sábado, 19 de febrero de 2011

CAFÉ GIJÓN: Pepe Bárcena, el ángel de los bohemios (II: amigo de artistas)


SOBRE ESTAS LINEAS: Portada del libro de José Bárcena (AQUELLOS BOHEMIOS DEL CAFÉ GIJÓN). En la imagen y ante el escaparate: A la izquierda: Bárcena. a su derecha y arriba, Sandra "la musa"; bajo ella, Pedro Beltrán. Más a la derecha: Arriba, Carlos Oroza y bajo este: Beppo. Finalmente, en el otro lado; de superior a inferior: El Lolo; Emilio Sola, y Perellón Genuino.
. Seguimos con Pepe Bárcena, del que ayer decíamos que era como un balneario de bondad. Al que Meliano Periale  -uno de los mejores escritores de cuentos de fin de siglo-,  definió con estas palabras: "Pepe, es, sin hipérbole, quien más sabe y guarda de los a acaeceres líricos, épicos y bohemios de Madrid - que es lo mismo que decir, de España-". Sobre todo, porque al igual que la anciana puede buscar el apoyo del clérigo (de la Sor, o del sacerdote). Los bohemios y artistas "persiguen" a gentes como Bárcena, porque saben  siempre, que con su angelical "brazo paterno", estarán dispuestos a ayudarles. Pese a ello, Pepe, aunque ha vivido entre muchos que por "no dar un palo al agua", son capaces de beberse todo un lago (bien mezcladito con whisky). Les ama, les sigue y les quiere; y, sobre todo, les cuida (aunque le dejen a deber las copas que les pone). Así, en ese ambiente, este San José de Bárcena, muchas veces solo existe, para verlos, para sentirlos y para quererlos... Diciendo textualmente -"Muchos me envidiarían,  si supieran las vivencias que he tenido y de las que he podido disfrutrar en el Café Gijón"-(tal como escribe en su presentación del libro del que hablamos).
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Ayer hablábamos de Carlos Oroza, al que Bárcena ha concedido el honor de presidir la portada de este libro (que arriba recogemos), y del que escribe: -"El poeta maldito del Café Gijón, Carlos Oroza, se hizo rapsoda para cantar a la vida.... Eso es generosidad. Y para denunciar las injusticias... Eso es, dignidad"- (pag. 32 libro citado). Junto a él, arriba, en su portada, situa a El Lolo; aquel del que dice Bárcena, pronunciaba de continuo la frase: -"Los españoles tienen por costumbre joder con la cabeza y pensar con los cataplines"-. Cuenta también que Miguel Delibes (siendo Director de El Norte de Castilla), le ofreció un trabajo como columnista diario, en el periódico que dirigía. A lo que el Lolo le contestó:
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-"Al oír esa palabra de "trabajo diario, en un diario", solo me impide correr a toda prisa y desaparecer del Mapa, esta terrible cojera que padezco"-. Y es que, parece ser, que el barbudo Lolo era cojito, aunque "buena gente". Algo que los malvados tachan como increíble, pues "renco" y "rencoroso" tienen el mismo origen etimológico; seguramente debido a que las comadres dicen mucho aquello de: "No hay, cojo bueno" (pero creo que ello procede de la aceptación "coger" -no de "cojear"-, cuyo significado "hispano" es propiamente "fornicar").
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Escribe y dice Bárcena aquello que tanto gustaba a mi padre de que "Los artistas, son los que mueven El Mundo -que nadie lo dude-" (pag. 59 lib. citado). Pese a ello, yo estoy en pleno desacuerdo con esta frase; pues creo que al Mundo solo lo mueve aquello que los Hombres desean, ilusionan y aman. Porque el humano es solo un "animal emocional", nunca un "animal racional". Ya que no se mueve por razones, sino por emociones. Y es que los animales quieren, pero el hombre ama; tanto como los animales sienten, pero solo el humano sufre, padece y disfruta (en el pleno sentido). Pues si unos sensibilizan y subliman las sensaciones; los animales, simplemente padecen o disfrutan. Por lo que nunca puede ser el Hombre un "animal racional", ya que lo mas razonable como animal es, el perro (que vive comúnmente simplemente "de menear la cola" -en el buen sentido de la expresión....-). Así, el gran Darío (mas grande que cualquier emperador de la antigua Persia, el que le diera el nombre, y nuestro príncipe de las letras); escribe en Lo Fatal:  "Dichoso el árbol que es apenas sensitivo  // y mas la piedra dura, porque esa, ya no siente // pues no hay dolor mas grande que el dolor de ser vivo // ni mayor pesadumbre, que el de la vida consciente....".
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De ello, se desprende, deduce, denota; y de aquello "se reluce", que: El hombre es un animal sentimental o emocional (pero nunca racional). Y, sinó díganme, cuántas veces han actuado Udes. en su vida con los sentimientos y cuántas otras con la cabeza... O no es mas verdad que casi siempre "operamos" con el estómago, con el corazón, o con zonas más " deabajo". Tanto como seguramente, casi razonamos ni servimos correctamente a aquello que funciona sobre las orejas... .¿O No?: ¿Se casaron con el que les gustaba, o con la que les convenía?;  ¿Besaron a la guapa, o al rico?; ¿Trabajan actualmente donde se encuentran bien, o donde mas les pagan?; ¿Estudiaron lo que más dinero podía darles o aquello que les atraía?.... Y así un sinfín que se llama el Alma Humana; que solo actúa por cariño, atracción, interés físico y admiración hacia la belleza... 
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De ello, que El Mundo nunca lo muevan los artistas, sino las pasiones y las ilusiones. Pues el hombre no es un animal racional, sino sentimental (poquísimas veces, intelectual). Y si en algún momento, los que hacen arte, han coseguido canalizar las pasiones humanas; será porque aquellos años fueron tan confusos como los de "El Desastre", El Romanticismo o los Años Sesenta. Donde, por suerte, los artistas, habrían podido tener cierta transcendencia... . Pero esos fueron momentos históricos puntuales y limitados; porque los políticos, los sacerdotes, o los poderosos; son los que verdaderamente  saben mover El Planeta, gracias a conocer los secretos para dirigir las ilusiones, las pasiones y los impulsos del ser humano.
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Por su parte; los artistas, o los intelectuales... Apenas algunos años han gobernado y dirigido -en parte- de las élites sociales (que siempre les miran como un virus incomprensible). Aunque quizás aquella creencía de Bárcena (y de mi padre), sobre "que el Mundo lo mueven los artistas", pudo nacer de El Café Gijón de los sesenta y setenta. Porque en verdad os digo, que en aquellos años, estos intelectuales, tuvieron un enorme Poder. Pues en aquel lugar, se unían y reunían: Pensadores, creadores y soñadores de todos los colores, tendencias y pensamientos. Tanto como en ese Café, es bién sabido que no hubo ni broncas, ni conflictos, pese a que allí asistieron gentes tan dispares, antagónicas y contrarias como nadie podía imaginar (tanto que solo verlas juntas, a muchos le producía risa). Y es que posiblemente, El Café Gijón, cuando en España no había Democracia, era el verdadero Parlamento. Un lugar, donde todos decían y hacían lo que pensaban, sentían, o debían. Un lugar de debates, de rebates y de talentos; de luchas y pensamientos. Todo ello adornado por el Rioja, las tapas, los cafés, los carajillos y el color de los personajes que allí se sentaban.
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Pero volvamos a Bárcena y al El Gijón, uno de los Cafés, que por suerte áun nos vive y aún nos queda. Porque este Pepe, me narró una anécdota que era genial y que precisamente recoge en el libro que venimos mencionando (AQUELLOS BOHEMIOS DEL GIJÓN, pag. 70). Me dijo que Tino Grandío tenía una casa en el pantano de Buendía (cercano a Madrid) y allí llevaba a muchos amigos. Entre ellos a Onofre Villa, que trabajaba en el Gijón, quien al parecer huyó de "aquel ambiente" a pié, y corriendo; llegando así hasta Madrid (o hasta lugar civilizado). Pues -dice Pepe Bárcena- que cuando el pintor Grandío se tomaba unas copitas, tenía por costumbre "jugar a Guillermo Tell" con una rifle del "calibre  22". Aquello consitía en ver quién se colocaba más cerca de la manzana, cuando le daba un tiro, el borrachín de turno... . De lo que, a base de orujos, se conseguía que alguno (el mismo Grandío -quizás-), se pusiera la fruta en la cabeza y -como a un nuevo Guillermo Tell-, le disparaban en esta guisa; haciendo cisco el fruto de Eva sobre el mismo pelo... . ¡Toda una genialidad! (digna de internar a sus practicantes en un correccional o en un psiquiátrico...).
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De tal manera, sigue narrando, que el amigo Onofre Villa, salió del ambientillo huyendo el día en que llegó al esa casa de campo, un crítico de arte y los pintores se cebaron en Guillermo Tell. Así, comenzaron el juego, modificando normas: Y se paso de sostener la manzanita-diana, sobre el cráneo (donde siempre se podía poner un libro -y hasta una maceta-, entre el cuero cabelludo y el fruto). Con un nuevo concurso de "Tell Pelotas". Es decir: Aguantar la manzana entre las piernas, junto "a eso", para que el borrachín de turno, hiciera la puntería "allí mismo" y reventara la madre de la sidra, en el mismo centro del "reino humano". Convencieron de que participara en este concurso a un crítico de arte (que no deseo mencionar, pero Pepe Bárcena cita en su página 69) y el pobrecito quedó a la primera tirada mas capado que un cerdo blanco, en años de sequía. Por lo que el pobre Onofre, subió monte arriba corriendo y huyendo, buscando entre las retamas, alcanzar la civilización... Y así llegó un lunes al Café Gijón, narrando a Bárcena como habían capado a un crítico de pintura antes sus narices (no debió ser casualidad que precisamente el tiro en los cataplines lo recibiera un crítico y no un pintor....).  
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Entre los amigos de los que disfrutó Pepe y del que yo pude también tener vivencias "muy especiales"; estuvo el pintor de Laredo, Martín Saez. Este artista, nacido hacia 1922 (el mismo año que mi padre), era uno de sus íntimos amigos en los sesenta. También, Martín, fué una de las personas que más quiso y a las que más admiró, mi hermano Mario. Porque Martín era "como de casa"; pero también era "para verlo, sufrirlo y sentirlo" (no para imaginarlo). Yo, nací músico, por lo que en poco o en nada coincidía, con las características de Martín y con las de mi hermanito Mario: Pintores y hombres de "artes espaciales", por los cuatro costados.
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Ya que los músicos somos muy distintos: Maniáticos (en el pleno sentido, mirando siempre por las manos); exagerádamente cuidadosos, de disciplina deportiva, observantes ante los músculos - que han de tocar e interpretar- y de una limpieza obsesiva. Todo ello, para que el instrumento, a cada hora, esté en condiciones perfectas de sonido, tocado y afinado. Por el contrario, los pintores, son del mundo "maquiauolli" o expresivo, donde la mancha y la suciedad es más que bella. Un espacio eterno, lleno de luces, en el que comer mientras se pinta es un placer y poder retratar un desnudo, es un paraíso... Dos Mundos muy distintos, el del músico y el del pintor... . Y para todo aquel que no lo entienda, bastará imaginar interpretar un concierto sin ropa, o ante un público desnudo, para comprender que las "artes espaciales" y las "temporales" tienen unas fronteras y unas limitaciones muy diferentes....
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No sé por que, me viene a la memoria ahora, una gira por Alemania, donde una orquesta española fue contratada para tocar en un club nudista. Conocí a sus "miembros" (nunca mejor dicho), pero nunca confesaré quienes eran... .  Así supe que fueron estupendamente pagados por dar un concierto en "porra viva", pues había que tocar entre naturistas, sin ropa y la dificultad residía en ponerse de acuerdo todos en hacerlo (al necesitar una orquesta completa). Aunque les sucedió un pequeño percance. Ello fue, que tras ser contratados por el "club nudista" se les situó sobre la escena, tal como les trajeron al Mundo, y con sus instrumentos (musicales). Para este fin, les recibió precisamente, un mayordomo que solo lucía un cuello alzado y una corbata de lazo (tanto como calcetines de seda y zapatos de charoll... -toda una elegancia-). Mayordomo que les llevó hasta los "camerinos a desnudarse" y luego les subió al escenario.... Pero resultó que al abrirse el telón, comenzaron a oír las risas.... Algunos de los músicos que tocaban desnuditos (que sabían alemán) escuchaban como decían los del público; a alguien que parecía su anfitrión:
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-"Hay que ver, Sr. Conde. Cada vez nos sorprendes más. Nunca pude imaginar oír la Novena de Beethoven tocada en pelotas y por una toda orquesta completa... ¡Qué precisosidad!. Hay algunas violinistas, que tienen maravillosas las "crines del arco". Y sobre todo... Ese movimiento pectoral, que toman en el vibrator y en los fortes"-. Y es que todos los espectadores estaban vestidos y aquello era una "gracia" refinada.... Pero los músicos ya habían cobrado y tuvieron que tocar, pues ser un profesional es ser un profesional (sobre todo ante ciertos cheques...).
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Sigamos con Martín Saez, del que en la siguiente entrada recogemos una foto con Pepe Bárcena, que este publica en la página 46, del libro que citamos. Y es que no sé por qué se me ha venido a la memoria Martín; pero es que a este pintor le gustaba mas un "triángulo femenil" que a un matemático una calculadora; y le atraía más una pechuga de mujer, que a un borracho, un sacacorchos... . Creo que con él conocí la obscenidad artística y ello, es un regalo del Cielo (si te la enseñan con gracia). Pues Martín -al fin y al cabo- era un monje medieval; similar a quienes labraron las iglesias en el siglo XIII, plenas de figuras eróticas... . Un monje del socialismo, pero un sacerdote (en su religión); tanto, que cuando ese pintor pensaba que le iban a pagar mucho por un cuadro, se bebía unas copas y lo rompía a patadas con sus amigos... . Eso por ser una obra de arte comercial... Ello solo puede ser: La mística de "la verdad", o la diversión de quien es como un niño (aún con cincuenta años, como entonces tenía). Pero un niño puro y divertido; como siempre fue Martín Saez

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NOTA: Las entradas parece que son demasiado extensas de contenido y ello quizás provoca que el blog se deforme, cometa erratas o quede incompleto. Por ello, he decidido acortar las páginas, para evitar errores. Este artículo sigue en la siguiente entrada.

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