes a nacer-, oye de continuo sonidos semejantes (que corresponden a ruidos de motores, golpes y traqueteos). Por lo demás, "la música" con la que los psicólogos afirman, primero se familiariza el humano; es el del corazón materno (que tanto puede parecerse a las mencionadas baterías rítmicas). Por lo que es seguro que los hijos de las mujeres que trabajan duro -o hacen ejercicio-, en el interior de la madre escuchan un "golpear" mucho más fuerte y acelerado.
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Quizás este sea el motivo por el que la música popular es siempre muy asincopada y acompañada de tambores (o batería); ya que las embarazadas en la antigüedad y en los lugares sin recursos, trabajan casi durante los nueve meses de gestación. Al igual, habría la posibilidad de pensar que la música atractiva para los hijos de madres con embarazos calmados -quienes no se "movieron" mucho durante la espera-, quizá pueda ser más sutil, lenta y melodiosa. Sin precisar ni gustar tanto del machaqueo, del "pum-pum" y el "chunda-chunda" (tan similar a un corazón acelerado...), los nacidos de madres que han podido descansar durante la gestación.
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Desde luego ello explicaría el por qué hoy en día todos precisan la síncopa, sin la cual no entienden la melodía; puesto que desde hace años la mujer ocupa puestos de trabajo y se mueve en los embarazos -sin permanecer en reposo, como antaño-. Además las madres ahora están en su gran mayoría orientadas para asistir a gimnasios y hacer ejercicios de preparto. Ello, junto a una sociedad de hoy, rodeada de sonidos de motores; puede provocar que los niños ya nazcan "amando" aquellos golpes y síncopas que han oído desde antes de nacer (tan parecidos a los de una batería)... . De tal modo, no sería nada raro pensar que en ello está la razón de tanto "chunda-chunda" actual; similar -como dijimos- a toda la música folklórica antigua, que también suele llevar este tipo de tambores a ritmo de infarto... Por ello, quizás a uno, cuando no entiende mucho lo de la batería y le gusta más la música clásica (que el pop, o el rock), le miran como a un "bicho raro"; llegando a colgarle el carteilto de pijo (pese a que la realidad sea todo lo contrario; ya que la clásica o culta es mucho más barata y accesible).
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Finalmente nos queda por dilucidar si tal como dijo aquella ministra: "el rock es cultura". Una difícil pregunta, pues para conocer qué es o qué no es cultura, se precisa la decantación del tiempo y de la Historia. Pese a ello, podemos contestarnos que, seguramente, "una parte del rock" (muy pequeña) será tenida el día de mañana por "Cultura". Aunque el resto (la gran mayoría) solo habrá sido una moda de un tiempo o canciones "pasajeras". Lo mismo sucede en parte con la música clásica, de la que solo nos llegará una porción muy escogida de cuanta hay en cada tiempo. Pese a que las obras de arte "cultas o clásicas", al precisar de unos medios técnicos muy depurados, ya nacen con un carácter mucho más permanente. Pues no puede ser lo mismo aquello que a un chico de veinte años se le ocurre melodiar en un par de días; que el trabajo que un compositor lleva a cabo durante meses -o años-. Pese a ello, ni toda la música clásica es buena (y culta); al igual que tampoco toda la moderna -pop, rock y etc- es de mala calidad, ni carente de misterios y recursos artísticos. Hay bueno y malo en "ambos lados", aunque el porcentaje de piezas cultivadas pueda ser el mismo que existe en el caso de visitar y comparar las obras del Prado, con las que se exponen en El Reina Sofía.
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Eso sí, a los amantes del rock, pop -y de tantos otros nuevos movimientos-, solo les pediría que comprendan que nosotros (los que gustamos de lo clásico) podemos entender y conocer un poco mejor la música. Teniendo un juicio y una comprensión mucho más acertada y global de cuanto oímos, debido a que el mundo culto exige de mayor información y formación. Por lo que cuando algún amante del mundo clásico te comente que un tipo de música "moderna es "inaudible" o terrible, al menos ha de respetarse su opinión. -No siendo tan respetable esa eterna monserga que parlan los que dicen no poder escuchar la música culta, por ser un aburrimiento. Ni menos "aquellos tantos" quienes argumentan que los que la oímos, es solo para hacernos los finos y elegantes...- .